Contaba que el pasado viernes jugamos un partido de fútbol España-Argelia, contra el equipo de veteranos del club más importante del fútbol argelino, el Mouloudia Club d’Alger, MCA. Se trata de la versión argelina del Real Madrid, el equipo del régimen, que siempre ha contado con todos los favores financieros necesarios para que nunca le falte dinero, de cara a conseguir a golpe de talonario lo que no sabe hacer mediante el trabajo con el fútbol base. Antes contaba con los mejores jugadores del país y decir jugador del Mouloudia significaba casi decir jugador de la selección. En esa época de hegemonía absoluta del MCA jugaban nuestros contrincantes del viernes, que llegaron a ganar una Copa de África de clubes. Ahora se reúnen de vez en cuando para verse y recordar viejos tiempos. Y para jugar partidos como el del otro día contra nosotros.
Me habían insistido tanto en que tras el partido nos invitarían a un mechoui, que ya no sabía lo que pensar. Mechoui significa literalmente asado. Y de la misma forma que cuando le invito a alguien “a un asado” se entiende en castellano que se trata de carne asada, en Argelia se entiende que la invitación es a un cordero asado. Para mí no había muchas dudas, tendríamos un cordero asado de cena, pero tenía miedo a equivocarme y hacer el ridículo, así que a todo el que me preguntaba lo dejaba con la duda en el cuerpo.
El equipo contrario tenía más ganas que nosotros de empezar a degustar ese cordero, porque el segundo tiempo del partido duró bastante menos que el primero. Yo creo que le debieron de decir al árbitro que la comida ya estaba preparada y no se lo pensó dos veces para dar por terminado el encuentro. Estuvimos un rato en la banda, descansando, mientras el equipo argelino se cambiaba de ropa en sus vestuarios. Entonces vinieron a meternos prisa, que ya era hora de que también nosotros nos cambiáramos e hiciéramos uso del hammam (el baño turco) del que tan orgullosos estaban. Lo cierto es que como curiosidad lo del hammam está bien, es una experiencia diferente, pero yo agradezco más una ducha tradicional, sin tener que echarme cubos de agua por encima.
Una vez duchados y cambiados de ropa, nos llevaron por las calles de Dar el Beïda hasta una casa muy elegante, de estilo turco tradicional. El patio de entrada ya dejaba entrever que se trataba de una mansión de estilo turco, con sus arcos de medio punto. Allí nos encontramos a un montón de gente, sentados pacientemente en una sala, esperando nuestra llegada. Al hacerlo se fueron levantando disimuladamente y las mujeres acabaron desapareciendo de la estancia. Cuando cinco minutos después nos condujeron a un patio para disfruta de la comida allí no quedaba ni una sola mujer. Lo que sí había era un grandioso banquete con cuatro corderos asados.
El mechoui tradicional es un cordero que se asa entero, rellenándolo de especias y dejándolo tostar mientras gira alrededor de un fuego, como los pollos asados. Lo único que se le echa para que no se queme es agua de vez en cuando. Luego, se coloca en el centro de una mesa, con los comensales alrededor, que van arrancando trozos de él con la mano. Y escribo bien la mano, en singular, porque sólo se usa la derecha para este menester.
Nuestro banquete incluía además un arroz bastante rico y buena cantidad de cuscús con pasas y leche fermentada o miel. Y para finalizar té y pastas de almendra, de las que se comen en las bodas.
La experiencia fue realmente única, pero yo al menos me sentí extremadamente abrumado con tal despliegue de amabilidad. Y es que el pueblo argelino es así, lo da todo.
martes, 27 de octubre de 2009
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2 comentarios:
Me habia asustado de no poder entrar a leer más tu blog.
Gracias por invitarme y poder disfrutar de tus anecdotas.
Si os siguen tratando igual vais a tener pocas dudas a la hora de volveros a dejar ganar.. JEJEJE
En Argelia cuando te invitan, lo hacen con amor y te lo dan todo, eso siiii.
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