Para quienes siguen casi al minuto mis comentarios, adelantar que en esta tarde del sábado la ciudad de Argel estaba muerta. Todas las tiendas cerraron para las seis de la tarde, incluso las cafeterías y restaurantes. El motivo, para quien no lo sepa, el partido de fútbol de la selección argelina contra la egipcia, en el que incluso una derrota por la mínima le bastaba a la selección de Argelia para clasificarse para la fase final del Campeonato del Mundo, en Sudáfrica.
Como tantas otras veces, la realidad se ha mostrado muy cruel; con un gol egipcio en el minuto 95, cuando ya se iba a acabar el partido; que ha dejado la solución para un partido de desempate en Jartum, Sudan, el miércoles próximo. A las miles de personas que se aprestaban a celebrar el resultado durante toda la noche las ha dejado con dos palmos de narices. Soy tan cruel que me daba un poco de risa ver las caras largas de la gente en los minutos siguientes, con la mirada perdida. Iba yo por la calle acompañando a tres guapas españolas, que en cualquier otro momento habrían sido el centro de todas las miradas, y los peatones con los que nos cruzábamos mantenían la vista caída, perdida hacia el suelo.
El espíritu mediterráneo se ha acabado imponiendo y mientras escribo estas líneas se escuchan ya los primeros cánticos. Nos han regalado unos cuantos días más de animación; al menos hasta el miércoles.
sábado, 14 de noviembre de 2009
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