viernes, 4 de abril de 2008

Nuevos br�os, viejas carencias

Con el tiempo que llevo viviendo en Argel, a�n no comprendo cu�l es el mecanismo que hace que a partir de cierto momento resulte insufrible la vida cotidiana y que despu�s de unos pocos d�as en la pen�nsula se regrese como nuevo, con ganas de hacer cosas, vi�ndolo todo con optimismo. Es algo que he comprobado que no s�lo me pasa a mi. Tengo tambi�n estudiado que las luces rojas de alarma empiezan a encenderse hacia la quinta semana de estancia continua y que de nada sirven las excursiones de fin de semana por Argelia. Al menos no sirven para recobrar el sosiego y las ganas de seguir peleando el d�a a d�a argelino. Yo no entiendo por qu� se tiene esa cadencia, esos plazos, y cu�l es el factor que produce la necesidad de vivir unos d�as en tu pa�s. Lo suelo achacar a la tensi�n ambiental y al choque cultural, pero no estoy convencido de que radique ah� el problema.

Ahora he estado tres d�as en Madrid y seis en Bilbao y veo todo de otra forma. Los t�picos problemas y algunas malas caras que he podido encontrar no me afectan, por ejemplo. Conduciendo mi coche por Argel lo hago de forma distendida, algo que ten�a bastante olvidado.

En mi caso, como aspecto negativo, nada m�s regresar a Argel me siento an�micamente mal durante unos pocos d�as. Es el regreso a la soledad, igual que cuando se marcha alguna visita que haya permanecido unos d�as conmigo, que me genera un estado de ansiedad del que s�lo salgo con compa��a. Es la fase en la que estoy mientras escribo, con el agravante del fin de semana. Afortunadamente, me conozco lo suficiente como para haberme preparado para lo que me iba ocurrir.

S� que contando estas ?intimidades?, sin ning�n pudor, puedo dar la falsa imagen de estar desequilibrado. No es el caso, simplemente intento hacer part�cipes a quienes me siguen en el blog de c�mo se vive en Argel por dentro y por fuera. Quiero reflejar c�mo se percibe el entorno, algunas veces hostil pero la mayor�a muy amistoso, y qu� mecanismos de reacci�n se producen en el expatriado que desea disfrutar de la experiencia pero que en el fondo rechaza adaptarse a la sociedad argelina. Para quien no me conoce es posible que el modelo de diario �ntimo no resulte interesante. Tratar� de mirar un poco m�s hacia el exterior.

Mi intenci�n hoy era explicar que llego de regreso a Argel con nuevas ilusiones.

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