sábado, 14 de marzo de 2009

Oggi, venti anni fa

Cuando se dice que Argelia lleva cuarenta años de retraso con respecto a occidente yo no estoy de acuerdo. Lo mismo que cuando me ponen como excusa para ese retraso qie es un país demasiado joven. Yo pongo el contraejemplo de Eslovenia, que incluso forma parte de la zona euro. Argelia no evoluciona con cuarenta años de retraso, porque esos detalles en los que vemos la España de nuestros abuelos corresponde en realidad a una etapa de país en vías de desarrollo de la que no creo que Argelia vaya a salir en un plazo más o menos corto, el de una generación.

Pensaba en esto cuando leí ayer en la prensa, por cierto que en la digital, que este viernes se celebró el vigésimo aniversario de la creación de Internet. Hace veinte años nadie siquiera soñaba con esta forma de comunicación que nos ha cambiado la vida. Realmente, hace veinte años yo ni siquiera sabía usar un ordenador. fue entonces cuando me decidí a aprender a utlizar programas como Lotus, del que lo único potable eran las hojas de cálculo. El procesador de textos más utilizado era Word Star. Poco después conté con mi primera versión pirata de un paquete integrado llamado Windows, que en aquella versión 2.0 no sustituía a los comandos del sistema operativo MS-DOS.

En 1993 vine a trabajar a Argelia. En España yo conocía una cosa llamada Ibertex, una especie de páginas del teletexto de la televisión pero a través de la línea telefónica desde una terminal de ordenador, que podría decirse que era el primer paso de Internet. En Annaba, donde fui a trabajar, me encontré con que no tenía ordenador, ni siquiera máquina de escribir. Fue todo un éxito conseguir que la dirección de la empresa pública de siderurgia SIDER aporbara la adquisición de uan máquina eléctrica con memoria para ese español que estaba siempre protestando por su carencia de medios occidentales. Ni siquiera el Director de Proyectos de una empresa que entonces contaría con unos doce mil trabajadores disponía de algo tan avanzado. Por aquel entonces, verano de 1993, tenía que acudir a una papelería a adquirir el papel higienico y a un locutorio público para hacer una simple fotocopia, en lugar de los manuscritos con papel de calco de cualquier annabita.

Poco después, febrero de 1994, me trasladé a trabajar a Skikda, a la terminal de gas licuado argelino, con una empresa española que disponía de los medios de trabajo habituales en España, incluido un ordenador con su hoja de cálculo de Lotus 1-2-3 y su procesador de textos de Word Perfect. La empresa para la que trabajábamos era la Sonatrach, la más importante de Argelia, porque es la que cuenta con el monopolio de los hidrocarburos. No sé si la situación era comparable con la de Annaba, pero en Skikda era ya habitual contar con ordenadores, o al menos máquinas de escribir.

Al regreso a Bilbao, en el año 1995, tuve mis primeros contactos con el mundo de Internet, entonces desconocido para casi todos. No existían cibercafés. El primero se abrió en Bilbao un par de años más tarde, por supuesto dentro de una cafetería, porque de ahí le viene el nombre, enfrente de la tienda del Athletic en San Mamés. Tres años más tarde regresé a Argel. Cuando llegué apenas nadie conocía lo que era Internet, pero en menos de un año supuso un boom. Los cibercafés surgían como hongos y muchos jóvenes argelinos querían acceder a esos televisores en los que se podían ver guarradas incluso más atrevidas que las de las revistas pornográficas.

Actualmente el uso de Internet en Argelia se ha normalizado y es una herramienta de trabajo tan necesaria como en cualquier otro país occidental. Y sólo hace veinte años de todo esto.

1 comentario:

Lluis Portal dijo...

hola, puede que me desplace pronto a skikda a trabajar.
alguna recomendaci'on? yfrojas@yahoo.es