miércoles, 30 de abril de 2008

La fuerza del blog

No s�, francamente, si el blog me ha desbordado. Empec� escribiendo con la doble intenci�n de mantener un contacto con los amigos que no les obligara a recibir correos m�os, sino que pudiera entrar quien quisiera a leer mis aventuras, o desventuras. Y, adem�s, ofrecer una visi�n de la vida en Argel que rompiera con esa imagen de nido de terroristas y pa�s al que si vas lo m�s seguro es que te degollen que se tiene.

He querido ser muy sincero, expresar mis sensaciones y sentimientos a modo de diario �ntimo, porque tambi�n de esa forma daba m�s verosimilitud a lo que contara. No es que mi forma de ver las cosas fuere m�s real gracias a ese intimismo, sino que quien lo leyere percibiera un grado de sinceridad m�s elevado; que, pudiendo estar equivocado, como sin duda lo estoy en muchas ocasiones, al menos s� que se trata de c�mo lo veo, sin trampa ni cart�n.

Tras el atentado de diciembre he pasado unos meses muy malos, hasta finales de marzo, en los que m�s que "vivir en Argel" era "sobrevivir en Argel". He echado en falta un apoyo psicol�gico y as� lo he contado. Pero mi sinceridad no ha sido siempre bien entendida. Se ha querido interpretar como denuncia lo que simplemente era un estado de �nimo. No necesito que me digan nada, el mismo grado de percepci�n del mercado que aplico para mi trabajo es extrapolable a las personas y he comprobado que, cuando ha trascendido m�s all� de mi c�rculo de amitades la existencia del blog, hay quien ha preferido en un determinado momento distanciarse de m� como si fuera un apestado. O un individuo conflictivo, dicho de forma m�s correcta. �Tan dif�cil es transmitir la buena voluntad? Parece que s�. En parte es culpa m�a, porque escribiendo soy m�s �cido que en persona. Los que me conocen creo que saben que soy incapaz de hacer da�o a alguien, mientras que por escrito s� que doy a veces esa impresi�n.

Yo sab�a que quienes buscaran informaci�n sobre Argel llegar�an a mi blog. Y as� ha sido. He respondido con la mejor intenci�n a mucha gente que me planteaba problemas diferentes. Y creo que por lo menos a una veintena de personas les he ofrecido incluso mi casa si vienen unos d�as. La oferta es sincera. Creo que no hay nadie de la colonia de expatriados que me haya pedido un favor y yo se lo haya negado; o que me haya necesitado en un momento determinado, sin necesidad de decirme nada, y yo no haya estado ah�. En sentido inverso, he sentido el apoyo de cinco expatriados que no me han fallado y que me han sacado de situaciones dif�ciles: Carlos, Javi, Ismael, Chus y Mariano. Los tres primeros ya no est�n en Argel, aunque alguno de ellos vendr� de visita en los pr�ximos d�as.

No me esperaba que determinadas personas se engancharan al blog, incluso de forma casi oculta. Ante la llegada de an�nimos con ganas de molestar tuve que implementar, como dicen los inform�ticos, un mecanismo de detecci�n de accesos con un margen de error muy peque�o. En su momento me sorprendi� enormemente comprobar qui�n hab�a sido la persona que dejaba alg�n an�nimo. Prefer� no creerlo, aunque una vez que se quit� su m�scara he entendido muchas cosas. En el lado positivo, me ha agradado saber qui�n est� atento desde su tierra aragonesa, qui�n sigue desde Bruselas mis andanzas, qui�n lo hace desde Murcia, Manises, Albacete o Las Palmas. Asusta comprobar que han entrado desde las oficinas centrales del Ministerio en Madrid, saber que este blog fue ayer martes la decimosegunda p�gina privada m�s le�da de Argelia, que m�s de una cuarta parte de los accesos proced�an de Argel, que en tres d�as han accedido a �l desde 32 pa�ses (Estados Unidos se lleva la palma con doce Estados diferentes) y 78 localidades. Hasta me han ofrecido insertar publicidad. Todo eso genera algo de v�rtigo y se plantea uno muchas cosas, con la duda de saber si no ser�a mejor bajarse de la noria y dar el blog por terminado.

S� que se echa en falta la inserci�n de m�s fotograf�as. En comparaci�n con otros blogs, incluso de personal de otras Oficinas Comerciales, es una carencia importante. Pero hay personas que me han dicho que no quieren salir o que despu�s de haberlo autorizado se han echado para atr�s. Incluso argelinos que no hablan castellano y que entran a tratar de entender lo que pone y que me han pedido que elimine fotos de determinadas personas. Es �ste un pa�s muy complejo. Yo no puedo transmitir normalidad cuando el entorno te insiste en que por razones de seguridad no pueden aparecer sus nombres. �Y se pueden en cambio publicar en otros medios los nombres de las empresas y empresarios que viajan a Argelia, lo que implica que se sepa qui�n va a estar en el aeropuerto en un momento concreto? Yo no lo entiendo, cuando much�simos datos de todas estas personas est�n en Internet. De todas formas, como no quiero que el blog sea motivo de conflicto sino de acercamiento cultural, cuelgo muy pocas.

Desde aqu�, gracias a los que leen el blog cada d�a. S� que son muy pocos los que luego dejan un comentario, as� que animo a hacerlo.

martes, 29 de abril de 2008

El menisco de Mariano

�ltimamente no he contestado a los comentarios dejados en el blog, salvo alguna que otra excepci�n. Hay unos cuatro o cinco dejados por amigos de Mariano, con mensajes de �nimo en su recuperaci�n. Me voy a permitir dar el parte m�dico, sabedor de que no es de las personas que primero dicen que s� puedes hablar de ellos e insertar fotos y luego lo niegan, como, por ejemplo, alguna rata que hemos devuelto a las cloacas. Pero vamos al top, con Mariano. Que hay clases. No necesito ni pedirle permiso.

El chaval est� estupendamente de �nimos. Acude por las ma�anas a un centro de rehabilitaci�n para recuperar la movilidad de la rodilla, lo que le deja un pco cansado el resto del d�a. Tiene momentos mejores y peores, porque estas cosas llevan su tiempo y cuando se est� dolorido se tiene la sensaci�n de no avanzar lo suficiente.

La foto que cuelgo se la tom� dos d�as despu�s de operarse, en su casa y por la tarde, cuando ya estaba cansado y harto de estar tirado en el sof�. Ahora tiene mucha mejor cara.


Lleva muy bien alg�n que otro contratiempo personal, que aqu� siempre los hay y se conocen incluso cuando el interesado no dice nada. Es un crack, como alguno de sus amigos ha dejado escrito en la secci�n de comentarios del blog.

En fin, que est� estupendamente y un d�a de estos dejar� la muleta en casa para caminar ya de forma normal.

lunes, 28 de abril de 2008

Sardinas

Hoy no ten�a ganas de escribir por la ma�ana y no he completado el post antes de llegar a la oficina. As� que ser� m�s corto de la habitual, porque a la Oficina Comercial se viene a trabajar. Tengo un sinf�n de cosas que hacer y gran cantidad de oportunidades de negocio que, a poco que las empresas espa�olas se animen a apostar por este mercado, incrementar�n considerablemente nuestras relaciones comerciales. El blog es cosa de mi tiempo libre, raz�n por la que hoy ser� m�s corto de lo habitual. Y sobre sardinas.

Una de las muchas satisfacciones que ofrece la vida en Argel es la gastronom�a. Los argelinos pretenden siempre ofrecernos como platos t�picos locales el cusc�s, la chakchuja, la rijta (ni idea de c�mo escribirlos) y alguna cosa m�s que tampoco s� ni pronunciar correctamente. Est�n bien, son diferentes a los platos que estamos acostumbrados a tomar, pero para mi no deja de ser una gastronom�a tradicional superada. Yo los identifico con el cocido, las migas o el ajo, platos tradicionales de una econom�a m�s sencilla, que si no han evolucionado como lo ha hecho la paella quedan al margen de la gastronom�a moderna. Personalmente, valoro mucho m�s en Argelia la comida mediterr�nea de la franja costera y prefiero dejar esos platos m�s pesados para mis viajes por el pa�s.

Para mi, uno de los mejores productos de la cocina argelina son las sardinas. S�, la simple sardina, tan cara en nuestros mercados y tan barata en Argel. Es el pescado local por excelencia, porque los extranjeros nos fijamos en el marisco, las gambas, los salmonetes, la pescadilla o merluza, el mero y la dorada, pero los argelinos lo que m�s consumen son sardinas. Y las saben preparar de formas muy diferentes, todas ellas exquisitas.

Cada vez que puedo intento comer sardinas en Argel. Nunca las preparo en mi casa, no estoy dispuesto ni a tener que limpiarlas ni a soportar los posteriores olores. As� que las compro ya preparadas para llevar, o me las como en alguno de los muchos lugares en los que las hacen, generalmente asadas. Adem�s, hay otras tres formas diferentes de elaborarlas que me encantan. La primera, son las sardinas picantes. Se limpian y se untan ligeramente con un poco de harisa, un preparado muy picante de salsa espesa de guindillas que a primera vista podr�a parecer una salsa de tomate, sin serlo. Quedan m�s jugosas que simplemente fritas.

Mis otras formas favoritas de elaborar las sardinas, en tomate o en escabeche, siguen un procedimiento casi id�ntico al de las que podemos comprar enlatadas, s�lo que el gusto es infinitamente mejor. Es lo mismo que ocurre con las anchoas elaboradas en casa frente a las que se venden enlatadas. Llevan mucho trabajo, porque hay que limpiar y filetear las sardinas y luego prepararlas.

Al lado de mi casa, en Ben Akn�n, hay bastantes puestos de comida abiertos hasta la madrugada, incluidos dos puestos de hombres del desierto que preparan el aut�ntico t� a la menta tradicional y que cuentan con una gran cantidad de clientes fieles que se acercan por la noche desde cualquier punto de Argel a ver c�mo se prepara y a disfrutar de los tres tes que marca la tradici�n. Yo voy siempre a un puesto ya fijo a comprobar si tiene las sardinas que me gustan. Normalmente no le quedan, porque se le agotan al mediod�a y yo suelo ir hacia las once y media de la noche, para comprarlas para la comida del d�a siguiente. Pero �ltimamente me ha reservado una raci�n en varias ocasiones o he tenido la suerte de encontrar a�n existencias, de modo que llevo un par de semanas que casi no como otra cosa. Voy a acabar maullando por las esquinas, a este paso. Hoy lunes, por ejemplo, me he tra�do para comer dos tipos de sardinas, en salsa (con diferencia, las mejores) y en escabeche. Mis Omega 3 deben estar disparad�simos.

Lo que todav�a no he conseguido entender es el precio del men� en mi proveedor habitual. Por regla general me cobra el equivalente a un euro por una raci�n de una docena de sardinas, quiz�s alguna m�s. Pero en una ocasi�n lleg� a ponerme algo as� como tres raciones y me cobr� cincuenta c�ntimos. Y la semana pasada tuve que pagar un euro y medio dos d�as seguidos por una raci�n de sardinas en salsa. Evidentemente, son precios muy econ�micos, porque la sardina, en Argel, es un manjar al alcance de casi todos los bolsillos.

domingo, 27 de abril de 2008

Algo huele a podrido en...

Desde que tengo mi coche en Argel me he acostumbrado tanto a servirme de �l que he perdido el contacto con una parte importante de la vida argelina, la de los que no tienen veh�culo propio para desplazarse y se tienen que apoyar en el transporte p�blico o en los familiares y amigos.

En mi opini�n, tener coche cambia completamente la vida. Creo que es absolutamente necesario para quien viene a Argel el traerse su veh�culo u optar desde el primer momento por alquilar uno. Si se echan cuentas sale caro, m�s incluso que desplazarse en taxi, pero se gana much�simo en calidad de vida. Por ejemplo, una mujer no puede ir a ning�n lugar a partir de las siete de la tarde, pero en su propio veh�culo goza de las mismas libertades que los dem�s y sale y entra cuando le viene en gana, sin depender de la voluntad de otras personas. Est� tambi�n el factor tiempo, no el horario sino el cronol�gico: conseguir un taxi lleva en ocasiones m�s de media hora y hay que asegurarse el transporte de regreso si se ha salido del centro de la ciudad.

Ayer s�bado, aunque era mi d�a libre, me dediqu� a trabajar. Era la clausura de la feria del sector m�dico-hospitalario y no hab�a tenido a�n ocasi�n de discutir con unos cuantos expositores de gran inter�s. Desde enero he dejado de utilizar mi veh�culo personal para trasladarme hasta la feria, porque si tuviera un accidente o cualquier otro tipo de percance no estar�a cubierto, de modo que llamo siempre a un taxi. Adem�s, suelo acabar tan cansado por el inter�s que pongo en las visitas a los stands que la media hora de regreso a la oficina sin la tensi�n de la circulaci�n por la Route des Caroubiers (el camino de los algarrobos, ser�a su traducci�n, por el tipo de encinas que anta�o exist�an en la zona) me viene divinamente. Esta vez hice lo mismo, me traslad� en taxi y qued� con �l para que me recogiera de vuelta a las cuatro y media de la tarde. Yo hab�a olvidado la inauguraci�n de la exposici�n de fotograf�as de Antonio Villa que media hora m�s tarde tendr�a lugar en el Instituto Cervantes, a la que quer�a asistir a toda costa, porque cuando el �nimo est� bajo no hay que desaprovechar ninguna actividad social. Total, que en vista del atasco de entrada a la ciudad le indiqu� al taxista que me llevara directamente a la inauguraci�n y no a la oficina, que era donde hab�a dejado mi coche.

Sobre la exposici�n, indicar que se trata de una colecci�n de im�genes tomadas en la Playa de la Marquesa, cerca de Tortosa, en las que objetos desplazados de su contexto toman nueva vida con un valor on�rico que me temo que la mayor�a de los visitantes no sabr� apreciar. Acostumbrados como estamos en Argelia a encontrar las playas llenas de basura de lo m�s variada, muchos pensar�n que se trata de simples im�genes tomadas al azar de las playas del Delta del Ebro, que las tenemos igual de guarras, no objetos abiertos a nuevas interpretaciones. Si no se me enfada el autor, en lugar de titular su exposici�n ?Ah� est�?, que puede reforzar la idea de que ah� estaban ya esos objetos, podr�a haber resultado m�s ajustado a la interpretaci�n del p�blico argelino un t�tulo del tipo ?bodeg�n en la arena?.

Espero que nadie me denuncie por meterme a cr�tico de arte, aunque aqu� nunca se sabe y ya me veo dando explicaciones a la SGAE, o a quien corresponda, por intrusismo laboral.. Mejor regreso a la historia de mi coche.

Cuando sal� del Instituto Cervantes, ya entrada la noche, me vi en la necesidad de regresar primeramente a Hydra, a mi oficina, para recoger mi coche e ir en �l a Ben Akn�n, a mi casa. Y empezaron los problemas. Acostumbrado como estoy a desplazare en mi propio veh�culo, he perdido la referencia de c�mo se para un taxi en Argel. Sinceramente, no tengo ni idea. S�, o creo saber, que los de color amarillo son colectivos, tanto urbanos como interurbanos, que circulan con un recorrido fijo del que no se salen. Que los hay blancos o negros, con un letrero luminoso blanco con letras rojas, que ponen el tax�metro en marcha como un taxi convencional y otros de colores que deben ser de negociaci�n previa, algo que de todas formas est� recomendado en todos los casos. Finalmente, est�n los llamados clandestinos, en general con veh�culos en bastante mal estado y que cobran algo menos, aunque en el caso de los extranjeros se aprovechan al m�ximo de la situaci�n. Ese es el resumen que yo tengo en la cabeza, pero no s� si corresponde a la realidad. Y lo peor, no s� c�mo hacer para conocer sus paradas o tener una referencia de precios. En Or�n es mucho m�s f�cil, basta con llamar al 041.41.76.59 y enseguida mandan un taxi. En Argel existe en teor�a algo as�, pero con una flota m�nima de veh�culos que hace que no resulte eficaz.

Anoche estaba yo absolutamente perdido y decid� caminar e ir a pie al rescate de mi Hyundai. Por el camino intent� en varias ocasiones que se detuviera un taxi a recogerme, pero los dos que llegaron a pararse me reclamaron cantidades que est�n fuera del mercado y yo no estaba dispuesto a dejarme timar. Adem�s, una caminata nunca viene mal para hacer bajar una docena de pasteles de almendra deglutidos casi como un herb�voro, pero sin la facultad de la posterior regurgitaci�n. Finalmente, a la altura del hotel El Djazair encontr� la parada de autob�s en la que yo tomaba mi transporte cuando, en el mes de julio pasado, viv�a en Glycines. Y eso hice, recordar tiempos pasados y esperar al autob�s.

Las l�neas de autob�s de Argel han mejorado mucho y algunas ofrecen un servicio francamente bueno. Lo que no se puede evitar es embriagarse de la mixtura de efluvios que emanan de las zonas ricas en gl�ndulas sudor�paras de una parte de los usuarios, m�s solidarios aparentemente con el ahorro de agua en el hogar que con el est�mago del compa�ero de viaje. Ah� no hay diferencias entre hombres y mujeres, obreros o empleados, con velo o sin velo, j�venes o mayores: el aroma socializa y el pasado del pa�s ayuda a que todos levanten con orgullo su brazo para aferrarse a la barra de sujeci�n y acercar el sobaco al pobre expatriado, reci�n duchadito �l y que no tiene necesidad de ello, porque ya sinti� las primeras n�useas seg�n el autob�s abri� la puerta en la parada. Pero, solventado ese trance con un poco de imaginaci�n para transportarse mentalmente a la visita de una mezcla de planta papelera y queser�a, el mayor problema para utilizar los autobuses de Argel es su sistema radial, que carece de enlace directo entre muchos de los barrios de la ciudad y obliga a pasar primero por el centro.

A quien est� sonriendo con mi comentario le invito a que se monte en un autob�s a las siete de la ma�ana y que luego diga si le sigue haciendo gracia. De todas formas, se puede empezar por un taxi colectivo y seguir por un autocar interurbano. Cuando a primeros de diciembre pasado regres� en autocar de pasar un fin de semana en Bejaia tuve que soportar al que me imagino que era un conjunto de enfermos de hiperhidrosis que en lugar de ir a Lourdes acud�an a Argel. Y muy bien uniformados de tobillos para abajo: descalzos. Yo cre� por momentos que no ser�a capaz de soportarlo y que desarrollar�a all� mismo una hiposmia, que es la p�rdida parcial de la capacidad olfativa. Pero aqu� estoy.

Espero que se me perdone el no seguir escribiendo por hoy. No tengo mucha capacidad de concentraci�n y ya he contado un poco c�mo funcionan los transportes p�blicos en las ciudades para aqu�llos que no conocen Argelia.

sábado, 26 de abril de 2008

De la prensa

He adquirido la mala costumbre de escribir peque�os textos que luego no cuelgo del blog. Suelen ser cuestiones intemporales que guardo para los momentos de menos inspiraci�n. Desgraciadamente, la uni�n de esta costumbre con mi desorden cr�nico hace que en muchas ocasiones no est� seguro de si ya he publicado o no alg�n comentario. Generalmente el posible post acaba en la papelera virtual de mi ordenador. Me pasa hoy, que estoy moralmente muy bajo. He empezado a recordar ilusiones y esperanzas de hace unos meses mientras arreglaba cosas en casa y ma ha salido la l�grima f�cil. Como cualquier cosa que contara iba a resultar deprimente, no tengo muchas ganas de escribir. He intentado recuperar unn escrito de hace una semana, pero no recuerdo si acab� colgando o no el texto en el que contaba c�mo transcurre un d�a normal en el que no se hace nada especial y mi relaci�n con Samia, que me ha llamado esta ma�ana tras dos d�as de silencio.

En estas situaciones, lo mejor que puedo hacer es empezar desde cero y ce�irme a algo actual, que no haya podido contar antes. Y a eso voy.

Estando en Argel uno desconecta bastante de la actualidad que puede seguir estando en casa, en mi caso en Bilbao. En Argel no tengo aparato de televisi�n ni consigo sintonizar ninguna emisora en castellano, de modo que vivo aislado de las noticias. Leo la prensa local, pero por motivos de trabajo y los cuatro peri�dicos diarios en formato papel y los dos en electr�nico no permiten entretenerse en la lectura de mis intereses personales. Suelo mirar los titulares de El Correo Digital un par de veces a la semana y pr�cticamente todos los d�as miro tambi�n la versi�n electr�nica de El Mundo Digital. Hace a�os le�a El Pa�s, pero lo hicieron de pago y perdieron un cliente, aunque ahora hayan rectificado. En El Mundo suelo ojear los titulares de las noticias que se actualizan continuamente y si hay algo que realmente me llama la atenci�n lo leo. Ayer, por ejemplo, no era d�a de trabajo y dispon�a de algo m�s de tiempo, as� que pude fijarme en dos noticias muy diferentes entre s�.

La primera era de un pol�tico, alcalde de la localidad gaditana de Puerto Real, que ha insultado al Rey diciendo cosas como que ?no es menos deleznable de lo que su padre fue. Afecto al Golpe de Estado, despreciado por el tirano, al que reiteradamente le solicit� su incorporaci�n al Ej�rcito faccioso. El Borb�n es hijo de una persona de condici�n licenciosa, deplorable, deleznable. No menos licenciosa que la de su esposa?. Yo no entiendo mucho de estas cosas, pero creo que eso no es dar una opini�n, sino insultar. Creo que pierde toda la raz�n que pueda tener para manifestar sus opiniones cuando lo hace mediante la ofensa. Otra cosa diferente es la expresi�n de sus ideas, que se pueden m�s o menos suscribir, cuando dice que ?aspiro a un pa�s m�s democr�tico, porque ahora no todos los nacidos en Espa�a somos iguales. Hay una clara diferencia entre el tratamiento que se le da en Espa�a al Rey y el que se le da al resto de los mortales?.

Me llam� la atenci�n porque la le� en clave argelina, en la cr�tica que aqu� se hace al presidente Buteflika. Se tolera una cierta cr�tica y discrepancia, unas vi�etas bastantes �cidas con el poder, pero cuando la cr�tica es de calado pol�tica se evita. Un buen ejemplo es el peri�dico Le Matin, cerrado desde hace a�os (aunque dispone de una versi�n electr�nica) y cuyo director ha estado un tiempo encarcelado, mientras que las vi�etas de Dilem, que han costado el cargo a un asesor presidencial y precipitaron la dimisi�n de Zerual, predecesor de Buteflika, no han sufrido muchos contratiempos.

La segunda noticia de ayer, aunque en realidad era de hace cuatro d�as, fue la alegr�a del peor tenista del mundo tras su primera victoria. Al parecer, un brit�nico llamado Robert Dee lleva tres a�os como tenista profesional, en los que ha jugado 54 partidos y no ha ganado ni un solo set. Cuenta que tras la victoria llam� a sus padres para comunicarles que hab�a ganado. Su v�ctima fue un jugador norteamericano, aunque el peri�dico no dice qu� le sucedi� para perder ante el rival m�s flojo del mundo.

Para mi resulta sorprendente que una persona pueda pasarse tres a�os seguidos sin ganar ni un solo set de un partido de tenis, 108 derrotas consecutivas, y que afirme cosas como que ?nunca he pensado en rendirme; siempre supe que ten�a m�s dentro de mi, que puedo mejorar?. Claro que he contado muchas veces que soy bastante competitivo, que el marcarme metas a superar me motiva para luchar y necesito la satisfacci�n de la victoria de vez en cuando. Yo no vivo relajado y s� que en ocasiones puedo contagiar la desaz�n de mi ansiedad, aunque hay disciplinas de la vida en las que consigo actuar de forma diferente y el resultado me da exactamente igual. Por ejemplo, cuando s� que alguien me necesita todo lo dem�s pasa a un segundo t�rmino, puedo dejar todo lo que tengo y renunciar a mis metas personales sin ning�n problema. Deber�a aprender un poco de este tenista. Es otro punto en el que tengo que mejorar. Contaba hace un par de semanas un cuento, titulado ?granos de caf�? y he intentado seguir su ense�anza, su moraleja, aunque es cierto que las circunstancias me empujaban a ser huevo cocido, duro por dentro. Con algunas personas me ha servido, pero no todo el mundo ha visto que mi actitud es sincera. Este nuevo reto, el del peor tenista del mundo que disfruta del tenis sin necesidad de ser el mejor, es m�s dif�cil, porque tengo muy interiorizadas algunas actitudes y creo que sin ayuda no se abandonan algunos planteamientos que tantas veces han sido la raz�n de vivir. Estoy pensando en tres situaciones de mi vida, que no voy a contar, una de hace diez a�os y las otras de los �ltimos dos a�os, en las que mi ansiedad y competitividad desmadrada han hecho saltar por los a�os la relaci�n cuando la convivencia ha sido m�s intensa. Lo dicho, aspecto a mejorar.

viernes, 25 de abril de 2008

�lan run out

Veinti�n d�as. Ni uno m�s. Eso es lo que me han durado las pilas que traje cargadas de energ�a, de vigor, de mi �ltimo viaje. En el vig�simo segundo d�a me ha dado el primer baj�n, la primera mini crisis de ansiedad. No ha sido grave, porque se ha solucionado en unas cuatro horas y de una forma inesperada.

Este jueves me qued� m�s tiempo del previsto en el trabajo, la primera hora y media trabajando y la �ltima animando por tel�fono a un amigo argelino en horas bajas. Luego, al llegar a casa, no me sent�a con ganas de hacer nada, no pod�a concentrarme en ninguna actividad ni pensamiento y mi reacci�n en esos casos es la de deprimirme m�s a�n, sentirme mal y meterme en la cama a dejar transcurrir las horas. Todav�a no he llegado a esos niveles y ayer necesitaba simplemente que me sacaran, igual que se baja al perro a la calle; pero yo no ten�a due�o a quien ense�arle la correa y rascar la puerta. Al final saqu� fuerzas para dar una vuelta solo por una zona de mi barrio que no conoc�a, compr� y com� mis galletas turcas favoritas y media p�zza. Estaba dando buena cuenta de �sta �ltima cuando me llamaron por tel�fono. Era un amigo argelino que ven�a a buscarme junto a otras personas. As�, la noche sigui� con una cena pantagru�lica en el restaurante turco Le Bosphore y luego algo m�s de movimiento en un local de moda. Hasta la madrugada. Puedo decir que me lo pas� muy bien, conoc� a un par de personas muy interesantes que pueden darme mucho juego en el futuro y el �nico pero es que hice trizas mi r�gimen, que ya se tambaleaba �ltimamente por la falta de contrincante con quien competir.

En un momento de la pasada noche, un par de compa�eros de velada empezaron a contar maravillas de la libertad individual de la que se goza en Argelia, la posibilidad de casarte o divorciarte libremente y la libertad de movimientos, de modo que si no est�s contento siempre tienes la posibilidad de irte, no como en T�nez o Marruecos. Al principio yo pensaba que era un comentario ir�nico, porque no es la opci�n del ?si no te gusta te marchas?, una versi�n del dicho de las lentejas, o las tomas o las dejas, mi concepto de lo que significa un pa�s libre, de ciudadanos libres. Luego comprob� que hablaban en serio, poniendo un contra ejemplo de las dificultades de un tunecino para casarse con una extranjera. Cuando quise explicar el caso de una argelina con los mismos problemas para que se le reconozca un matrimonio su respuesta fue a�n m�s sorprendente, que estaban generalizando, porque para las mujeres es diferente.

Yo no pod�a dar cr�dito a los que o�a. En otros momentos hubiera reaccionado con vehemencia, no por defender mis ideas, sino con la ilusi�n de conseguir que mostrando mi forma de ver las cosas se les abrieran los ojos. Es el mismo gesto did�ctico que me hace aplastar las botellas de pl�stico para reducir el volumen de desechos urbanos, por ejemplo. Busqu� la complicidad de la compa�era de velada situada a mi izquierda, pero �sta me asegur� que las mujeres tambi�n son libres en Argelia, que ese peque�o detalle del matrimonio se arregla visitando el extranjero al im�n y diciendo un par de frases. As� que pens�, ?bueno, si est�n contentos es que tienen lo que se merecen? y desconect� de la conversaci�n. Me sorprend� a mi mismo sin la ilusi�n de defender aquello en lo que creo. Me encanta escuchar planteamientos ideol�gicos diferentes, porque enriquecen y s� que quien los mantiene busca el bien com�n, de modo que los puedo compartir en mucho mayor grado del que la persona que los plantea puede creer. Pero una actitud no s�lo conformista con la injusticia y la desigualdad, sino ciega ante la evidencia, me rebela. No haber puesto toda la ilusi�n en mostrar qu� es la libertad individual y la tolerancia; por qu� unas leyes que no tratan a todos por igual no son justas; que en un pa�s libre la opci�n no es irte si no est�s de acuerdo, sino mantener la posibilidad de que tu desacuerdo sea tomado en consideraci�n para sentirte parte incluso de aquello en lo que no crees; que la libertad de una simple mayor�a es la falta de libertad del conjunto de la sociedad. Todo eso yo lo hubiese estado defendiendo hace unos d�as, pero no anoche. Y fue en ese momento en el que me di cuenta, mientras desconectaba de la conversaci�n, de lo que significaba la peque�a crisis de ansiedad de unas horas antes: se ha agotado el impulso con el que llegu�.

S�, creo que ya se me han casi agotado esas ilusiones con las que desembarqu� hace tres semanas, que me hac�an ver el d�a a d�a con optimismo y con la energ�a necesaria para afrontar cualquier dificultad con ilusi�n, porque ve�a el lado positivo de todo. Ahora empiezo a contar los d�as que faltan para la pr�xima escapada.

Dentro de una semana viene Ismael y tenemos ya organizado un plan para esos d�as de puente. Luego hay otra visita m�s que a�n no quiero desvelar y poco despu�s estoy invitado por un amigo holand�s que se jubila de forma inminente a un viaje que me apetece mucho emprender. Tengo ya la vista puesta en esas fechas como el que se agarra a un clavo ardiendo, para tratar de tirar cuatro semanas. Este primer episodio de ansiedad de ayer no ha estado acompa�ado por los actos de cabezoner�a y rebeld�a absurda con que en alguna ocasi�n lo adorno y que exasperan con toda la raz�n a mis amigos. Pero lo cuento en el blog para que no se me enfaden demasiado si empiezo a mostrarme insoportable. De todas formas, que se haya encendido la luz roja de alarma de ?impulso agotado? no implica pasarlo mal. Quiere decir que los momentos malos, si los hay, me afectar�n moralmente y me sentir� mal. Que cuando necesite compa��a y no la tenga, sentir� ansiedad. Que me costar� m�s concentrarme cuando tenga problemas. Y que si vuelve a caer un �rbol encima de mi coche y me lo vuelve a aplastar, o Al Qaeda pone otra bomba al lado de la oficina sentir� la necesidad imperiosa de estar con los m�os durante unos d�as. Pero sin momentos malos y m�s o menos acompa�ado lo puedo seguir pasando estupendamente.
Estos dos d�as de descanso semanal corresponden al �ltimo ?fin de semana? del mes, el que dedico generalmente a escribir un par de cosas que env�o mensualmente para su publicaci�n, una de trabajo y la otra, mucho m�s divertida, particular. As� que se supone que voy a estar entretenido. Es tambi�n el �ltimo fin de semana que paso en Argel, porque mayo es un mes para disfrutar. Atr�s qued� el invierno, que siempre resulta duro, por m�s que lo tenga asumido antes de que empiece. Ahora los d�as son muy largos y hay vida despu�s del trabajo. Hasta las cuatro de la tarde me espera cada d�a de esta pr�xima semana una labor ingrata en la que pasando notas al ordenador siento que aporto muy poco, no me lucen las horas delante del teclado y me dejo la vista, pero es cosa de no dedicar ni un minuto m�s a la oficina en esas circunstancias y vivir, que en mayo se puede. Incluso con el impulso agotado.

jueves, 24 de abril de 2008

Cervantes

Decid� hace unos meses guardarme un tema sobre el que ten�a ganas de escribir para el d�a 23 de abril. Pero, llegada esta fecha, no he sido capaz de recordar qu� es lo que se celebraba realmente. Incluso he mirado el santoral, por si tratara de alguna onom�stica especial, que no he encontrado. Nunca me acuerdo de los cumplea�os de los dem�s, cosa que me da mucha rabia. Tengo la costumbre de avisar siempre del m�o con unos d�as de antelaci�n, publico a los cuatro vientos que se acerca la fecha y hasta env�o muchas veces un correo a los amigos para que se enteren de v�spera. Luego nadie hace lo mismo conmigo, as� que quedo fatal. Ayer hice lo mismo y como no encontr� la celebraci�n que buscaba, me olvid� del tema y no volv� a darle vueltas en todo el d�a.

Estaba escribiendo muy pronto esta ma�ana el post del d�a 24, dudando sobre si ser�a o no publicable lo que ya ten�a redactado acerca del uso de la energ�a nuclear, los dos reactores nucleares argelinos y la colaboraci�n china en este terreno, cuando he ca�do en la cuenta de que el 23 de abril no estaba marcado en mi calendario por tratarse del aniversario de un amigo, sino porque es el D�a del Libro, el D�a de las Letras Espa�olas, o simplemente el aniversario del fallecimiento de Miguel de Cervantes, que no son sino tres formas de expresar la misma efem�rides.

Yo ten�a pensado haber escrito sobre la relaci�n de Cervantes con Argel el d�a 22, para continuar el 23 con la historia de la placa de bronce de hace dos siglos que estaba situada en la boca de la cueva en la que se escondi� don Miguel con otros cautivos, para intentar escapar de sus secuestradores avistando los primeros la llegada de un barco que acudir�a en su rescate. Pero se me ha pasado la fecha, as� que lo har� simplemente un d�a de estos.

Alguna vez he le�do que Cervantes y Shakespeare fallecieron con una diferencia de pocas horas. Pero no es cierto. Aquel 23 de abril de 1616, que lo era en Espa�a por la adopci�n del calendario gregoriano, no coincid�a con el calendario juliano, a�n vigente en la Inglaterra isabelina, de modo que cuando Miguel de Cervantes expir� su coet�neo William Shakespeare llevaba doce d�as muerto. Esta falsa coincidencia de la fecha de la muerte de los dos escritores m�s grandes de la historia de las letras universales no es la �nica an�cdota que el cambio del calendario nos ha dejado. La Iglesia eligi� el 4 de octubre de 1582 para realizar el cambio al nuevo calendario y esa noche se le muri� la m�stica m�s importante de la historia: Santa Teresa de Jes�s falleci� en la noche m�s larga de la historia, la que fue del 4 al 15 de octubre de aquel a�o. A�n celebramos el aniversario del descubrimiento de Am�rica el 12 de octubre, en lugar del 21 del mismo mes, que es cuando realmente se cumple el aniversario. Se habla de la Revoluci�n rusa de Octubre cuando sucedi� en noviembre, pero Rusia no hab�a adoptado a�n el nuevo calendario. Y, todav�a en nuestros d�as, la iglesia ortodoxa celebra la Navidad el d�a de Reyes.

miércoles, 23 de abril de 2008

Aves del para�so

Siempre me ha gustado mucho la ense�anza. Me siento muy a gusto poni�ndome en la situaci�n del alumno que est� aprendiendo y procuro ser lo m�s did�ctico posible. Es algo que me fascina desde siempre. Mis momentos profesionales en Argelia los relaciono con las situaciones en las que he tenido que ense�ar o formar. Por eso, d�as pasados me encant� la experiencia de participar en una clase del Cervantes, para alumnos que estudian la lengua espa�ola. Pero sobre todo me lo pas� extraordinariamente ayud�ndole a Jorge en la Universidad de Argel con sus alumnos de traducci�n de espa�ol. Se me hizo tan corto que tuvieron que amenazarme con dejarme encerrado toda la noche para que acabara.

Yo ya hab�a estado antes, hace a�os, en la Universidad argelina, en una clase parecida e impartiendo unas conferencias para ingenieros postgraduados en CIARA. Entonces observ� que la madurez de los estudiantes argelinos era mucho menor que la de los espa�oles y que contaban con escas�simos medios. El otro d�a confirm� �nicamente la mitad de mis impresiones de anta�o. Los estudiantes argelinos no tienen la misma madurez que sus compa�eros de la misma edad de una universidad espa�ola, pero puede ser debido a que la mayor�a son mujeres, sometidas a una forma de comportamiento muy determinado, mientras que las nuestra est�n a esa edad de vuelta de muchas cosas y definir�an como ?pavas? a muchas de estas argelinas. En lo que no veo diferencia es en cuanto a la voluntad de trabajo, al esfuerzo y al deseo de aprovechar la oportunidad que brinda la Universidad.

La diferencia en cuanto a medios al alcance del estudiante se ha reducido, gracias a Internet. El alumno argelino no puede tirar de cientos de fotocopias, como el nuestro, porque no cuenta con recursos econ�micos suficientes. Suelo decir que yo ejerzo de Analista de Mercado todo el tiempo, me voy fijando en los detalles y circunstancias y extraigo consecuencias. Si s� es observador, se puede comprobar la diferencia entre el tipo de establecimiento que tiene �xito en los alrededores de una facultad nuestra (centros de reproducci�n tipogr�fica, academias de ense�anza, cafeter�as) y el que triunfa en Argel (lugares de comida r�pida, cibercaf�s, locutorios telef�nicos). A partir de ah�, no voy a dar todo el trabajo hecho, que cada cual extraiga las razones para ese consumo. Yo s�lo me quer�a detener en el acceso a las nuevas tecnolog�as. El estudiante de Argel puede llegar a la misma informaci�n que el de Madrid y Barcelona por esa misma ventana abierta al mundo, que ha socializado el mundo del conocimiento. Casi ning�n adolescente de ninguno de los dos pa�ses se plantea en la actualidad llevar acabo ning�n trabajo para el colegio sin consultar a sus dos amigos favoritos, Google y Wikipedia.

Yo escribo cada d�a mi blog desde mi casa, donde no tengo ni l�nea telef�nica fija ni acceso a Internet. Podr�a acercarme a un cibercaf�, pero con los teclados azerty, llenos adem�s de s�mbolos para poder escribir en �rabe y con las teclas muchas veces tan desgastadas que no se distinguen las letras, no consigo aclararme. As� que la soluci�n es fiarlo todo a la memoria y arriesgarme a cometer errores, que los ha habido y muy gordos. Hoy quer�a haber escrito sobre p�jaros, sobre las enormes bandadas que a veces se forman en Argel, tambi�n las aves que en ocasiones atacan a los p�jaros que los vecinos tienen en jaulas. Y sobre el cuco, porque recuerdo de mi anterior experiencia en Argel, cuando viv�a en la residencia Echo Bravo para el personal espa�ol de la Embajada, que todas las ma�anas o�amos a un cuco que viv�a en la zona. Hac�a ilusi�n escucharle, quiz�s por lo ex�tico de la situaci�n.

Pensaba yo ayer en el cuco de hace ocho a�os porque en alguna ocasi�n le� que la hembra coloca sus huevos en otros nidos, en lugar de incubarlos. Y pensaba en ello tras una conversaci�n en la que descubr� que otro animal tambi�n se ha entretenido colocando su huevo, m�s que podrido, envenenado, en nido ajeno. Y se ha callado, la muy cuca. Yo me he sentido mal por haber juzgado equivocadamente a alguien y esta pasada noche no he dormido muy bien, me cost� conciliar el sue�o. Ser�n, sin duda, los da�os colaterales de toda guerra, pero a m� no me gustan las guerras. Parafraseando lo que suelen decir los abogados, una mala paz o un mal armisticio siempre es preferible a la mejor de las guerras.

Pese a haber dormido mal, lo he hecho de un tir�n y en profundidad. Estaba f�sicamente muy cansado. Ayer me dieron un masaje en el muslo izquierdo para curarme del problema muscular que arrastro desde partido de f�tbol del pasado viernes. Cuando cre�a estar ya bien me dio un nuevo tir�n el lunes haciendo deporte. Me han recetado un medicamento antinflamatorio llamado Voltar�n y unas inyecciones, algo que sin anestesia general es dif�cil de lograr de mi. As� que he optado por el masaje y me encuentro mucho mejor. Eso s�, acabo agotado. Es el precio que pagamos los futbolistas de �lite, los gal�cticos de Argel, los juy�cticos, a la espera de que empiecen a acerc�rsenos las modelos, misses y ex Spice Girls, que sabremos recibir como se merecen.

Supongo que se nota que, pese a todo, estoy muy contento. Hasta adelgazo sin hacer r�gimen.

martes, 22 de abril de 2008

Vino y cerveza

Al tratarse de un pa�s musulm�n, hay gente que piensa que en Argelia no encontrar� bebidas alcoh�licas, de la misma manera que en pa�ses como Arabia Saudita. Pero no es as�. El alcohol est� introducido en la cultura nacional y existe producci�n y consumo.

En la �poca colonial francesa Argelia era un importante productor de vino. La mezcla del saber hacer franc�s en la elaboraci�n de caldos con el extraordinario clima, caluroso, con el que la naturaleza ha dotado a las tierras altas de Argelia daban como resultado unos vinos de alta graduaci�n alcoh�lica de forma natural y de una calidad elevada.

Tras la independencia del pa�s, en el a�o 1962, varios hechos actuaron conjuntamente en detrimento de la imagen de los vinos argelinos. La tierra se colectiviz� y la gesti�n de los vi�edos pas� en teor�a a los agricultores argelinos, aunque en la pr�ctica era de todos y de nadie a la vez. Como ocurre en estos casos, fue nadie y no todos quien pas� a preocuparse de mantener la calidad de las vi�as. Poco despu�s surgi� una corriente de identidad nacional en los principios religiosos de la fe isl�mica, que en este terreno llev� a que se arrancaran muchas hect�reas de vi�edos. En el proceso de elaboraci�n del vino empez� a actuar una empresa p�blica en r�gimen de monopolio, que introdujo una costumbre de dejadez en el cuidado que los buenos vinos requieren que a�n perdura. Mezclar sin cuidado diferentes variedades y calidades de uva, no seleccionar correctamente el grano limpio y carente de impurezas, respetar los tiempos de elaboraci�n y fermentaci�n, controlar la calidad del corcho utilizado, son detalles que se fueron relajando. Recientemente la empresa p�blica ha perdido el car�cter monopol�stico para la comercializaci�n interna y han surgido algunos vinos de mejor calidad en la regi�n oeste del pa�s.

He de hacer el inceso d reconocer que a mi el vino tinto no me gusta, su acidez me resulta desagradable y s�lo lo bebo con Coca Cola. Evidentemente, prefiero beber ese ?kalimotxo? elaborado a partir de un buen vino y un buen refresco de cola, porque se nota la diferencia. Los vinos rosados los tolero, sin que sean objeto de mi devoci�n. Y el vino blanco s� que me gusta. En mi opini�n, el vino blanco argelino no se acerca al Ribeiro, un vino ligero que me gusta, o a un Montila-Moriles o un Fino, que por similitud en el clima podr�an ser buenos referentes.

En cuanto a la cerveza, se consume en gran cantidad, sin llegar a nuestros niveles. La poblaci�n bebedora de cerveza es muy posible que no supere el 15% del total y los bebedores frecuentes son a�n muchos menos. Sin embargo, entre �stos �ltimos las cantidades consumidas son muy elevadas. En los bares-cerveceras, que mayoritariamente se sit�an en la regi�n de Argel y las ciudades de Or�n, Bejaia y Annaba, es habitual solicitar las cervezas de dos en dos, especialmente al este del pa�s.

Las bebidas alcoh�licas no pueden adquirirse en los supermercados, sino en tiendas espec�ficas, generalmente organizadas en su interior sin ning�n gusto y donde todas las bebidas est�n en la trastienda, de modo que hay que solicitar lo que se quiere sin conocer de qu� bebidas se disponen (excepto las tres o cuatro marcas evidentes). Y son caras. Estas tiendas cierran durante el Ramad�n, as� que los bebedores que no dejan de hacerlo durante ese mes, una minor�a, deben acudir a proveerse algunas semanas antes.

Otra particularidad es que al comprar las bebidas en una tienda de esas se suelen recibir las botellas envueltas en papel de peri�dico, algo que descubr� que se hace para disimular el contenido cuando yo ya hab�a paseado varias botellas tranquilamente por la ciudad de Annaba, hace unos cuantos a�os. A�n as�, es algo en lo que no suelo reparar y todav�a una ma�ana de viernes en octubre del a�o pasado, durante el Ramad�n, llevaba yo tranquilamente una botella de g�isqui en la mano por el centro de la ciudad de Argel para un compatriota que me la hab�a encargado, hasta que al llegar a su residencia vi la cara de espanto del guardi�n y comprob� que hab�a metido la pata.

lunes, 21 de abril de 2008

Cristiano

Ayer fue domingo y, como todas las semanas, fui a misa. Generalmente acudo a la Casa Diocesana, a misa de seis de la tarde; pero las tres �ltimas semanas he estado en la iglesia de la Placette del barrio de Hydra, a las seis y cuarto. Es una misa que no me gusta, me resulta exasperante el ritmo cansino del sacerdote, que por otra parte es muy majo. En cambio, en la Casa Diocesana cada domingo es diferente, viene gente que est� de paso, Monse�or Tessier cuenta novedades y el ambiente m�s internacional, frente al parroquial de Hydra, me hace sentir mejor. Quiz�s porque yo mismo no me identifico como residente, sino como transe�nte.

La mayor�a de la comunidad cat�lica practicante, casi todos sus miembros extranjeros, va a misa el viernes, no el domingo. Yo no tengo cambiado el chip de la semana y para mi es hoy, lunes, cuando empiezo la nueva semana, no el s�bado, como para casi todos los argelinos; o el domingo, como para casi todos los expatriados.

Este domingo he podido conversar a la salida de la iglesia con dos religiosos espa�oles, un padre jesuita y una madre blanca. Ella se llama Rogelia, es riojana y lleva en Argelia desde 1964. Simpatiqu�sima, m�s que una instituci�n en el pa�s, es una fuente del conocimiento sobre Argelia muy desaprovechada. Espero poder hablar con ella m�s distendidamente otra d�a, porque ayer yo quer�a pasar a visitar a Mariano, que se recupera de la artroscopia, y no dispon�a de mucho tiempo.

Ser abiertamente cristiano en Argelia puede ser fuente de muchos problemas. El Estado es musulm�n y reclama para sus ciudadanos musulmanes en el extranjero un trato que no ofrece en su pa�s a los que profesan otra fe. Est� considerado como delito el hacer proselitismo de una fe diferente a la del Islam. A mi han intentado muchas veces llevar a la mezquita y convencerme de las maravillas del Islam. Pero si yo hiciera eso mismo estar�a cometiendo un delito.

Recientemente fue arrestado cerca de Or�n un sacerdote por prestar ayuda a un inmigrante subsahariano y celebrar misa en el campo con los inmigrantes cat�licos que estaban de paso hacia nuestro pa�s. Uno de los inmigrantes enferm� y �l convenci� a un m�dico para que le atendiera. El resultado fue el arresto de ambos. Este pasado s�bado se ha dictado sentencia para ambos: el m�dico ha sido condenado a seis meses de c�rcel y 20.000 dinares de multa y el sacerdote a dos meses de c�rcel y otros 20.000 dinares de multa, quedando ambos en libertad provisional. Aunque van a presentar recurso ante la Corte de Casaci�n, la sentencia es firme y definitiva, lo �nico que puede recurrirse es si se ha producido un defecto formal o de interpretaci�n. Pero la ley proh�be celebrar la misa fuera de una iglesia o hacerlo en presencia de un musulm�n.

Quienes afirman que Argelia es un pa�s libre, �sabr�n lo que significa de verdad la libertad religiosa y de culto?

domingo, 20 de abril de 2008

Hyundi y yo

Mi coche est� a punto de cumplir los cien mil kil�metros, a los que creo que llegar� el pr�ximo mes de mayo.

Los que me conocen tienen asumido que me suelen ocurrirme cosas originales, as� que a nadie le extra�ar� que mi coche sea un caso muy especial: comprado en Argelia y circulando por Argelia... con matr�cula espa�ola. No s� si existir� un caso parecido, creo que no.

Compr� mi Hyundai Accent el a�o 1999 en Argel y dos m�s tarde me lo llev� a Espa�a. Con �l he circulado tambi�n por Portugal, Andorra, Francia, M�naco, Italia, San Marino, Vaticano, Eslovenia, Croacia, Serbia, Montenegro, Albania, Austria, Liechtenstein, Suiza, Alemania, Luxemburgo, Holanda, B�lgica y T�nez, que yo recuerde. Total, veintid�s pa�ses, si no me dejo alguno. Y ha regresado a sus or�genes, a Argelia.

Aqu� he intentado que me devuelvan las placas de matr�cula originales del coche, pero a�n estoy en ello desde que me lo traje, en agosto. Es lo malo de hacer cosas para las que no existe precedente. La llegada me caus� un primer malentendido con la Canciller�a. Yo no ten�a a�n alojamiento e iba a dormir en casa de los becarios. Estaba aparentemente todo hablado para que mi coche tambi�n pasara la noche en Echo Bravo, el edificio de viviendas del personal espa�ol. La segunda noche llegu� de madrugada y el guardi�n me indic� sonriendo que Carlos hab�a dicho que yo no entrara. Yo interpret� que se refer�a a Carlos, el becario, y �l al parecer se refer�a a un polic�a del mismo nombre. Yo le segu� la broma diciendo que me quedaba a dormir en la puerta y al final lo que hice fue aparcar el coche dentro e irme a casa de otro becario, Ismael, que s� estaba despierto a esas horas y resid�a en una vivienda cercana. Al d�a siguiente fui descubriendo el malentendido y acab� residiendo los diez d�as siguientes en casa de Ismael, porque mi coche ahora ten�a vetada la entrada al edificio y que yo entrara cada noche a dormir lo iban a interpretar como una provocaci�n.

Ahora dispongo de un aparcamiento en mi residencia en el que dejar el coche. No obstante, hace mes y medio, en una noche muy ventosa, cay� un eucaliptos encima de �l y me lo ha dejado algo da�ado. A�n no lo he llevado a reparar porque el coche me resulta imprescindible para mi tiempo de ocio tras el trabajo y, francamente, llevar�a muy mal estar una semana sin �l. Siempre insisto a los que vienen nuevos y me piden consejo en que disponer de veh�culo es fundamental en Argel, que a mi me cambi� la vida para bien y que para mucha gente puede ser la diferencia entre vivir amargado y dependiendo de los dem�s y disfrutar en libertad de los encantos del pa�s, que los tiene y en gran cantidad.

Recorro muchos kil�metros con mi Hyundai. Pr�cticamente todas las noches me lleva de un lado a otro de la ciudad y hago una media de cincuenta kil�metros diarios con �l. Esa es la media, porque he llegado a conducir hasta cuatro veces en el mismo d�a al aeropuerto, o realizar el recorrido Argel-Zeralda-Tamantfoust-Zeralda-Rouiba-Argel en la misma tarde.

De momento no me ha dejado tirado, aunque lo cuido muy poco. No tengo ni idea de cu�ndo le toca el cambio de aceite, por ejemplo, y hace ya m�s de un mes que me est� pidiendo a gritos que necesita una ducha. Pero s� que lavar el coche es sin�nimo de lluvia inminente y no me apetece estropear el buen tiempo.

Supongo que de aqu� a un par de a�os tendr� que cambiar de veh�culo, sobre todo si quiero realizar desplazamientos fuera de la ciudad. Cuando me den los papeles originales de veh�culo argelino podr� incluso venderlo y adquirir uno nuevo, aunque le tengo el l�gico cari�o hacia un compa�ero de muchos viajes, de veintid�s pa�ses y cien mil kil�metros.

sábado, 19 de abril de 2008

Cr�nica de una muerte anunciada

Ayer viernes se celebr� finalmente el esperado partido internacional de f�tbol entre la secci�n de espa�oles de Argel y la de abogados argelinos en el estadio de Bologhine. Se trataba de un encuentro absolutamente desequilibrado. Los abogados ten�an un buen equipo de veteranos, que sigue existiendo, y formaron hace a�o y medio su nuevo equipo a partir de gente nueva, joven, que se comprometiera a entrenar de forma seria. Se han clasificado para el mundial de abogados que se celebra pr�ximamente en Espa�a y est�n acostumbrados a jugar juntos. Cuentan adem�s con una treintena de jugadores, lo que les permite jugar partidos entre s�. Llevan una temporada jugando dos partidos cada semana.
Los espa�oles y nacionalizados ten�amos infinidad de bajas y la mayor�a no hab�amos jugado un partido en nuestra vida. �ramos s�lo Carl, Ismael, Javier, Jorge, Jose, Manu, Marta, Silvia y yo, dichos en orden alfab�tico, adem�s de cinco argelinos que trabajan con nosotros. Hubo que recurrir a media docena de conocidos, y desconocidos, para completar el equipo. No s�lo nos fallaron siete jugadores comprometidos, sino que incluso la log�stica no funcion� y nos encontramos sin equipaci�n. Quien iba a presentarse con las camisetas no lo hizo y tuvimos que recurrir a unos petos prestados. Para colmo de males, los responsables del estadio hab�an permitido que se celebrara otro partido, de veteranos de USMA contra Hydra con hora y media de retraso, lo que retras� considerablemente nuestro encuentro.
Casi a la hora a la que deber�amos estar terminando, y con un precalentamiento que se nos hac�a inacabable, porque llev�bamos m�s de una hora trotando sobre el c�sped artificial, hizo su aparici�n sobre el terreno el equipo de los abogados. Ellos iban perfectamente uniformados, presencia atl�tica, corpulentos, una media de veintimuchos a�os, y entrenando de forma ordenada, casi marcial. Se mascaba la tragedia.
Como no nos conoc�amos, confeccionamos una primera alineaci�n de manera voluntariosa, pero que no funcion�. No se apiadaron los abogados de nosotros por el hecho de tener enfrente dos chicas y jugaron desde el principio de forma muy seria. A los veinte minutos de partido ya perd�amos por 5 a 0 y a�n faltaban setenta minutos, de un encuentro que se nos pod�a hacer f�sicamente imposible de acabar. Hab�amos situado en defensa gente m�s robusta, en el centro del campo los m�s r�pidos y delante a las dos jugadoras. T�cnicamente, el problema surgi� en el centro del campo, donde perd�amos todos los balones, de modo que a las de adelante no les llegaba ni una pelota. Y cuando se perd�a el bal�n en el centro del campo, que era lo habitual, los defensas ya no pod�an hacer nada, porque eran rebasados en velocidad por jugadores de m�s cintura. Con los cambios que se fueron introduciendo la cosa funcion� mejor. Juntamos en el centro a cuatro jugadores de m�s calidad, aunque uno de ellos necesitaba una pelota para �l solo, y no pudieron ya entrar los abogados en nuestra �rea en velocidad, salvo en un par de contraataques. En los �ltimos minutos del partido nos volvimos a relajar, por el cansancio acumulado, para poder jugar todos un tiempo parecido y porque con el retraso considerablemente del inicio del partido algunos se ten�an que ir. Resultado final, 12 a 2, con goles de Manu y Jorge de penalti. No creo que haya revancha, el resultado no es malo y este s�bado nos han ofrecido jugar contra el equipo de los abogados veteranos. Desde luego, habr� otros partidos, contra otros equipos y si es posible en terreno de f�tbol sala. Ofertas, existen.
El �rbitro, federado, estuvo "bien". Les permiti� una entrada muy dura a uno de nuestros porteros cuando jugaba como defensor y el penalti que pit� a nuestro favor fue claro, empujaron a Manu en el �rea cuando trataba de abrirse hueco por la derecha, cerca del punto de penalti.
Por lo que a mi respecta, todos tuvieron ocasi�n de comprobar que no ment�a cuando les advert� de que no he jugado en mi vida al f�tbol y que no s� controlar un bal�n. Lo que me gusta es jugar al ajedrez y aqu� a�n no he podido. Ahora, un d�a despu�s, me duelen hasta las pesta�as. Estaba algo preocupado por el dolor de espalda, porque hace ocho meses estuve veinte d�as de baja a causa del nervio ci�tico y toda esa zona estaba anoche bastante dolorida. De hecho, lo que hice despu�s del partido, fue acudir a la sauna del hotel El Djazair. Y estaba perfectamente. Incluso la tensi�n, 11-7, era perfecta. Pero la sensaci�n de haber recibido una paliza f�sica, que a�n mantengo, no me la quita nadie. Tengo la sospecha de que todas esas historias de futbolistas que tras un partido han estado de juerga o participado en alguna org�a no puede ser verdad. Anoche podr�an haber venido a verme las finalistas de Miss Universo al completo que no hubiese podido ni abrirles la puerta. Me estaban esperando anoche cerca de Medea para pasar el fin de semana y lo dej� para hoy. Esta ma�ana he avisado de mi ausencia desde la cama.

Las instalaciones del estadio de f�tbol son mejores de lo que yo me tem�a tras mi experiencia de practicar equitaci�n en Caroubier. El c�sped artificial est� en bastante buenas condiciones, existen varios vestuarios en los que es posible de verdad cambiarse de ropa y hay agua caliente en las duchas. Yo me duch� y estaba preparado para hacerlo en condiciones mucho peores. Indudablemente, no tiene nada que ver con la limpieza de cualquier instalaci�n nuestra de �lite, pero en Argelia el deporte es m�s popular y tras finalizar nuestro partido jugaban cr�os del barrio a los que se les permite el disfrute controlado de las instalaciones. Quien haya hecho una visita tur�stica a los aseos de los establecimientos p�blicos de Argel sabe lo que nos pod�amos haber encontrado.
Por la noche, a las once y cuarto, presenci� un suceso triste y muy desagradable, el suicidio de un hombre joven. Fue cerca de la Plaza del 1 de Mayo, desde una pasarela que existe sobre la carretera que sube a El Biar. Creo que no �ste el post adecuado, tratando de un partido de f�tbol, para reflexionar sobre el incremento de suicidios en Argel, la p�rdida de referentes y la falta de un futuro ilusionante en una sociedad que no deja a los insatisfechos m�s camino que el de la emigraci�n. Porque a nosotros, en los momentos m�s duros de la vida en Argel nos quedan consuelos como el del f�tbol de ayer.

viernes, 18 de abril de 2008

Los 300

Cuando empec� a escribir este blog no pens� que iba a tomar tanto inter�s en mi vida y en la de otras gentes. He comprobado con una innegable alegr�a que mis comentarios sirven de referencia para algunas personas que quieren conocer algo m�s de la vida en Argel. Que una buena parte de mis amigos me lee y sigue mis andanzas por este medio. Que para mi gente de Argel resulta un entretenimiento y una forma de ver desde otro prisma lo que es su actividad cotidiana. Que para los Renatos (Renato �l, Renata ella) acabo siendo una obsesi�n. Y que para mi es una forma de distracci�n que me exige mantener una actividad diaria disciplinada y ordenada, aspecto este �ltimo que tengo que mejorar.

Hoy viernes he cumplido 300 d�as en Argelia. Y nada menos que 125 art�culos en el blog, si los he contado bien. La idea me surgi� a finales de noviembre del a�o pasado, hablando con una persona de mi oficina que tambi�n ten�a la misma idea que yo. Mientras nad�bamos en la piscina del hotel El Djazair pens� adem�s que Argelia es una gran desconocida y que s�lo contando el d�a a d�a en un diario de car�cter p�blico podr�a ayudar a romper esa imagen negativa que hace que para muchos empresarios trabajar con Argelia sea poco menos que una locura. Casi un mes m�s tarde, pasado ya el atentado y en Bilbao, cont� con la ayuda t�cnica para saber c�mo funciona este mundo de los blogs. Y hasta hoy.

Muy pronto me di cuenta de que para que la fotograf�a que transmito de Argelia fuese cre�ble ten�a que ser muy sincero y contar lo bueno y lo malo. Y ten�a que darle un toque personal e �ntimo, reflejar todo lo que me rodea, incluidas las personas que est�n conmigo. A veces es duro perder parte de la intimidad, pero lo he hecho en pos de la sinceridad y credibilidad. Me ha causado alg�n que otro problema, siempre hay una minor�a mala. En mis peores momentos he escrito cosas de las que luego me he arrepentido, pero la gente de bien las ha recibido con comprensi�n. He conseguido parte de mi objetivo, porque he recibido muchos mensajes de correo electr�nico privados, y alguna llamada telef�nica, de personas que ten�an dudas sobre si venir o no a Argelia.

Tengo la conciencia tranquila de estar utilizando esta ventana al mundo para bien. Aunque Renato, muy zorro �l, ponga buena cara por delante y clave pu�aladas por detr�s, obsesionado con el blog. Y aunque Renata, no incluyo la apostilla en femenino, se disfrace de v�ctima de la fatalidad. El tiempo pone a todos en su sitio, alguno ya lo lleva pagando un tiempo en carnes cercanas, y no dejar� de ser la historia de dos fracasados en Argelia. Al tiempo. Siento ser tan duro, escribiendo cosas que en realidad no s� si siento, pero no deseo. Hoy Renato no le encontrar� la gracia a su p�gina de humor favorita.

Llevo un tiempo pensando en dejar de colgar un comentario cada d�a y espaciar m�s los art�culos, pero de momento voy a seguir igual. He visto que otros blogs incluyen infinidad de fotograf�as, pero aqu� hay gente que no quiere verse publicada y aunque legalmente podr�a insertar cuantas fotograf�as quisiera no pretendo molestar a nadie.

Yo quer�a haber contado hoy con detalle c�mo pas� ayer la noche en un karaoke de Argel, en El Biar, cantando a d�o canciones en espa�ol y franc�s con una argelina traductora de lengua espa�ola, admiradora de Edith Piaf y Atahualpa Yupanqui. Poseedora ella de una muy hermosa voz, la verdad es que estuvimos a muy buen nivel. Y pusimos la m�sica latina de moda en el local, porque otros acabaron pidiendo ese tipo de canciones para su interpretaci�n.

Entre canci�n y canci�n de karaoke, me toc� realizar un mont�n de llamadas de tel�fono para el partido de f�tbol de hoy en Bologhine. Hasta tuve que ir a recargar el m�vil con cr�dito nuevo, porque agot� el que ten�a, que me deber�a haber durado hasta fin de mes. Y, pese a ello, no creo que consiga la participaci�n de m�s all� de cuatro o cinco jugadoras para un equipo que deber�a ser mixto. No s� c�mo me he metido en este l�o del partido, si yo �nicamente pretend� servir de enlace entre la selecci�n de abogados de Argelia y los j�venes de la colonia espa�ola que llevan un tiempo tratando de formar un equipo. Al final, por no saber decir que no, me toca organizarlo, empujar a las chicas a jugar, cuando deber�an ser ellas las primeras interesadas en reclamar un espacio de igualdad para las abogadas, e incluso jugar yo, para hacer el rid�culo, en un campo de f�tbol de la primera divisi�n argelina y contra un equipo de verdad. De todas formas, no deja de ser una experiencia m�s de todas esas que cuando las cuento la gente piensa que me las estoy inventando. Y seguro que el siguiente partido sale mejor.

Me he propuesto empec� a leer este fin de semana. Llevo meses sin hacerlo, desde que no soy capaz de leer por la noche sin servirme de gafas. No me habit�o a ellas y lo paso mal en el trabajo, porque en mi despacho no hay suficiente luz natural y con la el�ctrica no obtengo la nitidez necesaria. Como llego a casa de noche, el problema es el mismo, de modo que desde noviembre tengo tres libros empezados y unos veinte nuevos acumulados en lista de espera. Creo que voy a saltarme el orden y empezar por uno de autoayuda que me regal� el 2 de enero en Madrid, titulado ?60 segundos para organizarse?. Los que me conocen personalmente saben lo necesitado que estoy de aplicar sus ense�anzas.

jueves, 17 de abril de 2008

Respuestas varias

Escribir cada d�a en el blog exige una disciplina que pocos de mis conocidos consideran que yo tengo, pero lo cierto es que hasta ahora he cumplido el compromiso. Luego, completar unas l�neas es algo sumamente f�cil. En realidad cualquier acontecimiento de la vida diaria es suficiente. As�, podr�a contar c�mo ayer quer�a haber celebrado mis quince a�os en Argelia en la Oficina y las gestiones que realic�, pero no lo hice porque �ramos pocos, s�lo cinco, y no ten�a nada claro que fueran realmente a aceptar la invitaci�n. O podr�a contar c�mo se nos fue la luz en parte del edificio y eso afect� a la red de ordenadores y c�mo me las tuve que apa�ar para trabajar sin acceder a lo que ten�a previamente escrito, recuperando ficheros temporales de mi ordenador. O contar la ropa de verano que me estuve comprando por la tarde y las negociaciones para poder probarme las camisas y no comprar a ojo de buen cubero. Incluso la visita a Mariano, que lleva dos d�as con fuertes dolores de cabeza como efecto secundario de la anestesia y los problemas para conectar con �l por tel�fono. Tambi�n podr�a escribir sobre f�tbol, explicar las gestiones para el partido del viernes (es urgente contar con unas cuantas personas m�s, dispuestas a pasarlo bien aunque no sepan jugar) y la retransmisi�n imposible de la final de la Copa. Y quiz�s lo m�s divertido seria detallar c�mo acab� festejando cerca de la medianoche mis quince a�os en Argelia con un polic�a que me pidi� los papeles y la fecha de entrada en Argelia, de modo que cuando le cont� que era mi d�cimo quinto aniversario le pareci� una buena idea festejarlo comi�ndonos una fresa cada una de las que acababa de comprar. O finalmente c�mo se han presentado en mi casa, casi a la una de la ma�ana, Hassan, Rafik y Slimane, su �ltima conquista, y c�mo cerca de las tres de la ma�ana segu�an de juerga, conmigo muerto de sue�o, de modo que les he quitado la m�sica y sacado s�banas y ahora mientras escribo, siete de la ma�ana, est�n los dos primeros durmiendo en mi casa.

Todas esas son historias sucedidas ayer y con cualquiera de ellas podr�a f�cilmente completar una p�gina del blog. Sin embargo, hoy lo que quiero es responder a una decena de preguntas que me han llegado por correo electr�nico de asuntos que he tratado anteriormente. Me limito a las diez que me parecen m�s interesantes. Aunque empiezo por una fotograf�a pendiente, dedicada a la gente m�s maja del Cervantes.


1.- Peso y chilaba: Ya expliqu� que la competici�n por adelgazar qued� en empate, raz�n por la que no hay foto con chilaba. Tenemos una segunda parte, en la que yo tengo que perder 11 kilos y Jon 13, que voy ganando, pero que acabar� perdiendo, porque el m�ximo establecido est� por debajo del peso final que realmente quiero alcanzar. S�lo me queda por adelgazar 5 kilos y no pienso ir m�s all�. Pero son muy dif�ciles de perder. Hace ocho d�as sufr� una ca�da de presi�n sangu�nea a causa de ello y tengo que controlar mucho esta fase final. De momento lo que he hecho ha sido tratar de recuperar un kilo y mantenerme, aunque me estoy abandonando estos �ltimos d�as y he ganado casi dos kilos m�s despu�s de la cena de anoche (hay d�as que uno se siente mal y necesita olvidarse de los l�mites, as� que solicit� con toda la cara del mundo ser invitado a cenar y prob� de todo lo que no debo), pero recuperar� la foma en unos d�as. Todav�a no hemos establecido el castigo para el perdedor, pero habr� foto con chilaba antes de dejar de escribir en el blog.

2.- Ocio: Es curioso c�mo algunas preguntas son c�clicas y cuando surgen lo hacen desde varios frentes a la vez. Esta es una de ellas. Tres personas diferentes me han preguntado en el espacio de seis d�as sobre c�mo se desarrolla la vida en Argel, porque van a venir a trabajar o a cooperar. Yo ya he explicado que si tuviera pareja en Espa�a no me vendr�a solo a Argelia, que si ella no puede venir yo tampoco lo hago. Pero eso es en parte por mi forma de pensar, creo que ahora doy m�s valor a la familia que al dinero que me pueden pagar por estar trabajando en un pa�s dif�cil, y Argelia es un pa�s en el que las relaciones de pareja se deterioran cuando existe distancia de por medio. Conozco casos en los que se ha debido a la mala cabeza de quien estaba aqu�, a sentirse incomprendido/a en la distancia y haber tomado una decisi�n dr�stica, o a que quien se hab�a quedado en Espa�a no ha sabido estar a la altura de las circunstancias. Es una casu�stica que a mi me resulta suficiente como para saber que no arriesgar�a mi vida de pareja por una experiencia en Argelia. En cuanto a tiempo de ocio y de actividades fuera del �mbito laboral, las hay? pero menos. Desde luego, lo de ir de marcha o de bares no se da. Existen discotecas en las que se puede permanecer durante horas, pero es algo que no apetece hacer m�s que muy de vez en cuando. La mayor�a de las fiestas se celebran en casas y en un ambiente intergeneracional. No obstante, en Argel hay casi de todo y el que lo busca lo encuentra. A quien le guste el turismo �tnico, conocer gentes y llegar a comprenderlas, ser uno m�s all� donde va, Argelia puede resultar muy gratificante.

3.- Becaria: He recibido varios mensajes a ra�z del correo electr�nico plagado de insultos hacia m� que la becaria de mi oficina envi� a mis contactos. Por el tono empleado, m�s que un reproche personal parec�a una ruptura sentimental y algunos de los que lo han recibido lo interpretaron en esos t�rminos y quer�an conocer detalles escabrosos, que no existen. Se trata simplemente de una reacci�n extempor�nea de alguien carente de equilibrio emocional, dicho sin �nimo de molestar. Evidentemente, es ella quien qued� en evidencia, igual que los mensajes an�nimos que d�as antes dej� en el blog en relaci�n con otro tema. Yo no s� si fue a cuenta del Polisario por lo que se enfad� y reaccion� como un cr�o peque�o, porque no ha tenido la madurez de dec�rmelo. O si cree que cont� algo �ntimo suyo. No voy a perder el tiempo en tratar de adivinarlo cuando tiene boca para hablar y decirlo si le da la gana. Yo no soy capaz de guardar rencor a nadie, de modo que igual que hace diez d�as la hubiera estrangulado, ahora me hace hasta gracia y no estoy ni siquiera enfadado. Me da pena por ella, porque sea tan desagradecida y porque creo que es quien ha salido perdiendo, tanto profesionalmente, aunque ahora no le importe, como an�micamente. Difamar es algo muy serio y no saber rectificar un error tan grave invalida a una persona para asumir en su vida profesional un puesto de responsabilidad. Adem�s, tengo la impresi�n de que no ser capaz de liberar tanto odio no puede permitir ser feliz. Yo s� que no me merezco eso, simplemente.

4.- Psiquiatra: No he vuelto a ir. Yo no quise acudir a un psic�logo para superar el trauma posterior al atentado, sino a un profesional m�dico, por muy mal que suene lo de visitar la consulta de un psiquiatra. Al final me he recuperado yo solo, con la ayuda recibida en Madrid hace tres semanas. No voy a contar detalles, simplemente se�alar que no hay mejor experto que aquel que ha pasado por las mismas circunstancias y ha sabido analizar su proceso de recuperaci�n. A mi me ha servido. Cuando voy a la Oficina Comercial y veo los enormes maceteros que finalmente nos han puesto en la calle s� me fijo en que la distancia entre ellos es excesiva y a�n permite empotrar un coche de frente contra la fachada, pero a la vez veo el efecto disuasorio que entra�a. El pasado viernes d�a 11, con mucha gente obsesionada por el aniversario del primer atentado suicida de Argel, me lo pas� estupendamente solucionando unos temas personales, dando una vuelta por la ciudad, comiendo con unos amigos y visitando en compa��a algunos rincones interesantes. De modo que no tengo intenci�n de visitar de nuevo al psiquiatra.

5.- Saharauis: Ya he explicado antes que los comentarios insultantes recibidos son fruto de una enajenaci�n mental que a�n no s� si ser� o no transitoria. Me han escrito para agradecerme el haber ofrecido una visi�n m�s amplia de la que es habitual en los medios de comunicaci�n. Yo ya he dado mi opini�n, pero creo que la visi�n que puedo tener desde Argel est� distorsionada porque al final la pol�tica en los campamentos saharauis est� afectada por la forma argelina de hacer pol�tica. Yo pienso en esto como el alcalde mi ciudad, de Bilbao, que hace unos meses manifestaba a cuenta de la legalidad o no de colocar o dejar de colocar banderas en la fachada del Ayuntamiento que las banderas s�lo han servido hist�ricamente para separar en lugar de para unir. Me parece incre�ble que en una arena inh�spita como la del desierto del Sahara se quiera imponer a sus gentes, acostumbradas secularmente al nomadismo, una nacionalidad, un Estado y una bandera. Estos d�as se celebra, por cierto, el festival de cine de Tinduf, con la presencia de gente conocida. A m� ya se me pas� la oportunidad de bajar.

6.- Drogas: No s� si se produce hach�s en Argelia, sinceramente. He o�do decir que hay algo en la regi�n oeste, de Tlemcen a Bechar, pero no lo s�. El precio final en Argel no es el propio de un pa�s productor, de todas formas. Por 250 dinares, el equivalente a algo m�s de dos euros, se adquiere la cantidad suficiente para liar cuatro cigarrillos y si se sabe buscar y negociar se puede comprar por 200 dinares. De todas formas, los extranjeros acaban pagando casi siempre m�s para una calidad menor.

7.- Machismo: S�, Argelia es un pa�s muy machista. A mi, es una de esas cosas que me saca de quicio. No entiendo que a las personas se las valore o posicione en la sociedad por su sexo. No lo entiendo en Espa�a, cuando quieren que sea noticia que al frente del Ministerio de Defensa est� una mujer. Menos a�n en Argelia, cuando el sexo determina lo que se puede o no hacer. Yo me muestro combatiente hasta la exageraci�n. Y voy a contar una an�cdota personal de esas que casi nadie se atrever�a a publicar. Hace casi un mes recib� una llamada de una chica argelina que se hab�a equivocado de n�mero. A partir de ah� empez� a llamarme de forma casi enfermiza, incluso a las ocho de la ma�ana, o al m�vil espa�ol cuando me fui a Madrid hace dos semanas, mensajes de SMS, por correo electr�nico? Todo eso sin haberme siquiera visto. Resumiendo much�simo la historia, hace unos d�as celebr� Mariano una fiesta en su casa y le propuse a esta chica que viniera. Pero su respuesta fue que vive lejos y que una chica no puede estar fuera de casa a ciertas horas y regresar a medianoche, aunque yo le hab�a ofrecido acompa�arla de vuelta a su casa. Para ella era m�s l�gico decir en su casa que se quedaba a pasar la noche con una amiga, aunque la supuesta amiga era una simple excusa y la casa que ten�a en mente era la m�a. Si en lugar de tratarse de una mujer llega a ser un hombre, no hubiese tenido ning�n problema en regresar a casa de madrugada. Ella no combate esa forma de pensar de la sociedad diciendo que va a hacer exactamente lo mismo que su hermano, sino buscando una disculpa que le sirva para ese momento. As� no hace frente al origen del problema, la discriminaci�n. Otro ejemplo es el partido de f�tbol de este viernes contra la selecci�n de abogados de Argelia. Si yo fuese mujer, no dudar�a ni un momento en participar, aun sin saber darle una patada al bal�n. Pero ante un grupo elitista como es el de los abogados argelinos, que est�n a la cabeza de la discriminaci�n de la mujer con su rechazo a cambiar el c�digo de la familia, yo me presentaba a preguntar si en la facultad de derecho no estudian mujeres y c�mo es que en su equipo no hay ninguna, cuando nosotros vemos con naturalidad que juegue quien se quiere divertir, no discriminamos por saber jugar mejor o peor y mucho menos por razones de sexo. No s� si entender�an mi indirecta, pero me quedar�a la mar de feliz de soltar lo que pienso. Sin embargo, ya veremos el viernes cuantas chicas de las espa�olas, que ellas s� se lo pueden permitir, est�n dispuestas a tomarse la molestia de estar a las cuatro y media de la tarde en Bologhine y hacer el peque�o rid�culo de pegar cuatro patadas al aire, las mismas que dar� yo.

8.- Estado de �nimo: Estupendo, aunque cayendo. Regres� a tope de la estancia en la Pen�nsula. Incluso la que me encontr� montada nada m�s llegar me pill� con fuerzas para poner las cosas en su sitio, no iba a permitir que una hiena que est� de paso emponzo�ara nuestra Oficina para cuando se vaya. La bajada de tensi�n s� me castig� algo m�s, pero lo que me machac� realmente fue la jornada del s�bado pasado en la cl�nica con Mariano. Ahora estoy mejor que el domingo, pero voy a tratar de recuperarme este fin de semana; creo que me vendr� bien una escapada, aunque sea para quedarme una noche en un hotel a 50 � 100 kil�metros de Argel.

9.- Visado: Creo que no leer�n este post ninguno de los dos argelinos que me contaron maravillas por correo y que tras mi respuesta salieron con el tema del visado para ir a Espa�a. Dos historias casi id�nticas. Por si alguien m�s en circunstancias similares me leyera, yo no tengo nada que ver con la concesi�n ni denegaci�n de visados, ni escribo cartas de invitaci�n.

10.- Trabajo: No me gusta hablar de �l en el blog, porque a mi no me gusta tener secretos, cuento a veces sin darme cuenta cosas que no debo al no meditar previamente en la intenci�n de quien las escucha. Pero en cuestiones de trabajo debo ser cauto, por lo que lo mejor es no mencionarlo. A�n me estoy asentando; no conozco las empresas, ni espa�olas ni argelinas, pero conozco el pa�s, lo que funciona y lo que no, sus gentes y su forma de ser. Yo quiero que esta experiencia me aporte algo m�s y veo que estar�a siendo mejor aprovechado por una empresa privada. De todas formas, creo que nunca lo he contado, mi sue�o es poder realizar esta misma labor en un pa�s diferente, que no tenga nada que ver con Argelia. Y hacerlo bien. Como siempre me ha gustado la ense�anza, yo he impartido muchas clases en Bilbao (y he dado conferencias en Argelia, pero es otro tema diferente), mi mayor ambici�n cuando regres� hace unos meses era ense�ar, formar, a los becarios. Estos han casi desaparecido y la �ltima que quedaba tir� la toalla de su formaci�n hace unas semanas, as� que en ese sentido me siento algo frustrado. Estoy haciendo estos �ltimos d�as cosas nuevas, que me aportan formaci�n, y por ah� me encuentro contento, pero no me durar� mucho tiempo si no me puedo desarrollar profesionalmente.
Hoy he escrito mucho. Una prueba de que lo que escrib�a la principio, sobre lo f�cil que es dejar unas l�neas en el blog, es cierto. Mi asignatura pendiente como bloguero (neologismo, que no viene en el diccionario, dedicado a Marta y ella sabe porqu�) es la concisi�n.

miércoles, 16 de abril de 2008

Hace quince a�os

El 16 de abril es un d�a especial en mi relaci�n con Argelia, se trata de mi cumplea�os virtual.

Yo llegu� a Argelia por primera vez el d�a 16 de abril de 1993, contratado por la empresa Montajes Nervi�n para trabajar en la ciudad de Annaba llevando la parte administrativa de un contrato que otra empresa, Sidernaval, hab�a firmado para construir dos m�quinas de colada continua para un horno alto de la siderurgia de El Hadjar.

El choque cultural fue enorme, pero yo llevaba la mochila repleta de ilusi�n. Me ha pasado con alg�n joven que llega nuevo, que me veo reflejado en c�mo viv� yo esta experiencia. La primera sorpresa recuerdo que la recib� en el aeropuerto de Argel, cuando al ir a embarcar en el vuelo nacional para Annaba me encontr� con que mis maletas hab�an desaparecido, porque entre el aeropuerto internacional y el nacional no se aceptaba trasbordo de equipajes. Me toc� regresar al aeropuerto internacional, recoger con cuatro horas de retraso mis 50 kilos de libros y ropa y correr con todo ello al aeropuerto nacional, para embarcar por los pelos. Luego, en Annaba, creo recordar que eran los �ltimos d�as de Ramad�n, de modo que ese mundo desconocido se me hizo m�s fascinante. Y descubr� lo maravillosa que es la gente argelina, lo cercana y calurosa que es con aquellos que no se muestran altivos, pero tambi�n los pillos y aprovechados que corren detr�s del dinero. Yo me mostr� desde el primer momento como soy y le ca� fenomenalmente a la gente, igual que ellos a mi. Ten�a infinidad de amigos y conocidos.

All�, en Annaba, aprend� mucho, much�simo. Quiz�s fue en ese sentido el mejor trabajo de mi vida.

Primero, aprend� a manejarme entre dos empresas, una que me pagaba y otra para la que desarrollaba fundamentalmente mi trabajo, con profesionalidad y sin que una supiera nada confidencial de la otra.

Aprend� a tratar al pueblo argelino, mostr�ndome como soy, sin sentirme nunca superior a nadie, porque no lo soy. All� decidieron los responsables de la empresa nacional de siderurgia cambiarme el nombre de Jos� Antonio por el de Ahmed y llegamos a tal punto de mutua confianza que para firmar una ampliaci�n del contrato con la empresa espa�ola me pidieron que lo leyera para, si yo lo ve�a bien, firmarlo sin pasar por sus servicios jur�dicos.

Aprend� algo de tecnolog�a, porque para poder trabajar en una empresa de montaje y ser competitivo hace falta conocer los elementos con los que se trabaja. Yo consegu� que me dieran un mono de trabajo y tres d�as por semana iba una hora a la obra a conocer como iba todo y c�mo se trabajaba.

Aprend� tambi�n a gestionar una empresa. Lo que inicialmente parec�a que se limitar�a a llevar la administraci�n de una obra se convirti� en la legalizaci�n de una empresa en Argelia, la negociaci�n con las autoridades de ventajas fiscales, la contrataci�n de personal, la transferencia de fondos y muchas cosas m�s. Al final era yo el cabeza de una empresa a la que realmente no pertenec�a.

Aprend�, por encima de todo, a amar Argelia. En diciembre de aquel a�o 1993 comenzaron a asesinar a los extranjeros residentes en el pa�s y todos los expatriados huyeron. Yo repatri� a mi personal y me qued� cerrando legalmente la empresa, preparando liquidaciones anuales de impuestos y solucionando el problema de todas las importaciones temporales que hab�a efectuado de material de obra, para las que hab�a tenido que depositar varias fianzas en aduana. Se produjeron varios asesinatos en pocos d�as y me qued� como �nico extranjero, y sobradamente conocido por todos, en una gran ciudad. Mis amigos argelinos decidieron jugarse tambi�n la vida por m� y estuvieron haciendo guardia en la puerta de mi casa por si ven�an a buscarme. Incluso mi hu�da, varios d�as despu�s y v�a Constantina, result� arriesgada, en una regi�n que en esos momentos no controlaba el ej�rcito sino el llamado AIS, brazo armado del islamismo pol�tico al que hab�an usurpado la victoria electoral. Guardo infinidad de an�cdotas y recuerdos de aquellos d�as. Ahora mismo me quedo con las cuatro horas que pas� la v�spera llorando, abrazado a Wafia. Sab�amos que no nos volver�amos a ver, como as� ha sido.

Aquella primera experiencia me sirvi� para trabajar posteriormente en Argelia en el mundo de los hidrocarburos, en la ciudad de Skikda, con el grupo ABB. Y varios a�os m�s tarde, cuando llevaba un tiempo en el mundo de la formaci�n en comercio exterior, pude ingresar en la Oficina Comercial de Espa�a en Argel como Analista de Mercado, puesto para el que solicit� la excedencia y que he recuperado hace algo m�s de nueve meses.

Y todo empez� un 16 de abril de hace quince a�os.

martes, 15 de abril de 2008

Mariona, el Seny

La primera persona de la Oficina Comercial con la que habl� la primera vez que vine a trabajar, hace diez a�os, fue Mariona. Me llam� unos d�as antes para ayudarme a preparar mi llegada y buscarme una asistente que me limpiara la casa en la que yo iba a vivir. Luego nos conocimos en Argel el mismo d�a de mi llegada. Viv�amos en el edificio de Echo Bravo y muchas tardes yo sub�a a la quinta planta, a casa de Mari Carmen, para mantener una tertulia los tres. En los momentos de mayor riesgo en el pa�s era ese rato de conversaci�n el �nico momento de distracci�n de la jornada. Y no lo llev�bamos mal.

He de confesar que yo siempre he tenido en Mariona un referente. En realidad tengo cuatro, de los que puede contar tres. Suelo decir que Houria y Farid son, cada uno en su puesto, el prototipo del trabajador argelino ideal. Que conocer y entender a Houria es entender el pa�s y gan�rsela es haber triunfado en Argelia; as�, el tiempo que lleva distanciada de mi deber�a entenderlo como mi fracaso, aunque creo que es a ella a quien en esta ocasi�n le toca ir de frente y decirme todo lo que quiera, tal y como lo sienta. Farid, segundo referente, es para mi el ejemplo del argelino que sabe estar y responder, cuyo c�rculo b�sico son la familia y los amigos, no el trabajo, pero como un buen profesional lo realiza de modo impecable, sin que pueda hac�rsele el menor reproche. Si te disputas con Farid es que no vales para vivir en Argelia, directamente.

El tercer referente es Mariona, pero a diferencia de los otros dos no lo es en referencia al comportamiento hacia los dem�s, sino hacia m� mismo. La tengo como ejemplo de adaptaci�n serena a la vida argelina sin perder en ning�n momento su identidad. Es algo casi imposible de conseguir, pero que en Mariona se hace realidad. Lleva en Argel muchos a�os, creo que demasiados. Tras muchos a�os en la Oficina Comercial, se march� en los 90, cuando el riesgo f�sico de permanecer en el pa�s era excesivo. Volvi� unos a�os despu�s para sustituir una baja y acab� tomando la plaza de Administrativa Contable, hasta hoy, que es su �ltimo d�a en el puesto.

Cuando decid� regresar a Argel, hace unos meses, la primera persona a la que comuniqu� mi decisi�n de presentarme fue Mariona. Ella me recogi� adem�s en su casa los primeros d�as, cuando descubr� que aloj�ndome en el Hotel El Djaza�r gastaba cada d�a m�s de lo que ganaba. Tuvimos la oportunidad de hablar de muchas cosas; m�s que de conocernos mejor, de saber m�s de la evoluci�n que cada uno ha llevado en estos a�os en los que nos hemos limitado a mantener una comunicaci�n por carta de vez en cuando.

Tras el atentado del 11 de diciembre, aquella noche fui con Erika a visitar a Mariona, para que nos hablara un poco desde su serenidad y experiencia de su visi�n del pa�s, algo que me parec�a muy �til para la becaria, con la que quer�a compartir ese referente. Tambi�n acud�, esta vez solo, a Mariona m�s tarde, en enero, cuando yo lo estaba pasando muy mal. Necesitaba escuchar un consejo y nadie mejor que ella para hacerlo de forma serena y responsable, como as� fue. La �ltima vez que me dio un consejo coincidi� tambi�n con mi �ltima crisis, cuando me cay� un �rbol sobre el coche y con �l todo el mundo. Fue un derrumbe general y decid� en un par de minutos que no me merec�a la pena seguir en Argelia, que me marchaba ese mismo d�a. Ahora veo que s� necesitaba desaparecer tres o cuatro d�as y pasarlos en casa, estaba muy falto de un �mbito en el que desahogarme y recargar las pilas. No haberlo hecho fue una equivocaci�n, aunque faltaban cuatro d�as para que viniera mi hermano a verme. Creo que no me manifest� realmente lo que ella sent�a, sino lo que la cabeza le dijo que me comunicara.

Mariona no se jubila, como podr�a parecerle a quien sin conocerle haya le�do que llevaba muchos a�os trabajando en la Ofecomes. Va a seguir en activo, pero en su querida Barcelona, cerca de su madre (una se�ora entra�able), de su hijo, de su nuera y del resto de su familia. Pasear� su estilo y su clase por las calles barcelonesas, sin necesidad de reducir su vida a las cuatro paredes de un Echo Bravo catal�n.

Desde el dolor en lo personal por tenerla lejos a partir de hoy, por no poder mirar a uno de mis referentes a la b�squeda de un consejo para mi propia vida, por carecer en la oficina de un pilar sereno, le deseo lo mejor en su nueva singladura. No publico m�s que una foto, en consonancia con la sobriedad de quien ha dejado tan profunda huella en sus compa�eros.

Suerte, mucha suerte, Mariona. T� te la mereces como nadie.

lunes, 14 de abril de 2008

Republicanos

Con mi habitual facilidad para meterme en todos los charcos, no puedo dejar pasar la fecha del 14 de abril para escribir sobre los republicanos españoles de hace setenta años. Me temo que a alguien no le gustará, por esa manía de algunos, y algunas, de cocear cuando la opinión de los demás no coincide con la suya.

No voy a defender ni a atacar la II República Española, como a más de uno le gustaría. Creo que en política hay muy pocas cosas defendibles. Casi todo está basado en la proyección de ideas hacia la divergencia, en lugar de tratar de buscar puntos en común, fundamentalmente porque es la confrontación la que permite a los políticos y dirigentes estar ahí y vivir de la ingenuidad de mucha gente. Yo creo que un reino no puede ser nunca democrático, porque parte de la idea de la desigualdad en el origen, que por nacimiento uno tiene más derecho que los otros a liderar la nación, que unos nacen reyes y príncipes y otros súbditos y vasallos. Hay algún caso de país con hija primogénita más bien escasa de luces, lo que no le impide dar a luz de vez en cuando, que no llegará a reinar, para alivio de sus súbditos, por dar la ley preferencia a su hermano pequeño por el hecho de ser varón. Y cuando surgen las llamadas familias reales eso puede dar lugar a una pandilla de vagos viviendo a cuenta de los trabajadores de ese reino. Ejemplos hay varios, con orejas de soplillos o que soplan hasta por las orejas.

Y ya centrándome en la piel de toro, nunca he entendido a los que hablan sobre la legalidad republicana española, como si ésta tuviese en su origen algún viso de legalidad, nacida de la interpretación falsificada de unas elecciones municipales y un golpe de Estado en la práctica desde el poder ejecutivo. Y sentirse heredero de la II República, de unos antepasados que no supieron crear una nación en la que cupieran todos, creo que debería ser más bien motivo de vergüenza, porque quienes así se definen demuestran mantener unos planteamientos excluyentes, impropios de nuestro siglo.

Por todo eso, porque luego se me enfada la gente, prefiero no hablar de las ideas republicanas, sino de los republicanos. Y es que Argelia fue la receptora de un buen número de españoles que, cercana la derrota en la guerra civil, se vieron obligados a huir al extranjero. En esos momentos Argel era la tercera ciudad francesa y la calidad de vida de la que gozaban los europeos, que no el pueblo indígena, hacía de Alger la Blanche un destino muy apetecible. Dentro de Argel fueron muchos los que se instalaron en los alrededores del centro, en la zona alta de Hussein Dey, en las cercanías de lo qe ahora es Riad el Feth (monumento a los mártires), en la parte alta de El Biar y, sobre todo, en Bab el Oued. Durante muchos años se ha identificado el barrio de Bab el Oued con la forma de ser más abierta y cercana a la argelina, con el carácter español. De hecho, yo me siento como en Orán cuando paseo por las calles de este barrio al oeste de la Casbah de Argel.

En el resto de Argelia también hubo republicanos que se instalaron, especialmente en la ciudad que acabo de citar, Orán. Los que lo intentaron más tarde, creyendo que iban a ser recogidos por barcos paar continar sus vidas en otros países descubrieorn que esos dirigentes por los que luchaban se habían buscado exclusivamente su solución personal, mientras que quienes llevaban tiempo luchando como simples soldados y con una casi segura condena a muerte por los llamados delitos de sangre se encontraban a la merced del destino en Alicante o Algeciras. Por eso, hubo quienes no tuvieron tanta suerte, si es que tiene algo que ver con la suerte que la intolerancia y el odio te impidan vivir en tu tierra, y su estancia en Argelia se desarrolló en circunstancias muy duras. Hay que recordar que tras la invasión nazi de Francia, Argelia quedó bajo jurisdicción del gobierno de Vichy. A ver si Ernesto se anima un día a contar por escrito la historia de Max Aub en el campo de concentración de Djelfa, antes de huir a México, que yo prometo colgar de este blog. Sé que además es un tema polémico.

Fotos de hospital

Aqu� va las fotos que le saqu� a Mariano en la cl�nica El Azhar. Aclaro que no significa "azar", no te curas por mera casualidad, sino "azahar".
Puede comprobarse que a las tres horas de la intervenci�n ya ten�a ganas de broma...


Aqu� va un detalle de su pierna con la rodilla reci�n operada:
Y, a petici�n del enfermo, una muestra del concepto de seguridad en el trabajo en algunos �mbitos. Aunque el riesgo es menor estando a la puerta de una cl�nica, en la que se pueden recibir cuidados inmediatamente si se lleva dinero en efectivo, la altura a la que estaba subido el operario correspond�a a un cuarto piso.
En fin, que las primeras casi 48 horas han pasado bien, tiene la pierna operada algo inflamada y ayer a�n manten�a dolor de cabeza, l�gico tras la anestesia epidural si no bebi� agua suficiente el segundo d�a.

domingo, 13 de abril de 2008

Cansancio

Ayer fue un d�a agotador. Yo vine muy fuerte hace diez d�as de mi estancia en casa y he pasado una semana genial, pero el s�bado entero en el hospital con Mariano me ha cansado f�sica y psicol�gicamente. La buena rozadura lateral que me he hecho en el coche no deber�a haberme afectado tanto, por ejemplo. Pero bueno, uno tiene sus l�mites y ahora espero recuperar un poco de energ�a para esas pilas que llegaron tan cargadas.

Suelo escribir por la noche, porque me quedo haciendo cosas hasta las tres de la ma�ana y luego me levanto a las siete. Con esas cuatro horas de sue�o (algo menos, porque nunca me acuesto realmente a las tres) me suele bastar. Anoche, sin embargo, me met� en la cama a las doce y media y me he despertado cerca de las seis, cuando a�n no hab�a amanecido, aunque ya se ve�a que el cielo vuelve a estar azul en Argel tras las lluvias de agua y barro de d�as pasados. Pero no tengo muchas ganas de escribir, estoy a�n cansado.

Esto es lo malo de trabajar los domingos, que no te puedes quedar en la cama para simplemente no hacer nada.

sábado, 12 de abril de 2008

Mariano: Diario m�dico

Escribo desde la Cl�nica El Azhar de Argel. En la ma�ana del s�bado. He venido acompa�ando a Mariano, que hoy se opera de menisco. En la larga espera, intentar� contar o que va sucediendo y luego lo subir� al blog.

Hemos empezado pronto la ma�ana, porque a las siete y cuarto ya he recogido a Mariano en su casa. Vive en un sitio muy agradable, pero con una gente que es para echar de comer aparte. El otro d�a fue el vecino del segundo quien se quej� de ruidos porque habl�bamos en alto y se puso a aporrear la puerta con una falta absoluta de educaci�n. Hoy es el guardi�n de la entrada el que se encara conmigo para que vaya moviendo el coche de un sitio para otro durante los cinco minutos que tarda Mariano en bajar de su casa. Con el tercer cambio ya me harto y le digo que no, de modo que he conseguido tener mi primera discusi�n de tr�fico tras regresar de Bilbao al cabo de nueve d�as. Pero es que tener que levantarse a las seis menos cuarto de la ma�ana, m�s bien de la noche, y en d�a no laborable, tampoco deja mucho margen para mostrarse comprensivo y conciliador.

Son las ocho de la ma�ana. Es a la hora a la que citaron a Mariano para la artroscopia y hemos sido puntuales. En recepci�n son diligentes. La primera sorpresa es que me hacen firmar a m� un papel en el que autorizo a realizar cualquier intervenci�n que juzguen necesaria, a asumir sus consecuencias y a pagar el coste. Lo que sorprende es que tenga que ser yo quien firme un papel en el que s�lo aparece mi nombre, no el del enfermo. En sentido estricto, lo que autorizo es a servirles de conejillo de indias y encima tener que pagarlo. Mariano est� nervioso y jugando con las muletas, al punto que nos echan del lugar de espera y nos ponen en un rinc�n.

Ocho y diez de la ma�ana. Nos han subido a una habitaci�n. Antes han reclamado un dinero a cuenta, que Mariano no hab�a previsto, pero se ha solucionado f�cilmente. En la habitaci�n empieza a fijarse en los peque�os detalles de falta de calidad. Este Mariano no aprender� nunca, sigue comparando Argelia con Europa. Llega la enfermera con el aparato de tensi�n y alg�n armatoste m�s. Mariano le dice si necesita su brazo y la enfermera, con una sonrisa p�cara le responde que necesita todo su cuerpo. Inmediatamente le entrega uno de esos camisones hospitalarios y le indica que se quite toda la ropa, insistiendo en el ?toda? un par de veces. A�n as�, la enfermera le tendr� que recordar m�s tarde, muy divertida, que la ropa interior formaba parte del ?toda?. Yo creo que lo ten�a previsto el muy pillo, porque le dijeron que se depilara la pierna a operar y se ha depilado las dos. En fin, hasta ah� puedo escribir?

Ocho y media de la ma�ana. He descubierto con la balanza de la cl�nica que peso un kilo m�s que Mariano, 77 frente a 76, aunque yo estoy vestido y el no, toda vez que la enfermera s�lo le ha dicho a Mariano que se quite la ropa. Yo deber�a quejarme, que el que ha firmado en recepci�n que se deja hacer de todo soy yo, no �l. Esto no puede ser, seguro que si el que presenta tipo atl�tico soy yo ahora me estar�a colocando a m� las pegatinas por el cuerpo. Y la enfermera es guapa, que s�lo llevo una semana desde que he regresado y mantengo intacto el sentido del gusto. En fin, habr� que recuperar el r�gimen porque ayer viernes me pas� entre alubias, pollo y pastel de almendra para comer; cr�pes Nutella (una crema de cacao francesa similar a la Nocilla) para merendar; y bonito en escabeche, anchoas en aceite, mejillones y un buen paquete de jam�n ib�rico precortado para cenar. Pero vamos a volver a lo que ocurre en la cl�nica, que estoy desvariando.

Ocho y cuarenta de la ma�ana. Se han llevado a Mariano y detr�s me echan a m�. Dicen que no puedo quedarme en la habitaci�n y que las visitas son a partir de la una, que me d� una vuelta. No s� qu� vuelta se puede dar por el far-west, si est� todo el barrio medio sin hacer, con calles sin asfaltar y casas sin el l�gico lucido de la fachada. Recojo todo para no dejar objetos de valor en la habitaci�n y consigo convencer al enfermero de que a las once me intentar� dar alguna informaci�n si regreso. Al final consigo que me dejen permanecer en la supuesta sala de espera en la que se convierten las cuatro sillas colocadas en la escalera del edificio. Hay dos operarios tratando de arrancar un gran ventanal met�lico y se han liado a martillazos con �l a un metro de mi. Sobre dos de las sillas cae todo tipo de cascotes y el ruido con el mazo, porque no es en sentido estricto un martillo lo que emplean, es ensordecedor y muy molesto. Lo sorprendente es que la gente lo ve normal. A uno de los empleados le llaman por tel�fono y responde cuando pone por todas partes que no se pueden usar los tel�fonos celulares. Desde luego, es una pena haberme dejado la c�mara de fotos en la oficina, esto merece ser inmortalizado.

Nueve y cuarenta de la ma�ana. Sin noticias de Mariano, que lleva m�s de una hora en el quir�fano. Me ha llamado la Consejera comercial para interesarse por �l, pero era muy poco lo que le pod�a contar, no iba a hablarle de las sonrisas de la enfermera cuando pasa por esta sala de espera, mitad escalera y mitad nevera, ahora que han arrancado la ventana. Como tarde mucho Mariano, explicar� que el que se deja hacer de todo soy yo. El responsable del hospital, que habla espa�ol, ha venido y me invita a dejar el lugar, porque las visitas deben aguardar en el exterior hasta la una. Al final me busca un lugar en el que poder conectar mi ordenador port�til. Desde luego, �ste no es le lugar m�s adecuado, mientras dan detalles de las tres parturientas que tienen en estos momentos y de la dilataci�n de cada una de ellas. Igual tengo suerte y asisto hoy a un parto, tal y como est�n las cosas por aqu�.

Once menos cuarto de la ma�ana. Ha venido Kamel en taxi para acompa�arme en la espera y estar con Mariano. Hasta la una no me dejar�n subir, pero me confirman que la operaci�n ya ha terminado, que todo ha ido bien y que est� recuper�ndose de la anestesia local en una sala. Llama Marta para recibir noticias y de nuevo la Consejera. Poco les puedo contar. Estas esperas acaban con cualquiera y ya me he comido un paquete entero de mis galletas favoritas.

Una de la tarde. En la cafeter�a casi no se pod�a estar, porque desde mediod�a ha sido invadida por el personal del hospital, en plena pausa para comer. No he encontrado un lugar donde comprar una ensalada de pimientos y he acabado comiendo unos filetes fr�os de embutido de carne con Coca Cola Light. Nos dejan subir y ah� est� Mariano todo feliz. Bajo las s�banas se observan dos bultos correspondientes a ambas piernas, parece que no le han cortado ninguna pese a la autorizaci�n que me hicieron firmar. Le saco unas cuantas fotograf�as para la posteridad y hablo con la Consejera y con Marta. Tiene humor para explicarme la brusquedad con la que conduc�a la camilla el auxiliar que el llev�, un poco re�ido con la higiene personal. De todas formas, ni las s�banas de la cama ni mucho menos la manta ofrecen la imagen de limpieza que uno espera.

Dos y media de la tarde. Por fin le han dado de comer. Tuve que preguntar si ten�a que ocuparme de comprar la comida o la bebida, porque desconocemos las costumbres hospitalarias de Argelia. El anestesista ya le indic� que ten�a que beber bastante agua, pero no le hab�an puesto ni vaso ni botella. He aprovechado para se�alar lo que le faltaba cuando he bajado a acompa�ar a Kamel a tomar un taxi y al subir ya le hab�an tra�do todo. Empieza a pas�rsele el efecto de la anestesia y surgen las primeras molestias. No son importantes, porque se preocupa m�s por el hecho de que lo tienen desnudo bajo la s�bana y no deja de darle vueltas a la situaci�n ante la que se enfrentar� cuando vengan las enfermeras a ayudarle a ir al ba�o si bebe agua.

Cuatro de la tarde. Hace un rato vino la enfermera para tomarle la tensi�n y temperatura. Luego todo se ha desarrollado con gran rapidez. Tras un par de bromas sobre la desnudez que tan preocupado le ten�a a Mariano, le proporciona un camis�n para poder ir al ba�o. Inmediatamente le traen la merienda y casi a la vez los papeles en lo que parece ser un alta hospitalaria, sin que haya pasado a verle el m�dico. Tambi�n llama en esos momentos Ernesto y hablan un poco entre ellos. Al volver del ba�o empiezan las t�picas molestias de haber forzado en exceso los movimientos. Finalmente nos confirman que el m�dico no vendr� a verle, que no pasa consulta en la cl�nica y que cuando se encuentre con fuerzas que acabe de vestirse y que me lo lleve a su casa. Vamos a intentar que al menos el m�dico deje instrucciones de lo que debe hacerse en los pr�ximos d�as.

Cinco de la tarde. Ya hablaron con el m�dico y dej� instrucciones verbales para toda la semana. Tambi�n dej� en un sobre una baja m�dica de diez d�as, la receta con los medicamentos que habr� que comprar y le cita a su consulta para dentro de una semana. Luego he bajado algunas cosas al coche y al subir a la habitaci�n ya no estaba all�, como en las pel�culas de misterio. El compa�ero de cuarto es quien me ha explicado que se lo han llevado a la calle. Me ha costado un buen rato localizarle, junto a la salida. Son las ganas que tienen de dejar libre una cama. Maniobrando con el coche para acercarlo a la puerta he sufrido un percance con los andamios de obra y he rallado la parte izquierda del veh�culo, las dos puertas y he arrancado parte de las molduras. Me costar� cara la reparaci�n de mi primer accidente tras el regreso de Bilbao, me temo.

Siete de la tarde. De camino a casa de Mariano sus molestias han ido en aumento y empieza a estar de mal humor. Hemos parado en una cafeter�a para que fuera al ba�o, porque los efectos de la gran cantidad de agua que ha ingerido empezaban a sentirse en su vejiga. Al pasar por delante de mi casa he aprovechado para subir a colgar la ropa que dej� lavando, lo que no ha gustado nada a Mariano, est� claro que su mal humor se va incrementando conforme aumentan las molestias. Sabe que s�lo tengo mujer de la limpieza los domingos y que si no est� la ropa seca ma�ana me quedo sin nada que ponerme planchado toda la semana, no deber�a ponerse as� si sabe que llevo fuera de casa por �l desde hace doce horas. �C�mo son los enfermos! Hemos llegado a su casa y parece que ya se queda m�s tranquilo. Le dejo para comprar los medicamentos que no quiso que adquiriera junto a la cl�nica y ahora me manda poco menos que con cajas destempladas a la farmacia de Didouche Mourad.

Ocho y media de la tarde. Acabo el diario. Tuve suerte y encontr� una farmacia abierta. As� descubr� que una de las medicinas es una inyecci�n subcut�nea. Yo me atrevo a inyect�rsela, pero he buscado una soluci�n que me involucre un poco menos. Con ayuda de la Consejera he localizado a Lourdes, la hermana Agustina, que se acercar� esta noche a pon�rsela. Ahora he hablado con Marta, que acaba de llegar a casa de Mariano y a ver si entre los dos lo calmamos para que haga buen enfermo.

As� transcurri� un d�a de hospital en Argel. No puedo colgar las fotos porque no tengo medios para descargarlas, pero lo har� en un post extraordinario, para que todos sus amigos dispersos por el mundo vean que en Argel lo tratamos bien y que sigue con todas las piernas con las que lleg�.