El otro día, mi amigo Jon se hacía eco en su blog (http://niretzat.blogspot.com) de la ventaja que muchas veces acaban sacando los tramposos de su proceder contrario a las normas básicas de convivencia. Y generalmente es culpa nuestra, que aceptamos esas prácticas antisociales.
Ya he comentado más de una vez cómo esto me saca de quicio. Una amiga argelina me recuerda de vez en cuanto mi calificativo de “listillos”, que apliqué en un momento de desesperación para el conjunto de pillos que sacan beneficio de los que nos comportamos de acuerdo con lo que dicta la buena convivencia.
Ahora estoy fuera de Argel y veo las cosas con una cierta distancia. Es el aspecto de la vida argelina que más ansiedad me genera. He llegado al extremo de plantearme muy seriamente el dejar de conducir, porque son los adelantamientos por la cuneta, vehículos en sentido contrario, falta de respeto a las prioridades y demás incorrecciones de los aprovechados, las que me sacan de quicio hasta el extremo de convertirme en un peligro al volante.
miércoles, 10 de septiembre de 2008
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2 comentarios:
soy yo el espiritu analista que no puede callarse ,y quien aveces escribe hasta tonterias,....pero escribe!
Analicé la manera de conducir de los argelinos,ella refleja el estres y la angustia que sufren durante ya muchos anos ,pues es resultado normal que conduzcan asi , y estando al volante los extranjeros deben aprender a analizar rapidamente si un conductor ha decidido ir a la derecha o a la izquierda, avanzar o dar marcha atras...etc hay que pensar con rapidez en Argelia y no ser leeeento!
Sí, lo de la ansiedad se realciona con mi propia forma de conducir.
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