lunes, 5 de octubre de 2009

Cosas de casa

Hace ya un mes que concedí una tregua a los bichos en mi casa. He dejado de fumigar cada dos días la casa antes de ir a trabajar, de rociar una vez por semana todas las entradas con polvos anti-cucaracha y de pulverizar por las noches las habitaciones con spray mata mosquitos un rato antes de acostarme.

De momento la tregua funciona. Ni una cucaracha, ni una hormiga. Ha aparecido alguna que otra mosca y esta última semana un par de mosquitos. De todas formas, voy a seguir empleando los polvos insecticidas de manera preventiva, al menos una vez al mes.

Donde no hay tregua es de puertas de casa para afuera. El rellano de mi escalera es lo más parecido al de un edificio en construcción, con sacos de escombros y una capa de polvo diaria que no limpian. Estoy cada vez más harto de pasar el escobón por la puerta y sacar una buena palada diaria de restos de cemento. Puedo entender los martillazos en la pared que linda con mi apartamento a partir de las ocho de la mañana, pero no que sea yo quien luego se coma los escombros. El sábado por la mañana estaba cantando feliz y contento en casa cuando me llamaron a la puerta. Me temí que fuera algún vecino molesto por la música en vivo, pero se trataba de los obreros de la vivienda de al lado, que tenían sed y me pedían agua. Así que aproveché la ocasión para decirles que eso no puede continuar así. Me prometieron limpiar, pero sé que se refieren a quitar los escombros que me impiden incluso abrir del todo la puerta de casa; fregar correctamente y quitar todo el polvo del ceemnto son ya palabras mayores.

1 comentario:

Tito dijo...

Pronto vuelvo para abajo, ¿te llevo uno de eso enchufes matamosquitos del mercadona? ;)

Es que eso de gasear la habitación por la noches, como que no lo veo........