jueves, 31 de enero de 2008

Muy personal

Por primera vez desde que escribo este blog me ha llegado un momento que no ten�a ganas de contar nada. Hay cosas que ahora mismo no me apetece publicar y pensaba guardar silencio total.

A un grupo de unos 40 amigos y conocidos les he enviado hace unas horas un correo electr�nico mostrando mi estado de �nimo. Tengo que tomar una serie de decisiones que afectan a mi salud y adivino cu�l puede ser el futuro. Me duele, pero es lo que hay.

Tengo a mi alrededor un mont�n de gente que trata de ayudarme. Son encantadores, al punto de hacerme sentir peor si tomo la decisi�n l�gica de marcharme. Cuento los tres �ltimos, de las �ltimas horas. Un amigo argelino me estuvo llamando anoche, sabiendo que estaba yo bastante mal, para venirse a pasar la noche a mi casa y que no me encontrara solo en ning�n momento. Me cost� disuadirle y hemos hablado incluso de madrugada. El guardi�n de mi edificio me ha explicado esta ma�ana, a eso de las siete y media, sin yo decirle nada, que lleva un tiempo observ�ndome y que mi problema es que falta una mujer en mi vida. Me ha contado su historia personal, con muchos detalles. Me ofrece su amistad para que me inserte mejor en la vida social de Argel, que vea las cosas de otra forma. El tercer caso es el de la se�ora de la limpieza de la Oficina Comercial, que hace un rato tambi�n se ha dado cuenta de mi estado de �nimo y esta ma�ana del jueves ha venido a ofrecerme su ayuda y ponerme su caso como ejemplo. S�lo puedo darles las gracias a todos, porque la amistad no se demuestra en las fiestas, para eso sirve cualquiera, sino en los momentos de dificultad. Y veo que si lo necesito puedo contar con muy buena genet a mi alrededor. Voy a tratar de encauzar estos d�as los dos problemas que ahora mismo m�s me inquietan, la hipertensi�n y la obesidad.

Mi fracaso en el r�gimen de adelgazamiento ha sido total. En lo que va de mes he engordado seis kilos, comiendo de manera compulsiva. He tirado por la borda el esfuerzo de dos meses en s�lo tres semanas. Y no le veo soluci�n. Adem�s, me ha perjudicado directamente a la salud y mi hipertensi�n va a mucho peor. Ayer estuve comiendo como un cerdo, de esos que aqu� no hay, y luego me sent�a fatal conmigo mismo. El hecho de necesitar estar con gente y que todos aquellos con los que quedo lo que pretenden es sentarse alrededor de una mesa, me hace ver la incompatibilidad entre estar acompa�ado, que lo necesito much�simo, y seguir mi r�gimen, que tambi�n. Tengo que elegir, salud f�sica o salud mental.

Me ha escrito Jon un mensaje en un post anterior de este blog, el titulado "El finde" y me propone competir, ahora quecuenta con uan b�scula electr�nica, con la condici�n de no desvelar su sobrepeso. Para quien no lo haya le�do, me advierte de que el competitivo soy yo, no �l. Vamos, que lo hace por amistad, pero s� que adem�s es capaz de seguirlo en serio y adelgazar, que lo necesita tanto como yo.

Yo estuve compitiendo con una compa�era de trabajo durante una temporada, para perder todo el sobrepeso en cuatro meses, hasta el 20 de marzo. Me pesaba todos los d�as y el hecho de demostrar que lo estaba siguiendo y adelgazaba me motivaba a respetarlo incluso cuando estaba solo. Por circunstancias personales nuestras, la apuesta perdi� el sentido hace unas semanas (aunque ganara, yo no aceptar�a ahora el premio apostado) y he intentado competir a distancia con una amiga que no lee el blog. Ella sigue la dieta seg�n mi receta y me tiene absolutamente vencido, pero yo soy incapaz de motivarme en la distancia, ya que nadie me controla en el dia a d�a. Por eso, creo que voy a aceptar el reto de Jon, pero tengo que convencer a alguien en Argel para que haga de testigo, que pueda comprobar todos los d�as que efectivamente estoy adelgazando. Tengo tres candidatos a notario en la cabeza y cuando me decida se lo dir� a Jon. Pero que conste que ahora mismo me sobran por lo menos 10 kilos, aunque el reto lo pondr� en 14.

No revelar� los kilos que te sobran, Jon, pero dime si aceptas que si pierdes la apuesta lo pueda publicar. Y piensa qu� humillaci�n p�blica, a cambio, quieres hacerme sufrir si me ganas. Estoy dispuesto a todo.

Gracias, Nacho, por el mensaje que me has dejado. Tendr�s la oportunidad de conocer a toda esta buena gente cuando vengas.

miércoles, 30 de enero de 2008

ASESINOS

Siempre escribo este post durante la madrugada, desde el ordenador port�til de casa. Luego, durante el d�a, lo cuelgo del blog. Por eso, ahora, cuando empiezo a escribir, son las dos y media de la madrugada del d�a 30 de enero.

Mi jornada de trabajo del martes se ha visto alterado desde la ma�ana por la noticia de un atentado terrorista, otro m�s, en la Cabilia, a un centenar escaso de kil�metros de Argel. En todo el d�a no he conseguido ya rendir, pr�cticamente no he hecho nada �til. Desde el pasado 11 de diciembre vivo estas noticias con inquietud y me afectan mucho m�s que antes. La noticia me la comunic� a primera hora de la ma�ana desde Barcelona mi amigo Bogdan. Luego, vi alguna noticia en Internet cuya lectura trat� de evitar. Hacia el mediod�a vino Fernando a contarme que el kamikaze del atentado hab�a sido una mujer. Se equivocaba Fernando, no hab�a sido una mujer; porque para ser mujer hay que ser primero un ser humano. Hab�a sido, como siempre, una despreciable alima�a alienada por seres igual de despreciables que ella. Finalmente, por la noche, en casa de Chus, contempl� algunas im�genes en la televisi�n.

No s� nada m�s. No he querido saber nada m�s. Como dej� escrito con motivo del atentado del que fuimos v�ctimas en diciembre, no voy a darles voluntariamente el gusto de facilitar lo que buscan, la notoriedad de sus cr�menes.

A mi me han destrozado parte de mi vida. Ayer me confirmaron una p�rdida de capacidad auditiva. Adem�s de los episodios de p�nico irracional que de vez en cuando me afectan, llevo un tiempo con una actitud retadora en cuanto algo no sale como yo quiero. Este martes no quise decir nada del atentado a los que me rodean, pero tuve que disculparme con una compa�era de trabajo y el pobre cajero de Meli Melo con los que, una por escrito y el otro de palabra, estuve impertinente. Los asesinos no consiguieron matarme, pero al menos conseguir�n que la gente deje de hablarme.

No he querido conocer detalles del atentado, no s� en qu� localidad ha ocurrido, ni las circunstancias. Me da igual, el da�o es el mismo. De todas formas, como aspecto positivo, he tenido la suerte de estar acompa�ado todo el d�a del martes y an�micamente no me he hundido, como otras veces me suele pasar.

Yo no les odio, simplemente les desprecio. No les deseo que se mueran, ni que sufran la muerte o el dolor en sus seres queridos. Soy contrario a la pena de muerte, porque no es justicia, sino venganza. Como cristiano, creo que es Dios el �nico que da y quita la vida, yo no me otorgo ning�n poder sobre la vida de los dem�s. Simplemente me gustar�a que me dejaran en paz, que nos dejaran a todos en paz.

martes, 29 de enero de 2008

Fotos y aclaraci�n

Tengo bastantes respuestas que ofrecer y el compromiso de insertar fotograf�as.

La primera foto, que tengo desde hace d�as epndiente, es la relativa a uno de los deportes nacionales argelinos. El primero es sujetar paredes. en las calles, que practican con asiduidad los hombres. El segundo, que tambi�n causa furor en Espa�a, es ver trabajar a otros. La fotograf�a que adjunto muestra la sensaci�n que en el p�blico causa ver trabajar a una gr�a. M�s all� de las veinte personas que aparecen en la fotograf�a y las tres que se dislumbran al fondo, hab�a muchos m�s mirando... y uno solo trabajando. La imagen est� tomada en el puerto de Tipaza, que con las obras de ampliaci�n ganar� en prestaci�n de servicios, pero est� acabando con los vestigios del puerto fenicio.

Tambi�n, y esto es una broma (vamos, all� el que se lo quiera creer), debo adjuntar la fotograf�a del amor que he encontrado en Argelia. Es mi peque�o secreto que voy a descubrir, porque s� que ella no accede al blog y no se va a enterar:Como puede comprobarse en la fotograf�a, nos queremos con locura. De todas formas, que sepan las lectoras que estoy dispuesto a dejar a mi amada por otra m�s convencional. Y esto s� que va en serio.

Mi hermano Ignacio me pide que rectifique el nombre de su asociaci�n de ayuda a la infancia, que se llama SOS INFANCIA. Escrito queda.

Adjunto igualmente fotograf�a de la cena del domingo en un restaurante de Argel al que nos llev� Mariano, que se llama Les Deux Chameaux (Los Dos Camellos, en castellano), en el n�mero 8 de la calle Hamani, cerca de La Grand Poste. Yo, personalmente, no lo recomiendo, no me gust�. S� que es uan cuesti�n de gustos, pero me pareci� m�s voluntarioso que efectivo. Los platos no estaban especialmente ben eleborados y muchas de las cosas que figuraban en la carta no estaban disponibles. De hecho, yo acab� pidiendo un plato de callos, que en realidad era de pie de ternera, en el que lo �nico que se ve�a era la salsa y mucho hueso. Adjunto la fotograf�a, por supuesto.Jos� Antonio

lunes, 28 de enero de 2008

Con dos rombos

Cuando yo era peque�o se utilizaba en la televisi�n un sistema de rombos para indicar los programas que no eran adecuados para los ni�os. En aquella �poca eran los padres los que mandan en casa, tambi�n en la m�a, y acab�bamos pronto en la cama. Ahora son los hijos los que mandan y poseen el mando a distancia, as� que el sistema de los rombos carece de mucho sentido.
Contaba hace unos d�as c�mo funciona en Argel el mercado del sexo. Y he recibido m�s de una pregunta al respecto, m�s en relaci�n con las costumbres sexuales que con la prostituci�n, que es de lo que escrib� la otra vez. Como voy a escribir de prostituci�n, sexo anal y oral, homosexualidad y dem�s variantes, creo que es mejor empezar poniendo dos rombos a mi post. Esta vez lo publico al atardecer, fuera de horario protegido...

Por lo que yo he visto, en el mercado de la prostituci�n no existen apenas diferencias entre el este, el centro y el oeste, pero s� con el sur. Lo que podr�amos denominar prostituci�n de lujo se concentra en los buenos hoteles y lugares de ocio nocturno de Or�n, Argel, Bejaia y Annaba, fundamentalmente. Fuera de estas ciudades, la calidad, por llamarla de alguna manera, decae de forma llamativa. El precio tambi�n var�a entre la capital, un m�nimo de 50 euros, y las dem�s localidades.

Contra lo que pueda pensarse, no son los extranjeros el objetivo de este mercado. La gran mayor�a de los clientes son argelinos y casados, buena parte de ellos de paso por la ciudad. En cambio, los extranjeros suelen ser presa codiciada de algunas j�venes que, con menos escr�pulos morales que la mayor�a de la poblaci�n, aprovechan su estancia por estudios lejos del hogar familiar para mantener una relaci�n estable, durante un cierto tiempo, con alg�n expatriado que les resulte de su agrado y les permita acceder a un estatus que de otra forma les est� vedado. Yo vivo enfrente del colegio mayor femenino de Ben Akn�n, lugar de sobra conocido en Argel por la cantidad de coches que por las tardes pasan a recoger a chicas internas en la residencia, para pasar la noche fuera.

Hace unos a�os hablando con una chica estudiante, que llevaba un par de meses saliendo y manteniendo relaciones sexuales con un espa�ol bastante mayor que ella, me comentaba que un extranjero le proporcionaba un trato de igualdad que no pod�a encontrar en un argelino. Me pon�a como ejemplo que ella pretend�a evitar la ruptura del himen, como s�mbolo de virginidad de cara a un futuro matrimonio, y manten�a �nicamente relaciones sexuales con penetraci�n anal, lo que este espa�ol aceptaba (�l, adem�s, dicho sea de paso, estaba encantado), pero que sab�a que si mantuviera las relaciones con un argelino intentar�a presionarle y forzar su voluntad. Luego estuve indagando m�s casos, por pura curiosidad, y eran muchas las chicas que recurr�an a id�ntica artima�a para aparentar una absurda virginidad. Ahora, pasados siete a�os, la mentalidad ha cambiado y se le da menos importancia que antes. No obstante, tambi�n entre los argelinos se da lo del jugador de parch�s, que se come una y cuenta veinte. Incluso en Argel, que como gran ciudad permite una libertad de movimientos de la que se carece en localidades peque�as, la mayor�a de los j�venes veintea�eros reconoce en privado que no ha mantenido nunca relaciones sexuales plenas, pese a aparentar lo contrario cuando est� en cuadrilla.

La sociedad argelina es mucho m�s machista que la espa�ola. Como entre nosotros hasta hace pocos a�os, los varones presumen de sus experiencias sexuales y lo hacen dedicando insultos que todos conocemos a quienes han compartido con ellos el lecho, porque hay que ser muy... eso, no lo voy a escribir, para hacer exactamente lo mismo que �l, un machote, se jacta de haber hecho. No digo que entre nosotros ya no pase, pero no hay ni punto de comparaci�n con la presi�n que ellas tienen en Argelia. M�s de una vez me he acabado levantando de la mesa en la que estaba porque se me revolv�an las tripas ante ese grado de hipocres�a. Incluso entre una cierta clase social es habitual asistir a saraos nocturnos llevando como pareja compa��a femenina de pago, porque �l no puede permitir que su esposa, la madre de sus hijos, vaya a determinados sitios. Como contrapunto, conoc� a un abogado de Argel cuya hija estaba estudiando derecho y hab�a decidido ir con ella a todas esas fiestas para que conociera a pol�ticos, militares y jueces. Cuando se enteraban de que era su propia hija y le preguntaban c�mo se atrev�a a actuar as�, respond�a que si le invitaban a �l, hombre casado, era porque se trataba de un lugar decente; y si no resultaba adecuado para su hija, tampoco para �l. Pero quienes act�an y piensan as� son una minor�a.

En cuanto a la homosexualidad, en Argelia est� muy mal vista y la sodom�a legalmente penada. Sin embargo, el porcentaje que quienes han mantenido alguna experiencia homosexual es muy elevado, al menos entre los hombres, especialmente en su adolescencia. Entre las mujeres no he llegado a saberlo pese a preguntarlo y casi me gano un bofet�n en un par de ocasiones por mi exceso de curiosidad, pero intuyo que la zafiedad de buena parte de los varones, las muchas personas que conviven bajo el mismo techo y lo poco que las mujeres salen a la calle llevar�n en muchos casos a relaciones l�sbicas.

Alguien me pregunt� hace poco sobre tama�os, la talla del miembro viril entre los argelinos. Estuve el otro d�a en una feria del sector farmac�utico y lo pregunt� en los dos stands de fabricante e importador de preservativos. El primero no me tom� muy en serio y posiblemente me tom� por un salido, o le resultaba violento el tema. La segunda, una doctora, me ofreci� bastantes explicaciones. Por resumir, digamos que el tama�o del pene argelino est� dentro de los est�ndares europeos, aunque en el sur del pa�s y entre los tuaregs se mejora la media.

Contra lo que pudiera pensarse, no hay muchas diferencias con Espa�a sobre el recurso a m�todos anticonceptivos, incluso en zonas rurales. Tuve la oportunidad hace poco de leer un reciente estudio sobre la sexualidad femenina en Argelia y me llev� realmente una sorpresa.

Yo creo que con estos comentarios de hoy ya puedo dar el tema por zanjado y he respondido b�sicamente a las inquietudes. No he insertado ninguna foto para no molestar a quien pueda aparecer en alguna de ellas. Para compensar, ma�ana publicar� varias. Una de ellas, la de mi amada, es de broma, para consumo exclusivo de quienes se sepan el chiste.

Jos� Antonio Do�oro

domingo, 27 de enero de 2008

Vuelta al trabajo

En Argelia el d�a de descanso semanal es el viernes, acompa�ado generalmente del jueves, aunque en la Oficina Comercial, como en la banca y muchas empresas extranjeras, descansamos el s�bado.

Con el tiempo me he acostumbrado a trabajar en domingo, a�n siendo consciente de que es domingo. A la mayor�a de los expatriados lo que le ocurre es que se olvida completamente del d�a de la semana en el que vivimos. Lo que me parece que nunca ser� capaz de hacer es pensar que el domingo es el d�a que comienza la semana. Para m�, en mi interior, el descanso semanal es entre semana y �sta acaba con un d�a de trabajo un tanto singular. Generalmente le pongo fin con la asistencia a misa de seis de la tarde en la Casa Diocesana, donde he tenido la ocasi�n de conocer a gente muy interesante.

Yo no entiendo el reposo semanal como dos d�as para no hacer nada. Necesito actividad y mi sentido del descanso es dedicar el tiempo a todo aquello que me gusta y me permite desconectar de la actividad laboral. En Argelia tengo muy claro que viajar y conocer el pa�s y sus gentes es lo que m�s me atrae y a eso intento dedicar buena parte de los fines de semana. Este �ltimo no ha podido ser. He rechazado dos viajes diferentes a Cabilia por falta de �nimos, pero no volver� a ocurrir.

Lo que m�s me apetece a cort�simo plazo es viajar a Tinduf. Si alg�n lector o lectora del blog se anima, mi e-mail es jadonoro@hotmail.com. Supongo que con dos o tres d�as de estancia es suficiente, pero como experiencia la veo interesant�sima. Ah� estoy, en la fotograf�a, indicando el camino del desierto.

viernes, 25 de enero de 2008

El finde


Un nuevo fin de semana? y en Argel. Ya es el segundo, de forma consecutiva. Estaba acostumbrado a tener plan para pasarlo fuera y la situaci�n se me hace extra�a. De todas formas, tengo un mont�n de propuestas. He decidido no ir a la fiesta del Marab� en Cabilia. He pasado la ma�ana del viernes en Argel y a la tarde me ir� a una zona cercana a la capital.

El jueves transcurri� bastante bien, sin demasiados agobios. Consegu� cita para este s�bado con el otorrino y tengo que buscarme un sic�logo con urgencia, o dejar� de hablarme todo el mundo. Me han dado los datos de uno que es psiquiatra y ya veremos si me puede atender. Cada d�a que pasa estoy m�s irritable y paso por momentos en los que pierdo el control y disfruto discutiendo y mostr�ndome desagradable. Lo hago adem�s, inteligentemente, cuando creo tener raz�n, porque la otra parte no se ha comportado del todo bien, pero mi reacci�n es tan desproporcionada que no tengo justificaci�n alguna. Por la tarde, pregunt�ndle si conoc�a alg�n especialista, me record� Fella, compa�era de trabajo, c�mo me hab�a puesto una semana antes por una simple broma con una factura de taxi. Y este jueves la v�ctima fue Rafik, que imagino que se habr� enfadado conmigo, porque ha sido testigo de c�mo me he comportado para aparcar el coche, primero, y luego a la entrada de la discoteca La Veranda. A�n debe estar asustado por mi reacci�n y el nulo caso que posteriormente le he hecho. As�, en cuanto ha tenido oportunidad se ha ido a su casa. S� que es mi forma de reaccionar de siempre cuando estoy enfermo, as� que en este caso el autodiagn�stico es facil�simo? El problema es que no puedo ir cont�ndole a la gente c�mo me siento tras el atentado, las crisis de ansiedad que me dan y pedirles que me perdonen, que no soy yo ese sujeto irascible, porque no tienen ninguna obligaci�n de sufrir las consecuencias de mis problemas.

Esta noche del jueves, equivalente a nuestro s�bado, estuve de karaoke y posterior discoteca con Tarik, Mina, Hakim,? hasta un total de ocho personas. De vez en cuando viene bien ir a bailar sin complejos. Como dicen los franceses, ?histoire de se d�fouler de temps en temps?. Es la tercera vez que voy a bailar en Argel en los siete meses que llevo aqu�. Y la primera que entro en La Veranda. Yo conoc�a el lugar de cuando hace ocho a�os era una whisker�a tranquila, donde tomar una copa y escuchar m�sica al piano en vivo. Luego empez� a funcionar como restaurante de cenas con espect�culo y sol�a actuar un imitador de Elvis Presley. Ahora es un lugar de moda para m�sica disco y tecno, con un personal algo maleducado y malencarado, por lo menos ayer.

Lo ten�a en secreto, pero creo que ya puedo contar que mi hermano Ignacio vendr� a verme unos d�as a finales de febrero. Lo hace coincidir, adem�s, con mi cumplea�os. El Maghreb no le pilla de nuevo, porque ya ha estado en T�nger con ACUDE, su asociaci�n para la asistencia a los ni�os sin hogar de los pa�ses en los que el Estado no asume completamente esta labor. Para quien quiera saber m�s o hacerse socio, su web creo que es http://www.sosinfancia.es Va a estar s�lo una semanaen Argel, pero estoy content�simo. �l va a disfrutar de la visita, porque la verdad es que es un destino que para unos d�as ofrece unas posibilidades estupendas, con gente muy aut�ntica, que te acoge como a uno m�s desde el primer momento. Y a m� me ayudar� ahora que necesito confiar en alguien para desahogarme, que todo no se puede colgar en un blog.

No me cansar� de repetir lo maravillosos que son los argelinos. El trato que recibo es excepcional. Para empezar, todo el mundo hace el esfuerzo de hablarme en franc�s, cuando para muchos su idioma materno es el �rabe dialectal y su segunda lengua el �rabe cl�sico. Mis vecinos llegan incluso a mover su coche para que yo aparque en el mejor sitio. Nadie se enfada cuando me olvido de cerrar el portal con llave y a lo m�s que llegan es a record�rmelo con una sonrisa. Mi vecino de planta, vivo en un cuarto piso, es un peque�o desastre en cuesti�n de higiene de las zonas comunes del edificio (vamos a dejarlo ah�) y he tenido incluso que dejarle alguna nota escrita para intentar cambiar su comportamiento. Sin embargo, una �nica vez se me ha quejado de los ruidos que hago por la noche o a la ma�ana temprano, que s� que le han perturbado la tranquilidad. Me ha ofrecido que cuando quiere algo que vaya a su casa y esta misma ma�ana me ha estado llamando un buen rato a la puerta para decirme, con una sonrisa, que anoche me dej� las llaves puestas en la cerradura. Cuento esto para explicar que la mejor forma de apreciarlos es disfrutar de su gran hospitalidad, simpat�a, bondad, incluso amistad, sin intentar cambiar sus h�bitos que nosotros tenemos por defectos, en temas como la puntualidad, la higiene o el civismo. Yo suelo realizar una comparaci�n, que de verdad considero muy ajustada, con otro pueblo, que mucha gente interpreta como racista, cuando no lo es en absoluto, al menos en el sentido denigratorio que al t�rmino racismo se le quiere dar. Otro d�a lo cuento.

Estoy empezando a respetar algo m�s el r�gimen de adelgazamiento, aunque hay momentos en los que caigo. Igual me vendr�a bien poner en pr�ctica alg�n m�todo de persuasi�n como el de la fotograf�a que adjunto. Lo de publicar el peso para mi verg�enza (ahora son 80,6) no funciona. Parece que los tres kilos ganados con los excesos navide�os se han hecho fuertes y costar� eliminarlos. Ahora debo conseguir desengancharme de las galletas turcas rellenas de chocolate, las Turku. A�n me quedan ocho paquetes, pero es que compr� veinticinco?

jueves, 24 de enero de 2008

La femme de m�nage

Casi todos contamos en Argel con una empleada de hogar. Se trata de un lujo que en cualquier ciudad espa�ola ni nos plantear�amos. Al contrario, creo que me sentir�a hasta mal teniendo a alguien trabajando mientras yo no hago nada. Pero aqu� los sueldos son muy inferiores y est� al alcance de cualquiera de nosotros. Adem�s, estrecha los lazos con la gente, se est� ayudando a ganarse un sueldo a personas que realmente lo necesitan, se tiene a alguien m�s en casa con quien profundizar en el conocimiento de su forma de ver la vida. Pero sobre todo permite disfrutar de un tiempo de ocio muy valioso, sin necesidad de dedicar el fin de semana a limpiar la casa.

En cuanto tuve casa, en septiembre, dispuse de asistenta, que aqu� llamamos, en franc�s, femme de m�nage (pronunciado, m�s o menos fam de menaj). No estuve nunca contenta con ella, porque no limpiaba, aunque me daba pena dejarla en la calle y le prorrogando los ultim�tum que le daba. Hasta que descubr� que adem�s me estaba robando dinero.

Aquello me afect� mucho y estuve muy triste varios d�as. Se me junt� con una sentencia judicial injusta y me dio un baj�n del que realmente a�n no me he recuperado, porque luego me lleg� una bajada de tensi�n el mismo d�a que la desped� y seis d�as m�s tarde fue el atentado de Al Qaeda, que todav�a me tiene agarrado.

Hace unos d�as contrat� a Anissa. Ya cont� aqu� las circunstancias de su entrevista. Me hab�a llevado un gran disgusto porque una amistad parec�a convertirse en enemistad y mi estado de �nimo era pat�tico. Lleg� a mi casa y yo no dejaba de hablar much�simo m�s deprisa de lo habitual, tartamudeando, medio desesperado. En su presencia me tom� una pastilla para la ansiedad que en media hora me produjo un efecto terrible. Yo creo que se quiso aprovechar un poco de la situaci�n, porque trat� de que yo le pagara por cuatro horas a la semana lo que otros pagan a sus empleadas que trabajan seis d�as y seis horas y media al d�a.

Anissa es marroqu�, de Fez. Estudia medicina en Argel y vive en el Colegio Mayor que est� enfrente de mi casa. De momento es bastante desastrosa, porque ha venido los d�as que ella ha querido, no los que le indiqu� yo, sin acabar de limpiar la casa. A�n no he podido coincidir con ella en casa para se�alarle lo que quiero que haga y lo que no. Creo que no es normal que ella ponga la lavadora y me toque a mi tender la ropa. O que me eche a lavar las corbatas.

El primer d�a que vino a trabajar, cuando llegu� por la noche, me encontr� ca�do en el suelo, junto a la puerta del sal�n, un mantel individual de mesa. Al recogerlo vi que hab�a otro ca�do junto a la puerta del ba�o. Luego otro a la entrada de cada habitaci�n? �Hab�a usado los manteles individ�ales como si fuesen felpudos para las habitaciones!

Como siempre me pasa en estos casos, me da pena, porque necesita el dinero para proseguir sus estudios de medicina. Pero yo no tengo tiempo, ni conocimientos, para formar a una chica de 22 a�os en c�mo se lleva una casa. Y dudo que ella quiera aprender. As� que mi soluci�n es encontrarle una casa en la haya alguien que la dirija. Otra soluci�n ser�a que se me quedara interna, se ahorraba el Colegio Mayor y yo tendr�a m�s tiempo para explicarle las cosas. Eso, que en buena l�gica parece una simbiosis perfecta, suena como muy poco sensato por mi parte. Adem�s, como Anissa es una chica bastante guapa, o al menos a mi me lo parece, la afici�n de los chismosos que conozco ser�a dar por sentado que compartimos cama, como si ella no tuviera nada mejor que hacer que liarse con alguien que le doble en edad y encima limpiarle la casa.

Y admito sugerencias y hasta ofertas de empleo para Anissa.

No me resisto a contar una historia de estaciones de tren no relacionada con Argelia. Un buen de amigo me ha mandado un correo explicando que lo que me sucedi� en la estaci�n de tren de Delicias, en Zaragoza, es habitual en todas las estaciones, por la actitud caprichosa de quienes se creen que ellos son la ley. Copio lo que me cuenta:

?Hola Jos!Lo que te pas� a ti esa sola vez, nos pasa a los aficionados todos los d�as. Imag�nate en qu� cantidad de estaciones habr� estado, en todas ellas pretende adif que est� prohibido sacar fotos (con servicios de vigilancia al efecto) y en ninguna pone nada de la prohibici�n.
Por qu� no pone nada? Porque para poner algo es necesario mencionar la norma por la cual fotografiar est� prohibido. Y dicha norma no existe. Tan sencillo como eso.Como 'deferencia' hacia los aficionados a la fotograf�a ferroviaria, renfe y adif sacan un permiso para poder sacar fotos en estaciones. Permiso que, si funcionara bien, podr�a ser �til, pero que es papel mojado doblemente: primero porque autoriza una excepci�n a una norma que no existe, y segundo porque muchos de los vigilantes de las estaciones no tienen pajolera idea de que el permiso exista (y ya puedes argumentar, ya). Incluso los que saben que existe, muchas veces, no te dejan hacer unas fotos concretas 'por sus santos cojones', o te amenazan... a un compa�ero de Valencia uno de estos le amenaz� y se neg� a identificarse... acabo el vigilante tirado en el suelo enca�onado por las armas reglamentarias de dos polic�as nacionales.El tema es que con el permiso ese de marras, es obligatorio identificarse ante cualquier personal que lo exija. Personal que, a pesar de que seg�n la LOPD no puede apuntar tus datos personales, a veces los apunta igualmente. Y luego a saber que hace con ellos. Los de un compa�ero de Bilbao, mismamente, los usaron para acusarle de una infracci�n que no cometi�. Es que al vigilante se le estaba colando mucha gente que s� la comet�a, y no consegu�a identificarles. Y como ten�a sus datos... en fin, que casi 2 a�os de recursos por v�a administrativa, para al final, que en distintas instancias, desde la delegaci�n provincial de transportes de Vizcaya, hasta el mism�simo Ministerio de Fomento, no le hagan ni caso. Esta misma ma�ana ha pagado la multa?.

Yo no s� qu� decirle. Le he preguntado si lo pod�a colgar como denuncia y, como est� de acuerdo, aqu� lo pongo. Creo que es bueno que estas cosas se sepan y que los atropellos y abusos se puedan denunciar en alguna parte. Si sirve de consuelo, eso es una excepci�n en un estado de derecho, pero es norma habitual en Argel. Aqu� te puedes saltar todas las normas sin que te hagan nada y que el polic�a te quite incluso una multa grave como deferencia personal. Pero tambi�n ocurre que te sancionen sin haber hecho nada. A mi casi me llevan a la c�rcel durante el Ramad�n pasado por aparcar mi coche junto a la Residencia del Embajador de Gran Breta�a, en un lugar que no estaba prohibido, en una calle llamada com�nmente Chemin de Glycines. Seg�n la polic�a, hay muchos sitios no se�alizados en los que est� prohibido aparcar, por seguridad, as� que siempre hay que preguntar. Lo gracioso es que yo hab�a aparcado hacia las seis y media de la tarde, cuando est�n todos rompiendo el ayuno, y no hab�a absolutamente nadie. Cuando regres�, al cabo de unas tres horas, la zona estaba acordonada y pod�a haber en los alrededores m�s de un centenar de polic�as. Me pas� m�s de dos declarando y tomaron nota de mis datos personales infinidad de veces. Acabaron dici�ndome que me dejaban libre, pero que tendr�an que imponerme una multa. Me la dieron, pero como es absolutamente injusta es evidente que no la pagar�. De hecho, no s� ni donde est�.

miércoles, 23 de enero de 2008

Como el Guadiana

Supongo que en alg�n momento se me har� dif�cil encontrar algo sobre lo que escribir. Hasta ahora lo que sucede es justo lo contrario, que veo que son muchas las cosas que querr�a contar y no puedo con todas.

He recibido un mont�n de correos electr�nico, muchos de amigos y conocidos, sin tiempo para contestar a todos. En casa no dispongo que conexi�n a Internet y no siempre resulta sencillo trabajar desde un caber caf�, con el teclado azerty en lugar de qwerty. El post diario lo escribo por la noche en el port�til de casa y a la ma�ana siguiente simplemente lo llevo en el pendrive y lo cuelgo del blog. Contestar al correo resulta mucho m�s complejo, si bien es cierto que finalmente conserva un mayor grado de confidencialidad.

Me dec�a Javi que el blog magnifica el valor de algunos comentarios y que mi cr�tica a la autoridad por la falta de tacto en los tiempos posteriores al atentado es excesiva. Lo he le�do y s�, mi cr�tica no es ni ecu�nime ni justa. No lo he querido cambiar, porque al final no responde a una opini�n, sino a un estado de �nimo. Mi prisma es el de una v�ctima de un atentado terrorista que un mes despu�s a�n precisa de atenci�n m�dica. Y no soy el �nico. De todas formas, aunque el blog es accesible a cualquiera, s�lo lo lee un n�mero reducido de personas. Ayer, por ejemplo, estuve en el acto de la inauguraci�n oficial de la primera tienda de la franquicia MANGO en Argel. Estuve departiendo con el Embajador durante un rato y obviamente desconoce todo lo relacionado con mis blog; nadie le ha dicho nada, aunque son varias las personas de la Embajada que lo conocen y alguna vez lo han le�do. Yo, desde luego, no escribo pensando qui�n lo va a leer; imagino en es momento que �nicamente lo leer� yo.

Gracias, Naiara, por tu mensaje. Esto de escribir no pasa de ser un mero entretenimiento que no me dar� nunca de comer. T� te lo lees porque es gratis, �a que s�? Lo mismo pasa con todos, as� que el pan me lo gano en la Oficina Comercial. Si, mientras tanto, te sirvo de entretenimiento mientras cuidas a la peque�aja de la casa, mucho mejor.

Para Fernando, decirle que no aspiro a la calidad del blog de Gloria, ni puedo contar cosas tan interesantes. Intentar� contar con m�s fotograf�as en el futuro.

Y darles las gracias a Carlos, a Amaia, a Jorge, a Bogdan, a Ernesto, a Enrique, a Marisol, a Izaskun, a I�aki y a Rosa. Gracias por lo que me escrib�s y los �nimos que me hab�is dado. S� que me dejo a unos cuantos. Vuestros correos personales los respondo de forma personal, hay cosas que no quiero dejar en el blog.

P�rrafo aparte para mi prima Natalia. Muchas gracias por tu comentario. Te he respondido en otro comentario, aunque lo he dudado bastante, porque ahora me parece que ha sido demasiado personal. Como t� s� sabes d�nde dejaste el comentario, t� s� encontrar�s mi respuesta. Los dem�s no saben lo bien que se pasan contigo y con Armando las vacaciones, en vuestro velero. Si lo contara, m�s de uno se morir�a de envidia. Me imagino que ya tendr�is completas las plazas para las traves�as de este verano, �no? Yo me perdi en los proleg�menos del Caribe.
Este martes regres� a las clases de �rabe, despu�s de mes y medio. He olvidado casi todo, incluidas varias letras y no he sido capaz de leer casi nada. Un desastre. Ahora tengo que estudiar para recuperar el tiempo perdido. Voy a buscar tambi�n un profesor de �rabe dialectal para aprender vocabulario de la lengua hablada en la calle.

Comentaba antes que estuve en la inauguraci�n de la tienda de MANGO. Era muy curioso comprobar el perfil sociol�gico de los clientes, casi todo mujeres j�venes, que entraban en la tienda. Las chicas j�venes vestidas m�s a la moda occidental lo hac�an exactamente igual que en Europa, normalmente acompa�adas de una amiga y para curiosearlo todo, aconsejarse mutuamente y finalmente no comprar nada. Las que entraban solas eran m�s reflexivas y miraban m�s la etiqueta del precio. Curiosamente, eran las que iban vestidas de forma menos occidental las que acababan comprando algo, generalmente alg�n complemento. Incluso para este perfil de clientela, Argelia es un mercado de precio y la tendencia de las clientas era a prestar mucha m�s atenci�n a la ropa colocada en soportes horizontales, a la altura de la cintura, que psicol�gicamente se asocia con oportunidades, que a la colgada en las g�ndolas y otros soportes verticales. Me qued� con la impresi�n de que la gerencia no est� demasiado familiarizada con las t�cnicas de venta que yo creo que el negocio precisa, m�s alejadas de las de una boutique y cercanas a las de los grandes almacenes. En Argelia no se emplea la tarjeta de cr�dito y eso afectar� alas ventas, peor no han puesto en marcha ning�n sistema de fidelizaci�n de clientes, con tarjeta propia, que permitiera recurrir al cr�dito o a la acumulaci�n de saldo mediante dep�sitos previos para la adquisici�n de ropa. Son sistemas alternativos que en Argelia funcionar�an. En fin, una reflexi�n demasiado profesional para lo que quiere ser este blog.

Por la noche comet� el error de mirar las fotograf�as del pen�ltimo viaje realizado, hace un par de semanas al interior del pa�s, que acab� como el rosario de la aurora. Yo cre�a haber pasado p�gina, pero he vuelto a abrir el libro? Es curioso c�mo se me nota en la cara el enfado interior que yo iba acumulando cada d�a, por causas internas, mis reflexiones, y externas. Ha sido una mala idea mirarlas, entr� en un estado de ansiedad que cre�a superado y tuve que buscar compa��a a medianoche. Creo que hoy (escribo a las siete de la ma�ana) ya estar� casi bien.

Me ha escrito una amiga que literalmente cuenta lo siguiente:

"Hoy he vuelto a leer tu blog. YO me unir�a a hacer r�gimen contigo pero tampoco tengo fuerza de voluntad. Desde hace un tiempo vive mi hermana con nosotros y ella est� muy delgada pero come mucha comida basura, golosinas, boller�a... y yo no me puedo resistir as� que siempre caigo. Qu� puedo hacer... la tengo todo el d�a a mi lado comiendo tarrinas grandes de helados de vainilla y caramelo... como me puede resistir?? Me voy a poner una dieta en la nevera para que cada vez que quiera abrirla piense dos veces lo que voy a comer. Por lo dem�s yo s�lo puedo mandarte �nimos desde aqu�, es normal que el d�a a d�a se te haga dificil, pero como tu dices tampoco vas a vivir siempre con ese miedo en el cuerpo porque ser�a un sin vivir. Bueno, lo dicho Jose Antonio, �nimo para t� y para todos los compa�eros que est�is all�."

Yo no s� qu� contestarte. Yo tengo tambi�n poca fuerza de voluntad y lo que hago para seguir el r�gimen es motivarme con algo que me interese m�s. Como soy muy competitivo, busco siempre ganar, busqu� a alguien con quien competir. Yo supongo que en tu caso puede resultar mejor que te quepa determinada ropa, o poder usar una talla concreta. Prueba a ponerte esa ropa estrecha cada vez que tengas la tentaci�n de ocmer, te miras al espejo e igual se te pasa. De todas formas, en mi caso lo mejor para no comer es no tener al comida. Cuando me pusieron en Bilbao aquella dieta tan estricta, escond� absolutamente todo lo que engordaba y me pod�a cosas que no me gustan como obligaci�n de empezar por ellas. i mayor dificultad era por la noche, la llamada recena. Ide� la soluci�n del barre�o de infusi�n con sacarina. De todas formas, llegu� a un punto de casi anorexia, porque etaba tan mentalizado que cuando notaba hambre en el est�mago me pon�a muy contento y me dec�a que eso significaba que estaba adelgazando. No te recomiendo llegar a ese punto. Yo, ahora, estoy buscando una alternativa a la competici�n que estaba siguiendo. Sigo con pastillas para la tensi�n y no se trata de un problema est�tico, sino de salud: necesito adelgazar por enfermedad, sencillamente. Competir contigo a distancia no ser�a f�cil, pero si quieres lo hacemos. Tendr�amos que penar qu� nos apostamos. Pero fuera del blog, no vas a contar a todo el mundo c�mo est�n tus michelines. Aunque puede ser �sa la apuesta: si te gano le digo a todo el mundo qui�n eres y si ganas t�... piensa lo que me quieres imponer de castigo. Y ya ves que no he delatado qui�n eres. Y gracias por los �nimos.

Jos� Antonio Do�oro de los R�os

martes, 22 de enero de 2008

Siempre en vilo

Hoy ten�a ya escrito el texto, pero no lo voy a utilizar.

Quiero contestar a un correo que me ha llegado y que dice as�:

"hola el otro d�a el pater iganicio me pas� el mail que escribistes despu�s del atentado de argel. la verdad es q me parecio muy bueno y como soy bastante amigo de tu hermano he decido tomarme la confianza de decirtelo en persona y animarte un poco, aunk sea con estas cuatro l�neas. no se muy bien que haces all� pero animo de todas formas. soy X, X de la gc y estoy destinado en X, alicante espero que todo vaya volviendo a su sitio con el tiempo y que esas peque�as cosas que siempre faltan por mejorar vayan poco a poco a mejor un saludo y un abrazo desde alicante"

He puesto dos equis en el nombre, cargo y destino, para que no se le identifique.

Me han llegado m�s correos de gente desconocida que me da �nimos. Pero me ha llamado la atenci�n que quien lo haga en esta ocasi�n sea un miembro de la Guardia Civil, que por su trabajo vivir� siempre con la misma inquietud que vivo yo ahora. A mi me est� afectando en muchos detalles de mi vida diaria. Esta ma�ana, por ejemplo, he tardado casi una hora en llegar a trabajar porque he intentado cambiar de itinerario y la autopista de Ben Akn�n estaba colapsada. Y es que ayer, cuando baj� al centro de la ciudad para acudir despu�s de m�s de un mes a clase de �rabe, me encontr� con un autob�s sin pasajeros que no respet� las instrucciones de un polic�a. Me obsesion� con que pod�a ser un veh�culo bomba, intent� adelantarle y poner distancia, pero el denso tr�fico me lo impidi�, de modo que acab� retras�ndome para que, si explotaba, no me pillara. Y as� no puedo vivir, lo s�.

Ayer estuve viendo en el Instituto Cervantes de Argel unos cortometrajes de cine andaluz. Uno de ellos trataba de la guerra civil espa�ola y era m�s de lo mismo: gente de un pueblo que se mata entre s� por unas ideas que seguramente ni le van ni le viene; acaban odi�ndose hasta el extremo de sentir la necesidad de matarse. �No tenemos problemas mucho m�s serios en el mundo como para tener la necesidad de hacer el mal a los dem�s? Yo no lo entender� jam�s, ninguna idea vale una vida humana. Ninguna.

Por lo dem�s, estoy intentando volver al r�gimen de adelgazamiento. Ayer me comport� bien hasta ya entrada la noche. Luego acab� cenando dos veces. La primera, unas brochetas de pollo (aut�nticos pinchos morunos, claro) con unos compatriotas, seguidas de un t� que finalmente fue caf� capuchino. Y tres horas m�s tarde, a medianoche, m�s brochetas, aunque esta vez de criadillas de cordero, con argelinos y de nuevo seguidas de un t� que, esta vez, si fue un t�. Lo malo fue la cantidad de pan con la que acompa�� a la comida, especialmente en la segunda ocasi�n, porque me sacaron una torta de pan casero, "galette" (los que han estado por aqu� la conocen), a la que no me pude resistir.

No tengo ganas de enviar lo que hab�a escrito hace unas horas, dando respuesta a muchos correos recibidos.

lunes, 21 de enero de 2008

El desgaste de vivir en Argelia

Cuando se cuenta en la pen�nsula que el clima de Argelia es muy agradable, la primavera se inicia en febrero, la gente resulta encantadora, en caso de necesidad te plantas en Madrid o Barcelona en poco m�s de una hora, se puede hacer una vida bastante normal y afirmaciones similares, el interlocutor piensa, y en ocasiones dice, ?entonces, �de qu� te quejas??. Y resulta muy dif�cil rebatir el reproche que conlleva esa pregunta.

Todo lo que he contado anteriormente es cierto. Tambi�n lo es que pr�cticamente nadie quiere venir a vivir, que los expatriados necesitan ?oxigenarse? cada cierto tiempo y que al cabo de tres a�os son muy pocos los que a�n est�n dispuestos a quedarse. Todo ello parece un contra sentido que voy a tratar de explicar. No s� si mis amigos argelinos se lo tomar�n a mal, pero es lo que pienso.

El d�a a d�a en Argelia resulta muy duro. Situaciones de la vida cotidiana que en Europa ni te planteas que puedan no funcionar, en Argelia tienes que pensar que de verdad no funcionar�n. Uno puede tener mucho dinero en el banco, pero ir a sacar dinero y encontrarse con que no se lo pueden dar por la raz�n m�s absurda del mundo, que se ha perdido el disco con sus datos, que la m�quina extractora de dinero est� bloqueada, que no reconocen su firma o que hay un error aparente y hasta que no lo resuelvan dejan la cuenta corriente bloqueada. Son simples posibilidades que se me ocurren ahora mismo, que a cualquiera que viva en Argelia le parecen de lo m�s real y al que no le resultar�n rid�culas. Pero son ciertas. De la misma forma, hay quien se queda meses sin ascensor, varios d�as sin gas ni electricidad, o tel�fono, pese a haber pagado las facturas, a quien le duplican el precio del alquiler del piso, o cien mil ejemplos m�s.

Yo conduzco ahora mismo con los papeles de mi coche caducados, porque en la aduana se niegan a gestionar la prolongaci�n de estancia del veh�culo. No s� qu� ocurrir� el d�a que me pare la polic�a en uno de los muchos controles, que ser� uno de �stos. En mi casa no tengo contrato de alquiler despu�s de cuatro meses y medio porque el notario se empe�a en que aporte una partida original de nacimiento y un certificado de trabajo. Desde hace dos meses tengo las cortinas ca�das en mi dormitorio, porque no viene nadie a arregl�rmelas. Hace mes y medio me hicieron una reparaci�n parcial en el coche con unas piezas provisionales que se acabar�n convirtiendo en definitivas. Tras el atentado de diciembre, ha sido ayer, al cabo de 40 d�as, cuando han colocado las plazas en la calle que proh�ben estacionar veh�culos delante de nuestra fachada. Y as� se puede continuar hasta el infinito. Las cosas m�s nimias s�lo se consiguen, generalmente, tras una pelea que desgasta.

Cambio de tema. Yo llevo unos d�as peleado con mi r�gimen. Aunque no lo hemos hablado, he interpretado que mi competidora en el proceso de adelgazamiento no respetar� la apuesta, porque nuestra relaci�n se ha deteriorado y en cualquier caso deber�amos encontrar otro premio final diferente al pactado. He conseguido involucrar a dos nuevas personas a competir, pero no funciona. Ella est� en Espa�a y as�, a distancia, no funciona demasiado bien. �l est� en Argel, pero su objetivo de perder siete kilos en un mes resulta negativo para la salud y no me motiva. Lo cierto es que he dado un paso atr�s importante, porque me paso el d�a comiendo de manera compulsiva, y adem�s cosas que engordan y mucho. Hasta el punto que en una semana exacta he pasado de 78,2 a 82,1, casi cuatro kilos, m�s incluso que lo que engord� durante las fiestas de Navidad. Como no estoy dispuesto a que esto siga as�, he adoptado la decisi�n de escribirlo en el blog y pasar verg�enza p�blica si no soy capaz de corregirme. Adem�s de con mis dos amigos, competir� desde hoy contra mi propia capacidad de mostrar que tengo la fuerza de voluntad suficiente.

Enlazando con el primer comentario, consumir productos bajos en calor�as se est� convirtiendo en algo muy dif�cil. Art�culos que yo consumo mucho, como setas y champi�ones frescos, fiambre sin sal, queso de Burgos desnatado, yogures b�fidus desnatados, o leche desnatada, resultan pr�cticamente imposibles de encontrar. Lo que m�s me preocupa es lo de la leche. La mayor�a de la leche que se vende en Argelia procede de la reconstituci�n de leche desnatada en polvo mediante la rehidrataci�n y posterior adici�n de ?grasas l�cteas?, eufemismo que suele esconder al sebo de origen vacuno (y no s�lo en Argelia, dicho sea de paso). Yo intento siempre comprar leche desnatada, que al menos s�lo contiene leche en polvo y agua, pero desde que he vuelto de vacaciones no la he vuelto a ver. Incluso yo compraba, cuando consegu�a localizarla, una marca de origen belga no procedente de la rehidrataci�n que tambi�n ha desaparecido del mercado. Despu�s de unos d�as restringiendo mi consumo de leche, he optado por la semidesnatada. Aunque seguir� buscando.

Tampoco quiero dar la imagen de que en Argelia no puede encontrarse de nada. En mi ?b�squeda l�ctea? de ayer me top� con una fruter�a que vend�a cerezas, fresas, casta�as, kivis y varios frutos tropicales. El �nico problema era el precio, aunque me imagino que el precio de la fruta en Argelia (1,50 euros el kilo de naranjas; 2 euros el de las manzanas; 3 euros las peras) estar� por debajo del de nuestro pa�s.

domingo, 20 de enero de 2008

El consultorio del lector

Voy a intentar responder a una decena de preguntas que se me han hecho por parte de quienes han le�do mi blog, aunque creo que individualmente he dado respuesta a todos. Me suelen llegar personalmente, cuando me conocen, o tambi�n por correo electr�nico, porque parece que insertar comentarios aqu� resultaba harto complicado hasta ayer.

La mayor�a de los an�nimos o de desconocidos se refieren al post colgado sobre el sexo en Argel, as� que volver� al tema otro d�a y ahora me ahorro las explicaciones. Los de amigos y conocidos me preguntan por gente en concreto o por mi fragilidad emocional.

1.- La primera consulta de un desconocido fue sobre el coste de la vida en Argel. En general, m�s barato que en Espa�a. Pero para un argelino, con menor capacidad adquisitiva, la vida es m�s cara en Argelia que para un espa�ol en Espa�a. Hay cosas muy baratas, como el pan, que cuesta diez c�ntimos de euro. El problema para un expatriado es que para adquirir determinados productos de calidad similar a la de Espa�a se paga car�simo y en ocasiones s�lo recurriendo a Peter Justesen se consigue.

2.- Sobre el mismo tema, la econom�a y el consumo. Creo que ninguno entendemos c�mo es que, si los sueldos son tan rid�culos en Argelia, muchos de menos de 150 euros al mes, la gente se gasta tanto dinero en comprar coches, salir de fiesta, o pagar alquileres. Yo lo achaco a que los sueldos son mayores de lo que se dice, por la cantidad de complementos puntuales y beneficios sociales que las empresas suelen ofertar; y a los flujos procedentes de las remesas de los emigrantes. Adem�s, hay que tener en cuenta al menos otros dos factores: la distribuci�n de la riqueza es muy desigual y las familias, o n�cleos familiares, suelen estar constituidos por un n�mero importante de personas, que aportan varios sueldos.

3.- Me preguntaron ya dos veces por mi situaci�n familiar, si mi mujer vive en Argel. No vivo en Argel con mi familia; b�sicamente, porque estoy soltero. Y sin compromiso, tengo que aprovechar esta ocasi�n para venderme (mi foto est� a la derecha, pero al natural gano, je, je). Si tuviera pareja y �sta no pudiera venirse conmigo a Argelia, creo que no estar�a aqu�.

4.- Aqu� no lo cuento todo, pero s� casi todo. Siempre hay cosas que es mejor callar, fundamentalmente lo que afecta a terceros. Cuando silencio algo no es en general por pudor personal, sino porque el revelar algunos detalles puede perjudicarme a m� o a otros. No s� en realidad cu�nta gente lee el blog ni soy completamente consciente de su repercusi�n, pero que en las b�squedas de google est� bien situado me deber�a hacer reflexionar antes de escribir. T�cnicamente tengo la posibilidad de conocer el n�mero de visitas recibidas por la p�gina, pero no quiero verme mediatizado y escribo pensando exclusivamente en mis amigos a los que antes mandaba un correo electr�nico semanal con mis desventuras.

5.- No suelo leer lo que he escrito antes de publicarlo; lo cuelgo directamente, con sus errores. Creo que as� es m�s sincero. Nadie me ha dicho que le haya molestado ning�n comentario m�o, pero siempre escribo lo que realmente siento. Una vez colgado, s�lo he rectificado un post, el del atentado.

6.- Sobre el viaje a Djanet a finales de enero, no lo puedo hacer porque al perder el vuelo de regreso a Argel el 3 de enero he perdido tambi�n cuatro d�as de vacaciones. S�lo me quedan ocho por disfrutar del a�o pasado. Iba a renunciar a alguno y ceder otros, pero otras circunstancias lo hacen inviable ahora. Y las dos personas que pod�an venir desde Espa�a en esas fechas lo tienen ahora imposible.

7.- Personalmente no encuentro peligroso viajar por Argelia, quitando la regi�n de la Cabilia. He dado consejos individuales a quienes me han preguntado, pero aqu�, de forma p�blica, he de recordar que trabajo para la Embajada de Espa�a, que ya ha marcado unas directrices sobre el tema y yo no soy nadie para indicar lo contrario.

8.- No s� cu�nto tiempo voy a continuar ni en la Oficina Comercial ni en Argelia. Si ahora tuviera una buena oferta profesional dejar�a la Ofcomes en un mes. Si fuera para seguir en Argelia, no me comprometer�a para m�s de tres o cuatro a�os. Si no me llega esa oportunidad profesional, creo que regresar�, simplemente, para finales del a�o que viene. Pero depender� tambi�n de la motivaci�n en mi puesto de trabajo, que pueda asumir responsabilidades, con capacidad de iniciativa, formando a un grupo humano?

9.- S� me he enamorado en Argelia. Lo he hecho m�s de una vez, porque soy muy enamoradizo. La primera vez de una chica nacida en Beja�a (Buj�a en castellano). Y la �ltima era de Argel. Pero no contar� nada m�s en el blog, lo siento.

10.- Dos amigos que cantan conmigo en el Orfe�n San Ant�n Abesbatza de Bilbao me han preguntado por qu� no nombro al orfe en el blog. Ya les he respondido que aqu� trato de reflejar lo que tiene relaci�n con mi estancia en Argel. Incluso cuando he narrado estas Navidades las actividades que he desarrollado durante mi estancia en la pen�nsula me he limitado a hablar de aqu�llas que guardaban relaci�n con Argel y Argelia. Por cierto, Jon, que en Zaragoza no estaba indicado en nng�n sitio de Delicias que estuviese prohibido sacar fotograf�as de la estaci�n. Cuando fui a la Oficina de Turismo protest�, por supuesto.

Son m�s las preguntas que he recibido, pero creo que estas diez son las m�s representativas, aunque los tres temas que m�s preguntas han planteado son, por este orden, mi fragilidad ps�quica, la moral sexual en Argelia, mi amistad con Erika y lo que hace Carlos. De aquello que afecta a otros no voy a escribir sin estar seguro de que no les molesta. De sexo ya tratar� otro d�a. Y de mi estado de �nimo ya comento cosas cada d�a. Es curioso que varias personas, algunas sin conocerme, me hayan dicho que mis problemas y bajones morales en Argelia se arreglar�an manteniendo una relaci�n sentimental (normalmente lo expresan en t�rminos m�s zafios y vulgares). Es verdad que mi mayor problema es que no s� estar solo y que una vida de pareja cambia el escenario, pero me temo que sin alcanzar antes un equilibrio interior surgir�an otras dificultades. La crisis de ansiedad la padezco desde el atentado y ni siquiera en Bilbao me encontraba bien. No es normal, por ejemplo, que en mi casa coloque bien las cortinas cuando me sit�o cerca de la ventana, simplemente por miedo a que estallen los cristales y me caigan encima si no est� la cortina actuando de protecci�n. Pero es algo que hago cuando estoy solo. Y noto que pierdo los nervios con facilidad y doy malas respuestas o me muestro distante con gente que me est� tratando bien, como uno de mis vecinos, un taxista muy simp�tico de Gharda�a, o, peor a�n, un se�or al que cit� por equivocaci�n en un momento en el que no pod�a atenderle. Supongo que se me ir� pasando y s�lo puedo pedir disculpas cuando luego me doy cuenta.

Jos� Antonio Do�oro de los R�os

sábado, 19 de enero de 2008

Viernes de Pasi�n, S�bado de Gloria

Contaba ayer que mi jornada del viernes no estaba resultando demasiado buena. Creo que, sin necesidad de haberlo confesado, los que me conocen bien se habr�an dado cuenta por la excesiva longitud del post y el escaso tacto empleado de que algo fallaba. De todas formas, ha habido muchos d�as peores, porque la moral la tengo intacta, para nada deprimido, simplemente un poco necesitado de hacer cosas en compa��a. Me enfrentaba a mi primer fin de semana sin un plan previo para hacer algo, o salir de Argel, desde finales del verano. Desde entonces siempre hab�a tenido algo previsto, aunque en tres ocasiones hubo cambio de planes, con dos viajes anulados a Chrea (uno se cambi� para ir a Bumerd�s y el otro por acompa�ar a una compa�era al aeropuerto) y otro a Gharda�a, aunque acab� en Beja�a.

Yo soy de muy poco dormir, de modo que el hecho de acostarme muy tarde el jueves, cerca de las seis de la ma�ana, no me sirvi� para acortar la jornada del viernes, porque a las nueve ya estaba de nuevo enfrente del ordenador. No ten�a ganas de salir solo, ni de llamar a nadie, ni de hacer nada en casa. Me hubiera gustado tener un plan e ir a alg�n sitio, pero tampoco quer�a estar llamando a la gente. No se trataba de un viernes cualquiera, era la fiesta del Achura, el d�cimo d�a del mes de Muharrem. Dif�cilmente iba a encontrar algo abierto si me iba a Cherchell o a Medea, as� que opt� por permanecer todo el d�a en casa. Estuve a punto de llamarle a Angel para participar de la ?salida hamburguesa? de la que hemos hablado en alguna ocasi�n, pero no lo hice. Como me est� faltando motivaci�n para mantener el r�gimen, me pas� toda la ma�ana haciendo viajes a la cocina, sin parar de comer, hasta que a las tres de la tarde decid� meterme en la cama y dejar transcurrir el resto del d�a mirando al techo. As�, despierto pero abrigado, me pas� varias horas, hablando con mucha gente por tel�fono hasta quedarme sin bater�a. Entre las llamadas, por supuesto, la de mi ya casi amigo transitario, que debe aburrirse m�s que yo y que quiere invertir en Espa�a. El cargador del m�vil estaba en la oficina, de modo que, ya de noche, me vi obligado a salir de casa.

Tras un par de horas de oficina, con varias conversaciones con la Consejera, que llevaba todo el d�a trabajando, y un vistazo a mi correo personal, me un� a Rafik y dos de sus amigos en un karaoke, donde me toc� interpretar a todo un cl�sico de esos lugares, Nino Bravo, con Un beso y una flor. Al menos esta vez no hice el rid�culo, quiz�s porque tampoco el p�blico conoc�a la versi�n original como para poder establecer comparaciones.

Cerca de medianoche nos vinimos los cuatro a mi casa, para que Rafik preparara su curriculum vitae en castellano. O mejor deber�a decir que yo escribiera en castellano el CV de Rafik a medida que me contaba su vida profesional. Sus dos amigos, Hassan y Bob, mientras tanto, estaban m�s ocupados en resolver los problemas sentimentales de Hassan y beber ron con Coca Cola que en otra cosa. Me llam� la atenci�n que, pese a ser yo el �nico heterosexual de los cuatro, estos dos amigos de Rafik y �l mismo no actuaban con la afectaci�n que otros amigos suyos suelen emplear.

La nota simp�tica, como casi siempre, la puso Rafik. Me dijo que ten�a hambre y tras buscar cosas por casa, me decid� a hacerle unos spaghetti. Yo entend� que ni Hassan ni Bob quer�an, e hice s�lo comida para uno y medio, cont�ndome yo. Llegado el momento de ponerse a la mesa, todo el mundo ten�a hambre y hubo que repartir una raci�n generosa, pero s�lo una al fin y al cabo, en cuatro raciones rid�culas. El pobre Rafik mir� los platos, me mir� a m� y me dijo ?parecen las raciones de los presos?. Eso s�, luego me amenaz� con matarme si lo contaba aqu�, de modo que si aparezco muerto ya se sabe qui�n ha sido el asesino. Por si acaso adjunto su foto, nunca se sabe? Por cierto, lo que se ve de fondo en la fotograf�a es Cap Carbon, el pe��n sobre el que est� el faro de Beja�a, construido inicialmente por las tropas espa�olas tras la conquista de la ciudad a inicios del siglo XVI, bajo la regencia del Cardenal Cisneros.

El s�bado, que ya se est� acabando cuando escribo, ha transcurrido estupendamente. Lo m�s divertido ha sido el paso por carretera por los muchos controles de polic�a hasta la zona a la que he ido. En uno de ellos, cuando nos han indicado que estacion�ramos en la cuneta para comprobar la documentaci�n, hemos hecho un gesto de desagrado y de protesta por volver a detenernos (y es que han sido cuatro en total los controles que nos han retenido) y el polic�a, arrepentido, nos ha permitido continuar la ruta. En otra ocasi�n hemos sido retenidos por exceso de velocidad y con comunicaci�n de retirada del carnet. Finalmente, al cabo de un rato, el polic�a se ha arrepentido y de manera muy simp�tica ha devuelto los papeles del coche y el permiso de conducir. No s� lo que habr� hecho con la foto del radar.

Finalmente, no ha sido tan duro el fin de semana como hace unos pocos d�as me tem�a. Y ya tengo casi seguro un plan para el que viene.



He conseguido liberar la inserci�n de comentarios, para que se puedan colgar incluso de forma an�nima. De todas formas, ma�ana contestar� a muchas de las preguntas que se me han hecho, aunque creo que individualmente a todo el mundo le he contestado.

A todos los amigos donostiarras de mi tierra, feliz tamborrada.

Jos� Antonio Do�oro de los R�os

viernes, 18 de enero de 2008

Los jueves, primero trabajo y luego fiesta

En Argelia hay d�as mon�tonos, aburridos, que pasan desapercibidos, y otros raros, raros, que no hay ni por d�nde cogerlos. Este jueves ha formado parte de esa colecci�n de jornadas singulares en las que uno hace cosas y conoce a personajes que, sin ser nada del otro mundo, se salen de la rutina. No he explicado nunca en este blog en qu� consiste realmente mi trabajo en la Oficina Econ�mica y Comercial de la Embajada de Espa�a en Argel, c�mo transcurre una jornada de trabajo. Como la de este jueves ha sido m�s entretenida de lo habitual, me animo a contarla.

Para empezar, el jueves es el �nico d�a de la semana en el que se llega al trabajo tranquilo y relajado. Desde mi casa, en Ben Akn�n, hasta la oficina, en Hydra, habr� unos tres kil�metros, que a pie se recorren en no m�s de tres cuartos de hora, pese a que la ausencia de aceras en buena parte del recorrido aconseja hacerse un buen seguro de vida para que al menos los herederos se lleven una alegr�a. En mi coche tardo habitualmente media hora, con veh�culos tratando de colarse por todas partes, como en un circuito de autos de choque. Llegar indemne al trabajo tiene su m�rito y requiere de una buena dosis de valeriana en el desayuno. Los jueves, en cambio, resultan muy tranquilos, porque la mayor�a de la gente est� disfrutando del descanso semanal y es perfectamente posible plantarse en el n�mero 5 de la calle Cesar�e, de Hydra, donde est� la Ofcomes, en menos de un cuarto de hora.

Seg�n llegu� al trabajo me encontr� con la sorpresa de que Mariano nos estaba preparando una presentaci�n sobre una aplicaci�n inform�tica. Todo el mundo estaba al corriente, menos yo, que no debo prestar mucha atenci�n a los correos internos. El chaval lo hizo muy bien, se lo hab�a trabajado mucho, aunque en estas charlas para un grupo heterog�neo siempre acaba uno con la sensaci�n de que ha dedicado hora y media a algo que se pod�a haber ventilado en veinte minutos. Luego ten�amos, al mediod�a, una videoconferencia a la que no pude asistir. Ambas son situaciones que habitualmente no se dan, lo normal es que cada uno haga su trabajo en la oficina y que no nos veamos todos juntos en una misma sala, salvo que suceda algo muy gordo.

Tras la presentaci�n me toc� ir de nuevo a la feria del sector farmac�utico. Hab�a estado el martes, pero no pude visitarla del todo porque acud� solo, ya que la becaria de la oficina no me acompa��, tras un buen susto consecuencia de mi conducci�n temeraria. Es el farmac�utico, en su amplio sentido, un sector muy interesante, en el que las empresas espa�olas pueden encontrar unas oportunidades magn�ficas, que mueve casi 2.000 millones de euros al a�o y que se merece el esfuerzo de que yo dedique un segundo d�a a localizar oportunidades de negocio. Llevaba adem�s una oferta concreta que hab�a preparado la v�spera con Nolween para encontrar distribuidor en Argelia para una empresa valenciana y pude seleccionar en la misma feria a cuatro empresas que pueden hacer esa funci�n, a las que ya he dado los datos de contacto.

Mi trabajo en una feria consiste en visitar cada stand, hablar con el responsable y conocer su posici�n en el mercado, sus necesidades, si a partir de mi visita puedo hacer que compre en Espa�a o que represente a empresas espa�olas. A veces, simplemente, es ofrecer una prueba de que se est� presente en el mercado, para el momento en el que surja la oportunidad que nos llegue. En la conversaci�n voy tomando nota de todo lo que me cuentan sobre el sector, o sobre la propia feria, para tambi�n redactar un informe. Es algo muy cansado, se est� en tensi�n, pendiente de todo para saber conectar correctamente con cada interlocutor, hay que caminar mucho y a paso lento, acarrear cat�logos,? No es una actividad nada placentera, pero tambi�n cuando m�s se aprende del mercado y del pa�s.

Ya he contado alguna vez que la gente en Argelia es muy simp�tica. Incluso en algo tan serio como una feria profesional rebosan amabilidad. La fotograf�a que inserto me la tomaron el martes con un importante importador al que ya hab�a conocido hace a�os y que entonces se parec�a enormemente al actor franc�s R�no. No es que yo sea enano, que casi s�, sino que �l resulta demasiado grande. Es un gran amante de la �pera y me cost� convencerle para no entonar juntos un aria. En otro stand, nada m�s llegar, me reconocieron y obligaron a tomar juntos un refresco. Otros me suelen explicar que en su actividad no encaja el trabajo con empresas espa�olas, pero se toman la molestia de llamar por tel�fono a conocidos para orientarme hacia otra persona. Es la maravillosa forma de ser de la mayor�a del pueblo argelino.

De regreso a la oficina, me impact� saber que es posible que una compa�era de trabajo tenga alguna secuela f�sica del atentado de diciembre. �jala no sea nada, pero todav�a no se me ha quitado una rara sensaci�n de angustia, no s� c�mo reaccionar. Han pasado bastantes horas y las preguntas ?qu� hago yo aqu�? y ?merece la pena todo esto? siguen dando vueltas en mi cabeza.

En el ordenador me esperaba una nota del Embajador sobre la restricci�n para introducir veh�culos en la legaci�n diplom�tica. Creo que no entender� nunca estas circulares con consignas de seguridad cuya publicidad en nada incrementa la seguridad, s�lo cubre las espaldas de las autoridades para poder justificarse en caso de atentado, pero creando desaz�n en quien las recibe, a quien le est�n recordando que s�lo por acudir a su puesto de trabajo se juega cada d�a la vida. Ha pasado m�s de un mes desde el atentado y delante de nuestra oficina se sigue aparcando con normalidad y sin control. Con verdadera voluntad de tomar medidas, el Estado Espa�ol, incluso sin tener capacidad para ello, hubiese colocado una cinta de pl�stico para proteger todo el per�metro y enviado un polic�a nacional durante la jornada de trabajo. Eso, si de verdad se quiere, se hace en 24 horas. Pero llevamos 38 d�as y seguimos esperando. Y la nota encontrada en mi buz�n de correo se personaliza y entrega individualmente a quienes tienen coche, sin m�s. Se ha olvidado muy f�cilmente que once personas que estamos trabajando en la Ofcomes fuimos v�ctimas, no testigos, de un atentado terrorista, que durante un par de angustiosos minutos pens�bamos que �bamos a morir all�. Y eso, nosotros, ni lo olvidamos ni se nos pasar� f�cilmente. A m�, y creo que a ninguno de los otros cuatro espa�oles de la Oficina Comercial que fuimos v�ctimas del atentado (Mariona, Fernando, Erika y Mariano), no me ha llamado ni el Presidente del Gobierno, ni un Ministro, ni un Secretario de Estado (y alguno ha pasado por Argel), ni el Embajador en el nombre de alguno de ellos, para interesarse por c�mo se encuentra un trabajador suyo en el extranjero que, en el ejercicio de su trabajo, ha sido v�ctima de un atentado. Tampoco espero que lo hagan, nada les obliga. Menos a�n habr�n pensado en mis otros compa�eros de trabajo no espa�oles, una francesa (Nolween) y cinco argelinos (Houria, Fella, Nawel, Mahmoud y Kamel) all� presentes. As�, cuando uno lee c�mo una m�xima autoridad del Estado ha viajado hasta tierras m�s lejanas para compartir mantel de Navidad con las tropas espa�olas destacadas en aquel pa�s, duda si lo hace por cobrar las dietas de viaje, por la buena publicidad que necesita la Instituci�n que representa, o por alguna otra raz�n que se me escapa, pero realmente, que les importamos algo a los que mandan los que estamos aqu�, ser�a yo muy ingenuo si lo creyera. Yo lo ten�a que dejar aqu� por escrito, porque as� es como lo siento. Adem�s, me temo que si alguna autoridad llegara a leer esto, no le inquietar�a lo que siento, sino que lo haya colgado en un post.

Regresando a mi jornada de ayer, ya por la tarde, con varias horas de retraso sobre lo normal, almorc� tres ciruelas y un yogur, le� la prensa local y recib� a un importador que estaba interesado en el sector hortofrut�cola. Pude ponerle en contacto con un grupo de empresas ilerdenses que estuvieron en Argel hace unos meses y consegu� que no s�lo se fuera con informaci�n de contacto, sino con un compromiso de emprender la operaci�n. Delante de m� se hablaron las dos partes por tel�fono, algo que tambi�n es la primera vez que me ocurre. Pero la sensaci�n de haber obtenido una victoria, de satisfacci�n personal, fue francamente gratificante.

Con d�a y medio de retraso sobre la hora concertada, a eso de las seis de la tarde, se me present� un individuo muy singular. Es un transitario que quiere constituir una sociedad en Espa�a sin saber ni una palabra de castellano, no conocer el mercado espa�ol, ni casi tener ni idea de c�mo llevar a cabo las gestiones. Se me present� con un tel�fono m�vil para que yo llamara a un notario de Vitoria con el que no consigue entenderse. Mientras yo hablaba por tel�fono, se dedicaba a mandar mensajes de texto desde otro m�vil o a hablarme en alto sin dejarme escuchar a mi interlocutor alav�s. Luego, le fui explicando los pasos que me hab�an indicado que ten�a que seguir y me miraba con cara de p�quer. Le ped� que tomara nota de lo que le estaba contando y tampoco me hizo demasiado caso. Un verdadero desastre, aunque hay que reconocer que el individuo era muy simp�tico y que me ha facilitado buena informaci�n sobre el funcionamiento pr�ctico de la aduana de Argel. Hoy viernes, por cierto, me ha vuelto a llamar, porque se dej� en mi despacho la nota con la direcci�n web del Registro Mercantil Central, donde solicitar la reserva de nombre de la empresa.

Con la sensaci�n de no haber hecho casi nada en todo el d�a, continu� con un informe sobre una feria del sector pl�stico, de ya hace un tiempo. Tuve que interrumpir varias veces el trabajo para hablar con mi jefa, necesitada de desahogarse conmigo por un problemilla. Yo creo que le hace gracia que siempre le planteo el lado positivo de la gente con la que est� enfadada. Esta vez el tema ten�a mala pinta y yo era esta semana el menos indicado para actuar de abogado defensor, pero le suelo hablar con el coraz�n, le digo de verdad lo que pienso y en este caso no era dif�cil destacar las virtudes de alguien que vale mucho. Total, que me present� a una cita que ten�a a las ocho de la tarde para hacer un poco de deporte con m�s de hora y media de retraso.

A las diez estaba invitado en casa de Silvia a la fiesta de cumplea�os de Carl, su novio. Las fiestas informales, en Argel, al menos las de la colonia espa�ola, no son nunca puntuales y es habitual que algunos invitados se presenten hasta tres horas m�s tarde. Lo original en Argelia es que a estas fiestas los invitados invitan a su vez a otras personas, de manera que el anfitri�n nunca sabe con qui�nes ni con cu�ntos se encontrar�. Acud�, cerca de las once, junto a Mariano, Rafik y Kamel y estuvo francamente bien. Antes tuve otra sesi�n de comprobar lo complicados que a veces somos los humanos, con un amigo argelino, a quien yo hab�a invitado la v�spera, que me llam� para decirme que �l no iba porque acud�a otro con el que no se habla. No hubo forma de convencerlo, ni siquiera yendo a buscarle. Yo no soy amigo de todo el mundo; al contrario, resulto muy poco sociable y en esas fiestas me refugio en unas pocas personas; pero tampoco tengo enemigos ni nadie a quien trate de evitar hasta esos extremos. Adem�s, estas fiestas sirven ara abrir un poco el estrecho espacio de relaciones en el que nos movemos. Yo tuve as� la oportunidad de conocer a gente nueva y no s�lo espa�oles y argelinos, tambi�n de M�xico o de Argentina.

A las cuatro y media de la ma�ana llegu� a mi casa, un poco de trabajo sobre el ordenador? y a dormir unas pocas horas.
As� transcurri� un d�a un tanto original, que se diferencia un poco de los dem�s en la originalidad de las actividades realizadas, nada m�s. Peor est� siendo este viernes al que le quedan pocas horas, pero no es bueno escribir sobre mis malos momentos cuando los estoy pasando. Puedo resultar deprimente.

jueves, 17 de enero de 2008

Drogas no, gracias

Mi primera experiencia como pastillero no ha resultado muy positiva?

Sucedi� el pasado domingo por la tarde. El d�a hab�a resultado muy duro. La noche pasada apenas no hab�a dormido y finalmente quien yo consideraba mi mejor amiga en Argelia me hab�a manifestado su voluntad de romper cualquier lazo de amistad conmigo. Mi primera reacci�n, ahora ya superada, era de dolor, sin llegar a comprender las razones, porque se neg� a hablar conmigo. Por la tarde, en casa, me encontraba bastante mal. No s� estar solo y la perspectiva me angustiaba. Cuando lleg� la nueva empleada de hogar para la entrevista de trabajo, una estudiante marroqu� de medicina que vive en el Colegio Mayor que est� enfrente de mi casa, mi estado era lamentable. La recib� movi�ndome por toda la casa sin parar y la pobre qued� asustada. Yo creo que ha aceptado trabajar porque necesita mucho del dinero, porque cualquiera saldr�a despavorido al encontrarse a una persona casi fuera de s�, que no puede ni sentarse, hablando sin parar y lament�ndose de algo que para ella sonaba a chino. En su presencia recurr� a una de las pastillas de un medicamento llamado Lorazepam que me hab�a recetado el m�dico para los episodios de nervios y ansiedad. El efecto no fue inmediato, o al menos no me lo pareci�; aunque los �ltimos minutos s� que pude sentarme a hablar de lo que iba a ser su trabajo de empleada de hogar a partir del d�a siguiente.

Hab�a yo quedado un poco m�s tarde con Mariano, becario inform�tico de la oficina, en que pasar�a a recogerme e ir�amos juntos al gimnasio del hotel El Djaza�r. En mi estado de nervios era imposible conducir, menos a�n en Argel. Yo not� que poco a poco me iba tranquilizando, pero fue montar en el coche de Mariano y quedarme dormido. Exactamente igual a como ocurre en las pel�culas cuando le echan algo en la bebida a alguien y llega un momento que no puede seguir despierto. Mariano trataba de hacerme reaccionar, pero en cuesti�n de segundos volv�a a dormirme. Al llegar al gimnasio me prepar� como un aut�mata para hacer algo de deporte, pero yo ve�a que me ca�a al suelo y me tumb�. O me tumbaron, ni lo s�. Lo siguiente que recuerdo es que me despertaron porque era la hora de cerrar el gimnasio. De vuelta al coche volv� a dormirme y apenas recuerdo alguna cosa m�s hasta que son� el despertador a las siete de la ma�ana del lunes.

Yo soy muy reacio a tomar medicamentos y cuando me someto a alguna medicaci�n el resultado suele ser muy efectivo, casi espectacular, a excepci�n de la amoxicilina. Pero dejar de ser yo mismo, perder todo el control durante diez horas, es algo que no me hab�a pasado nunca.
El lunes por la ma�ana segu�a nervioso y no hab�a a�n asimilado lo sucedido con quien hab�a decidido dejar de ser mi amiga. Necesitaba tomar de nuevo mi medicamento, pero me arriesgaba a que me echaran del trabajo si me ocurr�a lo mismo. Habl� con Chus, la Agregada Comercial y jefa inmediata, para explicarle lo que me pod�a pasar y se ha portado muy bien conmigo y me ha ayudado un par de d�as a que no me quede solo, que es lo que m�s me afecta. Tambi�n Houria y Mariona han puesto mucho de su parte para ayudarme a salir del pozo en el que estaba entrando. La primera prueba dif�cil ser� este fin de semana, porque son muchas horas de ocio y me costar� ocuparlas en compa��a. Es mucho m�s f�cil quedar con gente para una soir�e, una velada nocturna, que durante el d�a. Como aqu� lo cuento casi todo, se sabr� si me he tenido que seguir medicando. Y cuando sepa que a la otra parte no le molesta, tambi�n contar� c�mo sucedi� lo del final de una buena amistad.

miércoles, 16 de enero de 2008

De Gharda�a al karaoke

No me resisto a contar una an�cdota sucedida en Gharda�a la semana pasada. El primer d�a de estancia en la ciudad nos acercamos hasta la plaza del mercado, que guarda un cierto parecido, guardando las muchas distancias, con la de la Koutoubia de Marraquech. Despu�s de sacar fotograf�as a casi todas las esquinas, decidimos hacernos fotos con la decoraci�n instalada en uno de los puestos de venta, claramente destinado al consumo de turistas extranjeros. Como se ve�a en la foto de ayer y en la nueva que adjunto, sobre una alfombra colocada en el suelo de la plaza se hab�a instalado una imagen disecada de un peque�o camello y otros adornos t�picos de la casa tradicional del desierto.

En plena faena fotogr�fica nos dimos cuenta de que alguien m�s tambi�n estaba sacando fotos y lo hac�a enfoc�ndonos a nosotros. Result� ser el due�o del negocio, que poco despu�s se nos acerc� a pedir que pos�ramos para �l. Nos sentimos realmente raros, casi japoneses: �ramos nosotros el objeto del espect�culo. Nos llama la atenci�n ver a las mujeres envueltas en t�nicas y escondi�ndose en soportales al paso de turistas, pero lo que a ellos les sorprende es precisamente que su forma de ser diaria nos resulte digna de ser fotografiada.

Evidentemente, sacamos m�s de una foto de mujeres envueltas en t�nicas, aunque con gran disimulo. Aqu� van algunas de ellas, para satisfacer la curiosidad de quienes nunca han visitado la regi�n. No obstante, yo hab�a estado ya anteriormente, hace a�os, y he encontrado que existe ahora una parte importante de la poblaci�n que se separa de esos principios. Ahora es posible encontrarse con mujeres vestidas de forma m�s convencional, algo impensable en los noventa. Incluso un erudito del lugar nos coment� que se ha abierto un debate interno en la comunidad mozabita sobre la aplicaci�n en nuestro siglo de costumbres de hace siglos, como que las mujeres no trabajan fuera de casa o que tengan que desplazarse completamente cubiertas. Mi impresi�n personal, por lo que he visto, es que el debate no est� a�n maduro y que s�lo la fuerza que puedan hacer las nuevas generaciones formadas en la universidad y que quieren ejercer una vida profesional har� que poco a poco evolucione la situaci�n personal de la mujer mozabita.

M�s a�n que en el resto del pa�s, la gente se ha mostrado extraordinariamente amable con nosotros. Primero fue la doctora que no cobr� sus emolumentos en el hospital al que acudimos en consulta de urgencias. Luego, ya el primer d�a, nada m�s bajarnos del coche que nos llev� gratuitamente del palmeral hasta la ciudad, al fotografiar unas flores artificiales de una tienda, el due�o hizo entrar a mi acompa�ante para regalarle una flor. El segundo d�a, el responsable de la biblioteca de El Ateuf nos llev� a visitar su lugar de trabajo y compr� unos refrescos para obsequiarnos. Son s�lo unos ejemplos. Todo eso sin contar la gran simpat�a que desbordaban los responsables de la casa rural del palmeral en la que nos alojamos.

Aunque yo ya hab�a estado, no puedo sino confirmar que la visita a Ghardaia resulta tremendamente interesante para cualquier viajero, m�s all� de la an�cdota de lo estricto de su vida y la situaci�n, para nuestra mentalidad penosa e infrahumana, en la que viven casi todas las mujeres de la ciudad, despose�das de su personalidad para someterse a las reglas del sistema m�s machista que he conocido en mi vida. El trato tan agradable hacia el turista y la cercan�a con la que se relacionan llaman poderos�simamente la atenci�n. Despu�s del atentado sufrido en diciembre que, se quiera o no, hace replantearse si merece la pena asumir el riesgo de seguir en Argelia, esta visita no hace sino reforzar los lazos afectivos que cada d�a nos unen a esta gente tan maravillosa.

El viaje me ha dejado un regusto muy amargo. Mi mejor amiga en Argel, Erika, se ha enfadado conmigo y creo que de modo definitivo. No s� muy bien c�mo ha sucedido, no ha querido hablarlo, aunque creo que ha acumulado odio hacia m� por razones que en parte se me escapan. S�lo en parte. Me hab�a advertido que no le gustan los amigos posesivos y eso forma parte de los defectos de mi car�cter. Lo siento, porque la sigo apreciando hasta donde ella ni imagina, pero me lo hab�an advertido tres personas diferentes y una de ellas no se suele equivocar. Durante un par de d�as me ha hecho sentir muy mal, pero ha repercutido en el trabajo y eso me obliga a pasar p�gina. Lo cuento abiertamente, espero que ella no lo lea, porque creo que lo he aceptado, pese a que me seguir� doliendo, y mucho, durante una temporada. Y tambi�n por eso prefiero no volver la vista atr�s ni repasar en exceso un viaje que �bamos a mantener en secreto.

Ayer por la tarde fui con unos amigos a un bar de moda en Argel, donde una de las principales atracciones es un karaoke. As� pude conocer a un se�or muy mayor, pediatra jubilado, que ha encontrado en la interpretaci�n de canciones de cantantes famosos su vocaci�n a sus m�s de ochenta a�os, al menos en apariencia. Nos comentaba que desde hace much�simo tiempo se honra con la amistad de Charles Aznavour y explicaba que pr�ximamente vendr� a dar un concierto en Argel. Aunque el pobre se�or ya hac�a bastante con cantar, quien ha hecho el mayor de los rid�culos he sido yo. Obligado a cantar en espa�ol, tuve que elegir entre uno de los miembros de la familia Iglesias. Mi versi�n de Hey, fuera de tono, ha resultado de un rid�culo extremo. Francamente, es mejor no dar demasiados detalles para que el autor no se querelle contra m�. Era la primera vez en mi vida que me atrev�a a hacer el rid�culo en un karaoke y, de todas formas, lo he encontrado francamente divertido. M�s a�n en Argelia, donde las posibilidades de ocio son escasas y a m� me hace ahora verdadera falta ocupar los huecos de mi tiempo libre que el final de una amistad antes comentada ha dejado.
He tenido que anular definitivamente el plan de bajar a Djanet la �ltima semana de enero, porque dos de las personas que me propusieron ir juntos no pueden venir a Argelia este invierno. Ahora mismo no s� c�mo quedar� el plan, tampoco tengo ganas de darle demasiadas vueltas. Para compensarlo, he recibido la buena noticia de que muy posiblemente recibir� una visita en unas semanas, en febrero.

martes, 15 de enero de 2008

Gharda�a

La semana pasada estuve en el desierto argelino, en Gharda�a. La gente de aqu� suele hablar de ?bajar al sur? para referirse a las visitas a esa parte del pa�s. En realidad Gharda�a no est� en el sur, es m�s bien el norte del interior de Argelia, a unos 500 kil�metros del mar. Sin embargo, como casi todo el pa�s, es zona des�rtica.
La gran mayor�a de los desiertos no tienen nada que ver con la imagen que nosotros tenemos de una playa inmensa, con arena por todas partes y alg�n oasis consistente en un lago de agua dulce y muchas palmeras. En realidad casi todos desiertos son pedregosos, muy �ridos y secos, sin apenas vegetaci�n. Los oasis no suelen disponer de lago ni nada parecido; el agua se encuentra en el subsuelo y con la humedad que genera permite crecer plantas y �rboles, que mayoritariamente, en algo se ten�a que parecer la realidad a la ficci�n, s� son palmeras. Cuando en un oasis nos encontramos algo de agua a la vista suele estar tan contaminada y plagada de insectos que se pierde toda la ilusi�n por sacarle siquiera una fotograf�a.
El desierto argelino no es diferente de los dem�s y, excepci�n hecha de algunas zonas de arena y dunas, s�lo existe un peque�o desierto de �sos, de pel�cula, en la provincia de Bechar, cerca de la frontera con Marruecos.

Los habitantes de la zona de Gharda�a, llamada valle del M?Zab, son denominados mozabitas. Son gentes muy diferentes a las del resto de Argelia, extraordinariamente trabajadores y con una gran conciencia de pertenecer a un grupo social. Casi todos dedican buena parte de su tiempo libre a actividades de voluntariado para su localidad, dentro de los principios religiosos, muy estrictos, que rigen su vida. Los mozabitas forman parte de los que hist�ricamente se llaman ibaditas. Yo no soy musulm�n y apenas estoy enterado de las diferencias entre ellos, de modo que me resulta dif�cil dar una explicaci�n. Desde fuera se observa que hay unos principios religiosos que marcan toda su vida, que desde ni�os acuden todos a escuelas por la tarde para aprender en profundidad su interpretaci�n del Cor�n y las normas de convivencia de su comunidad. Las mujeres no salen pr�cticamente de casa y las que o hacen, para lo estrictamente necesario, van completamente arropadas y envueltas en una especie de capa blanca que �nicamente deja ver uno de sus ojos.

En la foto que adjunto se puede ver c�mo �nicamente se ven hombres en el mercado, excepto a una mujer, sentada, cubierta con el ropaje tradicional.
Como visitante de Gharda�a, �nicamente se tiene contacto con hombres. Es una sociedad masculina. Son muy agradables de trato, afables, simp�ticos, dispuestos a ayudar al visitante, pero nunca est�n presentes sus mujeres.

Este viaje a Gharda�a estaba realmente maldito. Lo tuve que anular en dos ocasiones anteriores, la primera por una huelga de �ltima hora de Air Alg�rie, con un estado de nerviosismo general en el aeropuerto que me provoc� una ca�da de tensi�n de la que a�n conservo secuelas, y la segunda por el atentado de Al Qaeda del 11 de diciembre pasado. Aunque a la tercera ha sido la vencida y s� que he podido ir, las circunstancias personales que durante la estancia me han acaecido, de las que a�n no soy plenamente consciente y que en este blog, por respeto, no puedo contar, hacen que me arrepienta profundamente de haberlo realizado y ahora lo considere como uno de los m�s desgraciados de mi vida. Sin embargo, no es culpa de los mozabitas.
Ma�ana intentar� contar alguna an�cdota acaecida.
Jos� Antonio

lunes, 14 de enero de 2008

D�as de silencio

S� que no he escrito durante bastantes d�as y me parece que debo una explicaci�n.

Desde el pasado mi�rcoles me he encontrado con limitaciones para acceder a la red, como voy a narrar. Pese a ello, hab�a dejado ya unos textos escritos, e incluso unas fotograf�as, de modo que me bastaba con acceder a esta cuenta y activarlos. Sin embargo, no lo hice.

Ese m�todo, por cierto, es el que empleo habitualmente para introducir textos durante la semana. La redacci�n la realiza por la noche sobre mi ordenador port�til, en mi casa, donde no dispongo de l�nea telef�nica y, por lo tanto, de conexi�n a Internet. Llevo toda preparado en un pendrive y sencillamente lo cargo a este blog en un momento a d�a siguiente.

El jueves no se trabaj� en la Oficina Comercial, porque el mi�rcoles hab�a sido festivo en Argelia y la Embajada decidi� trasladar la fiesta a un m�s largo fin de semana. Yo aprovech� para ir a Gharda�a con dos espa�oles. El jueves las cosas no fueron entre nosotros demasiado bien y el texto que ten�a preparado me pareci� fuera de lugar, de modo que prefer� declarar "jornada de descanso" y no alejarme desde el palmeral de Beni Isguen, donde est�bamos alojados, hasta la ciudad en la que se situaban los cybercaf�s. Ese era realmente el problema, la distancia entre el alojamiento y el punto de acceso a Internet, que precisaba de solicitar los servicios de un taxi de ida y de otro de vuelta.

El viernes estuvimos en el desierto, a unos 150 kil�metros al sur y me dej� el pendrive en el palmeral. Era m�s de lo mismo, el problema de la distancia y de la falta de acceso a Internet. Y el s�bado se repiti� la historia del jueves (luego acab� resultando peor, hasta convertir el mal ambiente de los dos primeros d�as en casi una an�cdota; pero no es el momento ni el lugar de dar detalles), por lo que no ten�a yo la cabeza como para ponerme a escribir. Adem�s, pens� que ten�a que aprovechar esos d�as para reflexionar, cosa que he hecho, y que una cierta separaci�n del mundo formaba parte de la terapia para superar algunas situaciones de inquietud personal.

Ya de regreso el domingo, activ�, de todas forms, el correo que ten�a previsto para el jueves. Se trata de un conejo que vive en el albergue juvenl de El Kala, cerca de la forntera de Argelia con T�nez. Ten�a la foto guardada desde hace tiempo y me parec�a un homenaje curioso a los dos nuevos becarios de la oficina recordarles c�mo se ven ciertas cosas cuando uno lleva nueve d�as y c�mo las ve cuando lleva noventa.

Ma�ana reinicio mis clases de �rabe cl�sico. Deber�a haber empezado hoy, pero ayer yo me encontraba muy mal an�micamente y no pude ni siquiera repasar un poco lo que dej� hace ya un mes. Supongo que me volver� a encontrar con mi profe de seis a�os, del que voy a colgar otro d�a una fotograf�a.

Ma�ana contar� la estancia en Gharda�a. Es una ciudad situada a unos 600 kil�metros al sur de Argel, de una comunidad de guarda sus costumbres ancestrales en el seguimiento m�s estricto d elos principios religiosos. Lo que m�s llama la ate�nci�n del visitante es c�mo apenas salen las mujeres de casa y, cuando lo hacen, generalmente por verdaera necesidad, van recubiertas de una t�nica que las cubre completamente y �nicamente muestran un ojo. A�n as�, lo de "mostrar" es relativo, porque cuando se cruzan con un extranjero intenta arrimarse lo m�ximo posible a una de las paredes de sus empinadas y sinuosas calles para evitar la m�s simple mirada.

Los habitantes de Gharda�a, los mozabitas (la regi�n se llama Valle del M'Zab, de ah� su nombre), son unos grandes comerciantes, y tan agradables y simp�ticos como los del resto del pa�s. Es una ciudad a visitar, que enamora. Pero lo explicar� ma�ana.

Jos� Antonio

domingo, 13 de enero de 2008

Homenaje a un conejo

Hoy no escribo apenas, lo har� otro d�a.

Me limito a adjuntar una fotograf�a tomada hace noventa d�as en una localidad argelina.
Quienes all� estaban y, como yo, acariciaron al conejo (era coneja) lo entienden y se lo dedico con la mejor intenci�n. Se traat de un mal momento pasajero que que con el tiempo yo al menos recuerdo con simpat�a.

Si no escribo m�s es por falta de tiempo, porque tengo mucho que contar.

Jos� Antonio

miércoles, 9 de enero de 2008

Argel, a�o 1429

Hoy es d�a festivo en Argelia. Se inicia el a�o 1429 en el calendario musulm�n, que comienza a contar los a�os desde la H�gida. Es, por lo tanto, el d�a 1 del mes de Moharen.

No se trata de un gran acontecimiento, no es una fiesta que aporte demasiado. Nueve d�as m�s tarde, por ejemplo, es la Achura, que s� est� m�s enraizada en la poblaci�n.

Como el calendario musulm�n tiene menos d�as que el civil, normalmente once menos, en este a�o 2008 se va a dar la curiosa circunstancia de que a finales de diciembre tengamos un nuevo d�a 1 de Moharen, en ese caso del a�o 1430.

martes, 8 de enero de 2008

Sexo en Argelia

Este es el comentario que en el fondo casi todos quieren leer.

Sucedi� unas semanas antes de Navidades. Era de noche. Sal�a yo de un hotel de Argel, conduciendo mi coche, en compa��a de dos amigos, uno argelino y el otro expatriado. Una chica de unos 35 a�os, delgada, maquillada, nos hizo se�as. Explic� en �rabe que necesitaba que la llevaran al centro de Argel. Por su desenvoltura y en parte su vestuario a ninguno nos qued� ninguna duda de que se dedicaba a la prostituci�n. Para asombro de mis acompa�antes, le dije que s�, que le acercaba en mi coche. En Argelia no se deja a una mujer que camine sola por la calle de noche y es un principio b�sico de educaci�n acercarla a donde necesite. Mi acompa�ante argelino pensaba que yo no hab�a reparado en la actividad profesional de nuestra hu�sped e insist�a en ofrecer excusas para que no montara, pero yo le dije firmemente que entrara y as� lo hizo.

Lila, que ese es el nombre de la chica, entendi� probablemente mal mis intenciones y una vez dentro del coche insisti� en que le llevara a mi casa. Aunque a mis acompa�antes no les he dicho nada y s� que es dif�cil cr�erselo sin conocerme muy bien, mi primer pensamiento fue preguntarle si necesitaba realmente un lugar para dormir, pero inmediatamente desterr� la idea de la cabeza, pues dif�cilmente se iba a contentar con dormir en mi casa en la habitaci�n de los invitados y tampoco me ofrec�a excesiva confianza su respeto por los bienes ajenos. Menos a�n cuando insisti� a�adiendo que quer�a dormir conmigo. Evidentemente, no hab�a quedado prendado de mi belleza, sino probablemente de lo que equivocadamente considerar�a que era un bolsillo lleno de euros. Le dije que no, que gracias, sonriendo, y ante su insistencia le coment�, en tono distendido, que si insist�a corr�a el peligro de que le hiciera bajar del coche all� mismo. Mientras, mi amigo argelino no sab�a donde meterse ante una situaci�n que ve�a muy violenta, mientras el europeo asist�a divertido a la conversaci�n a la vez que, conoci�ndole, consideraba los posibles encantos de Lila.

Llegados al destino solicitado, Lila, que no dej� en ning�n momento de hacer todo tipo de proposiciones del mismo signo, me dej� su n�mero de tel�fono para que pudiera llamarle m�s tarde. Conservo el n�mero, aunque evidentemente no le he llamado. Nunca he recurrido, y espero que ni recurrir� jam�s, a los servicios de una prostituta. Sin hacer ninguna valoraci�n moral de su actividad profesional, que personalmente no considero en absoluto digna, me resulta realmente repugnante la actitud de quienes acuden a una prostituta y luego la menosprecian utilizando de forma insultante t�rminos como puta. Estoy seguro de que Lila no tiene ning�n problema de ninfoman�a, sino una necesidad econ�mica que de otra forma no puede satisfacer. Quienes la critican deber�an comenzar pro ofrecerle un puesto de trabajo.

Cuento esto porque son muchos los amigos y conocidos que cuando saben que trabajo en Argelia me preguntan por el mercado del sexo en el pa�s. Yo les suelo contar c�mo mi primera experiencia laboral en Argelia se desarroll� en Annaba, aloj�ndome en el hotel Seybousse. All� viv�an alojadas media docena de prostitutas, algunas ya metidas en a�os, y sobre todo en carnes, con las que acab� teniendo cierta familiaridad, pues nos encontr�bamos en las zonas comunes del hotel todos los d�as. Mi curiosidad natural y desinhibici�n para preguntar me hizo saber mucho sobre sus vidas e inquietudes. Eso mismo hice posteriormente en Argel, quiz�s como desviaci�n profesional y buen analista de mercado. En las discotecas de Argel, a las que acuden chicas menos metidas en a�os y de bastante mejor ver que las de Annaba, que se prostituyen sin excesivos miramientos como una forma de acceder a un estatus econ�mico que de otra manera les est� vedado, nunca ten�a reparos en satisfacer mi curiosidad y preguntar, seguro de que a mi interlocutora no le resultaba en absoluto violento el tema de la conversaci�n. No voy a escribir aqu� detalles que fuera de contexto resultan escabrosos, aunque son siempre los que m�s interesan a esos conocidos que preguntan.

Hoy no inserto ninguna foto. Hay quien me ha dicho que no le importa que publique cualquier foto suya, pero estoy seguro que lo ha hecho sin pensar en ning�n momento que fuera para ilustrar un tema as�. No voy a ser malo?

Jos� Antonio