Hace ya más de un mes del Aid, de la fiesta del cordero. Y, sin embargo, en la escalera de mi casa se mantienen unas manchas ya negruzcas de sangre de cordero, de alguien que tras el sacrificio se lo trajo abierto en canal a carne.
No es una reliquia, no existe el cordero pascual para los musulmanes; se trata simplemente de dejadez. Porque tenemos una persona contratada que limpia la escalera…
sábado, 17 de enero de 2009
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3 comentarios:
Hola José Antonio.
Sólo por curiosidad ¿la persona que limpia la escalera con que frecuencia lo hace?
Porque si la sangre lleva ahi un mes...
Tienes toda la razón. De ahí mi comentario.
La limpieza corre por cuenta de ua señora mayor, que lo hace una vez por semana.
Pero, Gaia, ¿qué harías? Al final uno se rebela un pcoo, pero también asume que no puede ir contra toda una sociedad.
Me he reí mucho viendo esta foto, te cuento el porque; entre tu relato de las cucas y el de las escaleras yo tengo uno muy divertido. Yo trabajo en un hospital mas concretamente en quirófano, los quirófanos están situados en la 1ª y 2ª planta y hay unas escaleritas pequeñitas que comunican, a ambas plantas, un día encontré una de nuestras amigas visitantes en una de mis bajadas y subidas, estaba medio muerta pero le quedaba algo de vida, como en los hospitales las tareas están muy bien definidas nadie en su rol estaba dispuesto a recoger aquel bichito, así que paso alrededor de 5 horas siendo vista por todo el personal sanitario de dicho hospital. No voy a decir donde, este hospital se encuentra en la nuestra madre patria.
Finalmente después de familiarizarme con ella, casi que le cogí cariño, la recogí y tire...
Es difícil pero entre lo que debe ser y es, se encuentran personas que pueden hacer cambiar las situaciones. Ir contra corriente es agotador, peor es dejarse arrastrar.
Llevo años sintiéndome como la cuca, entre dos plantas, entre dos mundos, fuera de lugar en ambas, y a la vez, a las dos pertenezco, a las dos las entiendo y a las dos las aborrezco y quiero.
Besos Maica.
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