Hace bueno. Seg�n la prensa, unos 28 grados en Argel y casi 40 en el sur el pa�s. Acabo de encender el aparato de aire acondicionado de mi despacho y lo he puesto, �por fin! en posici�n "verano". Porque va a ser el primer fin de semana realmente veraniego. El viernes y la ma�ana del s�bado se los he prometido a Samia, m�s ahora que no puedo acudir a la inauguraci�n de la Feria Internacional de Argel por las medidas adicionales de seguridad.
Antes tengo que acabar infinidad de cosas y me encuentro agobiado. Voy a explotar y no s� por d�nde. Es muy dif�cil acumular tensi�n, trabajo, presi�n personal y laboral y callarse, poniendo buena cara. Yo tengo siempre necesidad de comunicar, de no guardarme nada, de exteriorizar lo que en ese momento siento, aunque no sean mis verdaderos sentimientos. Pero aqu� no puedo. He comprobado que no puedo, porque cuando lo intent� me traicionaron para complicarme la vida y hasta hubo quien se crey� las mentiras. Ahora ya no me f�o de nadie y siento m�s la soledad. Me doy pena de m� mismo, porque yo quiero ser como antes, ingenuo y sincero (que no quiere decir tonto, que no lo soy). No valgo para actuar de otra forma.
De alguna forma me veo regresando a 1998, a mi anterior experiencia en la Oficina Comercial, cuando el mal ambiente que se respiraba en determinados �mbitos de la colonia espa�ol por un exceso de convivencia me hac�a estar con mil ojos, atento a todo lo que pasaba, por instinto de supervivencia. Quiero ser natural, yo mismo, psicol�gicamente relajado, que ya pongo suficiente tensi�n en cada uno de mis actos.
Es divertido imaginar que, como ahora lo que hago es explayarme en el blog, sin dar nombres, alguno se va a sentir aludido y molesto, m�s que si me sirviera de un amigo para despotricar despu�s del trabajo por todo lo que no me ha salido como yo quer�a. Y el caso es que no he escrito estas l�neas contra nadie, para perjudicar a nadie, porque tengo muy buen concepto de las personas que me rodean. Quiz�s sea un defecto, pero yo creo en la gente, estimo a mis compa�eros de fatigas argelinas y me caen todos muy bien. El secreto est� en que cuando algo no me gusta lo digo, lo exteriorizo. Y lo expulso, porque a partir de ah� ya no guardo nada. Y en los detalles positivos me fijo y los admiro. He hecho durante muchos meses una �nica excepci�n, callarme, con una sola persona, porque he preferido en todo este tiempo no echar m�s le�a a un fuego que prend�a medio bosque y limitar mis cr�ticas a detalles anecd�ticos. Me lo hab�a propuesto antes de venir y lo he seguido casi al pie de la letra, pese a algunas incomprensiones. Ahora veo que el final del t�nel no llega, que esto se alargar�. Y ya no puedo m�s.
Cuando uno est� mal las cosas no van. Por ejemplo, quiero perder los casi cinco kilos que engord� en mi �ltimo viaje a Galicia y no encuentro la forma. He estado bien durante tres d�as, aguantando, pero ayer ced�. Desayun� en exceso, almorc� normal, merend� algo m�s de lo recomendable y me pas� tambi�n con la cena. No pasa nada por cometer alg�n exceso, hay que permitirse algunos caprichos. Pero luego, al llegar a casa, la llamada recena fue la de un bul�mico compulsivo. Evito detalles porque uno, aunque no lo parezca, tiene su nivel de pudor y hay cosas que da verg�enza reconocer. La realidad es que en un d�a he echado a perder el esfuerzo de una semana.
No quiero asustar con mi post de hoy, es mi forma de explayarme. Aunque si alguien me toma en serio y me ofrece trabajo en otro lugar no le voy a decir que no. Pronto cumplir� un a�o en Argel y ya deber�a ser tiempo suficiente para hacer las maletas. Un d�a de estos empezar� a actualizar mi curriculum vitae.
Por cierto, acabo felicitando a mi predecesor en mi puesto de trabajo, aunque ni lo va a leer ni creo, ni quiero, que se lo lleguen a contar. Me ha ayudado mucho m�s de lo que �l imagina. En realidad s�lo le he llamado pidiendo ayuda en dos ocasiones; una al poco de llegar, por indicaci�n de la superioridad, y la otra hace tres meses para poder ofrecer una buena formaci�n a alguien que lo necesitaba y yo creia que lo merec�a, aunque luego no hizo falta. Pero su ayuda ha sido mucho m�s sutil y �l lo sabe. Ahora que abandona la solter�a, le deseo mucha felicidad como hombre casado.
jueves, 5 de junio de 2008
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