Estaba el martes por la noche en la terraza de unos amigos, celebrando el fin de curso de alguno de ellos, cuando empezamos a darnos cuenta de que llegaba una corriente de aire muy cálida. Daba la sensación de estar situado junto a la salida de un aparato de aire acondicionado, o de cualquier otra máquina que desprende calor. Y, sin embargo, se trataba de que el viento había virado al sur y nos estaba llegando desde el desierto.
No es habitual el viento sur en Argel, pero cuando sopla es difícil encontrar un lugar en el que refugiarse. Llevamos así dos días y la temperatura no baja de los 30 grados ni por la noche. Como consuelo, que en Adrar, en el sur, se esparan este miércoles una hermosos 45 grados a la sombra.
Y, hablando de sombra, la prensa local sí que ha recogido este miércoles, incluso en primera página, la información sobre los trece argelinos detenidos ayer en Bilbao.
jueves, 21 de mayo de 2009
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