Tengo pendiente de contar una historia de la que la mayoría, los que no han estado últimamente en Argelia, no tiene ni idea. Prometí relatar aquí el desenlace a Yago, el amigo de una amiga, a quien conocí hace unos días en Argel. Y creo que tengo que comenzar por el “very beginning”.
En los muchos controles policiales de Argel aparecieron hace unas semanas los policías con una especie de radio-transistor con la antena señalando hacia cada vehículo que circulaba por el control. De los cuatro o cinco policías de cada control, había siempre uno con ese instrumento, empuñado como si fuera la pistola láser de la Guerra de las Galaxias y un gesto muy profesional. No todos lo portaban igual, había quien lo hacia con la antena hacia el suelo, otros hacia cada coche, incluso siguiendo durante un segundo su ruta con el brazo. Cuando lo vi la primera vez pensé en un control de velocidad, algo absurdo en un lugar en el que se pasa a no más de diez por hora, pero ya se de algún radar establecido en un control y cualquier cosa es posible en Argelia. Luego me dio por pensar que podía tratarse de un inhibidor de frecuencias, pero en un control posterior comprobé que mi móvil seguía teniendo cobertura frente al instrumento en cuestión. Al final, hablando con otros españoles, y tras comprobar que a nivel popular se creía que los policías se habían dotado de detectores de explosivos, llegamos a la conclusión de que se trataba de una pantomima para que la gente se lo crea, sencillamente.
El otro día me acerqué andando a un policía que portaba el “detector” en un control. Le pregunté qué era exactamente y después de un par de minutos de típica conversación argelina, sobre lo divino y sobre o humano, me explicó que se trata de un aparato que sirve para detectar cosas. Así, sin más, para detectar cosas. Se mostraba muy orgulloso de su súper detector y me dijo que es tecnología argelina de alta calidad, que eso no lo tienen ni los americanos. Y es verdad, no existe en el mercado ningún aparato tan cutre como ese que sirve para detectar nada,. Aparte de las ramas de los zahoríes para localizar pozos de agua. Supongo que la tecnología es similar.
Posteriormente hablé con otros tres policías sobre el tema. Me dijeron abiertamente que sirve básicamente para detectar explosivos “y otras cosas, porque tiene diferentes posiciones”. Botones no le he visto al chisme, así que lo de las posiciones se referirá a ponerlo mirando hacia el cielo, el suelo, La Meca aquel a quien se quiere intimidar.
La mejor definición me la dio finalmente otro, entre risas: es el detector cuscús.
Lo que no puedo evitar es la carcajada cada vez que paso por un control y me encuentro al policía todo serio con su antenita. Como no aprenda a controlar mi risa me acabarán deteniendo por desacato a la autoridad.
viernes, 17 de abril de 2009
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4 comentarios:
Efecto placebo: al final, el objetivo de los detectores de explosivos, no es detectar explosivos, sino que los que quieren llevarlos, sabedores de que pueden ser detectados, no lleven explosivos. Si la gente cree que funcionan, cumplen su función, aunque técnicamente sean nada. Triste, pero sociologicamente inequívoco.
Estimado compi de continente:
Lo prometido es deuda, así que te mando en un email las fotos de nuestra ruta Ceuta-Melilla.
He estado desconectada estos días del blog por temas personales y cuando he vuelto me he alegrado de ver tanta información nueva.
Por lo que veo, la política argelina se parece mucho a la marroquí, aunque esta última tenga a su rey (monarquía absolutista de las de antaño). Y sus fuerzas de "seguridad" también se parecen.
En la zona pegada a nosotros, y estoy casi al 100% segura de que en el resto del país es igual, puedes tener mucha protección si sueltas unas pelillas al gendarme de turno. Es como las multas, o las pagas o le das al gendarme para "café" y te "evitas" esos costosos y lentos procesos administrativos.
También hay otro dato curioso: yo he visto muchas maquinitas de las que te señalan y hacen ruiditos y "valen para muchas cosas según el botoncito que aprietes", cuando, efectivamente, no tiene botones y sólo es una caja negra con una antena que bien puedes dirigir a lo que te salga del alma.
A mí me pararon una vez en un control en la zona de Alhucemas y me dijeron que era un aparato para decir a la velocidad que iba mi coche porque ellos miraban el aparato y el aparato se lo decía y que les tenía que pagar porque iba a 120kms/h, cuando en realidad era a 140, pero tampoco era plan de echarme tierra encima a mí misma.
El caso es que sí que he notado que la seguridad es un poco menor ahí, en Argelia. Desconozco el motivo, pues Marruecos suele ser un país seguro en muchos aspectos, sobre todo con el tema de los carteristas. Si alguien te roba en la medina, enseguida la gente se echa al supuesto ladrón y este es vapuleado hasta que intervengan las fuerzas de seguridad.
Las carreteras ya son otra historia... ya hemos hablado con anterioridad sobre la conducción en países árabes o islámicos.
Espero que esta información te interese tanto como a mí la de Argelia.
Saludos.
No te lo tomes a broma, se trata de un olfato digital de última generación, que estos dias se está sometiendo a unas pruebas sobre el terreno.
Sustituirá a los perros en la detección de exposivos y estupefacienes según la orientación de la antena, a parte del ahorro económco que suponen al suprimir los coste de veterinarios y piensos, pues está dotado de una bateria autorecargable a través de su exposición directa a los rayos solares.
Saludos.
Jajaja, no te rías José Antonio. A ver si va a ser un detector de incrédulos....
Mis hijos tienen uno parecido, de un coche radio control que se les estropeó, y tambien sirve para todo. Lo que yo no sabía era que es un invento argelino.
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