viernes, 19 de septiembre de 2008

What a crisis?

Como la mayoría de la gente que me escribe lo hace desde España y vivimos bajo la preocupación por la situación económica, la pregunta que se ha puesto de moda hacerme es preguntarme por mi opinión sobre la crisis.

Hay quien desea saber cómo afecta a Argelia, si es un buen mercado alternativo para los sectores que empiezan a sufrir incrementos en su tasa de desempleo. Pero lo que casi todo el mundo me pregunta es directamente sobre la crisis en España. Al principio me extrañaba, si yo mismo digo que vivo en Argel, pero creo que se debe a que revelo mi trabajo como analista de mercado para la Oficina Comercial de España.

Yo veo la economía española en la distancia. No puedo seguirla al detalle. Con esa perspectiva tengo la sospecha de que el Gobierno ha hecho muchas cosas rematadamente mal en el terreno económico. La impresión es que el porcentaje de los gastos corrientes del Estado sobre el PIB ha subido en estos años. Dicho en lenguaje que todos puedan entender, la administración pública gasta más cada año y lo hace más deprisa que el conjunto de los ciudadanos. Si las empresas mejor gestionadas estudian la contención de los costes corrientes como porcentaje sobre los ingresos y se dice que los bancos españolas han llegado así a un alto nivel de eficiencia, el equipo económico el Gobierno gestiona mal el dinero de todos y se muestra altamente ineficiente.

El Presidente del Gobierno ha pasado de negar la existencia de crisis y asegurar que su obligación es decir que todo va bien a echar la culpa de la situación al efecto contagio de la economía norteamericana. Podrá engañar a los incondicionales que sólo ven la realidad a través del prisma que les pone su político favorito, pero se lleva demasiado tiempo hablando del pinchazo de la burbuja inmobiliaria como para que la ciudadanía se olvide de repente de ello y se crea las palabras de un político que venderá muy bien sus ideas, pero que de esto no sabe ni lo justo para llevar las cuentas de su casa.

Actualmente la economía tiene mucho de movimiento especulativo. El mercado se mueve en función de las perspectivas de beneficio futuro y la palabra clave que hace que el mecanismo funcione es confianza. Basta con crear en la población la idea de que una empresa está en dificultades para que efectivamente ésta llegue. Pasa en cualquier sector, aunque el más evidente es el bancario. Un banco nunca dispone del dinero suficiente para devolver a todos sus depositarios el capital confiado. Ni siquiera existe en toda la llamada zona euro dinero suficiente para hacer frente a una teórica retirada de todos los depósitos del principal banco español si reinara la desconfianza entre sus depositarios. Desgraciadamente, de la misma forma que el Gobierno no inspira esa confianza, la oposición se ha encargado de promover la desconfianza, de hacer de la crisis la bandera para un cambio político. El anterior de lema de “España se rompe con los socialistas”, que son amigos de los separatistas vascos y catalanes, parece no vender lo suficiente y para intentar ganarse al electorado denominado de centro izquierda nada mejor que recordar que lo mejor de la experiencia de gobierno del PP fue la política económica que lideró Rodrigo Rato, mientras que la panda de Bambi está muy lejos de ser capaz de gestionar el dinero de todos. El mensaje ha calado, existe ya esa desconfianza a la capacidad del llamado equipo económico del gobierno, lo que acentúa la crisis. Hace un mes me apostaba yo con alguien que no sólo la venta de pisos iba a caer de forma espectacular, sino que lo siguiente sería la venta de automóviles. Y ocurrirá con las ventas de equipos informáticos, las reformas de viviendas, los grandes viajes o las operaciones de cirugía estética, que son otras inversiones para las que los consumidores suelen recurrir a créditos bancarios o al menos hacen muchos números para valorar hasta que punto se las pueden permitir. El problema no es que ya no se disponga de dinero, que no se pueda recurrir como antes al crédito, sino que el consumidor se vuelve más conservador a la hora de tomar sus decisiones. Prefiere no gastárselo por si le vienen mal dadas. Es de una ingenuidad infantil suponer que entregar a cada contribuyente 200 euros (no recuerdo si fue esta cantidad u otra) en forma de reducción de la retención sobre el IRPF iba a suponer una reactivación económica. Era más efectivo dedicarlos a subvencionar algún consumo relacionado con un sector en crisis, como podría ser colocar rampas para minusválidos en todos los edificios de viviendas.

Sin entrar en sesudas explicaciones de carácter económico, manteniendo el tono divulgativo al alcance de todos con el que pretendo escribir, si se consume menos se produce menos. Es lo que se llama recesión. Y cuando eso afecta sobre todo a bienes producidos localmente y muy intensivos en mano de obra, como es la construcción, sube el paro. En ese momento se pasa realmente a la crisis. Y es la pescadilla que se muerde la cola, con un efecto multiplicador.

En unos meses la situación afectará no sólo a la venta de inmuebles, sino a la venta de terrenos para construir, con lo que se van a resentir mucho las cuentas de los ayuntamientos, los principales culpables de la especulación inmobiliaria con su voracidad financiera. Muchos municipios han equilibrado anualmente sus cuentas gracias a las tasas por licencias de construcción y las llamadas plusvalías. Y sin ese dinero entrarán en déficit, por lo que buscarán otras vías de ingresos, reducirán sus inversiones o afectarán al equilibrio presupuestario del Estado. En cualquier caso, el efecto es muy perjudicial. Me permito ahorrarme explicaciones sobre diferenciales de tipos de interés, masa monetaria o multiplicadores de la inversión para no aburrir aún más a nadie.

En realidad, la situación internacional no es de crisis económica, sino financiera. A Argelia le ha afectado bastante. El primer golpe lo recibió con la fallida privatización parcial de la principal caja de ahorros el país, la CPA (Crédit Populaire d’Algérie), que estaba prácticamente asignada a un banco francés. Cualquier auditor de cuentas internacional que analizara los riesgos crediticios de una entidad financiera argelina se echaría las manos a la cabeza. No sé si Argelia estará a la cabeza del mundo en fallidos e impagados, pero no andará muy lejos de estarlo.

El crédito al consumo es un fenómeno nuevo para unos ciudadanos no acostumbrados al pago con tarjeta de crédito, que sólo sirve para extraer dinero de los cajeros o pagar en menos de cincuenta sitios por todo el país, incluyendo hoteles, restaurantes y tiendas de lujo. Se puso en práctica hace siete años por parte de un representante de electrodomésticos que permitía la compra en seis plazos. Según me contó el mismo, había hecho muchos números para garantizarse que en todos los casos le fuera rentable sin llegar a cobrar el último recibo. Poco después fueron otros vendedores turcos de electrodomésticos los que lo imitaron y de ahí se saltó al mercado del automóvil. En uno pocos años se ha renovado casi por completo la flota automovilística de la capital y buena parte de los vehículos han sido adquiridos a crédito. Para alguien que gana 300 euros al mes resulta complicado hacer frente durante los siguientes cinco años a recibos de 80 a 100 euros mensuales. El crédito se concede con un riesgo evidente y se asume sin estar seguro de poder hacerle frente. En esas circunstancias, sólo bancos como los argelinos, que no se mueven sólo por criterios comerciales, conceden esos créditos.

Yo conozco a una chica francesa que trabaja en Argelia en una empresa de concesión de créditos de una entidad bancaria francesa. Su misión es precisamente ocuparse de los impagados. Y son realmente legión.

Mientras que los vehículos nuevos se ven por la calle y resulta más llamativo el grado de apalancamiento financiero de sus poseedores, la principal adquisición de los argelinos es la vivienda. Yo no entiendo que el Gobierno no haya optado por invertir sus excedentes en viviendas públicas para alquiler, en lugar de permitir que los particulares se hipotequen, como suele decirse, hasta las pestañas. La banca pública especializada en créditos hipotecarios sufre un porcentaje de impago de la mensualidad de la hipoteca insostenible. Para suerte de los particulares, la principal deuda de los bancos ha sido contraída con empresas públicas que no pueden hacer frente a los préstamos recibidos y es el Estado el que acaba saneando esas cuentas bancarias mediante la asunción del crédito. Yo supongo que si el elevado precio del barril de petróleo permite seguir contando con excedentes financieros suficientes, una opción muy sensata es que el Estado adquiera también las hipotecas impagadas para transferir esas viviendas a un sistema de régimen público de alquiler, reubicando a esos morosos en pisos más baratos y poniendo a la venta los inmuebles de mayor valor.

Además de las circunstancias ya explicadas, el otro frente por el que a Argelia le afecta la crisis es por el riesgo financiero de sus inversiones. El Estado argelino alcanza un equilibrio financiero con el barril de petróleo algo por debajo de los 40 dólares. En la actualidad el precio del petróleo está muy por encima, pero influyen en él factores especulativos sobre las materias primas y el llamado mercado de commodities, por lo que el Estado también se ve obligado a destinar mucho más dinero a subvencionar la adquisición de cereales, leche… y carburantes, aunque parezca increíble. Pero todo alcanza un equilibrio a corto plazo sobre los 40 dólares el barril (incluso sobre los 32 dólares a más largo plazo, renegociados los precios de los contratos de suministro de gas a precio firme).

Dada la explicación anterior, se entenderá que en la actualidad al Estado argelino le sobra el dinero. ¿Y qué hace con él? Lo está colocando básicamente en los mercados internacionales, tanto en deuda norteamericana a largo plazo como en los llamados fondos soberanos. Para quien no sepa nada de economía, es el tema de los petrodólares de toda la vida o del grupo kuwaití KIO, famoso en los años ochenta por su adquisición de participaciones en diferentes empresas. Simplemente, el mundo de las finanzas ha adquirido mayor sofisticación en los últimos años.

El sector de la construcción argelino sí puede ser un buen salvavidas para las empresas españolas del sector. Pero eso entra ya dentro de lo que es mi trabajo y los que están interesados en entrar en licitaciones, trabajar en empresas del sector, alquilar bienes de equipo, vender materiales de obra, etc, tienen que acudir a la Oficina Comercial de España, no a mí a nivel personal.

1 comentario:

analista dijo...

Crisis means time of dificulty ,dangera and anxiety about the future.

Sí ,es que incluso en inglés era excelente ,tuve un 15 sobre 20 en bachillerato y mi profesor estuvo decepcionado que su mejor alumna optara por profundizar sus conocimientos lingüísticos y socioculturales en la lengua de Cervantes y no en la de Sheekspear ,pero bueno….

Es difícil creerlo pero la verdad es que no soy experta en comercio , pero hay un punto que me intriga : por qué el gobierno argelino no facilita a las empresas extranjeras su inversión en el país ? y claro el acuerdo se firmara una vez que la empresa extranjera acepte que 55 por ciento de sus empleados sean argelinos., pienso que haciéndolo ,las dos partes estarán satisfechas ,de un lado los empleados argelinos tendrán la oportunidad de trabajar y además adquirirán una gran experiencia profesional ,de otro lado, la empresa podrá ahorrar mucho más dinero que si estuviera en su propio país con empleados nativos ,porque si aquí en Argelia el salario que da al empleado argelino es de 30000DA , o sea 300 euros , va a ser mucho mas para el empleado extranjero.

Ahora , lo que me da terriblemente miedo en la crisis económica de Argelia es la mala planificación de los responsables y dirigentes, Argelia compra todo y no produce ,si yo fuera ministro de la industria bloquearía todo tipo de importación de maquinas u otras cosas, y compraría de los extranjeros su saber y conocimiento en la fabricación de maquinas industriales pero eso seria la llave del avance y el desarrollo y no esa solución fácil de comprar lo que construyeron los extranjeros …no, eso es un grave error , eso es una solución a corto plazo ….hasta cuando permanecer asistido por los extranjeros!?

Bueno eso es mi punto de vista general sobre el tema ,tengo otras ideas que hubiera querido exponer pero de las cuales no poseo gran conocimiento ( tengo que leer mas para enterarme de las novedades que hay) y formo parte de la gente que prefiere callarse cuando no domina perfectamente un tema ,mejor que decir tonterías! .
Pues ,dejo a experto en el dominio hablar ,como nuestro verdadero ANALISTA del blog,José Antoño Doñoro.