Los días que me encuentro con ganas de escribir cuento con la ventaja de disponer de mucho tiempo para ello. Lo que hago es dedicarme a responder con profundidad a amigos y conocidos, siempre que no se trate de explicar cómo me encuentro anímicamente, porque eso me acaba afectando. El blog me ha dado mucho juego y siempre cuento con gente que comparte conmigo sus problemas e ilusiones. Son además los días que aprovecho para dejar escritos y pendientes de publicar diferentes comentarios que cuelgo en el foro para su aparición en el futuro. De esa forma he llegado a acumular casi una docena de comentarios en lista de espera.
Yo me he dado cuenta de que con este proceder el blog ha perdido parte de vida, que no es lo mismo escribir hoy y publicarlo dentro de semana y media que cuando a las siete de cada mañana corregía lo escrito la noche anterior y luego lo colgaba directamente en el blog. Pero es la única forma de garantizar una presencia diaria, independientemente de mi estado de ánimo.
Hoy hago una excepción. Regreso a los orígenes, escribiendo el martes para publicar el miércoles, si bien el problema en estos momentos es que cada día me surgen demasiadas cosas que podría contar. Por ejemplo, mientras escribo hay un furgón de la policía interviniendo en los bajos de mi edificio, después de una disputa entre vecinos que merecería ser contada, porque se mezclan muchos aspectos curiosos de la idiosincrasia argelina.
Resultaría interesante explicar lo que he hecho durante el día, como el regreso después de mucho tiempo a la llamada cueva de Cervantes (tengo pendiente de narrar mi actuación del año 2000 para salvar la placa allí colocada por el ejército español). O el encuentro junto a la cueva con una niña de siete años, argelina residente en Zaragoza, que se ha comportado educadísimamente y con unas formas absolutamente europeas, nada que ver con las niñas de su edad que merodeaban por el lugar. Incluso ha sabido despedirse con una elegancia y clase poco común para su corta edad. Todo ello dejaba en evidencia las carencias del actual sistema educativo argelino, no sólo el escolar sino el que emana de la percepción diaria de la sociedad argelina, que no forma los ciudadanos que el siglo XXI reclama.
También tendría que escribir algo más sobre la despedida de Carlos, que después de pasar unas semanas de vacaciones en mi casa de Argel ha regresado a Madrid, para tristeza de muchos de mis vecinos, que no paran de preguntarme por él cuando le vieron por última vez hace unas pocas horas.
Habrá quien prefiera conocer detalles de la llamada que he recibido de la Cadena Ser para participar en la tarde de este miércoles en un programa de radio, pero será más interesante contarlo a posteriori.
Finalmente, entiendo que en días como éste la asociación Argelia-terrorismo recobra su fuerza en la mente de muchos lectores. Como casi todos sabrán, un atentado terrorista en la provincia de Bumerdés ha producido más de 40 muertos. El saldo de ciudadanos asesinados, como desgraciadamente parecen clasificarse estas barbaries, es superior al del doble atentado del pasado 11 de diciembre del que fuimos víctimas en mi Oficina Comercial. Un detalle que para muchos pasará desapercibido, pero no para quienes sufrimos aquella experiencia y que de alguna forma nos vemos obligados a revivirla.
No dispongo de ninguna información privilegiada ni confidencial, más allá del seguimiento de la situación que puede realizar cualquier ciudadano y un olfato desarrollado para entender el país en el que trabajo que en este caso me ayuda a atar algunos cabos. Pero mi impresión personal no pasa de esa categoría de personal.
Hace unos meses se produjo el relevo en la Presidencia del Gobierno de Argelia, con el retorno de Uyahia, que implica una menor complacencia con el integrismo islámico. La voluntad de completar las actividades que el anterior gobierno no era capaz de finalizar incluye la eliminación de los terroristas presentes en algunas zonas de la Cabilia. El ejército ha recuperado técnicas, jefes militares, asesores y confidentes de hace cuatro años, cuando se optó por una mayor tibieza que ayudara a aislar a los terroristas en el plano social y que así optaran por acogerse al arrepentimiento. Y la guerra, aunque el término no es correcto, se ha recrudecido, volviendo a colocar al Presidente Buteflika como uno de sus objetivos. Tengo la percepción de que están actuando como células aisladas y con poco contacto entre ellos. El grupo que actuaba en la zona de Tigzirt, que aparentemente podía ser el que ofrecía más carga ideológica, ha sido diezmado por la actuación del ejército. A su vez, en el extremo oriental de la Cabilia, en Jijel y Collo, cerca ya de Skikda, es donde peores resultados militares se han logrado, puesto que las bajas sufridas por el ejército han sido numerosas, entre ellas la de un importantísimo cargo militar, víctima de una emboscada cuando acudía a comprobar el balance de un atentado anterior.
Los intentos de los terroristas por actuar en la capital, donde la repercusión mediática es mucho mayor, son evidentes. Han conseguido puntualmente asesinar y poner bombas en las cercanías, siempre al este de Argel, principalmente a primeros de junio en las cercanías del recinto ferial y hace unas semanas en una zona de playa.
El atentado de este martes ocurre en la provincia de Bumerdés. En mi opinión, no es ninguna sorpresa ni cambia el estado de seguridad en Argelia. La región de la Cabilia, la zona costera al este de Argel, es muy peligrosa y en la actualidad es una temeridad aventurarse en ella. La vida en Argel no es más insegura que en muchas ciudades del mundo en las que ni nos planteamos el riesgo existente.
Creo que así respondo a quienes me preguntan constantemente por el riesgo de aceptar un puesto de trabajo en Argel. Yo no tengo ninguna voluntad suicida, no cobro ninguna prima de riesgo y creo que la mayoría de mis compatriotas expatriados están en mi misma situación. Trabajar en Argel capital no es especialmente peligroso. Hacerlo en las afueras, en determinados trabajos que se desarrollan en localidades cercanas a la Cabilia o a cielo abierto puede ser otra historia. Las empresas situadas en la zona de Ruiba no gozan del mismo grado de protección y pueden entenderse medidas de repatriación de familiares de trabajadores y directivos. Y también convendría recordar que hace unos pocos días se produjo un atentado en la localidad de Boudouaou (pronunciado Buduaú), cerca de Bumerdés, que en la actualidad no ofrece garantías de seguridad suficientes.
Para quienes quieren preguntan por las condiciones de las amenazas especificas proferidas por Al Qaeda del Magheb contra los españoles, decir que en Argel hubo un tiempo en el que los expatriados de la Embajada de España eran alojados en un edificio alquilado por la Embajada de España y que cuenta con medidas de seguridad. Cuando yo llegué hace un año se nos retiró a mí y a los becarios de mi Oficina Comercial esa posibilidad de la que había gozado mi predecesor, por lo que entiendo que a nivel de autoridades españolas no se considera peligroso vivir en un edificio de vecinos en el que obviamente todo el vecindario conoce quien eres, cuál es tu coche y tus horarios de entrada y salida. Y, efectivamente, no hemos sufrido ningún ataque terrorista ni se nos ha planteado la posibilidad de volver a alojarnos bajo custodia policial española. Ahora que además la presencia de españoles entre los cargos de responsabilidad de la representación de la Unión Europea en Argelia adquiere más importancia, lo último que hay que hacer es vivir obsesionado.
miércoles, 20 de agosto de 2008
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1 comentario:
Buenas, Antonio, mi nombre es Carlos. Perdona que me aproveche, pero he encontrado tu blog buscando información sobre Argelia porque me han ofrecido en mi empresa ir a hacer una obra. Es una buena oportunidad profesional y, sobre todo económica, teniendo en cuenta lo crudas que pintan las cosas en España. La zona es cercana a Orán son las localidades de Mostaganem y Mohammadia. Quería, principalmente saber si existe riesgo en hacer una vida normal, viviendo en una casa particular y moviéndote solo con tu propio vehículo. Sé que Argel es bastante seguro, pero no sé si en localidades pequeñas existe esa seguridad. Espero me des una respuesta a la que te estaré muy agradecido. Un saludo
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