Me preguntaban por las diferencias entre Argel y Bilbao. Creo que voy a responder de forma indirecta, pero clara.
Estoy escribiendo desde un cibercafé de Bilbao, en la calle San Francisco. Las siete u ocho personas que me rodean son de confesión islámica, excepto un gitano con acento andaluz. Mi vecino de ordenador, a mi izquierda, está hablando por Skype en árabe. Supongo que será marroquí, porque apenas le entiendo.
En este ambiente tan poco diferente en apariencia al de Argel, el cambio es como del agua al vino. Bueno, al zumo, para que nadie se sienta ofendido. El teclado del ordenador funciona, las teclas se leen; la velocidad de conexión es más que aceptable; hay un baño que está simplemente limpio y sin charcos de agua en el suelo. Y el espacio resulta suficiente para todos.
Al cibercafé he venido en bicicleta y sin necesidad de jugarme en exceso la vida por la calzada. La he aparcado a la entrada y lo normal es que cuando salga siga allí, pese a tratarse del barrio de San Francisco.
Esta tarde se celebra en la calle del Perro lo que se llama algo así como "txakoli eguna" o "txakoli festa", que es una muestra de chacolí, un vino local. La gente probará diferentes vinos en la calle, acompañándolo de algo de embutido. No podré acudir, porque a la misma hora me han invitado a una entrega de premios en el Palacio Euskalduna.
Podría seguir, pero es que la sóla descripción de lo que es normal casi es motivo de depresión. Como anécdota puedo contar que como sólo llevo día y medio fuera de Argelia me siguen llamado la atención las ropas femeninas, que cubren tan poca carne...
jueves, 4 de junio de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Hola Jose Antonio,
Simplemente voy a decir una cosa,...
ERES FANTASTICO¡¡
Saludos Lucia.
Disfruta de tu estancia en Bilbao hasta cuando puedas .
Abrazos
Que lo pases bien en tu tierra. disfruta de cada minuto del día
Publicar un comentario