lunes, 21 de abril de 2008

Cristiano

Ayer fue domingo y, como todas las semanas, fui a misa. Generalmente acudo a la Casa Diocesana, a misa de seis de la tarde; pero las tres �ltimas semanas he estado en la iglesia de la Placette del barrio de Hydra, a las seis y cuarto. Es una misa que no me gusta, me resulta exasperante el ritmo cansino del sacerdote, que por otra parte es muy majo. En cambio, en la Casa Diocesana cada domingo es diferente, viene gente que est� de paso, Monse�or Tessier cuenta novedades y el ambiente m�s internacional, frente al parroquial de Hydra, me hace sentir mejor. Quiz�s porque yo mismo no me identifico como residente, sino como transe�nte.

La mayor�a de la comunidad cat�lica practicante, casi todos sus miembros extranjeros, va a misa el viernes, no el domingo. Yo no tengo cambiado el chip de la semana y para mi es hoy, lunes, cuando empiezo la nueva semana, no el s�bado, como para casi todos los argelinos; o el domingo, como para casi todos los expatriados.

Este domingo he podido conversar a la salida de la iglesia con dos religiosos espa�oles, un padre jesuita y una madre blanca. Ella se llama Rogelia, es riojana y lleva en Argelia desde 1964. Simpatiqu�sima, m�s que una instituci�n en el pa�s, es una fuente del conocimiento sobre Argelia muy desaprovechada. Espero poder hablar con ella m�s distendidamente otra d�a, porque ayer yo quer�a pasar a visitar a Mariano, que se recupera de la artroscopia, y no dispon�a de mucho tiempo.

Ser abiertamente cristiano en Argelia puede ser fuente de muchos problemas. El Estado es musulm�n y reclama para sus ciudadanos musulmanes en el extranjero un trato que no ofrece en su pa�s a los que profesan otra fe. Est� considerado como delito el hacer proselitismo de una fe diferente a la del Islam. A mi han intentado muchas veces llevar a la mezquita y convencerme de las maravillas del Islam. Pero si yo hiciera eso mismo estar�a cometiendo un delito.

Recientemente fue arrestado cerca de Or�n un sacerdote por prestar ayuda a un inmigrante subsahariano y celebrar misa en el campo con los inmigrantes cat�licos que estaban de paso hacia nuestro pa�s. Uno de los inmigrantes enferm� y �l convenci� a un m�dico para que le atendiera. El resultado fue el arresto de ambos. Este pasado s�bado se ha dictado sentencia para ambos: el m�dico ha sido condenado a seis meses de c�rcel y 20.000 dinares de multa y el sacerdote a dos meses de c�rcel y otros 20.000 dinares de multa, quedando ambos en libertad provisional. Aunque van a presentar recurso ante la Corte de Casaci�n, la sentencia es firme y definitiva, lo �nico que puede recurrirse es si se ha producido un defecto formal o de interpretaci�n. Pero la ley proh�be celebrar la misa fuera de una iglesia o hacerlo en presencia de un musulm�n.

Quienes afirman que Argelia es un pa�s libre, �sabr�n lo que significa de verdad la libertad religiosa y de culto?

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