No es Argelia el lugar más recomendable del mundo para ponerse enfermo. Pero, llegado el caso, y si la enfermedad es grave o requiere de intervención quirúrgica, lo que yo personalmente recomendaría no es precisamente acudir a un hospital público. Hace unos meses, una persona que estaba valorando la posibilidad de aceptar un destino de trabajo en Argelia me preguntó adónde le recomendaba acudir en Argel en caso de enfermedad. Mi respuesta fue inmediata: al aeropuerto, para tomar el primer avión hacia Europa.
La calidad de los médicos argelinos no es necesariamente mala, aunque es lógico que muchos de los mejores profesionales hayan buscado una fórmula para desarrollar su futuro profesional en Francia. Hay mucha diferencia también en el trato recibido entre unos lugares y otros, lo mismo que nos sucede a nosotros. Baste recordar lo publicado por mi amigo Jon en su blog sobre la penosa asistencia sanitaria que se recibe en la Comunidad Valenciana, a consultar en http://www.niretzat.com
En Argel solemos acudir a la Clínica Al Azhar, que no significa en su título que la curación de los enfermos se confíe al mero azar, sino que toma su nombre de la flor de azahar. Sin embargo, su prácticas resultan un tanto chocante. Yo viví la experiencia cuando en julio del 2007, al mes de llegar a Argelia, llegó una mañana en la que no podía ni moverme. Allí el médico me diagnosticó una hernia discal y la necesidad de operar en unas semanas, aunque me ofreció un tratamiento paliativo y la posibilidad de realizarme en la misma clínica una resonancia magnética. Acepté y lo primero fue pasar por caja. En esa clínica el que no paga por anticipado no es atendido. Tras la resonancia me dijo que no iba a ser necesario operar, pero que había hernia discal. Y tras un par de minutos de duda me cambió el tratamiento que me había prescrito dos horas antes. Una vez en Bilbao me dijeron que lo mío no era hernia y que el tratamiento era correcto para lo que yo tenía, pero no para una hernia, que para eso sí que se utilizaba la primera medicación recetada. La impresión que recibí fue que el médico argelino, que hablaba un aceptable castellano aprendido durante su época de estudiante de medicina en La Habana, como tantos otros, no quiso reconocer el error de diagnóstico inicial.
Una española que vive en Argel me contó una vez cómo tuvo que sufrir una intervención quirúrgica en un hospital argelino y que en el armario de la habitación estaba pariendo a la vez una gata. Un premio a la higiene hospitalaria.
La primera vez que visité un hospital argelino fue en Annaba, en una urgencia tras la intoxicación alimentaría sufrida por un compañero de trabajo. Es lo más parecido a un matadero que he visto en mi vida, con chorreones de sangre seca por el suelo y la ropa de algunos médicos de película de terror. Y es que no existía un servicio de mantenimiento del vestuario y cada uno era responsable de limpiarlo si quería. Los de aquella noche eran del tipo “no quiero”, seguramente voluntarios de “médicus inmundi”, por lo de la inmundicia. En cambio la segunda vez que visité un hospital de urgencias fue en Ghardaia hace casi un año, con una compañera de trabajo que había sangrado del oído en el vuelo que nos había llevado hasta allí. La verdad es que todo estaba casi perfectamente limpio.
En una ocasión llevé al hijo de unos amigos a que le colocaran una escayola en una pierna. Y tuve que intervenir para que no lo hicieran encima del pantalón y del calcetín. De hecho, les sentó mal verse obligados a buscar vendas para que el yeso no fuera directamente sobre la pierna.
Actualmente existe una polémica sobre el trabajo de los médicos cubanos en el país. Lo que aparentemente era una ayua desinteresada de un país en el que la medicina está bastante desarrollada, con un proyecto ya muy avanzado para crear clínicas por todo el país, parece haberse revelado como una forma de vender en Argelia tecnología sanitaria de pésima calidad, de origen soviético, que ha sufrido una ligera transformación en Cuba para su exportación. Esa situación, aprovecharse de una buena imagen de país por parte de algunos espabilados para hacer negocio es algo que nos es también muy propio. Me contaba un argelino su experiencia en una clínica oftalmológica argelina que utiliza el tirón de la Clínica Barraquer y en general de la oftalmología española para obtener un trozo de la tarta del mercado sanitario argelino.
La foto que ilustra este post la tomé un viernes en Argel, muy cerca de la Grande Poste y corresponde a la furgoneta utilizada por una de las pocas inversiones españolas en el sector sanitario argelino que conozco.
Con todo lo que he contado, insisto en pedir que si me pongo malo que me lleven a mi casa.
sábado, 3 de enero de 2009
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3 comentarios:
Hola, José Antonio!
A mi me operaron de urgencias por traumatismo torácico, era un traumatismo que no necesitaba intervención girurquica ninguna, en el parte médico el quirujano pusé : exploración, pero en la realidad no fue asi, cuando me metieron en la sala de operaciones, había un gato dando paseos por todos los lados, me pusé gritando, el equipo médico estuvó allí, ante mis gritos me puesieron la anetesía para no molestar, tuvieron que depilar mi pecho para poder operarme bien, pedieron a mi madre a que compra ella misma un desechable de afeitar, nada más estando en españa pasé por mi clínica para que me diagnostiquen, porque viví siempre el miedo a que por dentro mi torax está infectado de la suciedad de aquel lugar, nisequiera el equipo médico pusieron guantes nuevos, y desde aquel momento he tenido siempre miedo ponerme enefermo en Argelia..
La verdad, no me extranya en absoluto. Ya sé de varios casos de operados "de urgencia" de froma innecesaria. Y lo de la falta de medidas profilacticas, qué voy a contar de nuevo!
27 Cortes después de operarme:
Salió mi mamá corriendo en la busqueda de máquinas de afeitar según dijo el quirujano, tuvó que acercarse hasta el final de la avenida Hassiba Ben Bouali que hace boca calle con Khelifa Boukhalfa y por fín encontró a un tienda abierta ya que eran las 22Horas y, en estas alturas muy difícil en Argel encontrar a una tienda abierta, el día posterior de la intervención me desperté con 27 cortes en el pecho debido al mal uso de la máquina desechable, felizmente me asignaron una sala sin que estuviese compartida con nadie, mi familía se engargaron en traer de mi casa una cama junto con su accesorios ( sábanas, edredón, almohada etc..) porque saben que soy muy Tikis Mkis con el tema de la higiene,
10 días depués :
Llegó la hora de quitarme los puntos, eran 7 en total, me citaron a las 9H de la mañana por este fín, me acompaño una hermana mia con quien tengo siempre mayor afinidad,me entiende hasta en el silencio, la quiero mucho, mientrás estuvé sentado en el pasillo, llegó la infermera con una cara conflictiva y me dijó con un tono imperativo: ¿ qué estás esperando aquí?...contesté pacificamente : ¡pués!..para quitarme los puntos...enseguida entró a la infermería sacó unas tijeras muy sucias y oxidadas, se acercó a mi en el pasillo y me dijó : levanta la camiseta..i yo con una cara de alusinado : ¿qué?..en el pasillo me vas a quitar los puntos...contestó la infermera : a los Argelinos no saben nada más que contestar pues si en el pasillo y si no te gusta pues fuera...ante el dolor, la infermedad preferí guardar silencio y dar una vuelta atrás..rumbo una clinica privida..me quitaron los 7 puntos que tenía pero con un pago anticipado..y desde entonces mi numero de suerte se conviertó en el 7 relativamente a los 7 puntos...hasta que en mi décimo de la loteria del niño sale el 7..aver si me toca y estaría agradecido al quirujano que me cosió con siete puntos
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