viernes, 5 de septiembre de 2008

Despistado

A ninguno de mis conocidos le sorprenderá que me confiese demasiado despistado y confiado. Cada vez que pierdo algo o me sucede algún percance hay amigos que me llegan a preguntar cómo es posible que pierda tantas cosas o sea víctima de más de un robo. Y es por eso, porque vivo feliz siendo confiado y a mi confianza le sumo mi natural estado de despiste.

Mi vehículo Hyundai Accent no dispone cierre centralizado de puertas. Tengo la costumbre de, en lugar de cerrar la puerta del conductor usando la llave, bajar el pestillo de cierre, de la misma forma que se hace con las puertas traseras. Y en infinidad de ocasiones lo he hecho dejando las llaves colocadas en el arranque. Sólo en un par de ocasiones han tenido que recurrir a abrir la puerta con el uso de alambres, porque afortunadamente mi despiste es completo y va acompañado del olvido de cerrar alguna de las portezuelas del vehículo (y porque suelo viajar con una segunda copia del llave en el bolsillo), con lo que la solución resulta sencilla. Son muchísimas más las veces que me dejo una puerta abierta que las llaves en el contacto. Y también son muchas las veces que quienes se las dejan abiertas son las personas que llevo conmigo, porque se han acostumbrado a vehículos de cierre centralizado y se despreocupan de cerrar.

Recuerdo que hace un año aparqué el coche en una calle del barrio de El Biar de Argel dejando en el maletero el equivalente a tres mil euros, dispuestos para pagar parte del alquiler de mi vivienda. Hice con un vecino unas compras necesarias para solventar los pequeños problemas cuando al regresar comprobé que no llevaba las llaves del coche. Las había dejado dentro, una vez más. Y tanto mi vecino como yo habíamos dejado las puertas abiertas. Mi vecino estaba preocupadísimo, no acertaba a creerse que llevando tal suma de dinero hubiese dejado el coche abierto, sin preocuparme, toda una tarde. Cuando yo le expliqué que la puerta estaba de todas formas cerrada, aunque sin seguro, su respuesta me dejó atónito: según él, es muy habitual ir por la calle comprobando si la puerta de algún coche se abre, que él también lo hace algunas veces. Esa respuesta va en contra de cualquier lógica, porque quien así actúa tiene intención de robar, es instintivamente un ladrón. Yo no voy probando por la calle si algún coche tiene la puerta abierta, porque ni se me ocurre aprovecharme de esa situación para tomar cosas que no me pertenecen,

Pasado ya más de un año, he de reconocer que me habré dejado las puertas abiertas medio centenar de veces y jamás me han robado. Incluso una vez el coche se quedó toda la noche con una ventanilla completamente bajada y nadie me tocó nada.

Mi despiste no se limita al vehículo. Hace unas semanas estuvo alojado en mi casa durante sus vacaciones en Argel Carlos, antiguo becario de la oficina. Una tarde se encontró con que yo me había marchado de casa y había dejado las llaves en la cerradura. Yo creo que lo que más le sorprendió fue que no me mostrara preocupado por el error de seguridad. Era la segunda vez que me pasaba porque ya me llamó una vez el vecino de la puerta de enfrente para advertirme del mismo despiste. En otra ocasión dejé la puerta sencillamente abierta de par en par.

Todo este preámbulo es para contar lo que me ha sucedido el otro día, que es casi l situación antagónica a la del robo del pen-drive del que fui víctima en julio, que ya conté en el blog.

He estado recientemente en Colonia, la bellísima ciudad alemana. Una noche, acababa de anochecer, iba yo caminando con mi tradicional mochila a la espalda, la cámara de fotos de bandolera y una bolsa de plástico en la mano con unos regalos que acababa de adquirir. Para poder guardar la bolsa dentro de la mochila me adentré unos metros en un parque, hasta el muro de apoyo de una iglesia. Guardé la bolsa en la mochila, me la puse de nuevo a la espalda y seguí mi camino. Hice un pequeño recorrido por los alrededores durante unos diez minutos y finalmente me decidí a tomar otra ruta que requería volver en parte sobre mis pasos. Lo que hice fue, tras algunas dudas, recortar por el parque antes comentado. No parecía muy buena idea por su falta de iluminación y porque en pocos minutos había oscurecido completamente. Sin ninguna explicación lógica, fue algo instintivo, di un pequeño rodeo en la parte final del atajo y pasé junto al muro del que me había servido para guardar la bolsa en la mochila. Y allí vislumbré algo. Parecía un paquete. Me acerqué aún más. Se trataba de la funda de una cámara de fotos como la mía. Eché mano de mi mochila, miré en el interior… y mi cámara no estaba; era ésa, olvidada por mí de la forma más tonta y recuperada milagrosamente.

Si yo fuera desconfiado no me llevaría alegrías como ésta al comprobar que ninguno de los viandantes se quedó con mi cámara fotográfica. Y si tuviera un poco más de cabeza me evitaría disgustos tan habituales como el que en esta ocasión me ha acechado.

1 comentario:

analista dijo...

Sigo analizando : ¡Quién lo hubiera pensado!

Pues asi existe alguien más desordenado que yo con la cabeza en las nubes?!!!!

Pues , uf! Hay peror que Nesrine .



Francamente, no comprendo como uno prefiere copiar cosas de otras personas,en vez de ser creativo !.Antonio,esta costumbre de cerrar las puertas del coche bajando el pestillo de cierre la tengo yo….y hasta si es mala,deja de serlo y vuelve buena siendo la mia(risa) ;pues por favor no copies sobre lo que hago….



Pienso que escasa es la gente tan poco ingenua como yo ¿cómo no pusiste analizar que el vecino con quien hiciste compras el año pasado ,durante el primer contacto y vuestros primeros momentos pasados juntos?...ya que para poder hacer compras con alguien necesitamos conocerlo bastante bien ¿no?



¿Cómo no supiste que era una persona poco creible ,ya que caminando por la calle piensa en averiguar si las puertas de los coches estan abiertas! ¿qué esperaria si las encontrara abiertas?....dejar un regalo al propietario ,quiza!?

Y ademas ¿Quién hiciera tal cosa caminando por la calle si no se trata de un ladron?



Contenta para ti de no haber perdido tu cámara,…comprendo la situacion:

¡cuántas veces pienso haber perdido cosas muy importantes que encuentro poco despues,o algunos dias despues, siempre llamo mis lágrimas por nada!



Nesrine



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