sábado, 1 de marzo de 2008

An�cdota en Ramad�n (1)

Durante el Ramad�n la vida de Argel se transforma en un ambiente de hostilidad e intolerancia que hace muy poco agradable la vida en la ciudad. Sobre las cinco de la tarde la ciudad est� muerta y s�lo recobra la vida a partir de las siete y media de la tarde, aproximadamente. El lado positivo es que dentro de ese intervalo de tiempo se puede circular muy bien, sin atascos.

Yo aprovech� bastantes veces para salir en coche poco antes de las siete, pero el �ltimo mi�rcoles de septiembre pasado me ocurri� la an�cdota que paso a describir. Sobre esa hora aparqu� casi al final de Chemin de Glycines, tras una se�al de salida de veh�culos, en uno de los pocos sitios no prohibidos de ese tramo de calle. Despacio, dando un peque�o paseo, di una vuelta por los alrededores y fui a un gimnasio cercano.

A la salida del gimnasio, ser�an las diez de la noche, regres� a buscar mi coche y me encontr� en la zona un despliegue policial y militar espectacular. Empec� a subir la cuesta de la calle y un polic�a me indic� que no me acercara a un coche sospechoso? que era el m�o. Cuando as� lo expliqu�, no pod�an dar cr�dito a que realmente se tratara del coche de un extranjero. Seg�n ellos, yo estaba aparcado en un sitio prohibido, aunque no se�alizado, porque era el muro de la residencia del Embajador de Gran Breta�a.

Seg�n pude saber m�s tarde, al rato de aparcar y marcharme, apareci� el polic�a que vigila la citada residencia y comprob� que le hab�an dejado un coche bomba en la fachada. Avis� a los diferentes cuerpos de seguridad y en las tres horas siguientes se mont� todo el despliegue al que yo asist�.

Me tomaron declaraci�n como en una rueda de prensa, con cuatro polic�as, o similares, de cuatro uniformes y cuerpos diferentes a mi alrededor y pregunt�ndome desde el lugar y fecha de nacimiento de mis padres hasta mi confesi�n religiosa. Al final, un mando policial me dijo que hab�a incurrido en un delito contra la seguridad y que pasaba a estar detenido para que el juez dictaminara lo que correspond�a hacer. Entonces me enfad� y fui yo quien empez� a acusarles de abuso de autoridad, retenci�n ilegal y todo lo que se me fue ocurriendo. Tras un buen rato de negociaciones quedaron en olvidarse de mi delito si yo reconoc�a que hab�a cometido una infracci�n, a lo que tampoco estaba muy dispuesto, porque realmente yo hab�a actuado correctamente. Insist�an en que en Argel antes de aparcar hay que preguntar a la polic�a si el lugar est� autorizado para ello, pero olvidaban el detalle de que cuando yo aparqu� el polic�a deb�a estar tom�ndose su cena de Ramad�n y no hab�a nadie.

Al final, tras m�s de una hora de tensi�n, me dieron un papel que indicaba que ten�a que pagar una multa, creo recordar que de 8.000 dinares, pero no le prest� demasiada atenci�n y creo que la tir�, porque yo no pago multas injustas.

Esa noche ten�a la fiesta de despedida de los becarios, organizada por los amigos de Javi y me present� m�s tarde de lo que quer�a, a medianoche. Luego, al d�a siguiente, me fui una semana a Espa�a y regres� con los nuevos becarios. Y ya el primer d�a me surgi� la siguiente an�cdota, que cuento ma�ana.

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