miércoles, 26 de agosto de 2009

De regreso

Ayer regresé a Argel. Lo hice desde Madrid y en un avión de Air Algérie. Saqué como prueba de ello una foto del avión en Barajas,`pero hasta que no encuentre el cable de conexión de la cámara con el ordenador no la podré publicar.

Mantenía yo la duda de si me darían de comer en el avión. Air Algérie lo hace habitualmente, pero curándome en salud decidí incluir en el equipaje de mano algo de embutido, que tampoco está mal contrarrestar un ayuno forzoso con un pack de chorizo precortado.

Ya me veía sacando el envase y comiéndome el choricito cuando llegaron las azafatas para darnos de comer. Perdón, para echarnos de comer. Porque el menú consistía en un muslo de pollo, o quizás de codorniz, cocido y frío, un pepinillo, un trocito de hojaldre, un queso en porciones, un panecillo y un pastelillo, por llamarlo de alguna forma. Aún así, dejé mi chorizo precortado para mejor ocasión y me castigué con el menú de Air Algérie. Mi vecina de asiento se echó mano del bolsillo cuando empezaron a distribuir la comida y sacó un libro de bolsillo, de poco más de cinco centímetros de alto. Era un ejemplar de textos del Coran. Supongo que no estaría completo, porque poca lectura cabía en tan poco espacio. Y también supongo que eran textos para meditar, porque en todo el tiempo que estuve comiendo y bebiendo no despegó la cabeza de la misma página del libro.

Las azafatas estaban especialmente vagas. Pese a que los que comimos fuimos algo así como la mitad del pasaje, la encargada de recoger la comida se tomó el trabajo con tanta calma, mirando al tendido entre bandeja y bandeja, resoplando y dejando caer en dos ocasiones una bandeja al suelo, que casi llega el avión cuando aún no había terminado. Creo que fue la primera vez que en el avión no nos dieron la tarjeta que hay que entregar cumplimentada en el control de pasaportes de entrada al país.

Una vez en tierra y recogido el equpaje, se me acercó una persona a preguntarme si quería un taxi. Negocié un precio de mil dinares y salimos hacia el aparcamiento del aeropuerto. Entonces me explicó dónde tenía estacionado el coche y me señaló que fuera hasta allí por mi cuenta. Así lo hice, montamos y me preguntó si tengo carnet de conducir. Se trataba de uno de los llamados "clandestin", falsos taxistas, sin licencia, que en el aeropuerto están muy perseguidos por los taxistas legales, que desean cobrar tarifas mucho más altas y persiguen la competencia desleal.

Me vi saliendo del aeropuerto al volante de un taxi clandestino, con mi taxista saliendo a pie por otro lugar. Ya en la carretera, se me montó como copiloto y me señaló que siguiera conduciendo durante un rato. Definitivamente, no había dudas: estaba en Argel.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

jose desde luego lo que aqui he visto en ningun lugar del mundo lo he presenciado.
aparte d ela paliza para intentar robarme el otro dia.
ayer tarde llegaba con el tren de ORAN, bueno entrando el tren en AGHA, se montaron tres crios y cerca de la puerta habian unos asiatico, con las maletas en el pasillo, ues abrieron la puerta e intentaron llevarse una maleta, por supuesto no pudieron porque el asiatico deberia de llevara a su familia dentro.
de un brinco saltaron del tren antes de entrar ente en agha pero a una velocidad de la luz. que habilidad.
saludos, y bien llegado a este paraiso, saludos, antonio

Anónimo dijo...

Pues jose yo he viajado con air algerie para hacer mi primer viaje a Oran,y aparte del buen trato de las azafatas y el buen estado a mi parecer del avion,y si no fuera por las 2 horas de retraso para la ida,y 1 para la vuelta todo me parecio super bien. En este viaje por lo corto que es,no dan de comer,la bebida que quieras si...
PERO CHICO,QUE MALA SUERTE TIENES EH????
Alicante

José Antonio dijo...

Hola, Antonio. Espero que no sea nada grave y que todos esos problemillas no te echen para atras. De todas formas, la época del ramadan es mas complicada.

José Antonio dijo...

Qué va, no es mala suerte. No tuve problemas. la mitad del pasaje recibe muslo en lugar de pechuga, asi que no es mala suerte. Lo que cuento es si,mplemente anecdotas que suceden, no las considero problemas. Me hizo gracia conducir el taxi y que no repartieran tarjetas en el avion me vino bien para salir yo antes que otros, porque conozco ya el sistema.
Mi avion salio puntual y llego nueve minutos antes de la hora prevista, de modo que ya ves que no me fue nada mal.
El avion, sinceramente, estaba bastate sucio, con migas dentro de las bolsas de los asientos y un asiento d ela fila detras de la mia mojado, segun se quejo el pasajero. Pero, vamos, es anecdotico.

Anónimo dijo...

De verdad que no he parado de reirme con esta historia. Un abrazo.

cielo dijo...

hola Jose Antonio un saludo desde Austria soy una cubana me gusta mucho leer tu blog bueno te dire que yo he regresado hace unos dias de Algeria me he pasado 4 semanas alla bueno yo no tuve la suerte tuya de regreso ya que viaje con Luftansa yo regreso a Algeria en 3 semanas me encantaria conocerte un saludo de charo