


Ya sólo faltan las de los jardines y la piscina.
Este blog continúa el anterior "Vivir en Argel".





La siguiente muestra un detalle de la cascada menor.
Y en las tercera y cuarta fotograf�as se puede observar, desde lo alto, la fuerza con la cae el agua.
Encontrar un oasis de pel�culas es mucho m�s dif�cil. Las aguas de los oasis son muchas veces subterr�neas. La vegetaci�n surge debido a la humedad del terreno, pero para poder tener agua se necesita excavar pozos. Cuando existe alg�n peque�o estanque m�s o menos natural se trata exactamente de lo que la palabra ?estanque? viene a se�alar: de aguas estancadas cubiertas por una capa de materia org�nica dif�cil de definir y con una gran cantidad de insectos pululando a su alrededor. Un simple vistazo le quitan al m�s valiente las ganas de tan siquiera intentar tocar esas aguas. Cuando en el desierto existen aguas no estancadas se deben a la cercan�a de alguna monta�a donde se recogen las aguas pluviales y que posteriormente circulan por un r�o que generalmente s�lo leva agua en determinados momentos del a�o. Se trata siempre de terrenos pedregosos, no de arenales, porque el agua no circular�a por un arenal. Lo m�s que puede verse es, como en Taghit, que el cauce del r�o llegue hasta donde empieza la zona de dunas de arena, de modo que desde una determinada perspectiva se puede percibir la sensaci�n de un oasis en las arenas del desierto.
Cuando estuve en Bou Saada, que no est� en el Gran Erg Occidental y por lo tanto no tiene desierto de dunas de arena, pude ver c�mo el r�o en algunos momentos alcanza un remanso y forma un peque�o oasis. El r�o luego cae por una peque�a depresi�n formando la ya nombrada cascada de agua.
Algunas de las fotos de la zona de oasis las cuelgo en este post. Adem�s, de las dos anteriores, empiezo con la que me tom� junto a Ismael en mitad del oasis.

Como el oasis es artificial, se basa en peque�as piscinas o algibes de agua, como el de la foto.
Esta foto puede dar una imagen casi perfecta de lo que es un oasis. Se puede observar que no existe una laguna de agua como tal, sino simplemente una zona f�rtil en mitad de una zona des�rtica.


No quiero escandalizar a ning�n musulm�n practicante. Entr� con el m�ximo respeto y previamente hab�a tomado una ducha. Soy cat�lico practicante y respeto la pr�ctica religiosa de los dem�s de la misma forma que me gusta que respeten la m�a. Mi comportamiento dentro de la mezquita fue el mismo que podr�a mantener cualquier musulm�n y lo que hice dentro fue, adem�s de contemplar la belleza del lugar y sacar varias fotograf�as, rezar al mismo Dios que estaban rezando los que all� estaban.
El viernes es el d�a sagrado del Islam, en el que un mayor n�mero de fieles acuden a la mezquita. El Islam tiene una serie de exigencias para con sus fieles, que com�nmente se denominan pilares, los pilares del Islam. Todo el mundo ha o�do hablar del ayuno del mes de Ramad�n o de la peregrinaci�n a La Meca, que son dos de las exigencias de la fe. Otra es el realizar unas oraciones, meditaciones, en determinados momentos a lo largo del d�a, aunque la mayor�a las acumula para realzarlas en un rato de descanso. Se realiza orient�ndose hacia La Meca, pero no necesariamente dentro de una mezquita. Por eso, el hecho de acudir a la oraci�n de los viernes no es una exigencia religiosa, sino una forma de cumplir con el precepto de la oraci�n. No es equiparable a la exigencia que s� tenemos los cat�licos de acudir a misa, a una iglesia, los llamados ?domingos y fiestas de guardar?.
La oraci�n del viernes suele comenzar en Argelia hacia la una de la tarde y en general finaliza para las dos y cuarto de la tarde. Es el mejor momento del d�a para desplazarse sin atascos por lugares que siempre est�n saturados de veh�culos, pero es en cambio el peor si se quiere realizar alguna gesti�n o comprar algo, porque las pocas tiendas que permanecen abiertas suelen negarse a despachar, a cobrar, durante la oraci�n.
La decoraci�n recuerda m�s a una iglesia ortodoxa, menos recargada, que a una cat�lica, porque en las mezquitas no se ven esculturas, im�genes, ni decoraci�n que simbolice rasgos humanos.
En fin, esa es mi experiencia, que acompa�o de las fotos tomadas en la mezquita de Bou Saada.
Apenas existen puntos para atravesarlo, lo que implica muchos problemas a la hora de desplazarse en per�odos de lluvia. Para muestra, este bot�n.
Lo primero que me sorprendi� fue descubrir que las mujeres que caminan por la calle completamente cubiertas, excepto un ojo, no es exclusivo de Ghardaia, sino que forma parte de la vestimenta de la regi�n, aunque en Bou Saada las mujeres no se esconden por las esquinas.
Lo segundo fue que en un ambiente �rido y seco existiera un hotel de calidad, de los que se pueden recomendar, perteneciente a la cadena del Hotel El Djazair de Argel. La tercera sorpresa fue la cascada, porque yo soy muy simple en mis caprichos y eso de ba�arse en el desierto en una cascada de agua limpia ya merece el viaje.
La vida de Bou Saada gira alrededor del mercado. Parece que todo el mundo haya salido a la calle para comprar o simplemente echar un vistazo a lo que se vende en el mercado.
La mercanc�a no cambia de un d�a para otro, pero la gente acude a curiosear como si se tratara de las �ltimas novedades.
Se trata de un palacete que est� al borde del mar en Bologhine, lo que en la �poca francesa se llamaba Saint Eug�ne, que es el barrio que se extiende desde las faldas de la bas�lica de Nuestra Se�ora de �frica. El tal palacio est� en ruinas y se cuenta que en �l mora un fantasma, atrapado en el tiempo. Ha habido alg�n intento de rehabilitar el edificio que no se ha podido llevar a cabo precisamente por al presencia del fantasma. Los grupos de adolescentes suelen acudir a probar su valor por la noche y se cuenta que en ocasiones salen despavoridos ante los ruidos, e incluso la visi�n, del fantasma.
Para quien quiera conocer mi opini�n, yo no soy nada supersticioso ni creo en brujer�as. Me da igual cruzarme con un gato negro o blanco, montar en un avi�n en el asiento n�mero trece o mirarme en un espejo que est� roto. Si me topo con una vidente que me dice que voy a ganar la loter�a jugando un n�mero acabado en 65 y poco despu�s me encuentro a un vendedor de loter�a que dispone de esa terminaci�n, yo no la comprar�a. S� que la mayor�a de los que no se consideran supersticiosos s� lo har�a, ?por si las moscas?, pero es que yo, insisto, no soy NADA supersticioso. No obstante, creo que no ir�a a pasar la noche a la casa encantada, est� en una zona poco habitada y me parece una imprudencia y arriesgarse a ser v�ctima de un robo o una agresi�n.