viernes, 29 de febrero de 2008

Llueve en Argel

El de hoy es un post especial en un d�a extraordinario. Es posible que nunca m�s escriba un 29 de febrero porque, tal y como avanza el mundo, en cuatro a�os contaremos con otras formas diferentes de comunicaci�n. Aprovecho para regresar a mi infancia, de la que nunca cuento nada.

Recuerdo, cuando era peque�o, un libro en las estanter�as de mi casa titulado "El Dios de la lluvia llora sobre M�xico". Lo recuerdo de toda la vida, al menos desde que aprend� a leer. Yo lo encontr� siempre fascinante, con un t�tulo muy sugerente. Me decid� a leerlo cuando ten�a unos seis a�os, pero apenas hab�a aprendido a leer y me costaba introducirme en una historia complicada. Nunca llegu� a le�rmelo entero y la fascinaci�n se limit� durante muchos a�os a contemplar su lomo con el t�tulo tan majestuoso, "El Dios de la lluvia llora sobre M�jico". Estaba ah�, en una estanter�a de mi dormitorio, al alcance de mi mano, con un t�tulo grandioso. Siempre me caus� un cierto respeto y nunca m�s intent� leerlo.

El autor es un escritor h�ngaro ya fallecido, llamado Laszlo Passuth, que tambi�n tiene un libro muy interesante sobre don Juan de Austria. Nuestro t�tulo trata de c�mo Hern�n Cort�s con s�lo quinientos hombres fue capaz de conquistar un imperio; se muestra la personalidad de un conquistador, su lado m�s humano y tambi�n el m�s cruel. Como no lo he le�do entero, no puedo contar mucho m�s, pero me vendr�a muy bien el comentario de quien s� lo haya hecho.

No he pensado esta ma�ana en el libro de Passuth buscando a mi Malinalli, aunque es cierto que es ese b�culo el que falla en los momentos dif�ciles. Tampoco por la similitud de situaciones que s�lo entender� quien haya le�do, al menos en parte, la obra y conozca la situaci�n y forma de ser argelinas. Sencillamente, que ha amanecido un viernes lluvioso en Argel y ha estropeado la excursi�n que hab�a planteado con mi hermano a las ruinas romanas de Tipaza. Una verdadera pena cuando el Dios de la lluvia llora sobre Argel.

Jos� Antonio Do�oro, 29 de febrero de 2008

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