lunes, 31 de diciembre de 2007

Un a�o para recordar

Hoy, que descolgamos de la pared el almanaque del a�o 2007, parece un buen momento para hacer balance de todo lo ocurrido en estos doce meses.

Para m� el a�o se inici� con muchas dudas y decepciones. Hab�a conseguido ya estar bien instalado en mi casa del barrio bilbaino de Iturrigorri, pero el trabajo que realizaba no me permit�a librarme de las estrecheces econ�micas, por lo que buscaba con deseperaci�n un cambio de actividad, sin �xito. En el plano personal, sufr� en enero la fuerte decepci�n de una amiga en la que confiaba ciegamente y que se enfad� conmigo precisamente porque ella no confi� mi y en un momento determinado no me crey�.

A primeros de febrero sufr� un accidente dom�stico que casi me cuesta la vida. La recuperaci�n fue r�pida, con unas pocas semanas en el hospital, aunque sali con la recomendaci�n m�dica de reducir el nivel de colesterol y liberarme de un exceso de peso que se hab�a convertido en obesidad, a la vez que me impon�an un tratamiento para la hipertensi�n. Durante unos meses me tuve que someter a un r�gimen diet�tico muy duro, pero que me permiti� bajar de 102 kilos hasta 83 en el momento en el que lo tuve que suspender por el traslado a Argelia, a mediados de junio. �ltimamente lo he recuperado para acabar de perder los ya pocos kilos que me sobran, porque un ataque de ci�tica se carg� el primer intento, en julio.

Este a�o he tenido la oportunidad de viajar a Portugal, Turqu�a, Suiza, Francia, Noruega, Argelia, T�nez y Holanda. Dentro de Espa�a han sido muchos m�s, pero puedo destacar los realizados a Pe��scola, Barcelona, Gij�n, Sevilla, Lugo y el a�n reciente a Zaragoza. No obstante, el mejor fue a Palma de Mallorca, donde pude volver a ver despu�s de varios a�os a Mar�a Jos� y a Juan. Ella est� toda feliz disfrutando a tope de la vida con una madurez envidiable, mientras que Juan y Tatu han tenido su segundo hijo recientemente y viven tambi�n muy felices en su casa del centro de la isla.

A partir de mi incorporaci�n al puesto de Analista de Mercado de la Oficina Comercial de Espa�a en Argel mi vida ha cambiado radicalmente. Fue algo inesperado y me fui casi sin tiempo para hacer la maleta, poco menos que con lo puesto y sin reflexionar demasiado si era eso lo que realmente deseaba hacer. Pero lo hice encantado, con una tremenda ilusi�n y pensando en positivo, con ganas de aportar y aprender de una experiencia que se me antojaba fascinante, como as� est� siendo. Muchos creen que el haber ya trabajado en el mismo puesto entre los a�os 1998 y 200 es una gran ventaja y que contaba con un buen conocimiento previo, pero no es as�. El trabajo de la Ofcomes en general, y el m�o m�s en particular, han evolucionado much�simo. En lo �nico que se parecen es en la resoluci�n de consultas de empresas, pero incluso esto se realiza por medios muy diferentes a los que yo conoc�. De todas formas, yo sab�a que me iba a encontrar una oficina muy diferente y por eso quise volver; nunca hubiese regresado para repetir una actividad ya realizada anteriormente. Me gusta aprender cosas nuevas y descubrir, ser�a espantoso volver a hacer lo mismo al cabo de siete a�os.

A�n as�, tuve que interiorizar que regresar a la Oficina Comercial de Espa�a en Argel era como reconocer un fracaso personal, el no haber avanzado nada en estos a�os. Es una idea que a�n no he conseguido madurar, asimilar y convertir en positiva. El otro problema que no he conseguido a�n superar es el estado de ansiedad en el que entro cuando estoy solo.

En la oficina he vuelto a encontrarme con Mariona, Houria, Fella, Fernando, Farid, los chicos y el personal de la Embajada que a�n perdura en el mismo destino. Y fuera de ella, con Kamel, Abdallah, Khelifa, Mourad, Mar�a, Mohamed Khalifa, Monse�or Teissier y las religiosas que siguen al pie del ca��n. Me he topado con situaciones en las que era reconocido por gente que sin embargo yo no recordaba, como el camarero del restaurante Djenina.

He podido trabajar con caras nuevas. Desde un principio me cost� aprenderme los nombres de Nawel y Nolween y creo que a�n hoy sigo confundiendo el nombre de cada una de ellas, aunque son muy diferentes en su forma de ser. He podido conocer y compartir muchos momentos con los becarios, Jorge, Jes�s, Javi, Carlos, Ismael, Jose, Erika y Mariano, de los que he aprendido quiz�s m�s que ellos de mi. Y a mis jefas, Mar�a Dolores y Mar�a Jes�s.

S� de varias personas en mi entorno que califican este 2007 de "annus horribilis" en sus vidas. Yo no estoy para nada de acuerdo, creo que casi todo lo malo que me ha pasado este a�o ha sido para bien. Pocos tienen la suerte de salir de las enfermedades mejor de lo que entraron, poder trabajar de lo que les gusta, hacerlo conociendo un pa�s diferentes y llegar a conocer a todos estos compa�eros y amigos que he descrito antes.

Yo ya me conformar�a con un 2008 parecido. Hasta el a�o que viene,

Jos� Antonio Do�oro

sábado, 29 de diciembre de 2007

El Hotel El Djazair

Cuando llegu� a Argel, hace seis meses, lo primero que tuve que hacer fue buscar alojamiento. Se me acababa de retirar el derecho a vivir en un edificio alquilado por la Embajada de Espa�a a la de Bulgaria para los empleados espa�oles. Se trata de una decisi�n administrativa o pol�tica de dif�cil justificaci�n humana, que en absoluto comparto, m�s a�n cuando el edificio est� infrautilizado. Nuestras autoridades aconsejan a los espa�oles que extremen las medidas de seguridad en el pa�s, pero no ofrece ninguna protecci�n a una parte de sus empleados. Desde entonces, tanto yo como los nuevos becarios hemos tenido que buscar vivienda por la ciudad, sabiendo que nuestros emolumentos no nos permiten alquilar una villa, sino que tenemos que vivir en un piso de vecinos, donde todo el mundo acaba sabiendo qui�n eres y careces de toda protecci�n. M�s a�n, sabiendo que vivo en Ben Akn�n, a fecha de hoy nadie me ha preguntado si mi vivienda sufri� alg�n da�o en el cercano atentado del 11 de diciembre, m�xime cuando el veh�culo que explot� hubiese pasado inexorablemente por delante de mi ventana tres minutos despu�s si no llega a explotarle el cargamento cuando activ� el detonador.

Esa es la realidad de las garant�as de seguridad que la administraci�n espa�ola nos ofrece, pero no lo que quer�a comentar en el blog. Indudablemente, yo vivo mucho m�s c�modo en mi apartamento, rodeado de vecinos argelinos, de lo que pod�a hacerlo en un piso sometido a medidas de seguridad y con control de mis entradas y salidas con un responsable de seguridad que ya sin ser vecino del edificio me ha buscado alg�n problema.

Explicaba que al llegar tuve que optar por dormir en alg�n sitio y el lugar elegido fue el Hotel El Djazair. Para mi es el hotel de Argel que ofrece mejor relaci�n calidad-precio. No es el mejor, ese honor se lo pueden disputar el Sofitel y el Sheraton, pero cuesta menos la mitad que cualquiera de �stos y conserva un encanto especial. Uno de los lujos al alcance de casi todos en Argel, entre los meses de febrero y septiembre, es tomarse algo por la tarde en su cafeter�a al aire libre, bajo los jazmines, que llenan de su aroma todo el entorno. Adem�s, es su estilo morisco el que le da un car�cter muy especial. O la piscina, que en invierno se cubre, como se ve en la fotograf�a, pero que en verano se convierte en un espacio al aire libre en el que pasar una agradable tarde.

Otra ventaja del hotel El Djazair es que est� muy c�ntrico, desde �l se puede ir a pasear por el centro y salir de compras por Didouche Mourad, la principal calle comercial de la ciudad. Sin embargo, el principal problema que yo le encuentro es el precio. Los hoteles son caros en Argel, �ste viene a costar unos 150 euros diarios, m�s que el salario m�nimo de un mes entero de trabajo en Argelia y m�s tambi�n de lo que yo iba a ganar. As� que s�lo me pudo permitir alojarme en mi hotel favorito los tres primeros d�as de estancia, gast�ndome el sueldo de una semana. Ahora me limito a utilizar el fitness, que incluye piscina, gimnasio, sauna, hamm�n y jacuzzi. De eso escribir� otro d�a.

viernes, 28 de diciembre de 2007

Los Santos Inocentes

La fiesta de los Santos Inocentes se celebra en todos los sitios, pero s�lo entre nosotros existen las inocentadas como propias de este d�a. En Argelia, como herencia de la �poca colonial francesa, esas bromas se celebran el d�a uno de abril, en lo que se llama ?le poisson d?avril? (el pez de abril).

La prensa y la radio argelinas son muy dadas a gastar bromas informativas en ese d�a a sus lectores y oyentes, m�s o menos como hasta hace unos pocos a�os a�n ocurr�a con la prensa espa�ola, aunque est� desapareciendo la costumbre. Tambi�n se gastan bromas entre s� los argelinos, aunque no suelen estar muy trabajadas. As�, cuando viv�a en Annaba fue muy comentada la broma de una cafeter�a que sustituy� el az�car por sal en el cuenco del que todos se sirven. La connivencia de los embromados hizo que nadie protestara, esperando siempre a ver si ca�a en la misma trampa el cliente siguiente.

No son frecuentes en Argelia los rasgos de humor inteligente y tampoco siempre se comprenden. Recuerdo como una amiga me contaba hace unos a�os que para gastarles una broma a sus padres el uno de abril se compr� en la farmacia un test del embarazo y se pase� con la prueba por toda la casa, con aire de estar muy preocupada y la mirada fija en el test. Sus progenitores se escandalizaron de que no s�lo su hija no era virgen, como cab�a esperar en una familia argelina, sino de que probablemente les estaba haciendo abuelos sin estar casada. Ni siquiera cuando desvel� que se trataba de una inocentada consigui� calmar los nervios en casa.

Yo, esta vez, no gasto ninguna inocentada en el blog.

jueves, 27 de diciembre de 2007

Las fotos prometidas

Ayer comentaba los detalles del atentado y promet�a incorporar dos fotograf�as que en ese momento no era capaz de subir al blog, por un fallo que yo, ignorante de estos detalles inform�ticos, a�n ahora ignoro a que se deb�a.

Por eso, cumplo con lo prometido e inserto un dia despu�s las dos fotograf�as.

La primera est� tomada en el despacho que comparten Nawel y Fella, que es quien tiene la mesa de despacho m�s cerca de la ventana. Nawel, por cierto, es la �nica que result� herida por los cristales.
La segunda es de la cocina de la oficina, el lugar en el que nos reunimos a comer al mediod�a o a tomar un caf� a media ma�ana. Est� situada en la planta baja, donde m�s se sinti� la onda expansiva.Creo que para nosotros no tienen ya m�s valor que un hecho desagradable vivido, que no va a alterar nuestras vidas. Quitando los primeros momentos de angustia, el sufrimiento se refiere m�s al da�o que han sufrido los dem�s que al nuestro propio.

Espero no tener que referirme m�s en este blog al atentado.
Jos� Antonio Do�oro
27 de diciembre de 2007

miércoles, 26 de diciembre de 2007

Así viví el atentado

Ayer por la mañana estuve intercambiando correos electrónicos y confidencias con mi compañera de trabajo Nawel, que con gran profesionalidad fue a trabajar el día de Navidad, para así quitarse parte del trabajo pendiente que le hemos dejado los que estamos de vacaciones.

Se extrañaba Nawel de que en este blog no haya contado aún el atentado de Al Qaeda del que fuimos víctimas el pasado día 11 de diciembre. Y no lo he hecho porque considero que en mi vida y en la de los argelinos ocurren cosas mucho más interesantes y más dignas de ser contadas que la agenda de muerte que nos quiere marcar el terrorismo. No quería darles a los terroristas el pequeño gusto de ser el centro de atención de mi blog. Pasan en mi vida cosas mucho más importantes que su enfermiza actividad asesina.

Yo no estoy dispuesto a hacerles el juego a los terroristas y ni siquiera he buscado en prensa noticias sobre el atentado. Considero que buscan repercusión mediática y que una de las armas a mi alcance para luchar contra el terrorismo es precisamente romper con eso, no hacerles publicidad. Si consiguiésemos que no fuese nunca noticia, que nadie se hiciese eco de cualquier atentado, los terroristas perderían su razón de ser y acabaríamos con ellos. Es un sueño, una quimera, lo sé, pero yo pongo mi grano de arena para su materialización, con el mismo desprecio por sus acciones que ellos sienten por la vida humana.

Hoy, el día después de Navidad, cuento cómo lo viví, pero no incluyo fotografías del lugar preciso del atentado, que lógicamente tengo. Me remito en buena parte al correo electrónico que el día 12 escribí a más de un centenar de amigos explicando cómo habían transcurrido los hechos y que me encontraba físicamente bien. En otro momento incluiré una foto de la cocina de la oficina tras el atentado y otra del despacho de Fella y Nawel, donde puede imaginarse lo que le habría sucedido a Fella si momentos antes no hubiese recibido una llamada al móvil con escaso nivel de cobertura, que le obligó a moverse a otro punto de la oficina.


Aquel martes, 11 de diciembre, tenía yo una agenda repleta de actividades. Había decidido afrontar de una vez dos temas de trabajo que para mi eran y son importantes, como la supervisión de todas las consultas comerciales y la formación de los becarios. Era además el último día de trabajo de Ismael, becario de la Cámara de Santiago de Compostela. Teníamos una Misión Comercial de la Cámara de Gipuzkoa para la que había que resolver algunos detalles. Además, a las nueve de la mañana estaban convocados los empresarios de la asociación Confemadera, que iniciaban una misión comercial a Argelia, de modo que decidí ir al trabajo un poco antes de lo habitual y resolver los asuntos más urgentes antes de que llegaran.


En plena reunión, poco después de las nueve y media de la mañana, cuando hablábamos precisamente de la tranquilidad con la que se vive y trabaja en Argel, sonó una primera explosión, que luego hemos sabido que fue la bomba de Ben Aknoun, cerca de mi casa. Todos en la Oficina Comercial pensamos inmediatamente que se trataba de una bomba cercana, porque sacudió el edificio, pero inmediatamente elaboramos, por higiene mental, explicaciones alternativas, desde un terremoto a una explosión de gas, pasando por un accidente en las obras del edificio de al lado. A preguntas de los empresarios, Ismael, que me acompañaba en la reunión, bromeó diciendo que siendo día 11 lo que tocaba era una bomba.


No habían pasado ni diez minutos cuando todo saltó a nuestro alrededor. Estallaron los cristales de las ventanas y las cajas de las persianas, algunos ventanales se arrancaron incluso de cuajo. Las puertas se abrieron haciendo saltar cerraduras o marcos, cedió un falso techo. A la vez, entró una mezcla de humo y polvo y de la calle venía un griterío histérico que aún hoy no he conseguido quitarme de la cabeza. Procedía fundamentalmente de los niños de la escuela que se halla justo enfrente de la Ofcomes, pero también de parte del personal de nuestra oficina y de la empresa Siemens, que se halla al lado. Puedo afirmar que las imágenes de explosiones que vemos en el cine están muy bien logradas y se ajustan a lo que se vive en la realidad.


La Oficina Comercial dispone de tres plantas, una principal, otra superior con seis despachos (entre ellos el mío) y otra inferior con la sala de becarios, garaje y cocina. Al explotarnos la bomba fuimos todos inmediatamente conscientes de que se trataba de un atentado y posiblemente contra nosotros. Mi primera reacción fue comprobar que todos en la sala estábamos bien, ordenar desalojarla y salir al vestíbulo. Allí estaban ya Fella, Mariano y un guardián del edificio. Inmediatamente llegaron Nawel, llorando, junto a Houria y Mariona.

Ninguno parecía herido, aunque consolar a Nawel se hacía difícil. Creo que todos pensábamos, yo al menos sí, que aquello podía no acabar ahí, que podían ocurrir otras explosiones. También pensé que ya no tendría coche, que a su lado habría explotado la bomba, pero casi daba igual en esas circunstancias. Faltaban además cuatro compañeros de trabajo, una secretaria, una becaria y los dos recadistas. Me dijeron que la secretaria, Nolween, no había venido hoy a trabajar. Viendo que los otros no aparecían, aunque los recadistas suelen estar fuera, me temí que en la planta baja la destrucción fuera mayor. Me armé de valor para bajar por la estrecha escalera y al llegar a la sala de becarios no había ni rastro de Erika. Me acerqué a la mesa buscando su cuerpo, visto cómo se había llenado todo de cascotes y mucho polvo. Hasta ahora no se lo había dicho a nadie, pero fue el momento más duro, que afortunadamente sólo duró unos segundos. Al acceder a la cocina, completamente destruida, vi con gran alegría que Erika y Mahmoud se habían refugiado en un pequeño patio, con una cara de angustia difícil de olvidar.

A partir de ahí, por lo menos, sabíamos que todos estábamos a salvo. Empecé a preocuparme por detalles menores, como llamar a nuestras familias o recoger enseres personales antes de que nos desalojaran, si se comprobaba que el edificio sufría daños estructurales. Avisé al Embajador, que en esas circunstancias atravesó la ciudad y se encaminó inmediatamente hacia nuestra oficina, en un gesto que le honra.


Los siguientes minutos fueron confusos, queríamos disponer de información que nadie podía proporcionarnos. Pronto supimos que la bomba no había sido directamente contra nosotros, sino, en la misma manzana, contra las oficinas de los diferentes organismos de las Naciones Unidas. Afortunadamente no ocurrieron nuevas explosiones que hubrían incrementado el estado de angustia.


Las horas siguientes a una situación tan tensa son muy malas. Mientras tuve que asumir la responsabilidad, di instrucciones son serenidad, pero luego ya me derrumbé. Empiezas a pensar en las consecuencias para otros que no han tenido la misma suerte, ves los daños, te hablan de muertos y de mutilados, de un autobús lleno de estudiantes que finalmente no fue tal. La barbarie y la sinrazón terrorista, de seres que en su locura obsesiva han perdido todo sentido de la realidad y del valor de la vida humana por encima de ideas; cuando esas ideas son formas de entender y vivir la vida pero siempre supeditadas a eso, a la vida. Ahí vives el sufrimiento tan injusto que quienes comparten contigo cada día están padeciendo. Piensas en las consecuencias que todo eso puede acarrear y las ilusiones propias y ajenas que la actitud de un iluminado carente de humanidad ha tirado por tierra. Y lo pasas mal, muy mal. Lloras de impotencia porque no puedes cambiar este mundo.


Fui incapaz de quedarme solo desde ese momento. Me daba miedo ir a mi casa y fui acogido las 48 horas siguientes por Erika y su compañero de piso, César, que se portaron de maravilla y me recibieron en su casa con la mayor naturalidad, sin que en ningún momento me sintiera incómodo. Tuve momentos de bajón, que aún se han repetido estando en Bilbao. Tampoco quiero explayarme en lo vivido los días siguientes, me guardo mis lágrimas, alegrías y decepciones. Vas conociendo tragedias personales, gente que ha perdido las piernas, niños que han perdido la vista, muertos, rescatados con vida después de muchas horas.


Respecto a la primera de las explosiones, ocurrió en el barrio de Ben Aknoun, donde yo vivo, a unos 400 metros de mi casa. Creo que he sufrido daños mínimos en la vivienda, únicamente algún adorno roto, pero tampoco he podido comprobarlo muy bien, apenas he pasado por mi casa y la única vez que lo hice solo, para preparar la maleta, me derrumbé. La prueba de fuego será cuando regrese el día 3 de enero y tenga que quedarme a dormir. Debería pedirle a alguien que esa noche venga también a dormir a mi casa, pero parece ridículo a mi edad explicar lo que me ocurre. No obstante, el miedo a quedarme solo lo tenía ya desde unos días antes, por una fuerte bajada de tensión arterial que sufrí y que en algún momento podré contar.


La pregunta que todos los amigos y conocidos me querían hacer era conocer mis planes de futuro. En aquel momento yo no estaba en condiciones de reanudar el trabajo. Tuve la errónea impresión de que la Agregada Comercial, que no estaba presente en el momento del atentado, no tuvo la sensibilidad esperada cuando llegó y daba por supuesto que yo debía seguir trabajando ese día, localizando a los empresarios que estaban trabajando por la ciudad, y al día siguiente resolviendo problemas de la oficina. En aquel momento hubiese cogido una baja médica y desaparecido de un ámbito tan inhumano por una temporada. Pero surgió también la figura de mi compañera Houria, un encanto de persona, a la que estoy infinitamente agradecido por sus intervenciones y los detalles que sé que, sin decirme nada, ha tenido conmigo. Yo me he venido, pero ella, Nawel, Farid, Fernando, los chicos (así es como llamamos cariñosamente a Mahmoud y a Kamel, pese a que ya hace años que dejaron de ser chicos) se han quedado y se tienen que quedar. Y Nolween, que vivía al lado y se ha quedado sin techo donde dormir. Estamos en el mismo barco y, por supuesto, regreso a Argel el día 3 de enero.


El pueblo argelino, las víctimas de este atentado, no se merecen que ese terrorista pueda ni conmigo ni con nadie. La gente en Argelia nos quiere, que te identifiquen como extranjero no es un factor de riesgo, sino motivo para ser agasajado. Siempre se muestran agradables y confiados, es una gente maravillosa. Mi vida es mucho más fácil que la de ellos, simplemente porque he nacido unos kilómetros más al norte. Han sufrido diez años de guerra civil en los que cada noche la angustia que se vivía no distaba demasiado de la de ese martes, han tenido terremotos con infinidad de fallecidos, inundaciones. Y siguen ahí, poniéndome la mejor de las sonrisas. Yo podría regresar a casa y buscarme otra cosa; ellos no pueden hacer lo mismo. Y yo no me voy a ir de esa forma. También podía haberme cogido ya las vacaciones completas y pendientes, pero no he querido cambiar nada, incluso aunque ahora me voy a quedar sin regalos de Navidad, porque en mi casa celebramos los Reyes Magos el 6 de enero y yo estaré en Argel. No tendré regalos este año, pero otros ni siquiera han tenido Navidad.


José Antonio Doñoro,
26 de diciembre de 2007

martes, 25 de diciembre de 2007

Vive la Navidad


Hoy, d�a de Navidad, no voy a escribir sobre Argel. Lo voy a hacer sobre mi estancia en Bilbao.
Ayer presenci� una imagen muy curiosa en las calles de Bilbao. Era el reflejo de la mundializaci�n y de la fusi�n cultural. La fotograf�a que tom� es de mala calidad, est� desenfocada, por las prisas del momento. Es en un sem�foro del comienzo de la Gran V�a de Don Diego Lopez de Haro. All�, esperando a la luz verde para cruzar a la otra acera, estaban tres personajes: Papa Noel o Santa Claus, el Olentzero u Olentzaro y el rey Gaspar.

Para los ajenos al Pa�s Vasco, el Olentzero es el personaje mitol�gico, carbonero de profesi�n, que cada a�o baja de las monta�as por estas fechas para traer regalos a los ni�os y ni�as de los hogares vascos.

El d�a 24 se celebraron en muchas ciudades y pueblos de mi tierra las recepciones a la llegada del Olentzero y el 6 de enero se celebrar�n las cabalgatas de Reyes. Los ni�os, ajenos a cualquier motivaci�n pol�tica o religiosa, acogen encantados que sean tantos los personajes que les traen juguetes, sin plantearse demasiadas preguntas. Es lo que ocurre con aquellos ni�os que en Argelia reciben regalos de Santa Claus, que los hay. Porque la mundializaci�n no s�lo hace que el alcalde de Madrid decore las calles con frases aparentemente navide�as pero despojadas de cualquer religiosidad, tambi�n en Argel se decoran algunas calles con luces y campanas navide�as y un cierto esp�ritu de la Navidad impregna la ciudad.
Existe en Bilbao, por supuesto, la tradici�n belenista, tra�da de Italia hace ya varios siglos, a trav�s de Catalu�a. Y el Bel�n por antonomasia, el que todos los padres llevan a sus hijos a ver, es el del ahora banco BBVA, que este a�o resulta muy decepcionante. En la imagen de al lado se puede comprobar la pobreza de medios del que siempre fue el Bel�n que que todos los ni�os bilbainos admiraban, con sus cambios de luz, los molinos de agua y varios cuadros o escenas desarroll�ndose a lo largo de lo que era un bel�n de varios metros de largo.
En cualquier caso, con o sin Bel�n, con Pap� Noel o con Olentzero, hoy nos ha nacido un Salvador. �Feliz Navidad a todos!

Jos� Antonio Do�oro,
D�a de Navidad de 2007

lunes, 24 de diciembre de 2007

La Navidad en Argel

No es f�cil disfrutar de la Navidad en un ambiente muy alejado del que estamos acostumbrados a ver de villancicos, escaparates decorados, puestos de venta de dulces t�picos de la �poca y belenes. Estando en Argel no eres consciente de que se acercan las fechas navide�as, son d�as como todos los dem�s.

Afortunadamente, nunca me ha tocado pasar la Nochebuena fuera de mi casa. Yo me tem�a que este a�o iba a ocurrirme por primera vez y lo llevaba muy mal, estuve muy triste durante varios d�as. Compr� a primeros de noviembre, en un viaje a Barcelona, la comida necesaria para celebrar las fiestas en Argel. Luego, dos buenas amigas aprovecharon tambi�n sendos viajes para traerme, cada una por su cuenta, un �rbol de Navidad y unos cuantos adornos con los que decorar la casa. En �sas estaba cuando finalmente la Consejera Comercial me concedi� el disfrutar de las vacaciones en casa.

Aunque Argelia es un pa�s de confesi�n musulmana, oficialmente se respetan las creencias de los cat�licos, que tienen derecho, seg�n la legislaci�n laboral, a considerar como d�as festivos el 25 de diciembre y el Domingo de Resurrecci�n. Como peque�o homenaje a esa comunidad cat�lica, la radio p�blica argelina emite en directo todos los a�os la Misa de Navidad desde la Catedral del Sagrado Coraz�n, en pleno centro de la ciudad. Es una celebraci�n que toda la comunidad, encabezada por Monse�or Henry Teissier, arzobispo de Argel, prepara con mimo, incluyendo ensayos de los c�nticos en las semanas previas.

Yo aqu�, desde la distancia, me uno a ellos y les digo �Feliz Navidad!

sábado, 22 de diciembre de 2007

Vacaciones, normalmente

Si todo hubiese transcurrido normalmente, como estaba previsto, hoy s�bado estar�a llegando a mi casa en Bilbao para disfrutar de las vacaciones de Navidad. Y lo hubiera hecho en barco y con mi coche, porque la legislaci�n argelina obliga a sacar del pa�s cada tres meses los veh�culos que entran en r�gimen de turista, como es el m�o. Ahora tendr� que buscar una soluci�n para sacarlo pr�ximamente.

Si todo hubiese transcurrido normalmente, hubiese disfrutado de las vistas de la bah�a de Argel cuando se embarca camino a la pen�nsula. Suelo decir que es la forma m�s bonita de llegar, contemplando la belleza de la que llamaron "Argel la blanca", y sin lugar a dudas tambi�n es la mejor forma de partir.

Si todo hubiese transcurrido normalmente, volver�a en barco con mi coche el 3 de enero, v�a Or�n, para disfrutar de un fin de semana en la ciudad y luego hacer el camino hasta Argel por una carretera que en parte es nueva, mientras prosiguen las obras de la autopista que recorrer� el pa�s de este a oeste.

Normalmente, este era mi plan.

Pero la situaci�n de nervios y stress que me produjo el atentado del d�a 11 hizo que la Consejera me concediera un permiso especial para ausentarme unos d�as m�s del trabajo, que l�gicamente empalmo con las vacaciones de Navidad.

Por eso, hoy no es el d�a de mi regreso a casa. Pero el 3 de enero estar� de nuevo en Argel. No ser� en barco, me conformar� con el avi�n. Y, como ahora empiezo las vacaciones, a partir de hoy tambi�n escribir� un poco menos en el blog.

Lo de "normalmente" lo he escrito de forma intencionada, porque esa misma expresi�n en franc�s, "normalement" es utilizada casi como un comod�n en Argel. Recuerdo que durante el Ramad�n estaba yo preocupado por comprar urgentemente un sof�-cama para mi casa reci�n estrenada, porque en pocos d�as llegaba el nuevo becario inform�tico, Mariano, y le hab�a ofrecido dormir en mi casa. Al salir del trabajo me encontraba cada d�a con que todas las tiendas estaban ya cerradas, de modo que acab� haciendo una escapada para comprar un sof� al precio que fuese. Llegu� a una tienda con tres modelos expuestos y sobre el que m�s me gustaba estaba recostado un argelino que me imped�a observar bien el sof� y no se mov�a pese a mis evidentes esfuerzos. As� estuve un par d eminutos, mientras me miraba con los ojos entrecerrados. Para conseguir que en la tienda le llmaaran la atenci�n y se moviera, le pregunt� en voz alta, que se oyera bie, si �l trabajaba all�. Su respuesta, que sonaba como si hubiese pasado toda la noche de Ramad�n de juerga, fue un simple "normalement"! Efectivamente, era el propietario, con muy pocas ganas de trabajar. Las mismas que yo ten�a ahora de coger vacaciones anticipadas.

A todos, Feliz Navidad.

Jos� Antonio Do�oro
22 de diciembre de 2007

viernes, 21 de diciembre de 2007

Mi amigo Ismael, ahora en Ferrol

Hoy quiero dedicar estas l�neas a Ismael Castelos.

Cuando llegu� a la Oficina Comercial de Argel me encontr� con seis becarios: Jorge, Jes�s, Javi, Carlos, Ismael y Jose. Pronto se fue Jose, que hab�a conseguido hacer realidad su sue�o de proseguir sus estudios en China Despues, a finales de septiembre, se fueron los cuatro becarios ICEX, qued�ndome solo con Ismael, becario de la C�mara de Santiago de Compostela.

Es dif�cil toparse en la vida con personas del car�cter de Ismael. Afable, amigo de sus amigos y hasta de los simples conocidos, desde el principio me sorprendi� su tremenda virtud de llevarse bien con unos becarios que apenas se hablaban entre s�. �l lo hac�a con todos y adem�s cada uno le consideraba su amigo. Esa cualidad la ha vuelto a poner de manifiesto con los dos nuevos becarios ICEX, Erika y Mariano, a los que ha sabido orientar y apoyar cuando le han necesitado y lo cuentan entre sus amigos.
Lo que m�s me ha llamado la atenci�n de Ismael, sin embargo, ha sido su profesionalidad en todos estos meses. En junio yo era un reci�n llegado que apenas sab�a nada del fncionamiento de la oficina, m�s all� de lo que me ense�aban Jorge y Javi. Cuando �stos se fueron, asumi� su papel de decano y me fue orientando, con mucho tacto y sin hacer ruido, cada vez que algo se me escapaba, mientras �l segu�a preparando de manera exquisita la Misi�n Comercial de la C�mara de Santiago y las dem�s labores que le iban encomendando. Se ha tomado con mucho inter�s cada una de las Misiones Comerciales que ha preparado, inform�ndose a fondo sobre cada empresa y haci�ndolo absolutamente todo, incluso registrando �l mismo los documentos que generaba. Se ha converido en todo un experto en alguno de los productos que ha ayudado a introducir, como los palets o las orde�adoras.

Con motivo del fin de Ramad�n nos fuimos juntos de viaje a T�nez, por carretera, visitando algunos de los monumentos argelinos declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. En plenos preparativos se nos unieron tres personas m�s y as� acabamos cinco en un coche que no estaba en condiciones para ese trote. Ello acarre� momentos de tensi�n, malos humores y que, finalmente, s�lo Ismael y yo atraves�ramos la frontera. Las 24 horas que pasamos juntos, solos, son las m�s divertidas de toda mi estancia en Argelia. No paramos de reirnos y hasta me tem� que en la frontera nos detuvieran por desacato a la autoridad, dados los extremos a los que llev�bamos nuestra chufla mientras esper�bamos la escolta de regreso a Argel.

La beca de Ismael en Argel concluy� el pasado 11 de diciembre. Y lo hizo tr�gicamente, puesto que la jornada laboral fue interrumpida por un atentado terrorista de sobra conocido. Su despedida de Argel fue dos d�as despu�s, jueves, en vuelo de Iberia. Erika y yo tuvimos el privilegio de hacer junto a �l este viaje.
Ahora Ismael est� buscando trabajo. Lo absurdo de nuestro mercado laboral hace que una persona como �l pueda estar durante unas semanas ociosa, buscando empleo, cuando ha demostrado sobradamente su val�a personal y profesional en los once meses que ha trabajado en Argel. Recientemente se present� a las pruebas para ser Analista de Mercado en la Ofcomes de Dakar, Senegal. No lo dud� un momento para viajar hasta all�, tras ponerse las vacunas correspondientes. Finalmente qued� segundo y la Ofcomes de Dakar se ha perdido la gran oportunidad de contar con un Analista de Mercado excepcional.
Me va a costar cubrir el vac�o que deja Ismael. Somos muy diferentes en la forma de pensar, yo excesivamente impulsivo y �l voluntariamente tranquilo, y no hemos llegado a compenetrarnos del todo. No es el caso de Erika, que no lleva ni tres meses y nos entendemos de maravilla incluso cuando discutimos y nos tenemos un gran aprecio personal. Con Ismael es muy dif�cil discutir, porque s�lo lo hace si tiene toda la raz�n y es absolutamente necesario. Con su actitud se ha convertido en un referente de c�mo enfocar positivamente la estancia en Argelia y saber sacarle provecho.
Yo s� que alg�n dia coincidiremos en otro lugar. O, por qu� no, en Argelia. Hasta entonces, Ismael, te deseo de todo coraz�n toda la suerte que un caballero como t� merece.

jueves, 20 de diciembre de 2007

Sometido a dieta

Llevo unos meses sometido a dieta alimenticia. Todo comenz� en Bilbao, all� por el mes de marzo, cuando me descubrieron toda una patolog�a cl�nica derivada de la obesidad. Lo peor era la hipertensi�n, que me obligaba, a�n lo hace, a mantener una medicaci�n diaria.


En esas circunstancias, me vi obligado a adelgazar. Y, ya puestos, me lo tom� en serio para perder absolutamente todos los kilos que me sobraban. As�, en menos de tres meses consegu� bajar de 102 a 83 kilos, momento en el que me fui a vivir a Argel, donde la carencia de vivienda propia y los nuevos h�bitos alimenticios impidieron seguir el r�gimen. Un mes despu�s cai enfermo de ci�tica y la prudencia aconsej� unos meses de respiro antes de continuar perdiendo peso.


El pasado 13 de noviembre me propuse volver al r�gimen, esta vez con la ayuda de una compa�era con un tipazo que ya querr�a para mi, pero que se siente mejor con algunos kilos de menos y, sobre todo, que ha entrado en el juego por amistad, para motivarme a adelgazar. Hemos realizado una apuesta p�blica para ver qui�n se acerca m�s al final del invierno al peso final marcado como objetivo y de momento voy ganando. Le mesura en el comer la completamos con ejercicio f�sico, como se puede comprobar en la fotograf�a.


Mis 78 kilos actuales ofrecen a�n bastante margen de mejora, pero me gustan demasiado las comidas y los dulces navide�os como para pensar en mantenerlos cuando regrese a Argel el 3 de enero. Cuento con la ventaja de que ganar me gusta todav�a m�s que los dulces, as� que lo que gane de peso en Navidades lo perder� en Argel en unos pocos d�as. Lo ir� contando seg�n vaya sucediendo.

miércoles, 19 de diciembre de 2007

La fiesta del cordero


Hoy y ma�ana, los musulmanes de Argelia celebran Aid el Adha (si no me equivoco, significa la fiesta del sacrificio), llamada popularmente Aid el Kebir (la fiesta grande) o, para nosotros, simplemente, la fiesta del cordero. Coincide siempre con el d�cimo d�a del �ltimo mes del calendario musulm�n, de modo que cada a�o adelanta sus fechas en unos 11 d�as.

El origen es b�blico y se puede leer en el cap�tulo 22 del libro del G�nesis. Se remonta al sacrificio de Abraham (Ibrahim para los muuslmanes), a quien Dios pidi� que ofreciera en holocausto a su hijo primog�nito. Cuando estaba ya dispuesto sobre el altar para el sacrificio, un �ngel le retuvo y le ofreci� a cambio un carnero, que sacrific� e inmol� en su lugar. Es un pasaje de la religi�n hebraica que hemos asumido cristianos y musulmanes, aunque el papel de los hijos de Abraham, Isaac e Ismael, es diferente en nuestras dos religiones.

En los d�as previos al Aid el Kebir se celebra la peregrinaci�n anual a la Meca. La fiesta del cordero adquiere as� un valor religioso de sacrificio, porque al animal se le coge obviamente cari�o, y de solidaridad, porque la carne se comparte con los dem�s.

Tradicionalmente, cada familia adquiere un cordero, lo alimenta durante unos d�as y en el amanecer del primer d�a del Aid lo sacrifica o manda sacrificar de acuerdo con el rito halal. Esto implica que el matarife debe estar en gracia de Dios, ser una persona que sigue los preceptos del Islam, adem�s de saber degollar correctamente al animal. Por todo ello, cada vez son m�s quienes recurren a los servicios de un especialista, que en la ma�ana de este d�a va de casa en casa sacrificando toda esa caba�a ovina que en los �ltimos d�as se ha hecho presente por las calles de ciudades y pueblos.

El procedimiento, incluso el rito posterior a la matanza, son muy similares a los tradicionales del cerdo en Espa�a, aunque el cordero, oveja o carnero no emite los chillidos del cochino y en el caso musulm�n no se trata de la matanza de un �nico animal, sino de infinidad de sacrificios, uno al lado de otro, a lo largo de todo el pa�s.

Argel es una ciudad moderna, de casi cuatro millones de habitantes. Mucha gente vive en bloques de edificios, en apartamentos generalmente sobreexplotados, donde el rito del sacrificio resulta casi imposible. Hay quien lo hace en su terraza, si es que est� orientada hacia la Meca, pero son muy pocos. La mayor�a, como en el resto de las ciudades de Argelia, opta por instalarse en plena calle. Y, cada vez m�s, se toma la decisi�n de adquirir para toda la familia un �nico carnero, lo llamo carnero en lugar de cordero porque generalmente es de un tama�o m�s que respetable, y sacrificarlo en la vivienda del familiar que dispone de un terreno o finca. La vida urbana hace que tambi�n sean muchos los que optan por adquirir su cordero y dejarlo al cuidado de un pastor en alguno de los apriscos o establos que se improvisan en los suburbios de las ciudades. Esta nueva costumbre rompe con el valor intr�nseco del acto del sacrificio, puesto que la familia no se desprende de algo querido, m�s all� del dinero que ha costado el animal, que puede superar los 100 euros.

Incluyo una fotograf�a tomada el pasado jueves 13 de diciembre de un establo situado en un barrio de Argel, a escasos metros del llamado ?monumento?, Riad el Feth. Algunos de los corderos aparec�an decorados con henna o alhe�a, un tinte rojizo que se obtiene de las hojas secas de un arbusto litr�ceo llamada lausonia y que se emplea en el mundo �rabe para decorar el cuerpo con tatuajes que duran unas semanas. En este caso, la henna sirve tambi�n para identificar al animal, que ya ha sido adquirido por alguien que lo deja al cuidado del pastor.

El sacrificio del cordero debe realizarse orientando la cabeza del animal hacia la Meca, pronunciando el nombre de Al� y con un �nico corte que secciona la traquea y la yugular del animal. Resulta un espect�culo francamente muy desagradable y, a los ojos de un no musulm�n, de una crueldad exagerada para nuestros tiempos. Tambi�n es verdad que la primera vez que lo presenci� me acababan de explicar que los integristas isl�micos degollaban de la misma forma a sus v�ctimas en los falsos controles de carretera, tras anudarles manos y pies con alambres. En la agon�a del cordero, tratando de respirar por el corte de la tr�quea mientras se desangraba, yo ve�a la m�a propia si ca�a en manos de esos fan�ticos asesinos, de modo que mi opini�n no resulta objetiva. De la misma forma, a mi comentario sobre la crueldad del espect�culo cualquier musulm�n opondr� su enraizamiento en la tradici�n, que el animal no sufre, o que lo acepta sin protestar. Es, de alguna forma, un debate no muy lejano del que ya existe entre nosotros entre defensores y enemigos de la tauromaquia.

Una vez que el cordero ha expirado, se infla su piel para separarla del cuerpo. Luego se usar� la lana para rellenar colchones o se curtir� la piel, seg�n los casos. A partir de ah� el despiece del animal y el orden en el que se consumir� su carne es casi id�ntico al de la matanza del cerdo.

Es costumbre entregar una parte del animal sacrificado a los pobres. Lo que entre nosotros era tradicionalmente el diezmo, la limosna de una d�cima parte de la renta, entre los musulmanes suele ser el tercio, que generalmente se canaliza a trav�s de la mezquita. Pero no hay una norma establecida y cada uno act�a seg�n su conciencia, invitando directamente a necesitados o incluso entregando una cantidad equivalente de dinero, en lugar de la carne. El hecho de compartir es m�s importante que el propio sacrificio y nadie se sentir� a gusto si se limita a sacrificar un animal y aprovechar su carne en familia.

Como el a�o 2008 la fiesta del cordero coincidir� con nuestro Puente de la Inmaculada, hay que advertir a los esp�ritus viajeros que en las grandes celebraciones argelinas, tanto �sta como la del final del Ramad�n, Aid el Fitr, es casi imposible encontrar en todo el pa�s un solo restaurante para comer o cenar, salvo que se haya concertado previamente ese servicio con el hotel en el que se est� alojado. No obstante, no hay mejor forma de vivir el Aid el Kebir que con una familia argelina, ayud�ndoles en el despiece del animal, comiendo el primer d�a las v�sceras y sinti�ndose un miembro m�s de la familia. En ese caso, hay que evitar intervenir durante el proceso del sacrificio, al no ser musulm�n, y esperar a actuar cuando tambi�n lo hagan las mujeres de la familia, una vez muerto el cordero. Aunque parezca incre�ble, la hospitalidad argelina es tan fuerte que personas que s�lo te han visto un par de veces pueden invitarte de todo coraz�n a participar con ellos de la fiesta y te sientes plenamente integrado, salvo la barrera que impone el desconocimiento del �rabe dialectal, desde el primer momento.

martes, 18 de diciembre de 2007

Imagen de la ciudad de Constantina


�Por qu� en Argelia?

M�s de uno se preguntar� qu� hago yo en Argelia. Por qu� pudiendo vivir en el primer mundo, con sus comodidades, me voy al segundo, de donde los propios nacionales pretenden huir.

Mi respuesta tiene una doble vertiente: porque me gusta y porque es donde se encuentra mi puesto de trabajo.

La primera vez que entr� en Argelia fue el 16 de abril de 1993, para trabajar en la ciudad de Annaba con una empresa vasca. Eran a�os duros, que en poco tiempo se convirtieron en dur�simos, pero que me ofrecieron la posibilidad de descubrir a unas gentes maravillosas y desarrollarme profesionalmente. Pronto surgieron las dificultades derivadas de la guerra civil que viv�a el pa�s y cambi� de trabajo, a la vecina localidad de Skikda. Posteriormente, ya en Espa�a, me present� al concurso-oposici�n para cubrir la plaza de Analista de Mercado en la Ofcomes de Argel. Yo cre�a no contar con ninguna posibilidad, pero en enero de 1998 tuve que decidir si aceptaba o no el puesto que por oposici�n acababa de ganar y me traslad� a vivir a Argel, hasta que dos a�os y medio despu�s solicit� la excedencia. Francamente, nunca cre� que en el siglo XXI regresar�a al puesto, ni siquiera cuando un tiempo despu�s solicit� la reincorporaci�n sabiendo que no estaba disponible.

A mediados del a�o 2006, tras mucho reflexionar, llegu� a la conclusi�n de que los momentos m�s felices de mi vida profesional fueron los trabajados en la Oficina Comercial de Espa�a en Argel y los dedicados a profesor de comercio exterior. Dicen que segundas partes nunca fueron buenas y tampoco quer�a regresar al mismo lugar, era como reconocer el fracaso de no haber avanzado nada profesionalmente despu�s de nueve a�os. Adem�s, era un destino que no me hab�a permitido contar con becarios y la labor de formador es con mucha diferencia la que m�s me gusta. Intentaba encontrar acomodo en otros destinos cuando surgi� la posibilidad de regresar a Argel. Comprob� que la oficina contaba con bastantes becarios, era mi sue�o hecho realidad y reiter� mi solicitud de reincorporaci�n, ahora s�, plenamente convencido de querer regresar.

Todo el mundo me dec�a que estaba loco, me pintaban bastante mal a la Consejera Comercial y que tras una segunda experiencia, a los 45 a�os, es muy dif�cil el regreso. Pero ah� estoy.

Es verdad que no se me ha permitido, al menos de momento, encargarme de la formaci�n de los becarios, mi mayor ilusi�n y para lo que estaba dispuesto a consagrar todas las horas que hiciesen falta. Yo soy muy terco, estoy convencido de que es la mejor opci�n para los becarios, para la oficina y para m� y de que en alg�n momento conseguir� convencer a mi superior de su error. Mientras tanto, trabajo algo desanimado y no rindo todo lo que soy capaz de rendir.

Tambi�n es verdad que desde Argelia, m�s a�n a partir de una cierta edad, es muy dif�cil encontrar una salida profesional en Espa�a que no implique seguir viviendo en Argel. Pero de momento no me importa demasiado, llevo unos pocos meses y en mi puesto de trabajo lo l�gico es quedarse un par de a�os. Luego, ya veremos. Yo mantengo la ilusi�n de pensar que el d�a que desee dar por finalizada mi experiencia en Argel ser� capaz de encontrar trabajo cerca de los m�os. Cuando lleve unos meses m�s empezar� a atender a las oportunidades que pudieran surgir, pero sin prisas.

Yo me siento c�modo viviendo en Argel. No me siento integrado, creo que es casi imposible sentirse integrado en un estado confesional de un credo distinto al tuyo. Tampoco me identifico con aspectos como la dejadez y la suciedad, que contagian incluso a los expatriados al cabo de un tiempo. Pero es gente buena, que te ayuda a sentirte feliz, que se brinda a apoyarte en lo que necesitas, que te abre su coraz�n desde el primer momento, que adaptan su vida a lo que necesites en cada momento. En definitiva, personas que te quieren y que se te hacen queridas. Tengo el esp�ritu inquieto y me apasionan los nuevos descubrimientos de sitios, personas, sensaciones? En Argelia tengo a�n infinidad de cosas por descubrir, gentes por conocer, entender y amar.

De esa forma, avatares del destino, trabajo y vivo en Argel. Mi apartamento se sit�a en el barrio de Ben Akn�n, en un cuarto piso sin ascensor de un bloque de vecinos construido durante la �poca colonial francesa. Pero �sa es ya otra historia.

lunes, 17 de diciembre de 2007

Mi trabajo diario en Argel

Para quien vive ajeno a lo que es mi trabajo, lo de ?Analista de Mercado? de la Oficina Comercial sonar� a chino. Tratar� de explicarlo.

La Oficina Econ�mica y Comercial, muchas veces llamada Oficina Comercial o simplemente Ofcomes, es una delegaci�n abierta en una ciudad del extranjero para atender a los intereses de las empresas espa�oles en esa zona. Generalmente hay una por pa�s, aunque en algunos existen varias y tambi�n se da el caso de que desde una misma oficina se lleven los intereses espa�oles en varios pa�ses.

Al frente de la Oficina Comercial est� un T�cnico del Estado, funcionario del Ministerio de Industria y Comercio, al que se destina voluntariamente por unos a�os. Recibe el nombre de Consejero Econ�mico y Comercial y suele haber uno en cada Ofcomes.

Tambi�n desde Madrid se suele enviar a un miembro del cuerpo de Diplomados, que recibe el nombre de Agregado Comercial.

El resto del personal de una Ofcomes no pertenece al Ministerio en Espa�a, sino directamente a la oficina. El de superior categor�a de todos ellos es el llamado Analista de Mercado, un titulado superior del que se espera que sea el especialista con un conocimiento profundo del mercado y que ofrece continuidad a la labor de la Ofcomes. Es quien se encarga de redactar notas sectoriales, tutelar los estudios de mercado de los becarios, preparar misiones comerciales, o coordinar las respuestas a las consultas comerciales. Esa es mi funci�n.

En la oficina tengo compa�eros con categor�a profesional de administrativo, auxiliar administrativo, becario, conductor y recadista. Somos, en total, 15 personas.

domingo, 16 de diciembre de 2007

PRESENTACION

Hola.

Me llamo Jos� Antonio y desde el pasado 23 de junio de 2007 soy el Analista de Mercado de la Oficina Comercial de Espa�a en Argel.

Voy a intentar contar el d�a a d�a de la vida en un pa�s geogr�ficamente tan cercano a nosotros, pero que vemos tan distante. Se mezclar�n d�as buenos con otros malos, habr� de todo.

Tendr� que mirar hacia atr�s para ponerme al d�a de estos casi seis meses transcurridos. Pero lo har� con brevedad, porque lo que quiero es mirar siempre hacia adelante. Por eso, este blog cobrar� realmente vida a partir del 3 de enero de 2008, cuando regrese a Argel.

Ahora me hallo en mi ciudad, en Bilbao. Llegu� el pasado jueves, con unas vacaciones navide�as algo anticipadas. Ello se debe a que el martes 11 de diciembre una bomba de Al Qaeda destinada a causar la muerte a los miembros de los organismos de la ONU que trabajan en pro de los refugiados destruy� tambi�n nuestro lugar de trabajo. La Ofcomes podr�a recuperarse en pocos d�as, de hecho ya est� de nuevo operativa, pero en nosotros permanece a�n muy presente la angustia sufrida y esos gritos inmediatamente posteriores a la explosi�n, que dif�cilmente saldr�n de nuestra cabeza. Pero pesa mucho m�s en el �nimo el cari�o que d�a a d�a ofrece el pueblo argelino y el 3 de enero es la fecha elegida para el reencuentro.

Mientras tanto, escribir� peque�os res�menes de acontecimientos y situaciones de inter�s que he experimentado en estos meses.

Jos� Antonio
16 de diciembre de 2007