jueves, 6 de marzo de 2008

Under the tree

Cuento lo sucedido en las �ltimas horas, m�s bien �ltimos d�as. No lo hago en las mejores condiciones an�micas, estoy bastante hastiado y asqueado de situaciones y personas. S� que tiene mucho con ver con los sesenta d�as seguidos que llevo en Argelia, muchos de ellos dedicados por entero al trabajo. He acumulado tensi�n y mi grado de irascibilidad llega a l�mites peligrosos. En ese estado, voy a tratar de contar lo sucedido con el deseo de no arrepentirme posteriormente de lo que aqu� escribo.

El domingo pasado regres� a Espa�a mi hermano, dejando un hueco evidente. Durante su semana de presencia en Argel limit� mi trabajo a las l�gicas ocho horas diarias, pero que en las actuales circunstancias de mi oficina son insuficientes. Desde ese momento he dedicado infinidad de horas a sacar adelante todo el trabajo atrasado, hasta estar completamente al d�a, algo que ya s� que no se agradece, pero tampoco se reconoce.

El martes por la noche me dediqu�, al salir de noche de la oficina, a completar unas citas para un empresario con unas caracter�sticas muy dif�ciles. Tuve que tirar de antiguos conocidos y llegu� a mi casa bien entrada la madrugada. En mi residencia s�lo quedaba una plaza de aparcamiento, en un lugar que no me gusta; pero no ten�a m�s opciones para dejar el coche.

Poco despu�s lleg� el temporal de mal tiempo. Hacia las seis y cuarto de la ma�ana se pudo o�r un trueno muy fuerte. Yo, medio dormido, lo asoci� inmediatamente con un atentado terrorista e inconscientemente rod� de la cama al suelo para protegerme de la onda expansiva y la deflagraci�n. Para cualquiera resulta una situaci�n rid�cula, pero yo vivo a�n bajo los efectos del atentado del 11 de diciembre y estoy obsesionado con un atentado en mi casa, porque mi apartamento est� frente al Ministerio de Obras P�blicas.

Ya no pude dormir, as� que aprovech� para trabajar en el ordenador port�til. Cuando me dispon�a a ducharme llaman a la puerta: Tardo en abrir el tiempo necesario para ponerme algo de ropa encima y me encuentro con un operario que dice que necesita que mueva mi coche para trocear el tronco del �rbol que se le ha ca�do encima. As�, tal y como lo cuento.

Yo hab�a visto algo raro cuando me asom� tras el trueno, pero estaba alterado por el susto y no prest� demasiada atenci�n. Ahora, mir�ndolo bien, no pod�a dar cr�dito a lo que ve�a. Un eucalipto enorme, de unos diez metros de altura, ca�do sobre mi veh�culo. Era imposible apreciar los da�os bajo tantas ramas y hojas. Al menos mi pobre Hyundai gozaba de un camuflaje perfecto, listo para la guerra de Argel. Y con sabor mentolado; a eucaliptos, para ser exactos.

Saqu� varias fotograf�as antes de mover el coche. De alguna forma, ten�a que demostrar al seguro que no me hab�a revolcado por el bosque. No adjunto ninguna foto porque no encuentro el cable para descargarlas.

Cuando finalmente pudimos sacar el coche y limpiarlo para conocer su estado exacto vimos que los da�os eran mucho menores de lo temido. Media docena de bollos, dos de ellos de dif�cil reparaci�n, el techo algo hundido y la antena rota. A partir de ah�, los vecinos y conocidos empezaron a comportarse de acuerdo con tres par�metros de conducta diferentes. Yo los denomino el piadoso, el gracioso y el listillo.

Los piadosos se interesan por el estado del coche, explican que eso en Argelia no tiene importancia, porque el veh�culo funciona igual, que es lo importante. Y que he tenido mucha suerte, hamdulillah, al no estar yo dentro, que podr�a haber sido peor. Y que tambi�n hamdulillah porque no se ha roto ning�n cristal. Mi respuesta ha sido de lo m�s impertinente con muchos de ellos, diciendo que lo de que lo importante es que funciona ser� para ellos y en su forma de ver las cosas, pero no para m�. Y en cuanto al hamdulillah, hab�a veinte coches aparcados y el �nico da�ado ha sido el m�o. Caramba, qu� buena suerte tengo. Hamdulillah.

Los graciosos son un subgrupo del anterior. Creen que no ha pasado nada. Hamdulillah. Y encuentran la parte graciosa de la historia al recordarme c�mo estaba mi coche debajo de tantas ramas. Al ver mi cara se dan cuentan de que han metido la pata.

Los listillos son mayor�a en el pa�s. Aqu� todo el mundo se cree muy listo. Pobrecitos ellos. Lo demuestran al volante cuando te adelantan por la cuneta o se cuelan en los atascos. Lo veo incluso en la chica que viene a limpiarme la casa, que se cree que me enga�a con sus mentiras. Es un esp�cimen de ?homo medio sapiens? que me saca de quicio. En este caso, todos sab�an que el �rbol iba a caer sobre mi coche y tuvieron la precauci�n de no aparcar all�, hamdulillah, como si yo hubiese gozado de alguna opci�n diferente. Evidentemente, ninguno hab�a dicho nada, tan solidarios ellos.

Con este panorama que describo me acerqu� a mi compa��a de seguro. Me explicaron que se trata de una cat�strofe natural y que mi seguro no lo cubre. Cuando les expliqu� lo que es el consorcio de seguros y su cometido, se me quedaron mirando como las vacas al tren. Me contaron d�nde est� en Argel la asociaci�n de compa��as de seguro, pero en ning�n momento tuvieron la profesionalidad de querer enterarse c�mo react�a en esos casos, simplemente me remitieron a tratar de enterarme. Adem�s, aprovech� la visita a la compa��a de seguros para retirar el supuesto cheque que me esperaba desde primeros de enero por el accidente que provoc� una conductora que fren� contra mi coche. En Argelia hay que acudir con el coche da�ado a un peritaje que eval�a los da�os y luego se recibe una indemnizaci�n, lo arregle o no, que nunca cubre del todo la factura del taller mec�nico. Yo pagu� casi 400 euros por reparar el coche no esperaba m�s de 250 � 300. Pero la respuesta fue decirme que han descubierto que al ser mi coche extranjero no tengo derecho, s�lo obligaciones y que mi seguro s�lo cubre que ellos tramiten mi queja, cosa que hicieron en su momento, de modo que puedo esperar toda la vida a cobrar algo. Me dijeron que ten�an que ponerse en contacto con la otra parte para que reconozca el accidente. Eso, despu�s de cuatro meses y cuando en enero me hab�an dicho que no pod�an entregarme el cheque porque estaban haciendo inventario. La conversaci�n con mi agente de seguros es pat�tica, m�s o menos algo as�:

- Entonces, tenemos que ponernos en contacto con la otra compa��a y te decimos lo que hay.
- Vale, entonces espero aqu�.
- �Aqu�? Pero no va a ser ahora mismo.
- Ah, �no? Bueno, m�s tarde. �a que hora paso?
- �Dice a qu� hora? ? sonrisa ir�nica de mi interlocutor. ? Mejor venga ma�ana. Bueno, no, el s�bado.
- Bien, el s�bado. �Abren a las nueve, verdad?
- Espere, mejor el domingo. S�, el domingo a esta hora.
- El domingo, bien. �Me da por favor el n�mero de tel�fono de aqu�?

Para entender la conversaci�n hay que haber sufrido la experiencia de vivir en Argelia. Y s� de sobra que ni este domingo ni el siguiente arreglar� nada.

Con toda esa carga, ya ten�a muy claro que estoy a punto de saltar y necesito evadirme unos d�as. Hab�a hecho la maleta con las cosas b�sicas para irme unos d�as a casa. Hab�a metido dentro la gandora, por cierto, para cumplir con la apuesta. Intent� cambiar la fecha del billete de avi�n de Iberia que tengo ya comprado, pero no permite cambios, ni siquiera con penalizaci�n (lo �nico que me permite es anularlo y perder s�lo 35 euros). No he encontrado comprensi�n, de todas formas, m�s bien al contrario, y no podr� desahogarme cuatro d�as. Ni votar, por cierto. Peor para quienes ni me han entendido ni considerado. Ya hab�a decidido poner punto final a mis esfuerzos con quien luego no tiene la consideraci�n de responder m�s all� de sus propios intereses del momento y simplemente meter� alguna cabeza m�s en el saco. Me temo, de todas formas, que todo mi entorno va a ser v�ctima de mi estado de �nimo y hast�o. Espero que me lo sepan perdonar.

Anoche regres� a casa con la maleta. Pero la he dejado preparada, s�lo he sacado los �tiles de aseo. Y tengo el �nimo suficiente para plantearme aprovechar los cuatro d�as libres del 19 al 22 de marzo para ir a Tinduf, a conocer los campamentos saharauis. A ver si alguien de mi entorno se anima a acompa�arme, hay comunicaciones en esas fechas... y obtengo los permisos.

No hay comentarios: