Prometía ayer ofrecer un resumen de lo que es el terrorismo que actualmente impide los libres desplazamientos por el sur de Argelia y los países del desierto del Sáhara.
El grupo Al Qaeda del Maghreb se forma en Argelia y con terroristas argelinos de ideología salafista, que se plantean abandonar la idea de la devolución del gobierno de Argelia a los islamistas para centrarse en un objetivo más global. Así, toda una nueva hornada de terroristas, ya no sólo argelinos, ha encontrado desgraciadamente una razón para su existencia en convertirse en un azote de occidente. El movimiento se ha extendido como una mancha de aceite por las zonas deprimidas y ha afectado a los países limítrofes. Especialmente peligrosa para España resulta la contaminación entre los saharauis. Pese a los esfuerzos de los líderes del Frente Polisario, en los desplazamientos como nómadas a Mauritania hay saharauis que han mantenido algo que más que contactos con células de Al Qaeda, dificultando aún más si cabe las posibilidades del proceso de independencia del Sáhara Occidental. No estoy tratando de insinuar que Marruecos apoye a Al Qaeda del Maghreb, sino que su filtración entre los saharauis le viene muy bien para perpetuarse en la ocupación de unas tierras que no le corresponden.
Al Qaeda del Maghreb no es un grupo uniforme, sino que está liderado por una serie de emires, de pequeños reyezuelos de taifas, que actúan de forma más o menos autónoma y que en muchas ocasiones se llevan incluso mal entre ellos, algo que ya es consustancial al terrorismo de la región. El secuestrador de los españoles, un tal Belmojtar, pasaba por ser uno de los menos ideólogos y considerado por los servicios de información argelino un candidato a la rendición si se le proporcionaran medios de subsistencia y de regreso a Argelia con su familia., aunque quizá no en su antiguo trabajo con camellos. Hace unos años se alejó de las posiciones de Al Qaeda para tratar de vivir con su familia en el norte de Malí, de donde es su esposa. No ha mantenido buenas relaciones con el núcleo duro de Al Qaeda del Maghreb, como Drudkel, Yuadi o Abú Said, el más sanguinario de la región, responsable del asesinato del rehén francés y objeto del ataque militar francés de hace un mes, pero ha mantenido una actitud más propia de los piratas de antaño y en ello ha encontrado la comprensión de los líderes terroristas.
Esta es, a grandes rasgos, la situación, tal y como me la cuentan. Lo de la intermediación de Chafi y el dinero que se ha quedado por el camino es de dominio público. Y tratar de predecir lo que puede suceder a partir de ahora es un ejercicio de ficción. En el lado positivo estaría la posibilidad de que Belmojtar se diera por satisfecho con el dinero recaudado y dejara su actividad terrorista. O que su desobediencia a las instrucciones recibidas llevara a un ajuste de cuentas que debilitara a las células de Al Qaeda en la región. En el lado negativo, que el dinero de España sirva para seguir matando y secuestrando. O que entre unas gentes tan pobres el dinero fácil sirva de efecto llamada para hacerse terrorista, como ha ocurrido en otras partes del planeta. O que el incumplimiento evidente de los acuerdos tácitos internacionales de no negociar con terroristas debilite aún más las posibilidades de actuación conjunta occidental.
Mi opinión personal ya la expresé en su momento, no hace demasiados comentarios, si alguien lee para atrás. Y la expreso de nuevo con más contundencia en el blog privado.
jueves, 9 de septiembre de 2010
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