martes, 7 de julio de 2009

Rada

Si en lugar de en Argel viviera al otro lado del Mediterráneo, en cualquier localidad costera española, seguro que por las noches saldría a pasear junto a tantas otras personas, me tomaría una horchata en una terraza o me compraría unas pipas para picar algo mientras disfrutaba de la brisa marina. Como eso no es posible en Argel más que entre el Bastión 23 y el hospital de Bab el Oued, y con muchos reparos, me limito a salir a la terraza de mi casa y contemplar la bahía.

Anoche no se estaba mal. Había refrescado un poco y el aire resultaba agradable. La luna llena siempre se agradece. Además, el espectáculo musical del Festival Panafricano que se celebra en la plaza de la Grande Poste se oye perfectamente desde mi casa, algo perfecto para un noctámbulo como yo. Pasé largo tiempo apoyado en la barandilla de la terraza de mi apartamento y mirando al mar. Tuve la impresión de que el número de barcos fondeados fuera del puerto era superior al habitual.

Iba a escribir “superior al normal”, pero es que lo habitual en el puerto de Argel es anormal, entendiendo por tal el encontrarse con cerca de una veintena de barcos cargueros esperando días completos para entrar a descargar, con el coste que eso supone.

Hice el recuento: 41 buques diferentes anclados y con las luces encendidas. Quizás había algún otro que escapaba a mi ángulo de visión, aunque contemplo casi toda la bahía desde mi terraza. Pero, aún así, 41 son muchos barcos.

Intentar fotografiarlos de noche con mi cámara y mis nulos conocimientos de fotografía es perder el tiempo, de modo que he esperado al amanecer.
La disposición geográfica de Argel, orientada hacia el noreste, hace que siempre amanezca sobre la bahía, momento en el que el mar se tiñe de rojo mientras los grandes edificios de la ciudad relucen de blanco si se miran desde el mar. No hay mejor manera de contemplarlo que llegando a Argel por ferry, o enrolado en uno de los barcos que se pasan días anclados esperando el momento de descargar en el puerto.

A esas horas de la mañana es difícil contar cuántos son los barcos que se alinean frente al puerto, por el color rojizo de la luz y la nieblilla que aún cubre parte de la bahía.
Finalmente, al mediodía he tomado una nueva instantánea, panorámica. Ya sólo había 39 barcos, más de la mitad de los cuales se ve en la fotografía.

1 comentario:

AsiriSupay dijo...

que hermoso! amanecer... espero verlo alguna ves... buen día :)