martes, 28 de diciembre de 2010

El Señor X

Vuelvo a una entrada autocensurada, de modo que la versión completa sólo está disponible en el blog "Privado en Argel", para usuarios registrados.

Hace unos días publicaba la prensa que la empresa Gas Natural ha decidido contar con los servicios del ex Presidente del Gobierno Felipe González para tratar de encontrar una solución beneficiosa a su conflicto en Argelia con Sonatrach.

Como no se publicó el Día de los Inocentes, hay que suponer que es algo cierto, lo que lleva a una serie de reflexiones. Y aclaro que para ellas me baso exclusivamente en lo que he podido leer en la prensa, al margen de cualquier información que pudiera llegar a conocer por razones de mi trabajo.

A nadie que conozca un poco la forma de ser y de pensar argelina se le escapa que las relaciones entre Marruecos y Argelia son muy tensas, de manifiesta enemistad. Y que Felipe González no sólo pasa por haber sido un buen amigo de Marruecos, sino por mantener intereses inmobiliarios en el país, lo que en versión argelina es casi sinónimo de connivencia con el rey Mohamed VI. En las altas esferas argelinas se tiene precisamente a Aznar como el Presidente del Gobierno español mejor amigo de Argelia, que además puso firme a Marruecos en cuestiones como la toma del islote de Perejil.

Los supuestos méritos de Felipe González en la resolución del anterior conflicto del gas no fueron suyos, sino del entonces Vicepresidente Alfonso Guerra, que no sé si fue un visionario del posterior auge del consumo de gas en España o simplemente tuvo mucha suerte con el modo de desarrollo de nuestra economía.

Uno, que es muy retorcido, se pregunta si Gas Natural estara comprando con Felipe González la influencia sobre el sector post-felipista del actual Gobierno, con el portavoz y actual Vicepresidente al frente, para no provisionar este año las pérdidas y que sea el Gobierno el que indirectamente pague a Argelia lo que consiga no pagarle Gas Natural a Sonatrach.

Para tranquilidad de algunos en Argelia, por si temieran por su vida en un atentado escrito con X, estoy seguro que Felipe González no relacionará este trabajo con uno suyo anterior en Argelia, de la mano de Rafael Vera. No vaya a llegarse por ahí hasta los GAL para volver a resolver un conflicto en los límites de la ley.

domingo, 26 de diciembre de 2010

Mi reina mora

Reina mora
Contado mi nuevo estado civil, aprovecho para narrar una anécdota que se me repite con insistencia en Argelia. Yo estoy muy orgulloso de haberme casado y no sólo luzco el anillo de oro con cara de gran satisfacción, sino que rara es la conversación un poco larga que mantengo con cualquiera en la que no saque a relucir a mi esposa.

Lo que la mayoría de la gente supone ante mi matrimonio es que yo estaba ya casado antes, que me he divorciado y que me he casado con una argelina. Sé que es el perfil habitual, porque desgraciadamente son mucho los matrimonios separados por razones de trabajo, en los que él está expatriado en Argelia y el resto de la familia permanece en España, que da lugar a una doble vida con chica joven y argelina de por medio, que muchas veces acaba de la forma que mis interlocutores piensa que he acabado yo.

Sin embargo, yo estaba soltero y mi mujer no es argelina. El hecho de que, además, nos hayamos casado en el Vaticano, rompe más aún los esquemas, porque parece descuadrar con una persona que, como yo, se haya integrada en la ciudad y que no físicamente no desentona con cualquier musulmán argelino. Los que me conocen saben que no soy argelino, que soy español, pero en ocasiones dan por hecho que soy un español “inmigrado”, que mis padres o mis abuelos serían argelinos y que puedo tener nacionalidad española, pero que seré musulmán y pueden contarme como uno de los suyos. Eso es algo que no me molesta. Todo lo contrario, me lo tomo como un halago.

A la respuesta de porqué no me he casado con una argelina, la única respuesta que tengo es que de la que me he enamorado no es argelina.

Y hubo un taxista que, pese a mi evidente cara de felicidad al narrar mi boda y lo enamorado de mi esposa que a buen seguro debería verme, me preguntó si mantendría en Argelia a mi “novia” de soltero. Daba por supuesto que el extranjero que está soltero tiene que tener a alguien en Argelia, más aún si lleva tiempo viviendo en el país. Debo ser un bicho muy raro, por no haber mantenido nunca relaciones sexuales con una argelina, así que decidí seguirle el juego y contestarle simplemente “jlas, jlas (se acabó), sólo mi mujer”.

sábado, 25 de diciembre de 2010

Feliz Navidad

Esta entrada va a ser más breve de lo habitual. Símplemente quiero decir a todos "Feliz Navidad".

Son unas fechas que estoy pasando rodeado de los míos, en mi tierra vasca. Siempre me ha gustado mucho la Navidad y ahora tengo más motivos que otros años para sentirme especialmente feliz.

Os deseo a todos que el Niño Jesús también nazca este 25 de diciembre en cada uno de nuestros corazones de la misma forma que nació en Belén hace más de 2.000 años, como un símbolo de alegría y esperanza para un futuro mejor.

viernes, 24 de diciembre de 2010

Estado civil

Cuando empecé a escribir el blog estaba soltero y sin compromiso. Lo conté en una de mis primeras entradas y lo hice con el orgullo masculino de mostrar que he conseguido permanecer célibe, en el sentido de libre para decidir unilateralmente mis pasos. Sin embargo, mi situación ha cambiado en estos tres años. No sólo “me eché” novia, como suele decirse, sino que ahora hace tres meses que me he casado.

Nunca había entendido para qué se casaba la gente. Me parecía muy difícil eso de dejar de ser tú sólo y tener que rendir cuentas de cada uno de tus pasos; tener a alguien que se mete absolutamente en tu intimidad; sumar a los problemas propios los de otra persona; no poder olvidarte una lámpara encendida o la ropa tirada en el suelo porque, cuando has conseguido independizarte de tu madre, viene otra, llamada esposa, a cumplir el mismo papel. Todas esas, y muchas más, eran las desventajas que le veía a la vida de pasado. Y que conste que mi razonamiento no procedía de una mala experiencia familiar, porque mis padres, con sus buenos y malos momentos de convivencia conyugal, están a escasos meses de celebrar las bodas de oro. Pero yo no me veía en el papel de mi padre, ni aguantando a una esposa como mi santa madre… ni a un hijo como yo. El matrimonio podía ser de alguna manera una institución anticuada, de épocas en las que los jóvenes varones comenzaban a trabajar y disponer de dinero, ellas habían aprendido ya a ser amas de casa, igual que lo fueron sus madres, y la atracción sexual hacía el resto para repetir el esquema que veinte o veinticinco años antes también habían copiado sus padres. En estos comienzos del siglo XXI, ni ellos aspiran a repetir el esquema de sus antepasados varones ni mucho menos ellas se identifican con sus bisabuelas.

Ahora, que me casado, sigo sin entenderlo; de modo que si alguien me pide consejo, no sabré que responderle. Puedo decir que estoy muy enamorado de mi ahora esposa y que no me arrepiento para nada del paso dado. Le quiero a Elena con locura y todo lo que hago con ella adquiere otra dimensión.

He oído decir que a partir de cierta edad, como podría ser la mía, la gente se casa por egoísmo, para sentirse acompañada. Desde luego, no es mi caso. Para eso me buscaría un animal de compañía, que seguro que además no se mosquea si me escribo con mis amigas de Facebook. Yo me he casado porque, sencillamente, quiero que mi mujer forme parte del resto de mi vida.

No sé si mi ejemplo es extrapolable, si todos se casan por las mismas razones que yo. Si así fuera, la verdad es que nadie me lo había explicado.

jueves, 23 de diciembre de 2010

Un regalo navideño

Hace ya más de un año desde que renuncié a mantener esta cita diaria con los lectores del blog. He ido dejando, casi con cuentagotas, algún que otro post; he creado un blog de acceso reservado en el que me he permitido escribir sin miedo a la censura; y he seguido recibiendo correos de nuevos lectores, en general personas interesadas profesionalmente por Argelia y que encuentran en este blog respuesta a muchas preguntas.

No han cambiado las circunstancias que me llevaron a bajar la persiana, o más bien a desconectar el teclado. Y como tampoco creo que vayan a cambiar próximamente, mucho me temo que los tiempos de un comentario nuevo al día no volverán. Es un sacrificio que en la actualidad no me merece la pena realizar, que sólo me lleva a obtener la satisfacción de muchos desconocidos y el distanciamiento de algunos de los más cercanos.

Ahora llega la Navidad y he pensado que, dejar unas cuantas entradas nuevas, es un regalo que debo ofrecer a muchos lectores que se han convertido también en amigos, si no lo eran ya antes. Sé que puede parecer presuntuosa mi afirmación de que a través de un simple blog se han fraguado amistades, pero es verdad. Esos meses de entrada diaria con un comentario personal, en el que no escondía nada de lo que sentía y de lo que veía a mi alrededor, han llegado a mucha gente que me ha llegado a considerar eso, un amigo. Yo los he recibido como tales y ahí están para confirmarlo.

También siguen ahí todas las entradas publicadas, como ayuda informativa para quienes se interesan por Argelia. Funciona además un buscador que permite encontrar dentro del blog lo que cada uno anda buscando.

Algunos de los que me escriben me preguntan si sigo en Argel. Otros no lo hacen abiertamente, pero dan implícitamente por supuesto que si dejé de escribir se debió a haber puesto final a mi estancia por tierras argelinas. A todos ellos he de decirles que sigo trabajando en Argel. No sé aún por cuánto tiempo, es posible que sólo unos cuantos meses más; pero, salvo causa de fuerza mayor, el 3 de enero de 2011 estaré viajando a Argel para empezar un nuevo año de trabajo y con las pilas cargadas de nuevas ilusiones.

sábado, 11 de septiembre de 2010

Por amor

Alguien, no recuerdo quién, me escribía hace unos meses diciéndome que si he dejado de publicar en el blog debe ser porque estoy enamorado. No le falta su parte de razón. He dejado de escribir, se debe a un cierto “desamor” y estoy enamorado. Son tres verdades, pero no proceden necesariamente de un razonamiento cierto. Es lo mismo que los estudiantes de lógica se habrán planteado alguna vez ante el silogismo

Todos los hombres son mamíferos.
Yo soy mamífero.
Luego yo soy hombre.

Quien no vea la trampa, que me sustituya por un perro, que sin duda es mamífero, pero al que en general le falta un poco para ser humano,… aunque no anda muy lejos de algunos.

Lo de no escribir por desamor o por hartazgo ya lo he explicado y tampoco voy a repetirme continuamente.

Y en cuanto a estar enamorado, sí, es cierto. Y es indudable que prefiero dedicarle a ella un tiempo que de otra forma quizás dedicaría al blog.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Aquí se van mis impuestos

Prometía ayer ofrecer un resumen de lo que es el terrorismo que actualmente impide los libres desplazamientos por el sur de Argelia y los países del desierto del Sáhara.

El grupo Al Qaeda del Maghreb se forma en Argelia y con terroristas argelinos de ideología salafista, que se plantean abandonar la idea de la devolución del gobierno de Argelia a los islamistas para centrarse en un objetivo más global. Así, toda una nueva hornada de terroristas, ya no sólo argelinos, ha encontrado desgraciadamente una razón para su existencia en convertirse en un azote de occidente. El movimiento se ha extendido como una mancha de aceite por las zonas deprimidas y ha afectado a los países limítrofes. Especialmente peligrosa para España resulta la contaminación entre los saharauis. Pese a los esfuerzos de los líderes del Frente Polisario, en los desplazamientos como nómadas a Mauritania hay saharauis que han mantenido algo que más que contactos con células de Al Qaeda, dificultando aún más si cabe las posibilidades del proceso de independencia del Sáhara Occidental. No estoy tratando de insinuar que Marruecos apoye a Al Qaeda del Maghreb, sino que su filtración entre los saharauis le viene muy bien para perpetuarse en la ocupación de unas tierras que no le corresponden.

Al Qaeda del Maghreb no es un grupo uniforme, sino que está liderado por una serie de emires, de pequeños reyezuelos de taifas, que actúan de forma más o menos autónoma y que en muchas ocasiones se llevan incluso mal entre ellos, algo que ya es consustancial al terrorismo de la región. El secuestrador de los españoles, un tal Belmojtar, pasaba por ser uno de los menos ideólogos y considerado por los servicios de información argelino un candidato a la rendición si se le proporcionaran medios de subsistencia y de regreso a Argelia con su familia., aunque quizá no en su antiguo trabajo con camellos. Hace unos años se alejó de las posiciones de Al Qaeda para tratar de vivir con su familia en el norte de Malí, de donde es su esposa. No ha mantenido buenas relaciones con el núcleo duro de Al Qaeda del Maghreb, como Drudkel, Yuadi o Abú Said, el más sanguinario de la región, responsable del asesinato del rehén francés y objeto del ataque militar francés de hace un mes, pero ha mantenido una actitud más propia de los piratas de antaño y en ello ha encontrado la comprensión de los líderes terroristas.

Esta es, a grandes rasgos, la situación, tal y como me la cuentan. Lo de la intermediación de Chafi y el dinero que se ha quedado por el camino es de dominio público. Y tratar de predecir lo que puede suceder a partir de ahora es un ejercicio de ficción. En el lado positivo estaría la posibilidad de que Belmojtar se diera por satisfecho con el dinero recaudado y dejara su actividad terrorista. O que su desobediencia a las instrucciones recibidas llevara a un ajuste de cuentas que debilitara a las células de Al Qaeda en la región. En el lado negativo, que el dinero de España sirva para seguir matando y secuestrando. O que entre unas gentes tan pobres el dinero fácil sirva de efecto llamada para hacerse terrorista, como ha ocurrido en otras partes del planeta. O que el incumplimiento evidente de los acuerdos tácitos internacionales de no negociar con terroristas debilite aún más las posibilidades de actuación conjunta occidental.

Mi opinión personal ya la expresé en su momento, no hace demasiados comentarios, si alguien lee para atrás. Y la expreso de nuevo con más contundencia en el blog privado.

martes, 7 de septiembre de 2010

El regreso

Mientras escribo estas líneas, un avión del ejército español está sobrevolando el territorio argelino, llevando de vuelta a Barcelona a dos españoles que han permanecido secuestrados durante casi nueve meses por la organización terrorista Al Qaeda del Maghreb. No sé cuándo se publicará en el blog este texto, porque mi “secuestro moral” continúa y no entro nunca en mi propio blog cuando estoy en Argelia. Supongo que quienes lean la versión reducida y abierta a todos del blog se quedarán con las ganas de conocer los detalles de mi secuestro.

No escribo a diario, como antaño porque tengo la sensación de que mi esfuerzo por acercar una imagen de Argelia alejada del estereotipo que de este hermoso país se tiene recibe la incomprensión de personas con las que egoístamente no me interesa enfrentarme. Eso sí, de vez en cuando dejo algún comentario por pura rebeldía, porque no he cedido nunca a un chantaje moral y no lo voy a hacer ahora.

De publicarse este post, será gracias a un amigo que lo habrá colgado, porque yo no entro en mi blog estando en Argelia. Si alguien pretendía coaccionarme, ha pinchado en hueso.

En otro momento, otro día, pondré a los lectores al día de algunos detalles de mi vida privada. Ahora creo que es oportuna una reflexión sobre lo que pienso de ese secuestro de Al Qaeda felizmente terminado.

Ya comenté en su momento que soy absolutamente contrario a negociar con terroristas, a aceptar cualquier chantaje terrorista. Entiendo sobradamente que los familiares y amigos de una persona secuestrada hagan todo lo humanamente posible para su liberación, incluido el pago de un rescate. Nunca he entendido que en Euskadi se haya acusado a empresarios de pagar el llamado “impuesto revolucionario”, que es el dinero exigido mediante métodos mafiosos por ETA, mediante la intimidación. El que ha pagado no lo ha hecho libremente, sino bajo coacciones y por lo tanto no puede ser acusado de hacer algo que iba en contra de su voluntad; en todo caso, debería ser el Estado el que asumiera la responsabilidad por su incapacidad para garantizar la seguridad.

Esta comprensión con familiares y amigos no la puedo hacer extensiva de modo alguno al Gobierno, que nunca puede ceder ante el terrorismo. En este secuestro en las arenas del Sahara, la actitud de nuestros representantes me ha parecida patética. Para muestra, la del Ministro del Interior de España hace unas horas en Marruecos, sentado en un sillón bastante más bajo que el de su interlocutor marroquí, permitiendo sonriente esa afrenta a lo que por su cargo representa. Poco después, en rueda de prensa, responde a una pregunta sobre las cesiones del Gobierno ante los secuestradores y el pago de un rescate con más o menos estas palabras: “Teníamos un objetivo, que era que volvieran a casa sanos y salvos y ese objetivo se ha cumplido”. Dice un refrán que el que calla otorga. ¡Para qué queremos más!

Hace poco se ha juzgado en Mauritania a quien organizó el secuestro de los españoles, y el veredicto ha sido de culpabilidad. Pese a estar acusado de cometer un delito contra españoles, las autoridades españolas no se han personado como acusación en el juicio. Tampoco se ha sabido nada del Fiscal General del Estado o de la Audiencia Nacional, tan interesada en juzgar delitos cometidos por extranjeros en el extranjero si resultan lo suficientemente mediáticos. Tras la sentencia de culpabilidad y la reducción de la condena al secuestrador, se fragua la mascarada de la extradición a su país, sin que España pida en ningún momento la extradición. A partir de ahí, la liberación y a seguir secuestrando y asesinando, con la financiación y el patrocinio del Gobierno de ZP.

Más de una persona me ha preguntado por la relación de este secuestro con Argelia, si corremos o no peligro los expatriados. No he querido responder mientras durara la situación de secuestro para que nadie pensara equivocadamente que manejo información confidencial. Creo que ahora puedo contar parte de lo que he podido llegar a saber. Bueno, ahora no. Mejor lo dejo para mañana.

lunes, 21 de junio de 2010

Aprender árabe

Una de las preguntas típicas que me hacen continuamente es si en Argelia se puede aprender árabe. Yo lo he intentado, sin éxito, así que mi respuesta basada en la experiencia es que no, pero voy a tratar de explicar las razones.

El árabe que se habla en la calle, al menos en Argel, no es el árabe estándar, el que podríamos llamar árabe clásico, sino un dialecto local bastante diferente, enriquecido con muchas palabras de origen fundamentalmente francés, o con derivaciones propias.

La lengua árabe estándar es la escrita. Pero el problema es que en esa lengua escrita sólo se escriben las consonantes y muy pocas vocales. Es algo parecido al lenguaje de los SMS. Si no se conoce previamente la palabra, no se puede pronunciar.

Los libros para aprendizaje del árabe sí llevan escritas las vocales. Pero surge otro problema. Los métodos de enseñanza que existen en Argelia no están pensados para el árabe como lengua extranjera, porque los aprendices de árabe escrito son siempre los niños, que ya lo hablan. Y los libros muestran dibujos de cosas que los niños ya conocen, como un libro, un león, una oveja, una casa, una mesa… Se memoriza la palabra escrita a partir del conocimiento del nombre hablado del objeto.

En su día intenté aprender árabe, pero partía de cero. El profesor me trataba como a un niño y esperaba que repitiendo el alfabeto en orden, empezando por alif, me quedara con él. Me cambiaron de profesor y el nuevo era el típico que cada día encuentra una disculpa diferente para no venir a clase. Me acabé desanimando.

Pienso que para aprender árabe en Argelia hay que venir ya con una base, conocer las letras y un cierto nivel de vocabulario.

sábado, 19 de junio de 2010

Líneas aéreas para volar a Argelia

He nombrado en mi anterior post a diferentes compañías aéreas para viajar a Argelia y supongo que más de un lector querrá saber cuál es mi ranking de calidad.

Establecer un orden atendiendo a la relación calidad-precio es casi imposible. Las tarifas aéreas varían mucho. En unas ocasiones se puede viajar por poco más de 150 euros, ida y vuelta, y en otras sale unas tres veces más caro. Tampoco es lo mismo ir a Madrid o Barcelona que hacerlo a otras ciudades. Y ahí se me escapa la razón. Así, Iberia viaja de Argel a Madrid; si se va a Barcelona sale por unos 200 euros, pero si se vuela a Bilbao el coste se pone en casi 300 euros. Con Spanair el tema es aún más sangrante, porque viaja a Barcelona desde Argel y ofrece salir desde Madrid por tarifas de 160 euros; pero si la salida desde Bilbao nos ponemos al mismo nivel que Iberia.

En mi caso, entre Argel y Bilbao la mejor opción es Lufthansa, vía Frankfurt. Me permite salir de madrugada de Argel y estar en Bilbao al mediodía siguiente; o salir de Bilbao por la tarde y estar a medianoche en Argel. La atención en vuelo es aceptable, dan de comer bastante bien, incluida una riquísima cerveza alemana en clase turista, y el único problema es la escala en Frankfurt, donde hay que pasar control de equipaje de mano y caminar bastante.

La siguiente en mi lista es Iberia. Sus tarifas son más caras que las de Air Algérie o Spanair, pero la atención en Argel es impecable, gracias a Emilio, el delegado de la compañía. Es un aspecto que no siempre valora, pero saber que el vuelo va a salir a su hora, que si se pierde una maleta la compañía va a preocuparse de solucionarlo, que si algo falla hay detrás unos profesionales que van a dar la cara, no lo ofrecen ni Air Algérie ni Spanair. Otra ventaja de Iberia es que permite embarcar dos maletas de hasta 23 kilos cada una, frente a los 30 kilos de Air Algérie o a los sólo 20 de Spanair.

Aunque escribo de oídas, me han dicho que la siguiente en la lista debería ser Alitalia, que ofrece la ventaja de viajar por la noche, pudiendo aprovechar toda la jornada en Argel y estar al día siguiente pronto en España. Lo de viajar vía Francia con Air France o con Aigle Azur no lo probado, pero me lo han desaconsejado.

Finalmente, entre Air Algerie y Spanair prefiero las líneas aéreas argelinas, a condición de no meter la mano en la guantera de los asientos, no vaya a salir mordida por los bichos que han criado los restos que dejó un pasajero anterior. Sigue siendo Air Cuscús, el apodo con la que la denominan muchos argelinos, pero sus pilotos me ofrecen más confianza que los de Spanair. El problema de Air Algérie es que en vuelos nacionales, esos mal llamados “domésticos”, como si los demás fueran vuelos salvajes, la flota que utiliza es de echarse a temblar.

viernes, 21 de mayo de 2010

Fraude por Internet

Me ha llegado uno de esos correos basura que no tiene desperdicio. Está en francés, pero creo que merece la pena transcribirlo en su totalidad:

Bonjour Monsieur.

J'ai l'honneur de vous informer et j'ai le grand plaisir de transmettre la proposition de l'investissement de (4m d'euros), quatre millions d'euros en Algérie.

Je suis Fatimaa Abdlkader, la première épouse du ministre de la Défense, (Rtd.) Abdlkader, général (Décès) comme l'homme lucratif, prolifique, vaste de fortune et populairement connu dans toutes les communautés du monde entier, même dans les La's importation activité, et que tous ceux qui sont sur le cas du pétrole / huile au cours de la période de l'ancien président nigérian, le général Ibrahim Babangida Badamasu, mon mari est un homme qu'il a destiné incompatibles.

En raison de la position statuesque de mon mari dans le gouvernement et la confiance que l'accord, il a un an et de préserver la sûreté d'un montant important dans le Dawn société de sécurité privée dans (Londres), après avoir un grossissement plus physiques de la propriété et de l'argent par la nouveau gouvernement.

J'ai choisi votre contact, en raison de ma recherche attentive d'une honnête, fiable et sincère partenaire d'affaires, j'ai été retenu parmi les différents profils, en raison de la prière que j'ai faite à Allah pour un homme vrai fumées honnête et digne de confiance, et surtout pouvoir investir dans les dispositions destinées à l'avenir de mes enfants, je suis ici à Londres en tant que réfugié politique le contenu politique de mon mari, toutefois, je bénéficie de l'enracinement de l'état de l'asile politique à Londres, ainsi Que mes droits sont sous le contrôle de le nouveau gouvernement cherche à récupérer quid alors que la fortune de mon mari.

Pour cette raison, Que je ne peux pas vous envoyer toute information concernant cette affaire d'argent d'ici à Londres, cet argent était gardé par mon mari, j'ai découvert tous les documents relatifs à cet argent (4.m euros), quatre millions d'euros déposés dans une entreprise de sécurité à Londres, dont je suis le bénéficiaire, à cet effet, j'ai donc décidé de transférer tout l'argent à investir en Algérie.

Si vous êtes vraiment capable et désireuse de m'aider, je vous promets de vous donner 25% de la somme totale qui est de 5% pour les dépenses qui se posent mai au cours de l'opération et les 70% restants sont pour moi et ma famille à investir en Algérie.

Je confie cette lettre qui est la raison pour laquelle je l'envoyer directement à votre boîte aux lettres pour éviter le potentiel durable, donc, tout a été arrangé avant de communiquer avec vous, s'il vous plaît, si elle n'est pas intreresse, restz anonyme au nom d'Allah, de l'envoi, de votre contact, mais Entrez si vous êtes intéressés, vous pouvez me contacter sur le contact énumérés ci-dessous.

1.Vos nom complet.
2.your numéro de téléphone.
s'il vous plaît accepter les sentiments distingués.
Fatimaa Abdlkader,
mon e-mail fatimaa1959@gmail.com



Evidentemente, se trata de un fraude. No existe la tal Fatimaa, ni ha existido un general con ese nombre (Abdelkader, en todo caso, es un nombre de pila, no un apellido), ni ha ocurrido historia similar con el dinero. Además, para cualquiera que conozcca un poco la actualidad argelina, decir que el dinero ha sido transferido a Argelia para ocultar un sobrono, suena a chiste.

Lo preocupante es que estas historias sólo se inventan dando como refrencia alguna república bananera y de nula cultura democrática. Y ahora, cosas de la vida, le toca a Argelia.

martes, 18 de mayo de 2010

Contra el vicio de pedir

No lo he comentado nunca con nadie, pero me sorprendería mucho ser el único al que le piden en Argelia dinero con la disculpa de tener que comprar medicamentos.

La primera vez que me sucedió fue en Annaba, hace ya bastantes años. Un empleado de la empresa nacional de siderurgia me pidió que le adelantara dinero para poder comprar medicamentos para su esposa, que estaba enferma. Me aseguró que en dos días me lo devolvería. Casualmente, el director financiero de la sociedad, con el que había hecho buena amistad, me contó unos días más tarde que esa persona se iba un mes de vacaciones. Le respondí que tenía a la esposa enferma, que lo sabía porque le había prestado dinero. Me cayó una buena bronca por ingenuo. Una hora más tarde me llamó a su despacho para ir a ver al director general y contarle lo sucedido. Les parecía horroroso que un empleado de grado media de la sociedad se dedicara a estafarme. Me aconsejaron que nunca prestara dinero a nadie en Argelia y aseguraron que se iban a encargar del asunto. Aquella misma tarde tenía el dinero en mi despacho.

Descubrí realmente que todas estas historias de la necesidad de dinero para comprar medicinas son falsas cuando el año 2000 me pidieron prestado para comprar unos medicamentos y mi reacción fue buscar la forma de conseguirlos de forma gratuita. El enfermo tan necesitado no dio señales de vida y nunca me hizo llegar el historial médico para que desde España le hiciera llegar un tratamiento alternativo y gratuito.

Hace dos años me engañaron dos veces casi seguidas con la misma historia. Uno de ellos era el aparcacoches de mi residencia, que necesitaba comprar medicamentos para su diabetes. Nunca he vuelto a ver los veinte euros que le presté. Eso sí, posteriormente me pidió varias veces dinero, siempre por encontrarse ante una situación límite, y mi respuesta fue en todos los casos que primero me devolviera lo que me debía. Otro vecino me vino con el mismo cuento, peor pidiendo sólo cuatro euros. El caso es que no tenía cambio de mil dinares, diez euros, y fue esa la cantidad que no volvía a ver.

A primeros de este año fue un guardián de mi trabajo el que vino pidiéndome cincuenta euros para comprar medicinas. Se trataba de una persona que me caía muy bien, pero sabía que prestarle dinero era perderlo. Tuve que hacer como que llevaba muy poco encima para reducir las pérdidas, porque obviamente no he vuelto a ver lo que le dejé.

La última vez que me ha ocurrido ha sido hace poco, cuando estaba esperando debajo de mi casa al taxi que me llevaría al aeropuerto para mis vacaciones en Holanda. Llega un vecino, me saluda de forma muy afectuosa y me cuenta que ha subido a comprar un medicamento que toma su esposa, difícil de encontrar, porque hay escasez en el país; que se ha encontrado con que no lleva suficiente dinero encima y ahora tiene miedo de que lo vendan y cuando regrese ya no quede esa medicación, tan necesaria para su esposa. El caso es que ahora me he convertido en un ser bastante cruel para estas peticiones de dinero. Cuando mi vecino me nombró las medicinas ya sabía que la historia que iba a escuchar era una pura patraña para sacarme dinero, así que me dispuse a escuchar el cuento para ver si conseguía superar la actuación de los que me estafaron anteriormente. Y, como me pareció muy floja, no me conmovió lo más mínimo y le dije que no podía prestarle el dinero. Se sorprendió y me preguntó:

- ¿No lleva nada de dinero encima?
- Sí que llevo dinero. Lo que le he dicho es que no le puedo prestar, no que no lo tenga.
- Con seiscientos dinares tengo suficiente.
- Con lo que tiene, si le adelanta una parte al farmacéutico, estoy seguro de que le reserva el medicamento. ¿Quiere que le acompañe?
- Sólo déjame seiscientos dinares.
- Lo siento. Nunca presto dinero.

Lo cuento a modo de autocastigo. No me gusta ser tan cruel. No puedo estar seguro al 100% de que la historia era falsa y en los momentos de debilidad me he sentido mal recordando este pasaje. No quiero convertirme en alguien insensible y prefiero seguir siendo el idiota del que tantos se seguirán aprovechando.

viernes, 30 de abril de 2010

Alger La Blanche

Creo que esta es la imagen de Argel que todos guardamos en nuestra retina, la de la ciudad blanca de las construcciones de la época colonial francesa.

Para poder disfrutarla lo mejor es montarse en un barco. Por eso suelo recomendar el venir a Argel en el ferry que llega por las mañanas desde Alicante y levantarse pronto a disfrutar del amanecer mientras el barco se acerca a la costa.

Tenía ganas de colgar simplemente la foto. Ya está hecho.

viernes, 26 de marzo de 2010

¿Quién dijo pobrecita?

Me dicen a veces que soy demasiado crítico en el blog con las conductas argelinas; que en ocasiones no difieren demasiado de las españolas.

Leí hace unos meses una noticia en la versión on-line del el periódico El Mundo que no solo da la razón a esos críticos, sino que me hace pensar que comparativamente el nivel de corrupción argelino es ridículo. La noticia es sobre el inminente divorcio de la hija mayor del Rey de España y de lo bien cubiertas que quedan sus reales espaldas y las de su ya no tan real consorte, seguramente porque están dotados de una especial inteligencia y capacidad que les hace dignos de ocupar puestos de alta categoría en empresas privadas.

Copio parte del texto del diario El Mundo:

Aunque don Jaime ha dejado en estos dos últimos años la presidencia de la Fundación Axa Winterthur y el consejo de Cementos Portland, mantiene otras sillas (de hecho, aunque salió de Cementos Portland le recolocaron en el consejo de una filial menor, la Waste Recycling Group, manteniéndole un sueldo que ronda los 190.000 euros). Conserva su puesto como consejero de Sociedad General Inmobiliaria -que pertenece a Robert de Balkany, gran amigo del Rey y también de Marichalar-, que le reportaría unos 250.000 euros al año; también su puesto en el consejo del grupo de lujo LVHM (120.000 euros) y en el banco Credit Suisse (172.000 euros). Por no hablar de la herencia que le dejó su tía abuela Teresa, una fortuna patrimonial que en su día superaba los mil millones de pesetas.


Como directora de Proyectos Sociales y Culturales de Fundación Mapfre, la Infanta Elena puede percibir unos 200.000 euros al año.

Lo primero que he pensado ha sido en el momento en el que nació el primer hijo de la pareja y el padre de la criatura dijo que “el pobrecito” se parecía a su madre. ¡Vaya con algunos conceptos de pobreza!

Iba a escribir también que no dudo de las dotes personales e intelectuales de la pareja, pero seria una enorme mentira por mi parte. De lo que estoy seguro es que yo no pondría a alguien con sus capacidades físicas y mentales, además de su belleza personal; en un puesto de responsabilidad en mi empresa, salvo que con eso pudiera conseguir otro tipo de beneficios. O no; creo que ni así lo haría; porque me repugnaría saber que estoy robando esos « beneficios » al resto de los ciudadanos dignos y decentes.

El día que critique los tejemanejes argelinos, los negocios de los generales, el dinero de los poderosos, me sacaran esta noticia para recordarme el grado de honestidad que se da en España.

lunes, 8 de marzo de 2010

Noche en el desierto

Todos los años, cuando llegan las Navidades, leo anuncios publicitarios que ofertan viajes para pasar el fin de año en el desierto del Sahara. Y siempre me viene a la cabeza la idea de lo poco convenientes de las fechas y lo escasamente atractiva que me resulta el plan.

La vida en el desierto se mueve al ritmo que marca el sol. No existe luz eléctrica, aspecto que condiciona las actividades que pueden llevarse a cabo tras el ocaso. En verano hay muchas horas de luz y anochece relativamente tarde, pero a finales de diciembre se hace de noche a las cinco. A partir de ese momento la vida se limita a las reuniones alrededor de un fuego y con una taza de té en la mano. Algo realmente bonito, que se disfruta muy sinceramente y que al menos una vez en la vida conviene compartir. Los tuareg, la gente del desierto en general, son buenos conversadores y saben hacer que esas largas veladas alrededor del fuego resulten amenas y divertidas. Cuando hay extranjeros en el grupo aprovechan para entonar canciones, tocar algún instrumento y darle un toque intimista y romántico que suele hacer las delicias de las turistas de sexo femenino. No sé si tendré hormonas femeninas, pero he de confesar que ese ambiente de romanticismo me ha envuelto más de una vez, sin que por ello sienta ningún atractivo físico por los hombres (ni del desierto ni de ningún otro lugar).

Explicada así la parte más agradable de las veladas en el desierto (bien abrigados, puesto que el descenso continuo de la temperatura desde el momento que se pone el sol es espectacular), creo que será más fácil comprender mis sensaciones cuando trato de imaginar uno de esos viajes al desierto en Navidades. Me sitúo en la primera noche y la novedad del fuego y de los tres tés. Pienso en la segunda noche, casi idéntica. En la tercera. En la cuarta… Son veladas que pueden alargarse desde las cinco de la tarde hasta las nueve o diez de la noche. Y, cuando ya estás un poco harto de tantas noches alrededor del fuego, llega la noche de fin de año. Como todas las noches empiezan a ser iguales, ya piensas en acostarte antes para recuperar parte del sueño que sin darte cuenta has acumulado, porque con tantas nuevas sensaciones la adrenalina te mantenía al principio alerta. Pero, precisamente ahora, llega Nochevieja y hay que estar en vela hasta más allá de la medianoche. Conoces casi de memoria las cientos de estrellas del firmamento, que luego añorarás cuando regreses a la civilización; las canciones comienzan a sonar todas parecidas; ya has hecho todas las preguntas sobre su familia, la vida de las mujeres en el desierto, el Islam, sus tradiciones y las anécdotas acumuladas tras años llevando grupos de turistas; Morfeo comienza a ganar la partida. Hasta se echa un poco de menos preparar las uvas, como cada año, y se deja un espacio a la nostalgia para pensar en tantos amigos y familiares que en ese mismo momento pueden estar viendo las mismas estrellas, o al menos la misma luna.

Sí, ésa, precisamente ésa, es la parte menos romántica que me imagino en los viajes al desierto por Navidad.

Todos los que me leen saben que soy un sentimental; quiero decir, que me dejo embriagar por mis sentimientos. Siempre pensé que dejar transcurrir una fecha de significación especial en el desierto es algo que debería hacer al menos una vez en mi vida. Por eso, cuando vi que en este año 2010 mi cumpleaños caía en fin de semana y que además iba a contar con un día de descanso, insuficiente para irme a Bilbao pero no para viajar fuera de Argel, empecé a darle vueltas a la cabeza. Había pensado en Taghit, cerca de Bechar, el único lugar que conozco en el desierto del Sahara que en la realidad se parece a los oasis de las películas. Sin embargo, al poco tiempo un amigo del trabajo me sugirió pasar esos días en Timimoun, lugar más civilizado pero que cuenta con dunas en sus alrededores. Sólo cuando esta idea no salió adelante, por problemas con los horarios de los vuelos, pensé en Bou Saada.

Una estancia en Bou Saada tiene muy poco que ver en el siglo XXI con el clásico y romántico viaje al Sahara. Fue en su día punto de salida de las caravanas que atravesaban el desierto, pero el mercado de camellos desapareció hace muchísimos años. Ahora son camiones los que atraviesan el desierto por las carreteras, que han sustituidos los restos de fogatas nocturnas por neumáticos destrozados en los arcenes. Las postas de antaño no existen y los turistas buscamos hoteles confortables, en los que abres el grifo y mana agua fría o caliente, según la voluntad del usuario. En los puestos del mercado no se vende exclusivamente carne seca, legumbres, agua, azúcar y té, como antaño, sino infinidad de productos “made in China”, además de todo lo que se encuentra en cualquier mercado más o menos occidental. En plenas dunas, mientras me sacaba fotografías con mis amigos, estaba respondiendo a llamadas al móvil de mi familia y amigos.

Que la modernidad haya llegado al desierto no significa que no se pueda extraer de él ese gusto a aventura en libertad. También el rally París-Dakar contaba con un sistema GPS para localizar a vehículos extraviados, en un ejercicio de aventura controlada. Y eso es, de alguna forma, lo que buscaba para mi cumpleaños.

domingo, 7 de marzo de 2010

Mi fiesta

Este texto lo escribí hace ya una semana. Lo publuico con algún que otro recorte. Lo que he respetado absolutamente es el texto original completo que publico en el blog privado.

El pasado fin de semana era mi cumpleaños y lo quería celebrar de una forma muy especial. Pensé en hacerlo en un lugar casi paradisíaco, Bou Saada. Allí existe un hotel que posiblemente ofrece la mejor relación calidad-precio de todos los del país; la ciudad aún destila el olor de un pasado glorioso como puerta de entrada al desierto, con uno de los mercados de camellos más conocidos del Sahara; las casas son construcciones típicas y por sus calles circulan mujeres completamente cubiertas, excepto un ojo; en sus alrededores se sitúa una zawia (creo que pronuncia así) digna de visitar, una cascada de aguas del desierto, grabados rupestres y dunas por las que deslizarse; la cocina de Bou Saada es muy conocida y un nuevo restaurante ofrece la posibilidad de degustar los platos tradicionales de la ciudad en un marco excepcional.

Desde la primera vez que visité Bou Saada la consideré la gran desconocida dentro del país, un lugar que se escapa a los circuitos turísticos, pese a tenerlo todo, incluida una cercanía a la capital, Argel, que permite disfrutar de una excursión de fin de semana.

Siempre que había escuchado de la boca de amigos y conocidos decir que iban a pasar el fin de año en el desierto (escribiré sobre esto en mi próximo post), mi mente se trasladaba a la idea de hacer lo mismo en un cumpleaños que no tuviera que trabajar y tampoco me cupiera la posibilidad de ir a casa. Este año se daban todas las circunstancias y no iba a desaprovechar la oportunidad.

Celebro siempre mi cumpleaños como un niño pequeño y para mí el 27 de febrero es una jornada muy especial. Esta año me han decepcionado algunas ausencias, aunque, a cambio, he de decir que las presencias, algunas venidas desde muy lejos, han compensado con creces esa decepción.

En el capítulo de regalos, he recibido una brújula, una cartera, una fuente de cerámica, un kimono, un libro y una piruleta, ordenados por orden alfabético. Además, al volver a casa me ha encontrado con que la asistenta me ha regalado una baldosa con una estampa antigua de la Casbah de Argel. Yo ya me he regalado unos cuantos recuerdos de Bou Saada y me compraré esta semana otras cosas.

Por cierto, muchas gracias a quienes me han felicitado tanto en el blog como en Facebook, o por teléfono. Unas cuantas de las llamadas recibidas me hicieron especial ilusión.

La versión completa de este comentario se encuentra en el blog Privado en Argel.

jueves, 25 de febrero de 2010

Mi cumple del 2010

Muchos ya sabrán que el 27 de febrero es mi cumpleaños, porque lo anuncio cada año, como puede comprobarse buscando entradas más antiguas. Suele explicar que lo celebro como lo niños pequeños y además con ciertas manías. Por ejemplo, que sólo lo celebro el día 27, nada de celebraciones el 26 ó el 28. O que em encanta soplar velas y cantar el cumpleaños feliz, igual que si tuviera cinco o seis años (que tampoco son muchos más...).

Este 27 de febrero de 2010 lo voya celebrar en argelia, pero no en Argel. Me voy lejos, a una ciudad llamada Bou Saada qu es lo más parecido y cercano al paraíso que conozco en Argelia, con su antiguo mercado de camellos para las caravanas de hace un siglo, los grabados rupestres que puedes incluso tocar, las dunas, la cascada en la que bañarte y un hotel como muy pocos en Argelia. Allí, rodeado de los mejores amigos que hacen el esfuerzo de acompañarme en este día, apagaré mis 48 velas.

No sé si tendré cobertura de móvil, pero de lo que estoy seguro es de que no tendré acceso a Internet. Así que este año no merece la pena enviarme mensajes de felicitación, no los voy a poder leer. Quien quiero compartir la tarta, lo que tiene que hacer es venirse a Bou Saada.

martes, 23 de febrero de 2010

Mi Gobierno financia el terrorismo

La versión completa de este texto la publico en el blog “Privado en Argel”, al que sólo pueden acceder los amigos que previamente se han registrado y no me ha quedado duda alguna sobre su identidad.

Para mi vergüenza, he tenido que leer en la prensa argelina cómo se acusa a España de utilizar una doble vara de medir a la hora de actuar contra el terrorismo. Todo ello a cuenta del pago de un dinero a Al Qaeda de El Maghreb para rescatar a unos cooperantes catalanes secuestrados en Mauritania.

Soy consciente de que toco un tema sensible, de que están de por medio los servicios secretos españoles y los argelinos, entre otros. Pero no es mi estilo callarme, menos ahora que puedo dejar de acceso exclusivo para mis amigos y conocidos parte del texto, publicando en abierto un extracto que no me comprometa.

Dicen en Argelia que al pagar un rescate a Al Qaeda se está financiando de hecho al terrorismo, porque ese dinero servirá para matar gente. Indirectamente, el Gobierno español estará financiando el terrorismo en Argelia, que mata a ciudadanos argelinos.

Los terroristas saben ahora que cuando secuestren a alguien con pasaporte español estarán garantizándose un buen botín, como ya ocurrió con el Alakrane. Y es que llueve sobre mojado y la debilidad patética de nuestro gobierno, no sólo nos está llevando a la ruina y a ser el hazmerreír de Europa, sino que nos coloca en una diana. ¿No han pensado, acaso, que de no haber pagado un dinero a los piratas somalíes era posible haberse ahorrado el secuestro de estos voluntarios en Mauritania?

Sé que es muy duro asumir que si secuestran a un familiar tuyo la respuesta del Estado es negarse al chantaje, pero es la única posible, so pena de poner en riesgo al resto de ciudadanos del país. Quienes fueron a Mauritania sabían donde se metían y el riesgo que asumían, como lo sabían quienes se acercaron a pescar a aguas somalíes o yo cuando vine a trabajar a Argelia. Como explicaba antes, cuando emisarios del Gobierno español negocian con Al Qaeda del Maghreb el incumplimiento de leyes internacionales a cambio de liberar a los secuestrados, están poniendo también precio a mi vida. Hoy y ahora sé que corro más peligro en Argelia de ser víctima de un secuestro que hace unos meses. Gracias a mis políticos.

martes, 16 de febrero de 2010

Porno, Chávez y poco más

Contar en casa con un aparato de televisión que funciona (porque hasta ahora lo tenía desconectado… o quemado) tiene sus pegas. La primera de ellas, que me ocupa de momento tanto tiempo que casi no salgo a la calle ni adelanto parte del trabajo en casa. Estoy en la fase previa de aprender a utilizar este trasto; no es que me interese demasiado, pero la única forma que tengo de curiosear por las ondas es aprender a arreglar el estropicio que causo cuando toco un botón incorrecto del mando incorrecto, porque para ver la tele necesito dos mandos a distancia diferentes, sin posibilidad de servirme de los botones de toda la vida. Sonará a cavernícola, pero son cosas que nos ocurren a los pocos que nunca nos hemos interesado por tener un televisor, una cadena estéreo, un DVD, ni nada que se les parezca.

Aclaro que escribo este mensaje el 8 de febrero, cuando llevo 48 horas de televisión...

Creo que cuento con unas dos mil y pico cadenas de televisión diferentes, aunque más de la mitad están encriptadas, no se pueden sintonizar. En Argelia tengo siempre una curiosidad sociológica por conocer la forma de actuar y de pensar de la gente, de modo que ya estaba más o menos informado de los gustos televisivos de los argelinos. La diferencia es que ahora estoy investigando sobre el terreno, con el mando en mi mano. Y he descubierto infinidad de curiosidades. La más llamativa, que casi la mitad de las cadenas son de contenido para adultos, eufemismo para denominar a la pornografía, que lo único que ofrecen es anuncios para llamar a números de teléfono, supongo que de tarificación especial. Como la emisión vía satélite no entiende de fronteras, los anuncios se ofrecen en diferentes idiomas, incluido el árabe. Son muy pocos, de todas formas, los que indican específicamente a qué número deben llamar los pornoadictos argelinos. En masculino, en cualquier caso, porque ninguno de los escasísimos anuncios destinados a la clientela femenina incluía referencias a Argelia ni a cualquier otro país del Maghreb.

Más allá de que las chicas que aparecen en estas cadenas sean en general jóvenes y guapas (el maquillaje hace milagros), mostrando generosamente no sólo sus pechos, caderas, muslos y nalgas, sino sugiriendo penetraciones sexuales y felaciones, me ha parecido patético el aspecto mercantil de todo eso y aburridísimas las emisiones. ¿Puede haber gente enganchada a ver anuncios eróticos y con tan poco sentido común como para llamar a los números que se le indica? Supongo que sí, porque de otra forma no subsistirían esas emisiones. Y no creo que sean muchos los espectadores con mi curiosidad sociológica de adivinar nacionalidades, reconocer mismos anuncios en diferentes cadenas y números de teléfono idénticos en diferentes anuncios. Y, aún así, al cabo de un par de horas acaba uno harto de no encontrar en su televisor nada decente para ver (pocas veces mejor aplicado el término, por cierto).

En realidad la otra mitad de las cadenas que se sintonizan no se dedica a esta actividad, afortunadamente. Hay mayoría de Alemania, Rusia y Sudeste asiático, que nada tiene que ver con los gustos de Argelia. Lo que más ven los argelinos es Al Yasira, en sus varios canales, las cadenas francesas y alguna cadena polaca, sobre todo una llamada Viva, que emite videoclips musicales y que causa furor entre la gente joven. El antenista que me instaló las parabólicas me indicó que me había “flasheado” las cadenas francesas. No sé lo que significa el término, pero debe ser algo así como que había desencriptado algunas cadenas que en principio son de pago. Supongo que esa es al razón por la que sintonizo 31 cadenas “normales” en francés y sólo 12 en castellano. De todas formas, en cuanto se me pase la mencionada curiosidad sociológica, me da la impresión de que el televisor se va a pasar muchos días apagado.

Una de las cosas más divertidas que me he encontrado en mi navegación televisiva ha sido la tele del gorila Chávez. Supongo que lo encuentro divertido porque no soy venezolano y no tengo que soportar su dictadura, que hace que valore las virtudes democráticas argelinas como un bien casi divino. Esta cadena emite sus discursos en directo y hasta en diferido. Explica las maravillas de su gobierno, que ha mejorado la calidad de vida de los venezolanos y hasta sale en pantalla un supuesto experto manifestando que en Venezuela lo más importante es que ahora se goza de libertad y de democracia socialista como en ningún otro lugar. Se le ve a Chávez paseando por Caracas y decidiendo qué edificios y negocios hay que expropiar para acabar con los reductos capitalistas y especuladores. Lo triste es que si una parte de la población venezolano está siguiendo a semejante individuo será porque detrás habrá una larga historia de corruptos y sinvergüenzas que durante un tiempo habrán gobernado el país preocupándose sólo de su bolsillo.

Hace unos años los argelinos no contaban más que con una cadena local de televisión, a la que irónicamente llamaban “la única”. Por aquel entonces prácticamente todo el mundo contaba ya con una antena parabólica para acceder a las cadenas extranjeras, principalmente las francesas. El “afrancesamiento” cultural ha perdido importancia en las últimas dos décadas, debido a que la arabización de la educación ha llevado a que cada vez sean menos los que se expresan fluidamente en francés y que la islamización social ha considerado moralmente más correctas las cadenas procedentes de países árabes. Es curioso cómo durante el Ramadán se considera casi pecaminoso acceder a las cadenas occidentales, algo que no he acabado de entender. De todas formas, la oferta televisiva local se ha incrementado de una a cuatro. En los últimos meses las emisiones de la televisión argelina se tiñen de guiños al fútbol, una fórmula perfecta para tener a los argelinos pegados a la pantalla, aprovechando que el furor nacionalista se disfraza ahora de “defensa” de la selección nacional.

martes, 9 de febrero de 2010

Redada en casa

Me sucedió la pasada noche. Estaba en casa cuando oí ruidos en la escalera, de gente que subía y bajaba conversando. En un momento determinado oí el ruido de forzar la puerta del registro de contadores de mi planta. Me asomé a la mirilla y vi que fuera había un montón de policías, escudriñando cada rincón del edificio. Unos minutos después, ya era medianoche, llamaron a mi puerta. Siempre queda la posibilidad de hacerse el muerto, de “aquí no hay nadie”, pero no sirve lo del allanamiento de morada y la orden de registro. Desde hace muchos años existe en Argelia el estado de urgencia nacional, nunca derogado, que da libertad a las fuerzas de seguridad del Estado para actuar por encima del respeto a las libertades individuales. Creo que si llego a ver que se trataba de la Gendarmería o de las fuerzas antiterroristas habría llamado a las autoridades españolas para saber cómo actuar, pero eran policías, que se identificaron además como tales al preguntar quién era, y abrí sin más. Al indicarles que no entendía el árabe por ser español me trataron con una corrección excelente, mostrándose incluso cariñosos (uno se dedicó a acariciarme un brazo, supuestamente para que estuviera tranquilo). Me preguntaron si yo había llamado al 17 (equivalente al 112 de España), una excusa como otra cualquiera para no dar explicaciones, y se despidieron. Entre ellos había varios policías no uniformados, que siguieron su búsqueda por el edificio. Cuatro estuvieron un rato subidos a la terraza del edificio e iluminando cada rincón de las terrazas de mis vecinos, supongo que buscando algo o a alguien. No me extrañaría que fuera un tema de drogas.
Lo que más me ha sorprendido ha sido la reacción de mis vecinos. Esto pasa en España y los balcones estarían llenos de curiosos, tratando de seguir la acción de la policía, que había desplegado cuatro coches delante del portal y unos quince agentes en las inmediaciones de la entrada. Sin embargo, yo era el único de todo el edificio que estaba asomado. Más aún, no sólo de mi edificio; en ninguna terraza de ninguna vivienda de entre las muchas que se ven desde mi terraza había nadie asomado. No sé si esa actitud se debe a miedo o a una norma que desconozco. Cuando saqué mi cámara de fotos para tomar algunas instantáneas de la calle, algunos de los policías empezaron a hacerme señas y decirme algo en árabe que no comprendí, pero que imagino que significaba que mis fotos no les hacían mucha gracia.
Ahora confío en que no haya un asesino escondido en el edificio, o dejaré este género costumbrista, estilo Varela, para pasarme al de misterio, tipo Ágata Christie. Lo que no quiero es ser yo la víctima, que el papel de fiambre está mal visto en un país musulmán.

domingo, 7 de febrero de 2010

La parabólica

Después de dos años, siete meses y trece días en Argelia, por fin cuento en casa con antena parabólica para ver la televisión. En realidad tenía casi todos los ingredientes, televisor y parabólicas, pero como no soy nada teleadicto, ni me había preocupado de que el sistema funcionara.

Quienes han leído el blog recordarán lo que me sucedió hace unos meses con el televisor. La mujer de la limpieza, muy espabilada ella, no tuvo mejor ocurrencia que quedarse a dormir en mi casa cuando yo estaba fuera, encender una vela, colocarla encima del televisor y dormirse. Quien no lo leyó en su momento, puede buscarlo bajo el título “Pero qué tonta”, si no recuerdo mal.

El caso es que mi empleada doméstica, pese al impresionante boquete en el televisor y el interior que parecía el producto de una fisión nuclear, me aseguró que eso “se reparaba”, con toda la cara del mundo. Le respondí que era cosa suya el repararlo y desde entonces me fue dando largas frente a la evidencia de que aquello no tenía solución. Primero fue que el ascensor estaba estropeado para bajar el ascensor, luego que llegó el Ramadán, después que tenía que venir con alguien que le ayudara… Me acabé enfadando y le dije que si para determinada fecha el televisor no estaba reparado que no volviera a mi casa. Un día hice efectiva la amenaza y el comuniqué que era su última jornada de trabajo, puesto que no había arreglado el televisor, que seguía instalado en el salón como monumento a las fallas, para hilaridad de mis visitas, que difícilmente podían evitar la carcajada, pese a mi cara de pocos amigos, ante el espectáculo de un televisor quemado con una vela.

No he contado que la mujer de la limpieza me fue “sugerida” por el propietario de mi casa, que tenía especial interés en que la contratara. Él es un señor de más de sesenta años, casado, y ella una chica joven de veintitantos. Me insistió en que la conocía bien, que era una buena chica, bastante liberal y tolerante en sus costumbres. Según su definición, casi cristiana, una forma de dar a entender el poco apego a las tradiciones del Islam, pero que a mí me saca de quicio, porque cuando lo dicen dan a entender que los no musulmanes somos poco menos que unos depravados. Me pidió, eso sí, que no dijese a nadie que él me la había recomendado. Me consta que se ven habitualmente, que lo que le cuento al propietario llega a oídos de la mujer de la limpieza; y viceversa. A partir de ahí, cada cual puede sacar sus conclusiones sobre el grado de intimidad de su relación de amistad. Yo hace tiempo que saqué las mías. Siempre he supuesto que venir un día a la semana a mi casa, hecho que siempre se puede comprobar, es una buena excusa para faltar alguna vez más de su domicilio familiar. Por eso, cuando le dije que era su último día de trabajo me imaginaba que iba a suceder lo que realmente sucedió: le llamó al propietario, hablaron en lengua kabil y antes de que se fuera me telefoneó mi propietario para decirme que él se ocupaba. Yo insistí, esa chica no entraba más en mi casa hasta que no tuviera la tele arreglada. Y él me reconoció que el televisor no tenía solución, pero que en dos días me traería uno nuevo. Dicho y hecho, el fin de semana siguiente pudo venir a trabajar la mujer de la limpieza como si nada, porque el propietario me había traído un nuevo televisor de 55 centímetros (en Argelia no se miden los televisores en pulgadas, como incomprensiblemente se hace en España). Y ellos podrán seguir jugando en secreto su partida de mus, si es que es la afición al juego lo que les une.

Volviendo a mi nuevo televisor, ha permanecido varios meses metido en su caja, sin abrir, hasta que me he decidido a hacerlo funcionar; o me han llevado de la oreja (la expresión no es mía) para que instalara de una vez por todas la televisión en casa. Después de llamar infinidad de veces a un técnico, de visitar a un vendedor de demoduladores, que me exigía la compra previa para enviarme el técnico a casa (igual pensaba que soy nuevo en Argelia, para caer en semejante trampa), de ir a ver a otro que primero me dijo que sí, luego que no, y acabó dándome el teléfono de un técnico, parece que di con una persona eficiente, que se presenta cinco minutos antes de la hora convenida y que trabaja incluso de noche. No es que sea muy espabilado, pero tampoco se trata de pedirle peras al olmo y, desde luego, de su trabajo entiende infinitamente más que yo, que es lo importante.

De las dos parabólicas que existían en mi casa he conseguido que funcione una. Para la segunda me ha tocado ir haciendo compras puntuales hasta que en la práctica la he comprado entera. Se trataba de conectarse a un satélite que debe llamarse algo así como Blue Bird. Al principio era lo que llaman la cabeza de la parabólica lo que no funcionaba; luego, un aparato de conexión; después, la propia parabólica que al parecer estaba demasiada oxidada; para cambiarla había que cambiar también el pie sobre el que se sustenta; al final, el cable que también estaba perforado. En definitiva, parabólica completa.

Ahora, mis visitantes que no estén especialmente interesados en mantener conversación conmigo tendrán la posibilidad de sugerir que encienda la tele y así dejar de escucharme. Es mi "parabóbica".

domingo, 31 de enero de 2010

Literatura

(Éste es un resumen abierto a todos. El texto completo está en http://www.privadoenargel.blogspot.com/, exclusivo para quienes previamente se han registrado y me han enviado sus datos personales).

Desde el verano del 2008 llevaba sin leer un libro y sin ver una película si no me sentía acompañado por alguien. Estuve buscando alguna biblioteca pública en Argel a la que acudir y leer en compañía, pero no encontré nada que me agradara.

La tranquilidad de espíritu regresó sin avisar y en diciembre ya me dediqué a liquidar una parte de los cientos de periódicos que había acumulado sin leer. Fue mi terapia de lectura intensiva durante semanas, a razón de una media de unas cuatro horas diarias los días laborables y más de diez los festivos.

Cuando puse la prensa al día, me pasé a la lectura de libros. Y en esas sigo. No puedo regresar a los tiempos del pasado, cuando caían un par de libros por semana, porque la edad, que no perdona, me obliga a leer con gafas en ausencia de luz natural. Y porque estando en Argelia me enriquece mucho el contacto con la gente, escuchar sus pequeñas hazañas diarias, sentirme en una sociedad diferente a la mía.

Cuando se me pasen los ataques de impaciencia, los que me convierten algunos días en un borde insoportable, habré puesto fin a esta pesadilla. Costará más, porque vienen de lejos y mi situación en Argelia no hizo sino agravar un mal previamente existente. Pero saldré adelante.

Además, acabo de localizar en pleno centro de Argel un sitio excelente que acaba de abrir con el nuevo año: una cafetería literaria. El propietario es un librero que tiene su comercio de toda la vida al lado de la mezquita que antes fue la Iglesia de San Carlos, que ha tenido esta genial idea de ofrecer un local para tomarse un café rodeado de libros puestos gratuitamente a disposición de los clientes y, lo que es más importante, de otras personas con inquietudes literarias, para charlar de algo más que de mujeres y fútbol. Cada tarde se abre en un rincón de la cafetería un debate sobre un tema cultural, abierto a todos los interesados. ¿Qué más se puede pedir?

lunes, 25 de enero de 2010

Mismo tema

Esto parece un espacio deportivo. Pero es que no se habla de otra cosa, no se vive para nada más en Argelia. Me repito con fútbol y coche.


Mientras escribo, dos de la madrugada, el atasco en las calles es monumental y el ruido no permito conciliar el sueno a quienes desean descansar. Esta vez si hay un motivo de celebración, porque el equipo nacional de fútbol ha jugado un partido vibrante contra Costa de Marfil y ha acabado ganando, para pasar a la fase de semifinales de la Copa de África.

Lo malo es el gamberrismo al volante. Esta pasada noche me han dado un violento golpe lateral en una calle, cuando trataba de seguir las indicaciones de un policía para llegar hasta mi casa, porque habían cortado algunas calles. Un coche que había señalizado con luces de emergencia su detención ha reiniciado la marcha sin indicar nada en absoluto y cuando le he adelantado me ha impedido el giro a la derecha. Culpa mía, en cualquier caso, aunque me queda la duda de si un coche con las luces de emergencia dadas tiene o no que ceder la preferencia. Ha sido como en los autos de choque, un violento toque lateral del que he salido lanzado, solo que el arreglo me costara a mí el dinero. En esos momentos no merecía la pena ni bajarse a mirar, ya conozco las nulas posibilidades de que el seguro se encargue del arreglo y la cantidad de papeletas que en un caso así hay para que el tema acabe en una pelea.

En fin, es Argelia.

martes, 19 de enero de 2010

Cualquier cosa, menos deporte

(Texto completo en Privado en Argel)


En las calles de Argel se celebra el empate a cero del equipo nacional de futbol contra la seleccion de Angola. No es una broma, por absurdo y ridiculo que parezca.


Lo peor es que la celebracion consiste en hacer gamberradas , saltarse las normas de convivencia e infringir el codigo de la circulacion. En la principal avenida comercial de la ciudad, Didouche Mourad, se han producido dos graves accidentes; segun me contaban los empleados de un restaurante situado justo enfrente de uno de los accidentes, un vehiculo ha tropezado con otro, se ha llevado por delante dos contenedores de basura y al frenar han caido del vehiculo tres personas que viajaban con el cuerpo fuera. Como resultado, una ha perdido incluso la consciencia, con sangre que salia de su cabeza y no sabian si habria llegado con vida al hospital.

Hay algo que no funciona. Mi opinion es que existe tal carencia de posibilidades de ocio y de expansion en una sociedad sometida hasta el extremo, que el futbol se ha convertido en la unica excusa para desfogarse.

lunes, 18 de enero de 2010

El pobre Hyundi

(Este es un resumen público del texto completo, publicado en el blog privado, reservado a los amigos inscritos previamente)


Poca gente tendrá un coche que, como el mío, haya circulado por 22 países. Porque he estado echando cálculos y ese es el número diferente de países en el que me he puesto al volante de mi Hyundai Accent, que me ha permitido disfrutar de tantas aventuras y momentos maravillosos.

La verdad es que al pobre no lo he tratado demasiado bien. En una ocasión, en Liechtenstein, tuve que recurrir a los servicios de una grúa para que me sacara a duras penas del interior de un bosque alpino en el que me había metido por error y donde ni siquiera existían caminos; la grúa, con tracción a las cuatro ruedas, fue incapaz de llegar hasta allí, un lugar más propio de una prueba de trial que de otra cosa. A cambio, lo he paseado por lugares pensados específicamente para él, como Le Mans, Monza o Mónaco, donde una parte del circuito urbano sólo se puede recorrer en la vida ordinaria en sentido contrario a como luego lo hacen los bólidos en las carreras de Fórmula 1.

He vivido con mi Hyundai aventuras divertidas, como el día que me pusieron una multa en Albania… por no llevar preservativos. O, sin ir más lejos, cuando casi me lo hacen explotar delante de la residencia del Embajador de Gran Bretaña en Argel, convencidos de que se trataba de un coche bomba. No ha sido, ni mucho menos, el único problema con la policía argelina. El más grave sucedió hace unos meses, cuando se lo había prestado a un amigo para acompañar a una chica a su casa.

El pobre Hyundai no gana para disgustos desde que hace casi dos años le cayó por la noche un árbol encima. Con todo lo que me agobia hacer frente a los problemas, decidí circular con un coche “a la argelina”. Pero a partir de ahí, los diferentes golpes y los achaques propios de la edad que le van surgiendo lo han dejado en un estado lamentable, sin un intermitente y otro faro sujeto con cello, una sola puerta que abre, rayas por todas partes, el capó desencajado, el maletero sin tirador, el espejo retrovisor derecho roto,…

Como casi cada día me surgen nuevos problemas, no puedo decir que lo que iba a contar y que dejo para el siguiente post sea la última anécdota sufrida, porque ayer mismo se me estropeó la única puerta cuya cerradura funciona y ahora es la que no se puede abrir desde dentro.

miércoles, 13 de enero de 2010

Haiti

(Texto completo en Privado en Argel)
Para inaugurar el primer texto de "Privado en Argel" contaba con muchas ideas. La principal, la aventura que estoy viviendo con mi coche, por culpa de mi mala cabeza. Pero las noticias que a estas horas de la noche llegan desde Haiti no me permiten centrarme. Empiezo a recordar mi unica experiencia con un terremoto, hace ya 24 meses, que precisamente repasaba ayer con la lectura de un periodico del dia siguiente, que guardaba en mi despacho.

Y vuelvo a los terromotos, a las victimas del que sufrio Argelia, especialmente en la zona de Boumerdes. A las familias que aun viven en viviendas prefabricadas, en condiciones infrahumanas, como tuve ocasion de comprobar una vez que me adentré en su campamento. Pienso en tantas personas que conozco en Argelia, gentes buenas, a las que la vida ofrecio su peor cara.

También en Haiti seran los mas pobres los paganos de todo, los que perderan su vivienda, cuando no su vida y todos sus enseres. Por eso, mi mente esta en estos momento con tantas victimas de la injusticia en el mundo, con todos los que no han tenido la suerte de nacer en el primer mundo y en el hogar adecuado, con un "pecado original" que para unos supone la condena a una vida miserable y para otros el derecho a vivir del cuento y de la explotacion de los que no han gozado de su misma suerte.

(Este es un resumen del texto publicado en el blog privado)

miércoles, 6 de enero de 2010

Los Reyes Magos

No sé a cuántos amigos decepcionaría si no publicara aquí mi carta a los Reyes Magos. Y, pese a ello, voy a convertir ese “decepcionaría” por “he decepcionado”, porque no hay tal carta. No me puedo sacar hoy de la chistera el típico “Queridos Reyes Magos, soy José Antonio, un niño un poquito malo, menos niño que malo, que vive en Argel y que quiere pediros todo aquello que a lo largo del año ha ido anotando que haría falta para que la vida en Argel fuera más justa, más libre y más feliz para todos”. Sería algo extraño, sonaría a hueco después de semanas de silencio. Creo que lo mejor en esta fecha es cambiar la carta a los Reyes Magos (que ellos han recibido directamente de mi corazón) por una explicación a los lectores.


Muchos de los comentarios que me habéis dejado en mi último post del pasado mes de noviembre iban encaminados a conseguir que volviera a escribir, echando de forma más o menos velada la culpa de mi silencio a algún censor que me critica. Sin embargo, no hay nada de esto último; no existe ese supuesto enemigo. Y voy a tratar de aclararlo.

He explicado ya bastantes veces que empecé a escribir el blog para mantener contacto con los amigos y para que quienes accedieran a él recibieran una imagen de Argelia muy diferente de la que llega por la prensa. Que se supiera que la vida se desarrolla con relativa normalidad, con sus problemas y dificultades, con su choque cultural, con momentos maravillosos y otros que mejor sería olvidar.

Desde el primer día intenté ser sincero hasta el extremo. He superado el lógico pudor para contar todo tipo de intimidades, sin esconder nada. No me considero un exhibicionista, aunque siempre hay un poco de ello en todo escritor, pintor, músico, o artista de cualquier tipo. Quería mostrar Argelia desde mis ojos; tal y como yo la veo y la siento. Y sólo siendo sincero en lo que a mí respecta podía ganarme la credibilidad de ser sincero en todo lo demás. Evidentemente, mi blog no es la verdad, sólo mi verdad, sólo la Argelia que yo percibo.

El fallo, con el que yo no contaba, es que mi blog podía llegar a interesar a los que ya viven en Argelia. Supongo que se debe en buena parte a que mis reflexiones, esa visión mía de la realidad argelina, es la que ellos también perciben y les resulta simpático y hasta divertido ver reflejadas en un blog de Internet sus propias anécdotas. Antes de venir a Argelia encuentran interesante descubrir que no van a vivir entre bombas y terroristas islámicos que les pueden secuestrar o cortar el cuello en cualquier momento, sino en una ciudad mediterránea cuyos mayores problemas son la anarquía urbanística, la suciedad y la peculiar forma de ser de sus habitantes. Luego, cuando ya viven en Argel y han interiorizado la realidad del país, perciben en la lectura del blog una visión critica que comparten, pero que juzgan políticamente incorrecta y consideran polémica, de modo que parece mejor mantener las distancias.

Curiosamente, no tengo problemas con la inmensa mayoría de los argelinos que leen el blog, que comprenden que escribo desde el cariño al país y a sus gentes. Sólo alguno que ha heredado lo más rancio del chauvinismo francés se siente molesto al comprobar que un extranjero se permite realizar un análisis crítico de su patria. Tampoco me extraña demasiado. Buena parte de los aspectos que yo encuentro criticables en la sociedad argelina lo serían también de la española a los ojos de un escandinavo, por ejemplo; y estoy seguro que muchos de mis compatriotas pillarían un rebote si vieran una crítica escrita sobre la manía de tirar las servilletas y otros restos al suelo en los bares, o las colillas en la calle. Discutía ayer con un amigo sobre cómo en nuestra cultura está bien visto copiar en un examen si el profesor no se da cuenta, mientras que si un compañero delata que se está haciendo trampa, todo el mundo ve horrible que exista un chivato. Y, sin embargo, en una sociedad desarrollada deberíamos tender a que eso fuera lo normal, que el niño aprendiera desde la infancia que lo feo es hacer trampas, no colaborar con la ley.

Pero me he salido del tema, cuando quería expresar que, desgraciadamente, son muchos los que no desean verse nombrados en el blog. Ya en los primeros meses se me acumularon los problemas. Una persona que me había autorizado a colgar las fotos que quisiera en el blog, se retractó y me pidió que las retirara, porque su pareja sentimental se lo pedía. Algo parecido me sucedió días después con una compañera de trabajo. Otra fotografía fue objeto de mosqueo por un comentario que en realidad no iba en la dirección que podía pensarse. Después, un sujeto indeseable me estuvo durante un tiempo molestando porque estaba convencido de que yo le había insultado, cuando no me había referido a él. A partir de ahí me llegaron algunos comentarios o rumores de personas que en algún momento se sentían molestas por lo que había escrito. Y siempre, curiosamente, españoles viviendo en Argelia; personas a las que el blog no debería interesar en absoluto, porque poco o nada pueden descubrir en él.

El efecto de lo anterior ha sido que por algunas personas se me etiquetara de conflictivo, por decir lo que pensaba, al tiempo que para otras mi etiqueta era la de un individuo peligroso, a mantener a distancia, porque luego lo cuento todo.

Quienes me conocen saben de las dificultades profesionales que he sufrido durante bastante tiempo y que afortunadamente están empezando a ser parte del pasado. He escrito que “están empezando” porque hay un refrán español que dice que “muerto el perro se acabó la rabia”, pero no explica el tiempo que posteriormente hay que cumplir de cuarentena. Esas serían mis circunstancias actuales, en las que ya puedo realizar una parte de mi labor profesional. Y me siento, sinceramente, feliz. Cerrando un paréntesis que ha durado casi dos años.

El sello de individuo conflictivo o a evitar, que comentaba más arriba, no me conviene si quiero disfrutar de una vida social en Argelia. Lo comprobé cuando un amigo tuvo que pasar el mal trago de llamarme para pedirme como un favor que retirara un comentario del blog. Ahí comprobé que mi vida social la tengo que dejar también al margen de lo que escribo en el blog, si quiero evitar que huyan de mi como de un apestado. Pero si hago eso habré dejado de reflejar la realidad, el blog carecerá de sentido.

En ese punto de mi análisis, en el que tendría que elegir entre mis amigos de Argelia y el blog, alguno me recordará que gracias al blog he hecho amigos. Muy buenos amigos, por cierto. Gente maravillosa, como Farid, por dar un ejemplo. He estado haciendo memoria de la gente que he podido ir conociendo gracias al blog y a vuela pluma puedo afirmar que son más de seiscientas personas. La mayoría, sin embargo, han sido contactos interesados puntualmente en Argelia que, de la misma forma que llegaron, se fueron.

Me duele dejar sin su ración de lectura diaria a mucha gente. Pero ahora tengo que pensar fundamentalmente en mí, mostrarme algo más egoísta y disfrutar de la vida por mí, no por lo que otros perciben a través de mí. Estoy seguro de que volveré a escribir y barajo diferentes alternativas. La primera, hacerlo en el blog de acceso reservado (www.privadoenargel.blogspot.com) que mi amigo Jon me ha creado, al que sólo pueden acceder las personas previamente registradas y cuya personalidad haya podido contrastar previamente. La segunda, limitarme a publicar en Facebook, de modo que sólo mis contactos y amigos puedan leerme. La tercera, asumir las restricciones y aceptar alguna de las ofertas para colaborar con un medio de comunicación, dando a los comentarios un enfoque muy diferente al que he aplicado hasta ahora.

Mi regalo de Reyes para todos los lectores, de todas formas, ha sido esta entrada en el blog. Y lo que me han traído los Reyes Magos ha sido un teléfono móvil Nokia 1202, libre, que en la tienda oficial del fabricante en Argel cuesta algo menos de 25 euros.