Mañana empiezan los Juegos Olímpicos Pekín 2008.
Anuncio que no voy a ver la ceremonia de inauguración. Y no lo voy a hacer por mi desprecio hacia un régimen político como el chino.
Seguiré las diferentes pruebas deportivas que se celebren, porque los deportistas acuden a practicar deporte. Pero las jornadas de inauguración y de clausura no son acontecimientos deportivos, sino espectáculos, generalmente muy brillantes, para mayor honra de quien manda.
A mi me encanta los espectáculos del Circo del Sol y me imagino que se tratará de algo parecido. Pero seguir o no la muestra de las glorias del régimen chino es de lo poco que yo pueda hacer frente a un Estado que no respeta los derechos humanos. Es un pequeño sacrificio fente al de tantos que lo han pagado con su vida. Por eso, me sacrificaré y no lo veré.
Y además de hacerlo, lo digo.
jueves, 7 de agosto de 2008
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