martes, 19 de agosto de 2008

Accidente de tráfico

Este domingo he provocado mi primer accidente. No es el primer accidente que sufro, porque ya se empotró un vehículo contra el mío hace nueve meses cuando me dirigía al aeropuerto. También me cayó un árbol encima del coche hace casi medio año. Pero éste es el primero que provoco yo, del que soy culpable.

Las circunstancias han sido parecidas a las de un susto que ya sufrí el pasado mes de enero. Entonces me despisté conduciendo y sólo el grito de mi acompañante, que luego sufrió un ataque de histeria, hizo que todo quedara en un ligerísimo toque sin el más mínimo rasguño. Pero en esta ocasión viajaba solo y con la mente en otra cosa, algo que nunca hay que hacer al volante. Un coche estaba detenido en mitad de la calzada, porque otro delante de él estaba aparcando y ni me enteré hasta que me empotré contra su maletero. Fue algo parecido a las pruebas que se hacen de seguridad para comprobar la resistencia de los vehículos. Posiblemente circulaba a unos 30 kilómetros a la hora, pero un choque sin frenar para nada a esa velocidad, como en los autos de choque, es suficiente para destrozar un vehículo. Al mío no le ha pasado gran cosa para lo que pudo haber sido.

En mi estado de ansiedad no ha resultado una prueba fácil. El otro conductor realizó una llamada telefónica, supongo que para pedir asesoramiento, y yo me estaba poniendo nervioso, consciente de que voy a quedarme sin coche para una temporada. Empecé a rellenar los datos del seguro por mi cuenta y posiblemente se los hubiera dejado allí para seguir mi camino. Pero recuperé la calma, me agarré mentalmente a una mano amiga de éstas que se me extienden en el blog y yo mismo me exigí calma.

El último párrafo lo he escrito para que quede constancia de que del accidente también puedo sacar conclusiones positivas.

No hay comentarios: