Nunca he escrito sobre pol�tica argelina, pese a que he recibido alguna que otra pregunta al respecto. Me da un cierto miedo meterme en terrenos pantanosos, que ni me van ni me vienen. No obstante, voy a contar c�mo veo yo la pol�tica del pa�s. Es, repito, una visi�n absolutamente sesgada.
Para m�, Argelia no es en absoluto un pa�s democr�tico. El que fue partido �nico de corte marxista, el FLN o Frente de Liberaci�n Nacional, se mantiene en el poder, sin haber modificado sus planteamientos pol�ticos ni sus l�deres, m�s all� del recambio generacional que el paso del tiempo exige. Al frente del pa�s se haya un personaje enfermo, Buteflika, que ya formaba parte de la clase dirigente en los a�os 60 del siglo pasado y que parece tener la obsesi�n de convertirse en el h�roe de la patria y morir en el cargo. Que los diferentes partidos presentes en el Parlamento lo que pretendan es disfrutar de las migajas del poder y apuntarse a la que llaman ?mayor�a presidencial?, que la principal oposici�n corresponda a un partido que se define como trotskista, o que los pa�ses amigos sean Venezuela, Ecuador o Ir�n, da una idea de los par�metros internacionales en los que se mueve la pol�tica argelina, mientras occidente prefiere mirar para otra parte porque la alternativa podr�a ser un estado fundamentalista isl�mico que causa pavor en Europa, en tanto que el actual gobierno, sin renunciar a su internacionalismo rancio, acapara millones de d�lares que a su vez invierte en fondos americanos, como garant�a de futuro. Los l�deres de siempre y sus herederos, que popularmente son identificados como los militares, siguen gozando de muchas prebendas, recibiendo dinero de la corrupci�n instalada a todos los niveles y reparti�ndose, por ejemplo, las comisiones por la entrada en aduana de los productos b�sicos.
No planteo las carencias democr�ticas de Argelia como un problema a resolver, porque no s� si realmente un sistema democr�tico es lo mejor para el pa�s. Es dif�cil encontrar un r�gimen democr�tico en un estado de confesi�n musulmana y la mayor�a de la poblaci�n est� satisfecha con un sistema cuyo l�der debe actuar de caudillo y disfruta haci�ndolo. Tampoco los reg�menes mon�rquicos son puramente democr�ticos y nadie se plantea que para democratizar el Reino Unido haya que establecer una rep�blica. O igual s�. El ejemplo sirve para un pa�s m�s cercano, en la mente de todos, que por sentido com�n no nombro. Sirva como consuelo que en Argelia no se ha instalado nuestra ?partitocracia?, en la que son los partidos pol�ticos establecidos los que deciden todo por el pueblo, mientras cuando se celebran elecciones la opci�n que nos queda a los electores (no todos, los espa�oles residentes en Argelia dependen de que en el Consulado hagan bien las cosas y se las permita votar) es elegir entre la continuidad de un inepto y su tropa de secuaces o la alternativa del delf�n de quien colabor� para masacrar al pueblo iraqu�.
En la capital del pa�s, Argel, s� existe una mayor�a de la poblaci�n con voluntad de vivir en un r�gimen que sea democr�tico. En las convocatorias electorales son muy pocos los que acuden a votar. Personalmente pienso que es por no confiar en un sistema muy alejado de las pretensiones personales, extremadamente corrupto, pero a la vez sin alternativa real, temi�ndose que realmente la desaparici�n de la figura del actual jefe del Estado implique una desestabilizaci�n que devuelva al pa�s a los primeros a�os 90.
martes, 5 de febrero de 2008
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