Desde el sábado día 4 de julio y hasta este pasado lunes se ha estado celebrando en Argel el llamado II Festival Cultural Panafricano de Argel. Una denominación un tanto extraña, que pretende mostrar una continuidad organizativa con el Festival Panafricano que se celebró el año 1969. Cada noche han tenido lugar diferentes espectáculos de manera simultánea en diferentes escenarios: La Explanada del monumento (Ryad el Feth), la Grande Poste, el recinto ferial de la SAFEX, el teatro al aire libre bajo el Hotel Aurassi, el paseo marítimo El Kattani frente a Bab el Oued, el CASIF de Sidi Fredj, el Conservatorio Nacional de Música, el Teatro Nacional, el Auditorio de la Radio Nacional y varios otros lugares en los diferentes barrios de la ciudad o algunas ciudades por todo el país.
Yo he asistido a alguno de los espectáculos, pero tampoco a muchos. Según regresé de Palma de Mallorca el 5 de julio pude asistir al espectáculo que se desarrollaba en La Grande Poste y comprobé que entre los espectadores estaba toda la “juyería” del lugar. Me pareció algo de lo que huir, sencillamente; y no por el espectáculo, sino por lo impresentable de esa masa que se pasa los días sujetando paredes y diciendo impertinencias al paso de todas las mujeres, que los días de fútbol se presenta en el campo a armar bronca y que seguramente se divierte mostrando muy poca educación y un alto nivel de gamberrismo en un concierto gratuito de música. Es una pena, pero es lo que existe en Argel y sin voluntad social de cortarlo por lo sano.
Pero he de señalar que en los pocos espectáculos a los que he asistido me lo he pasado muy bien, pese a algunos brotes de gamberrismo que aquí van unidos para algunos al concepto de diversión.
El término "panafricano" se ha utilizado para todo. Lo más llamativo fue en el Aeropuerto Internacional de Argel, en el que durante la madrugada del pasado martes pude comprobar que en los paneles informativos figuraba la salida de un vuelo charter cuyo destino era "vol panafricain". me quedó la duda de saber si iba aterrizando por todo el continente o lanzando a los pasajeros en paracaídas según sobrevolaba cada nación.
Sólo he echado en falta el empleo de la lengua castellana. La información se ha publicado en árabe, inglés, francés y portugués, como lenguas de las naciones del continente. ¿Y el español? Está Guinea Ecuatorial y sobre todo está la República Saharaui, no sólo reconocida por Argelia (en el certamen panafricano no encontré por ningún lado la bandera marroquí), sino además apoyada logística, política y militarmente, con campamentos de refugiados en territorio argelino.
La Iglesia católica también se ha querido unir al Festival Cultural Panafricano. En Argelia la inmensa mayoría de la población autóctona es de religión musulmana. En cuanto a los extranjeros, la principal comunidad es la china, que tampoco es de confesión cristiana, así que somos muy pocos los católicos de Argel, básicamente estudiantes de otros países. En verano los estudiantes suelen regresar a sus países de origen y los “turistas extranjeros” que vienen a Argelia son mayoritariamente franceses de origen magrebí, que de profesar alguna fe lo hacen del Islam. Durante el Festival, como han participado artistas de diferentes países subsaharianos en los que la religión mayoritaria es el cristianismo, la comunidad ha crecido. Por eso, se han celebrado dos celebraciones eucarísticas especiales, una el día 5 de julio en la Catedral del Sagrado Corazón, esa que parece una central nuclear, aprovechando que en Argelia era la fiesta nacional del 47º aniversario de la independencia del país, y otra este domingo 19 en la parroquia de Hydra.
La iglesia parroquial de Hydra se encuentra en la misma plaza de El Quods, conocida como “la placette”. Es un edificio semi-subterráneo un tanto extraño, pero muy bien logrado en su interior. Personalmente no me gusta nada, pero reconozco que no soy objetivo. Su entrada con una alfombra tradicional de lana a modo de puerta que evita la visión del interior ya me da mala espina, seguramente porque soy alérgico a los ácaros del polvo y a la lana y dentro me siento agobiado. Ese bloqueo de la entrada hace que el interior resulte un poco claustrofóbico y apenas circule el aire. Con todo, lo que peor llevo es la parsimonia del cura párroco, que tarda hora y cuarto en celebrar la eucaristía y cuando acaba aún pide a la feligresía que se siente unos minutos para contar alguna actividad parroquial o pedir dinero.
Con todo lo mal que creo que salta a la vista que me cae esa parroquia, hice el esfuerzo de asistir a la misa de despedida del Festival Cultural Panafricano. Y me llevé la grata sorpresa de comprobar que la presencia de fieles de los países del África negra concedía, con sus cánticos y sus ritmos, un ambiente muy especial a la celebración, empezando por la coral de estudiantes negros de Bordj el Kiffan, que hizo el esfuerzo de acudir con los estudiantes que se han quedado este verano en Argel. Por momentos me situaba en algún lugar del África negra, asistiendo a misa en una misión. Y siendo muchos de los participantes músicos y gente del mundo del espectáculo, es obvio que los cánticos contaban con participación de calidad.
Me gustó mucho, la verdad. Puede que se deba a que he visto demasiadas películas, pero encontré que se trataba de una celebración diferente, que resultó muy entrañable.
viernes, 24 de julio de 2009
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