lunes, 10 de marzo de 2008

Estado policial

V�spera de d�a 11. No tengo la cabeza para escribir, as� que copio y pego lo que prepar� antes del 11 de febrero y al final no publiqu� sobre los controles de polic�a en Argel.

Es muy dif�cil abstraerse en Argel de la sensaci�n de riesgo, de tensi�n constante frente al terrorismo. Los controles policiales son muy numerosos, se ve a las fuerzas del orden en todas las esquinas y detienen a muchos coches para controlar la documentaci�n y el interior. Dedicarse al transporte de mercanc�as en Argel se ha convertido en el ejercicio m�ximo de la paciencia, porque tras los atentados del 11 de diciembre hay muchos controles en los que la totalidad de los veh�culos susceptibles de transportar explosivos son detenidos para su inspecci�n visual.

Explico, a modo de ejemplo, mi recorrido diario de casa al trabajo, de unos cuatro kil�metros de distancia. Yo salgo directamente al Ministerio de Obras P�blicas, en una plaza en la que siempre se sit�an varios polic�as y dos o m�s furgones, que por regla general se limitan a controlar el tr�fico y evitar que alg�n coche quiera estacionar delante del Ministerio. M�s adelante paso por delante de la Embajada de Canad�, con sus correspondientes polic�as, y la sede de SNC Lavalin, igualmente custodiada. Unos metros m�s adelante, en el primer cruce, est� el primer puesto serio de control, se�alizado y con varios polic�as que comprueban uno a uno los coches que pasan, reteniendo aleatoriamente a algunos de ellos. Yo giro a la derecha y paso delante de la Embajada de Jap�n. Obviamente, siempre hay dos polic�as vigilando, que si bien no est�n demasiado atentos al tr�fico de vez en cuanto detienen de manera rutinaria a alg�n conductor. Lo s� porque lo he vivido ya dos veces en primera persona.

Un poco m�s adelante paso delante de la AECI. Sorprendentemente, ah� no existe ning�n tipo de vigilancia policial, pese a que mucha gente sabe que se trata de una oficina de la Embajada de Espa�a. Y voy a dar a un cruce infernal en el que luce espectacular el nuevo Ministerio de Energ�a. All� suele haber polic�as situados en tres sitios diferentes, dedicados fundamentalmente a labores de tr�fico. Siguiendo por el Petit Chemin d?Hydra, me encuentro con un nuevo control policial, �ltimamente bastante liviano porque unos metros m�s adelante, frente a la entrada de una de las sedes de Sonatrach, han instalado recientemente un nuevo control en el que se detiene a todas las furgonetas de transporte y a cualquier veh�culo m�nimamente sospechoso.

Despu�s de unos metros, adornados con altos badenes para dejarse los bajos del coche si no se circula a paso humano, me veo delante de un nuevo puesto de polic�a que en general s�lo controla el tr�fico, lo mismo que los tres siguientes: unos metros m�s arriba, llegando al puente de Hydra, en el posterior cruce de Hydra y en la llamada Placette, que en realidad se llama Plaza Jerusal�n (Al Qods). Continuando por la calle principal del barrio, el primer cruce est� regulado por un par de agentes de polic�a, mientras que un poco m�s all�, delante de una embajada de un pa�s del Africa negra, dos polic�as vigilan que todo transcurra con normalidad. Al fondo se encuentra la segunda plaza del barrio de Hydra, Place Laperinne, en la que desde hace un par de meses existe un puesto de control policial que tambi�n verifica el interior de todos los veh�culos de transporte. Dando simplemente la vuelta a la manzana se llega a la Oficina Econ�mica y Comercial de Espa�a, mi puesto de trabajo, que ahora ya est� protegido con unas vallas provisionales y la presencia de dos agentes de polic�a.

�Es posible llevar una vida normal, sentirse tranquilo, ante tama�o despegue policial? Yo creo que no. Adem�s, sinceramente, a m� no me ofrece garant�as de seguridad, tras la experiencia del 11 de diciembre. Todo este alarde de agentes de las diferentes fuerzas de seguridad que circulan por Argel resulta m�s efectista que efectivo. Es el caso de los accesos a los hoteles o al aeropuerto, en los que obligan a los conductores de rodos los veh�culos a mostrar el interior del maletero. Tiene uno la sensaci�n de que est�n esperando encontrarse la bomba de los dibujos animados, una bola negra del tama�o de una sand�a y con una mecha encendida. Muchos de los coches que acceden tanto a los hoteles como al aeropuerto lo hacen con maletas y equipaje, porque se trata de los enseres de personas que se est�n desplazando. Y en los controles de los maleteros no se hace abrir las maletas. Es sencillamente, un brindis al sol.

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