Como ya pasaron las elecciones presidenciales argelinas, creo que me puedo permitir con más libertad algunos comentarios. Tengo algunas fotos de la campaña electoral que me han parecido curiosas en algunos casos, divertidas en otros, y que ahora reproduzco.
La primera es antigua, creo que la han visto todos los que han pasado en el último año por el aeropuerto de Argel. Es la fotografía de un niño entregándolo un balón de fútbol al Presidente y, bajo el título de “fútbol, orgullo y dignidad” se lee: “Usted es la reconciliación y nosotros el futuro. Todos por Argelia”. No sé si lo más patética es título que ensalza como valores dos de los principales defectos de buena parte del pueblo (porque se trata de una dignidad mal entendida, es una soberbia chauvinista), o la cursilería de la frase, para alabar con dinero público la imagen del Presidente.
También tiene niños la siguiente fotografía. Corresponde a una publicación especializada en nuevas tecnologías, que no sólo dedica su portada a algo que nada tiene que ver con su contenido teórico, sino que además ha desplegado una impresionante campaña publicitaria en la que lo único que se mostraba era precisamente la portada en cuestión. Apenas llega apreciarse la verdadera dirección web de la publicación y menos aún su carácter gratuito, nada que distraiga el objetivo evidente de la campaña, que recogerá probablemente su fruto en forma de publicidad institucional y subvenciones públicas a la edición en los próximos meses.
Me resultó divertido el toque verde de una parte de la campaña electoral. Acudí un día a comprar unas plantas a un mercado y los puestos lucían unos carteles que decían “los amigos de la planta votan Bouteflika”. El caso es que compré una y la tierra no era tal, sino arcilla y con unos grandes gusanos en su interior. Mejor no sacar extraer dobles intenciones…
Tengo más, que dejo para contar otro día algunos detalles de la astracanada de la jornada electoral, pero no me resisto a publicar un cartel sencillamente divino. Se ve a una niña que pide que se vote por un mejor futuro para los niños. En él se ven unas palomas que alzan el vuelo. Y, como si se tratara de un infiltrado de la inexistente oposición, en el cartel se cuela un personaje imprevisto: un caracol. Si el pobre caracol trabajaba para el Estado ya puede ir despidiéndose de las colonias de verano para sus hijos, del piso de empresa a bajo precio, del préstamo para compra de coche, de la ayuda para libros, de las primas de rendimiento, de la cesta de Ramadán y de los puestos de libre designación. Y como sea del sector privado, ya le llegará el momento de negociar con la Administración. Mientras tanto, la paloma y el caracol quedan como los símbolos de los próximos cinco años en Argelia.
La primera es antigua, creo que la han visto todos los que han pasado en el último año por el aeropuerto de Argel. Es la fotografía de un niño entregándolo un balón de fútbol al Presidente y, bajo el título de “fútbol, orgullo y dignidad” se lee: “Usted es la reconciliación y nosotros el futuro. Todos por Argelia”. No sé si lo más patética es título que ensalza como valores dos de los principales defectos de buena parte del pueblo (porque se trata de una dignidad mal entendida, es una soberbia chauvinista), o la cursilería de la frase, para alabar con dinero público la imagen del Presidente.
También tiene niños la siguiente fotografía. Corresponde a una publicación especializada en nuevas tecnologías, que no sólo dedica su portada a algo que nada tiene que ver con su contenido teórico, sino que además ha desplegado una impresionante campaña publicitaria en la que lo único que se mostraba era precisamente la portada en cuestión. Apenas llega apreciarse la verdadera dirección web de la publicación y menos aún su carácter gratuito, nada que distraiga el objetivo evidente de la campaña, que recogerá probablemente su fruto en forma de publicidad institucional y subvenciones públicas a la edición en los próximos meses.
Me resultó divertido el toque verde de una parte de la campaña electoral. Acudí un día a comprar unas plantas a un mercado y los puestos lucían unos carteles que decían “los amigos de la planta votan Bouteflika”. El caso es que compré una y la tierra no era tal, sino arcilla y con unos grandes gusanos en su interior. Mejor no sacar extraer dobles intenciones…
Tengo más, que dejo para contar otro día algunos detalles de la astracanada de la jornada electoral, pero no me resisto a publicar un cartel sencillamente divino. Se ve a una niña que pide que se vote por un mejor futuro para los niños. En él se ven unas palomas que alzan el vuelo. Y, como si se tratara de un infiltrado de la inexistente oposición, en el cartel se cuela un personaje imprevisto: un caracol. Si el pobre caracol trabajaba para el Estado ya puede ir despidiéndose de las colonias de verano para sus hijos, del piso de empresa a bajo precio, del préstamo para compra de coche, de la ayuda para libros, de las primas de rendimiento, de la cesta de Ramadán y de los puestos de libre designación. Y como sea del sector privado, ya le llegará el momento de negociar con la Administración. Mientras tanto, la paloma y el caracol quedan como los símbolos de los próximos cinco años en Argelia.
2 comentarios:
Estimado compi:
He vuelto a casa después de un viaje de 9 horas en coche por las carreteras de montaña de Marruecos y no he podido evitar sacar 10 minutos para leer tus nuevas aventuras. Creo que yo también me animaré a hacer un blog así parecido, lo que pasa es que yo no vivo en el país, sólo viajo a través de él con frecuencia.
En fin, como lo prometido es deuda, a ver si mañana descargo unas fotos y te las paso para que compartamos opiniones sobre los paisajes.
Saludos.
Gracias, ya veremos esas fotos. Saludos.
Publicar un comentario