Cuando finaliza el mes de Ramadán (que puede tener 29 ó 30 días, en función de los ajustes por la fase de la luna) llegan dos días de fiesta en los que casi todo está cerrado. Este año me he perdido el Ramadán y ahora también me perderé el Aid. No me importa demasiado, no es la mejor época del año para pasar en un país musulmán, pero se trata de una experiencia diferente, que gusta compartir durante unos pocos días. Ahora me pilla muy, muy lejos.
El año pasado aproveché estos días para viajar con Ismael, Mariano, Erika y Rafik al este del país y con el primero de ellos hasta Túnez. Los otros tres se quedaron cerca de la frontera, durmiendo en un albergue juvenil adosado a la mezquita local. Según supe luego, amanecieron al ritmo de los "habdulilahs" del imán, que durante más d euna hora les obsequió con sus letanías. Una forma divertida, ahora vista con la perspectiva del tiempo, para que los dos nuevos becarios conocieran la forma de ser del país.
Por cierto, el período de estas becas ICEX en mi oficina se acaba cada año con el mes de septiembre. Espero que la hayan sabido aprovechar, pero estoy seguro de que les ha servido y mucho para su futuro profesional y personal. Y en unos días llegan los nuevos, a los que deseo todo lo mejor con la apertura de mente que una estancia en este país necesita.
Y a los argelinos que lean este texto, les envio desde la distancia mi Saha Aidek.
martes, 30 de septiembre de 2008
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