M�s de uno se preguntar� qu� hago yo en Argelia. Por qu� pudiendo vivir en el primer mundo, con sus comodidades, me voy al segundo, de donde los propios nacionales pretenden huir.
Mi respuesta tiene una doble vertiente: porque me gusta y porque es donde se encuentra mi puesto de trabajo.
La primera vez que entr� en Argelia fue el 16 de abril de 1993, para trabajar en la ciudad de Annaba con una empresa vasca. Eran a�os duros, que en poco tiempo se convirtieron en dur�simos, pero que me ofrecieron la posibilidad de descubrir a unas gentes maravillosas y desarrollarme profesionalmente. Pronto surgieron las dificultades derivadas de la guerra civil que viv�a el pa�s y cambi� de trabajo, a la vecina localidad de Skikda. Posteriormente, ya en Espa�a, me present� al concurso-oposici�n para cubrir la plaza de Analista de Mercado en la Ofcomes de Argel. Yo cre�a no contar con ninguna posibilidad, pero en enero de 1998 tuve que decidir si aceptaba o no el puesto que por oposici�n acababa de ganar y me traslad� a vivir a Argel, hasta que dos a�os y medio despu�s solicit� la excedencia. Francamente, nunca cre� que en el siglo XXI regresar�a al puesto, ni siquiera cuando un tiempo despu�s solicit� la reincorporaci�n sabiendo que no estaba disponible.
A mediados del a�o 2006, tras mucho reflexionar, llegu� a la conclusi�n de que los momentos m�s felices de mi vida profesional fueron los trabajados en la Oficina Comercial de Espa�a en Argel y los dedicados a profesor de comercio exterior. Dicen que segundas partes nunca fueron buenas y tampoco quer�a regresar al mismo lugar, era como reconocer el fracaso de no haber avanzado nada profesionalmente despu�s de nueve a�os. Adem�s, era un destino que no me hab�a permitido contar con becarios y la labor de formador es con mucha diferencia la que m�s me gusta. Intentaba encontrar acomodo en otros destinos cuando surgi� la posibilidad de regresar a Argel. Comprob� que la oficina contaba con bastantes becarios, era mi sue�o hecho realidad y reiter� mi solicitud de reincorporaci�n, ahora s�, plenamente convencido de querer regresar.
Todo el mundo me dec�a que estaba loco, me pintaban bastante mal a la Consejera Comercial y que tras una segunda experiencia, a los 45 a�os, es muy dif�cil el regreso. Pero ah� estoy.
Es verdad que no se me ha permitido, al menos de momento, encargarme de la formaci�n de los becarios, mi mayor ilusi�n y para lo que estaba dispuesto a consagrar todas las horas que hiciesen falta. Yo soy muy terco, estoy convencido de que es la mejor opci�n para los becarios, para la oficina y para m� y de que en alg�n momento conseguir� convencer a mi superior de su error. Mientras tanto, trabajo algo desanimado y no rindo todo lo que soy capaz de rendir.
Tambi�n es verdad que desde Argelia, m�s a�n a partir de una cierta edad, es muy dif�cil encontrar una salida profesional en Espa�a que no implique seguir viviendo en Argel. Pero de momento no me importa demasiado, llevo unos pocos meses y en mi puesto de trabajo lo l�gico es quedarse un par de a�os. Luego, ya veremos. Yo mantengo la ilusi�n de pensar que el d�a que desee dar por finalizada mi experiencia en Argel ser� capaz de encontrar trabajo cerca de los m�os. Cuando lleve unos meses m�s empezar� a atender a las oportunidades que pudieran surgir, pero sin prisas.
Yo me siento c�modo viviendo en Argel. No me siento integrado, creo que es casi imposible sentirse integrado en un estado confesional de un credo distinto al tuyo. Tampoco me identifico con aspectos como la dejadez y la suciedad, que contagian incluso a los expatriados al cabo de un tiempo. Pero es gente buena, que te ayuda a sentirte feliz, que se brinda a apoyarte en lo que necesitas, que te abre su coraz�n desde el primer momento, que adaptan su vida a lo que necesites en cada momento. En definitiva, personas que te quieren y que se te hacen queridas. Tengo el esp�ritu inquieto y me apasionan los nuevos descubrimientos de sitios, personas, sensaciones? En Argelia tengo a�n infinidad de cosas por descubrir, gentes por conocer, entender y amar.
De esa forma, avatares del destino, trabajo y vivo en Argel. Mi apartamento se sit�a en el barrio de Ben Akn�n, en un cuarto piso sin ascensor de un bloque de vecinos construido durante la �poca colonial francesa. Pero �sa es ya otra historia.
martes, 18 de diciembre de 2007
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