He adquirido la mala costumbre de escribir peque�os textos que luego no cuelgo del blog. Suelen ser cuestiones intemporales que guardo para los momentos de menos inspiraci�n. Desgraciadamente, la uni�n de esta costumbre con mi desorden cr�nico hace que en muchas ocasiones no est� seguro de si ya he publicado o no alg�n comentario. Generalmente el posible post acaba en la papelera virtual de mi ordenador. Me pasa hoy, que estoy moralmente muy bajo. He empezado a recordar ilusiones y esperanzas de hace unos meses mientras arreglaba cosas en casa y ma ha salido la l�grima f�cil. Como cualquier cosa que contara iba a resultar deprimente, no tengo muchas ganas de escribir. He intentado recuperar unn escrito de hace una semana, pero no recuerdo si acab� colgando o no el texto en el que contaba c�mo transcurre un d�a normal en el que no se hace nada especial y mi relaci�n con Samia, que me ha llamado esta ma�ana tras dos d�as de silencio.
En estas situaciones, lo mejor que puedo hacer es empezar desde cero y ce�irme a algo actual, que no haya podido contar antes. Y a eso voy.
Estando en Argel uno desconecta bastante de la actualidad que puede seguir estando en casa, en mi caso en Bilbao. En Argel no tengo aparato de televisi�n ni consigo sintonizar ninguna emisora en castellano, de modo que vivo aislado de las noticias. Leo la prensa local, pero por motivos de trabajo y los cuatro peri�dicos diarios en formato papel y los dos en electr�nico no permiten entretenerse en la lectura de mis intereses personales. Suelo mirar los titulares de El Correo Digital un par de veces a la semana y pr�cticamente todos los d�as miro tambi�n la versi�n electr�nica de El Mundo Digital. Hace a�os le�a El Pa�s, pero lo hicieron de pago y perdieron un cliente, aunque ahora hayan rectificado. En El Mundo suelo ojear los titulares de las noticias que se actualizan continuamente y si hay algo que realmente me llama la atenci�n lo leo. Ayer, por ejemplo, no era d�a de trabajo y dispon�a de algo m�s de tiempo, as� que pude fijarme en dos noticias muy diferentes entre s�.
La primera era de un pol�tico, alcalde de la localidad gaditana de Puerto Real, que ha insultado al Rey diciendo cosas como que ?no es menos deleznable de lo que su padre fue. Afecto al Golpe de Estado, despreciado por el tirano, al que reiteradamente le solicit� su incorporaci�n al Ej�rcito faccioso. El Borb�n es hijo de una persona de condici�n licenciosa, deplorable, deleznable. No menos licenciosa que la de su esposa?. Yo no entiendo mucho de estas cosas, pero creo que eso no es dar una opini�n, sino insultar. Creo que pierde toda la raz�n que pueda tener para manifestar sus opiniones cuando lo hace mediante la ofensa. Otra cosa diferente es la expresi�n de sus ideas, que se pueden m�s o menos suscribir, cuando dice que ?aspiro a un pa�s m�s democr�tico, porque ahora no todos los nacidos en Espa�a somos iguales. Hay una clara diferencia entre el tratamiento que se le da en Espa�a al Rey y el que se le da al resto de los mortales?.
Me llam� la atenci�n porque la le� en clave argelina, en la cr�tica que aqu� se hace al presidente Buteflika. Se tolera una cierta cr�tica y discrepancia, unas vi�etas bastantes �cidas con el poder, pero cuando la cr�tica es de calado pol�tica se evita. Un buen ejemplo es el peri�dico Le Matin, cerrado desde hace a�os (aunque dispone de una versi�n electr�nica) y cuyo director ha estado un tiempo encarcelado, mientras que las vi�etas de Dilem, que han costado el cargo a un asesor presidencial y precipitaron la dimisi�n de Zerual, predecesor de Buteflika, no han sufrido muchos contratiempos.
La segunda noticia de ayer, aunque en realidad era de hace cuatro d�as, fue la alegr�a del peor tenista del mundo tras su primera victoria. Al parecer, un brit�nico llamado Robert Dee lleva tres a�os como tenista profesional, en los que ha jugado 54 partidos y no ha ganado ni un solo set. Cuenta que tras la victoria llam� a sus padres para comunicarles que hab�a ganado. Su v�ctima fue un jugador norteamericano, aunque el peri�dico no dice qu� le sucedi� para perder ante el rival m�s flojo del mundo.
Para mi resulta sorprendente que una persona pueda pasarse tres a�os seguidos sin ganar ni un solo set de un partido de tenis, 108 derrotas consecutivas, y que afirme cosas como que ?nunca he pensado en rendirme; siempre supe que ten�a m�s dentro de mi, que puedo mejorar?. Claro que he contado muchas veces que soy bastante competitivo, que el marcarme metas a superar me motiva para luchar y necesito la satisfacci�n de la victoria de vez en cuando. Yo no vivo relajado y s� que en ocasiones puedo contagiar la desaz�n de mi ansiedad, aunque hay disciplinas de la vida en las que consigo actuar de forma diferente y el resultado me da exactamente igual. Por ejemplo, cuando s� que alguien me necesita todo lo dem�s pasa a un segundo t�rmino, puedo dejar todo lo que tengo y renunciar a mis metas personales sin ning�n problema. Deber�a aprender un poco de este tenista. Es otro punto en el que tengo que mejorar. Contaba hace un par de semanas un cuento, titulado ?granos de caf�? y he intentado seguir su ense�anza, su moraleja, aunque es cierto que las circunstancias me empujaban a ser huevo cocido, duro por dentro. Con algunas personas me ha servido, pero no todo el mundo ha visto que mi actitud es sincera. Este nuevo reto, el del peor tenista del mundo que disfruta del tenis sin necesidad de ser el mejor, es m�s dif�cil, porque tengo muy interiorizadas algunas actitudes y creo que sin ayuda no se abandonan algunos planteamientos que tantas veces han sido la raz�n de vivir. Estoy pensando en tres situaciones de mi vida, que no voy a contar, una de hace diez a�os y las otras de los �ltimos dos a�os, en las que mi ansiedad y competitividad desmadrada han hecho saltar por los a�os la relaci�n cuando la convivencia ha sido m�s intensa. Lo dicho, aspecto a mejorar.
sábado, 26 de abril de 2008
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