jueves, 17 de septiembre de 2009

Tablón de anuncios

Me permito escribir un post un tanto diferente. Y me concedo el permiso porque el blog es mío, por supuesto. En fin, vamos con ello, que se trata de varios comentarios más cortos, que bien podría haber adornado para hacer de cada uno de ellos un post.

1.- Me han quitado la escayola de la pierna izquierda. Acudí el martes por la mañana pronto al especialista y tuve la suerte de que me atendiera antes de la hora a la que me había citado. Pagué los diez euros adicionales de nueva consulta y pasé a su despacho. Con unos tijeretazos arrancó la escayola, me palpó el pie y dictaminó que ya puedo considerarme curado, aunque debo seguir utilizando durante unos días la muleta. No estoy demasiado contento, porque, aunque el médico diga otra cosa, el pie me sigue doliendo, incluso sin caminar. Y el tobillo está hinchado.

2.- Esta es divertida. Al salir sin escayola de la clínica busqué rápidamente un taxi que me llevara al trabajo. Se llamaba Hassan, un hombre muy simpático que no abusó para nada a la hora de establecer su tarifa por lo que llaman una “cursa”, una carrera sin compartir el taxi. Supongo que influyó el hecho de que me tomó por argelino, porque todo el tiempo me hablaba en árabe, aunque yo le contestaba en francés, acertando a duras penas el significado de sus comentarios, aparentemente sobre la densidad del tráfico y cosas así. La parte cómica comenzó cuando en una rotonda se equivocó al tomar la autopista y se metió por la zona del llamado estadio olímpico del 5 de Julio, donde había un atasco impresionante, a resultas de uno de tantos controles policiales. Yo le veía al hombre muy apurado y pensé que le faltaba algún papel del coche. Sin embargo, nada más pasar el control paró en una cuneta, me pidió disculpas, abrió el maletero, sacó una botella de agua y se escondió entre la maleza. Cuando reapareció mostraba ya cara de alivio y estoy seguro de que no era precisamente por haber roto el ayuno bebiendo agua, que seguro que no. Huelga decir que cuando le pagué y me despedí de él no le estreché la mano. Ni la izquierda ni de la dereha, no vaya a ser zurdo.

3.- Para los que me han ido diciendo que con una pierna escayolada debería pedir la baja laboral, explico que me encanta mi trabajo y además es la razón de mi estancia en Argelia. No poder trabajar durante varios meses, como me ocurrió el año pasado, ha sido muy duro para mí, porque además mucha gente no entiende la baja psiquiátrica como una enfermedad, sino como una excusa. Si ahora puedo trabajar y me dejan hacerlo, me siento muy contento, aunque consciente de que aún no estoy completamente curado y que tengo días muy malos. Pero ni me planteo quedarme en casa si puedo ser laboralmente útil.

4.- Apareció el cable de conexión de mi cámara de fotos al ordenador. Como no podía ser de otra forma, la mujer de la limpieza tenía algo que ver en el asunto. En su afán de guardármelo absolutamente todo, había “escondido” la bolsa de deportes con el cable de marras, las gafas y alguna cosilla más en el fondo del cubo de la ropa sucia que tengo en el cuarto de baño. Como guardaba sin lavar cuatro camisetas de color rojo, que tengo miedo a que destiñan y algún día tendré que lavar a mano, no había urgado hasta el fondo de la bolsa. Así que ahora no sólo podré colgar fotos en el blog, sino también leer por la noche.

5.- En mi casa funciona el ascensor. La parte ridícula de la buena noticia es que me enteré cuando ya llevaba funcionando un par de semanas. Y yo subiendo ocho pisos andando y con la compra a cuestas. Con la escayola me habria venido bien que además de ascensor fuera descensor, pero todo no se puede tener en la vida. En dos ocasiones hice algo tan ridículo como que al ver que se hallaba detenido en mi planta meterme dentro y esperar a que alguien le llamara desde la planta baja. En la primera ocasión esperaba a un amigo que iba a aprtar el botón de llamada, pero en la segunda tuve que aguardar más de diez minutos a que ocurriera el milagro. Y, mientras tanto, a oscuras, porque la luz interior del ascensor se apaga cuando está detenido.

6.- El verano se acabó en Argel hace porlo menos un par de semanas. No es que haga frío, pero tampoco un calor excesivo y los más frioleros ya necesitan algo más que una simple camisa pr las noches. Eso significa que en pocas semanas las nubes que se forman en el Mediteráneo empezarán a llegar a esta costa del norte de África para dar paso a la temporada de lluvias.

7.- Sigo sin responder a muchas de las preguntas que me hacen los lectores del blog a mi correo personal. Creo que es fácil de entender que mi tiempo es limitado y que una mayor dedicación a facilitar respuestas individuales sólo puede ser a costa de escribir menos en el blog. Pido disculpas a quienes se hayan sentido molestos.

8.- Lo de tener Internet en casa es ya tarea casi imposible. Había optado por olvidarme del contrato pagado y firmado y contratar de nuevo el servicio con EEPAD, la única empresa privada que da acceso a Intenet a particulares. Acudí a contratarlo y me dijeron que tenían un pequeño problema puntual, que implicaba unos diez días de espera desde que pagara hasta que realmente funcionara el servicio. No me olió bien aquello y me pareció más sensato esperar al final del Ramadán para que los diez días no se convirtieran en treinta o cuarenta. Entre tanto ha surgido un problema mayor: la compañía del monopolio telefónico argelino, empresa pública, le ha cortado todas las comunicaciones a EEPAD, dejando a todos sus usuarios sin acceso a Internet. Asi llevan ya unas semanas. Por una vez he sido afortunado y mis precauciones han funcionado. Todo huele a retorno al régimen de monopolio en el acceso a Internet, sinónimo de tener que pasar por el aro de que me vuelvan a timar.

3 comentarios:

Edel dijo...

Bueno, si sigues teniendo el pie hinchado sigue haciendo todo el reposo que puedas. A veces los esguinces siguen dando molestias durante bastante tiempo, sobre todo en los cambios de temperatura.

Me está empezando a traumatizar lo de la botellita de agua y la mano izquierda y tal, quién me mandaría a mí meterme en estos fregaos...

José Antonio dijo...

Gracias, Edel.

José Antonio dijo...

No seas tonta, que en la capital estan muy civilizados.