Yo he sido toda mi vida filatélico, coleccionista de sellos. Tengo incluso algún trofeo ganado junto con mi hermano en exposiciones a las que acudíamos de adolescentes con nuestros sellos usados de España.
Sin embargo, nunca me dio por la numismática, más allá de guardar como recuerdos de viajes algunas monedas y conservar una hucha repleta de piezas de hace ya bastantes años.
Mi única colección de monedas ha sido la emprendida con motivo de la aparición del euro. Consideré que partía en igualdad de condiciones con el resto del mundo y que era factible obtenerlas más o menos todas. Y me puse manos a la obra para hacerme con lo que yo pensaba que consistía en ocho piezas de doce países diferentes, lo que un total de noventa y seis monedas. Craso error. Existían variaciones y errores para coleccionistas, estrellitas con el año de emisión de cada pieza y lo peor de todo, monedas que no están en circulación, como las emitidas por Ciudad del Vaticano, San Marino y Mónaco.
La disculpa de la colección de monedas me sirvió para viajar en los meses siguientes a diferentes países de la UEM, la Unión Económica y Monetaria. Era la excusa ideal para viajar a Portugal, Bélgica. Holanda o Austria, pero también a San Marino, o a Luxemburgo, donde de otra forma no hubiese ido jamás. De los quince países que habían emitido monedas visité en año y medio todos menos Grecia, Irlanda y Finlandia.
Yo he dado mi colección por completada aunque no tengo las nuevas monedas que imagino que han emitido Eslovenia y Malta, que creo recordar que entró en la UEM hace unos meses. Ya tendré tiempo de conseguirlo.
En Argelia nunca me ha dado por coleccionar monedas o billetes. Existen monedas de uno, dos, cinco, diez, veinte, cincuenta y cien dinares. De las de uno, cinco y diez dinares coexisten además dos modelos de tamaños diferentes. Alguna vez se ve alguna moneda de 50 céntimos, que creo que ya no son de curso lugar. Es lo mismo que ocurre con los billetes de cinco, diez, veinte y cincuenta euros, de los que conservo algún ejemplar. Actualmente sólo se usan los billetes de cien (casi desaparecidos), doscientos, quinientos y mil dinares.
El papel moneda suele presentar un estado de conservación bastante lamentable. Muchos billetes están sucios, rotos y reparados con cinta adhesiva. Y, sin embargo, se aceptan total normalidad.
martes, 29 de julio de 2008
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