Reina mora
Contado mi nuevo estado civil, aprovecho para narrar una anécdota que se me repite con insistencia en Argelia. Yo estoy muy orgulloso de haberme casado y no sólo luzco el anillo de oro con cara de gran satisfacción, sino que rara es la conversación un poco larga que mantengo con cualquiera en la que no saque a relucir a mi esposa.
Lo que la mayoría de la gente supone ante mi matrimonio es que yo estaba ya casado antes, que me he divorciado y que me he casado con una argelina. Sé que es el perfil habitual, porque desgraciadamente son mucho los matrimonios separados por razones de trabajo, en los que él está expatriado en Argelia y el resto de la familia permanece en España, que da lugar a una doble vida con chica joven y argelina de por medio, que muchas veces acaba de la forma que mis interlocutores piensa que he acabado yo.
Sin embargo, yo estaba soltero y mi mujer no es argelina. El hecho de que, además, nos hayamos casado en el Vaticano, rompe más aún los esquemas, porque parece descuadrar con una persona que, como yo, se haya integrada en la ciudad y que no físicamente no desentona con cualquier musulmán argelino. Los que me conocen saben que no soy argelino, que soy español, pero en ocasiones dan por hecho que soy un español “inmigrado”, que mis padres o mis abuelos serían argelinos y que puedo tener nacionalidad española, pero que seré musulmán y pueden contarme como uno de los suyos. Eso es algo que no me molesta. Todo lo contrario, me lo tomo como un halago.
A la respuesta de porqué no me he casado con una argelina, la única respuesta que tengo es que de la que me he enamorado no es argelina.
Y hubo un taxista que, pese a mi evidente cara de felicidad al narrar mi boda y lo enamorado de mi esposa que a buen seguro debería verme, me preguntó si mantendría en Argelia a mi “novia” de soltero. Daba por supuesto que el extranjero que está soltero tiene que tener a alguien en Argelia, más aún si lleva tiempo viviendo en el país. Debo ser un bicho muy raro, por no haber mantenido nunca relaciones sexuales con una argelina, así que decidí seguirle el juego y contestarle simplemente “jlas, jlas (se acabó), sólo mi mujer”.
domingo, 26 de diciembre de 2010
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2 comentarios:
Hola José Antonio.
Desde que dejaste de escribir habitualmente este blog apenas entro a mirar.
Y mira que casualidad! Hoy entro y me entero de que te has casado!!
Zorionak!
Espero que este nuevo estado te haga olvidar todos esos malos momentos que viviste en el pasado.
Te deseo que seas muy feliz.
Pilar (Sestao)
Hola Jose Antonio, te sigo desde hace un tiempo, me encantaria poder leerte en el otroblog que tienes para registrados.
Felicidades por tu matrimonio, da igual de que parte sea tu esposa, lo importante es que los dos seais felices.
Yo soy espaÑola casada con un argelino.
Saludos
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