lunes, 31 de diciembre de 2007

Un a�o para recordar

Hoy, que descolgamos de la pared el almanaque del a�o 2007, parece un buen momento para hacer balance de todo lo ocurrido en estos doce meses.

Para m� el a�o se inici� con muchas dudas y decepciones. Hab�a conseguido ya estar bien instalado en mi casa del barrio bilbaino de Iturrigorri, pero el trabajo que realizaba no me permit�a librarme de las estrecheces econ�micas, por lo que buscaba con deseperaci�n un cambio de actividad, sin �xito. En el plano personal, sufr� en enero la fuerte decepci�n de una amiga en la que confiaba ciegamente y que se enfad� conmigo precisamente porque ella no confi� mi y en un momento determinado no me crey�.

A primeros de febrero sufr� un accidente dom�stico que casi me cuesta la vida. La recuperaci�n fue r�pida, con unas pocas semanas en el hospital, aunque sali con la recomendaci�n m�dica de reducir el nivel de colesterol y liberarme de un exceso de peso que se hab�a convertido en obesidad, a la vez que me impon�an un tratamiento para la hipertensi�n. Durante unos meses me tuve que someter a un r�gimen diet�tico muy duro, pero que me permiti� bajar de 102 kilos hasta 83 en el momento en el que lo tuve que suspender por el traslado a Argelia, a mediados de junio. �ltimamente lo he recuperado para acabar de perder los ya pocos kilos que me sobran, porque un ataque de ci�tica se carg� el primer intento, en julio.

Este a�o he tenido la oportunidad de viajar a Portugal, Turqu�a, Suiza, Francia, Noruega, Argelia, T�nez y Holanda. Dentro de Espa�a han sido muchos m�s, pero puedo destacar los realizados a Pe��scola, Barcelona, Gij�n, Sevilla, Lugo y el a�n reciente a Zaragoza. No obstante, el mejor fue a Palma de Mallorca, donde pude volver a ver despu�s de varios a�os a Mar�a Jos� y a Juan. Ella est� toda feliz disfrutando a tope de la vida con una madurez envidiable, mientras que Juan y Tatu han tenido su segundo hijo recientemente y viven tambi�n muy felices en su casa del centro de la isla.

A partir de mi incorporaci�n al puesto de Analista de Mercado de la Oficina Comercial de Espa�a en Argel mi vida ha cambiado radicalmente. Fue algo inesperado y me fui casi sin tiempo para hacer la maleta, poco menos que con lo puesto y sin reflexionar demasiado si era eso lo que realmente deseaba hacer. Pero lo hice encantado, con una tremenda ilusi�n y pensando en positivo, con ganas de aportar y aprender de una experiencia que se me antojaba fascinante, como as� est� siendo. Muchos creen que el haber ya trabajado en el mismo puesto entre los a�os 1998 y 200 es una gran ventaja y que contaba con un buen conocimiento previo, pero no es as�. El trabajo de la Ofcomes en general, y el m�o m�s en particular, han evolucionado much�simo. En lo �nico que se parecen es en la resoluci�n de consultas de empresas, pero incluso esto se realiza por medios muy diferentes a los que yo conoc�. De todas formas, yo sab�a que me iba a encontrar una oficina muy diferente y por eso quise volver; nunca hubiese regresado para repetir una actividad ya realizada anteriormente. Me gusta aprender cosas nuevas y descubrir, ser�a espantoso volver a hacer lo mismo al cabo de siete a�os.

A�n as�, tuve que interiorizar que regresar a la Oficina Comercial de Espa�a en Argel era como reconocer un fracaso personal, el no haber avanzado nada en estos a�os. Es una idea que a�n no he conseguido madurar, asimilar y convertir en positiva. El otro problema que no he conseguido a�n superar es el estado de ansiedad en el que entro cuando estoy solo.

En la oficina he vuelto a encontrarme con Mariona, Houria, Fella, Fernando, Farid, los chicos y el personal de la Embajada que a�n perdura en el mismo destino. Y fuera de ella, con Kamel, Abdallah, Khelifa, Mourad, Mar�a, Mohamed Khalifa, Monse�or Teissier y las religiosas que siguen al pie del ca��n. Me he topado con situaciones en las que era reconocido por gente que sin embargo yo no recordaba, como el camarero del restaurante Djenina.

He podido trabajar con caras nuevas. Desde un principio me cost� aprenderme los nombres de Nawel y Nolween y creo que a�n hoy sigo confundiendo el nombre de cada una de ellas, aunque son muy diferentes en su forma de ser. He podido conocer y compartir muchos momentos con los becarios, Jorge, Jes�s, Javi, Carlos, Ismael, Jose, Erika y Mariano, de los que he aprendido quiz�s m�s que ellos de mi. Y a mis jefas, Mar�a Dolores y Mar�a Jes�s.

S� de varias personas en mi entorno que califican este 2007 de "annus horribilis" en sus vidas. Yo no estoy para nada de acuerdo, creo que casi todo lo malo que me ha pasado este a�o ha sido para bien. Pocos tienen la suerte de salir de las enfermedades mejor de lo que entraron, poder trabajar de lo que les gusta, hacerlo conociendo un pa�s diferentes y llegar a conocer a todos estos compa�eros y amigos que he descrito antes.

Yo ya me conformar�a con un 2008 parecido. Hasta el a�o que viene,

Jos� Antonio Do�oro

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