domingo, 30 de agosto de 2009

Cena policial

El martes pasado quedé con unos amigos a cenar en casa de uno de ellos algo más tarde de las ocho. Ninguno era argelino, porque toda la gente del país come a la puesta del sol, sobre las siete y media, de modo que media hora más tarde difícilmente van a quedar para cenar. Tampoco yo debería hacerlo, porque había merendado en cantidad y esa cena nada más llegar al país era simplemente gula. Uno de mis amigos, que debía recogerme en la Place Audin a las ocho menos cuarto, me pidió que estuviera allí algo antes.

Como mi intención era sacar alguna fotografía del centro de Argel sin circulación, nada mejor que hacerlo en esa plaza unos pocos minutos antes. Y cuando desde todas las mezquitas empezaron a berrear el aviso de que ya se puede comer, llegaba yo a la plaza. No había nadie, sólo un furgón de policía vacío, pero que me impedía tomar la vista completa de la calle; tenía que sacar dos fotos diferentes, una del final de la calle y otra hacia la parte alta. Empecé por ésta, con la Grande Poste al fondo.
Nada más tomar la fotografía sentí que alguien se acercaba a mi espalda. Era un policía que había salido del furgón estacionado en la misma plaza. Comenzó a hablarme en árabe y le respondí que no entendía. Entonces me dijo que le acompañara al furgón policial. Al llegar, abrió la puerta y dentro se encontraba otro compañero suyo, comiendo. Me hizo entrar y me insistió en que tomara una sopa de color rojo, que tenía que probar esa sopa argelina. Yo, que no como verduras y que aborrezco el tomate, no sabía cómo salir de aquella situación y opté por decir la verdad, que las verduras y yo hemos llegado a un pacto de no agresión.

El otro policía me ofreció un burek, que es una especie de rollito de primavera, pero relleno, en general, de carne picada o de espinacas y queso. Sin embargo éste estaba relleno de patata, con algo de carne y un gusto muy fuerte a limón. Es obvio, por los detalles ofrecidos, que me lo comí. No obstante, no les pareció suficiente y me ofrecieron un guiso de patatas con carne y pepino relleno (no es pepino, igual es calabacín pequeño, pero es que no sé cómo se llama; ya he explicado que las verduras y yo mantenemos las distancias). Sin darme tiempo a comer todo aquello, me ofrecieron pasteles, un refresco local que a mí me sabe a manzanas podridas, café y no sé cuántas cosas más.

Los policías notaron mi agobio, que se debía más al hecho de que los cubiertos también eran compartidos y el plato escasamente higiénico que a sentirme ya lleno. Pero me dijeron que si quería me podía marchar cuando quisiera, que no me iban a obligar a comer, que sólo me ofrecían compartir lo suyo. Estuvimos departiendo un rato mientras yo me acordaba de todos los ancestros de mi amigo el impuntual, que se presentó casi quince minutos más tarde, cuando ya había conseguido salir del furgón sin tener que beber a morro de la botella del refresco de manzanas podridas.

7 comentarios:

YO MISMA.. SIN MAS. dijo...

buenos dias...cuanta amabilidad x dios!!!..perecida situacion me ocurrio a mi en setif..17 de agosto del 2003. 12h yo paseaba por una plaza y en la misma puerta de la comisaria un adolescente de un tiron me roba el bolso.. directamente entro en aquella comisaria a explicar lo ocurrido,tan solo me dio tiempo a decir asalamo aleicum dos policias me dijeron que les acompañara y me llevaron a un cuarto, cuando entre alli estaban tres policias mas con una mesa repleta de comida y sin parar de insistir en que me sentara a comer.. eso si, tubieron la amabilidad de ofrecerme un plato aparte con chorba la tipica sopa y un vaso de ifri el refresco de cola que no me gusta nada.. yo estaba asombrada y ademas asustada.. mi sorpresa fue cuando a los cinco munutos un agente entro en ese cuarto con mi bolso en su mano. PERO SI YO NO LLEGE A CONTAR LO QUE ME PASO!!!.. SORPRENDENTE PERO CIERTO..

Anónimo dijo...

Hola, que tal?

Soy una paisana suya que ha estado leyendo sus comentarios de vez en cuando.En general de una idea de como es la vida en otros paises con lo que ayuda a tener un mente mas abierta hacia otras gentes y formas de vida.
Pero esta vez tengo que decirle que ha quedado bastante mal.Como se le ocurre decir que la llamada de la mezquita es berrear????.Sin duda su dominio de le lengua le podria hacer buscar un sustantivo mas respetuoso.Creo que deberia hacer un ejercicio de respeto para que se le tenga tambien a usted.Esperando tenga suficiente madurez para la reflexion.

Ana Sarabia
Vitoria

José Antonio dijo...

Hola, Ana.
Al hilo de este comentario, he buscado en el diccionario si el término "berrear" era o no apropiado. Nada mejor que la Real Academia de la lengua para ello. berrear. Y en su tercera acepción dice lo siguiente:
3. intr. Dicho de una persona: Gritar o cantar desentonadamente.
Creo que se ajusta bastante bien.
No obstante, mi intención no era ofender. También es cierto que mientras lo escribía llevaba media hora escuchando una especie de letanías desde una mezquita cercana que, francamente, resulta bastante insoportable.

Anónimo dijo...

Que desagradecido! A ver cuantos argelinos conoces tu que la policia española haya invitado a gazpacho y tortilla de patatas? jeje

ISABEL

Edel dijo...

Bueno, bueno, no te quejes que de lo malo malo te invitaron a comer aunque fuera en esas condiciones, peor habría sido que te hubieran intentado meter un embolado para sacarte dinero...

José Antonio dijo...

Yo lo he contado como una cosa bonita, una de las virtudes que tienen los argelinos. Que no me guste la sopa de tomate o que me dé repugnancia comer del mismo plato no quita que valore y mucho ese detallazo de invitarme.

Anónimo dijo...

Hola Jose Antonio !

Que lindo relato !
que buena onda la policia argelina de invitarte a comer!

aqui en mi pais la policia es harto conocida por vivir del MANGAZO!
en "lenguaje argento" significa
(pedir sin intentar pagar nada)
ejemplo: en pizzerias, rotiserias: pollos , empanadas, vinos, cervezas.
panaderias:Pan, facturas kioskos:,caramelos, cigarrillos, chicles, gaseosas, etc etc etc etc lo que venga !
algunos muy honestos, pagan, pero son los menos.

cariños
DIANA