viernes, 8 de agosto de 2008

Mauritania

Dicen que un país suele tener los dirigentes que se merece. Creo que en general se podría decir que es verdad. Miro a Argelia y veo a un presidente a la altura de la nación. Un país orgulloso, que no busca un régimen democrático, sino a una especie de padre de familia (de familia islámica, se entiende), que intenta situarse por encima del bien y del mal y a quien nadie critica. Pocos están contentos y son millones los que desearían emigrar, pero nadie hace nada. Si el Presidente desaparece durante semanas y se diría que no da ni golpe, quizás por enfermedad, sigue estando a la altura de un país que tampoco no destaca por su laboriosidad.

Siempre se ha dicho que el nivel cultural de los norteamericanos es bastante bajo. Así que no podrían tener un presidente que fuera mucho más allá. Por eso no me sorprende cuando leo que los contribuyentes norteamericanos están muy descontentos por el hecho de colaborar con sus impuestos a la reconstrucción de Irak. Bien mirado, “reconstrucción” significa que antes se ha pasado por dos pasos: por una construcción inicial y una destrucción posterior. ¿Y quién es el culpable de la destrucción? Más que colaborar, lo que tendrían que hacer es pagar la totalidad, aunque los daños físicos y la ruina de la esperanza de llevar una vida en condiciones de muchos iraquíes son daños irreparables.

Pero ver el daño en tu propia casa es mucho más difícil. ¿También nosotros seremos tontos, ineptos o corruptos para merecernos los dirigentes que tenemos? He leído unas declaraciones de un político llamado Lissavetsky, responsable del Gobierno de ZP para el deporte, en relación con los Juegos Olímpicos de Pekín. Dice que los deportistas no pueden hacer declaraciones políticas y que espera que los Juegos Olímpicos sirvan para avanzar en la democracia en China. Evidentemente, un individuo que confunde los derechos humanos con la democracia sólo puede ser tonto o político. O ambas cosas a la vez. Es mejor que les aconseje no consumir drogas, algo penado en China con la pena de muerte. Un positivo por cannabis en un control antidopaje puede acabar en teoría en la horca, en un país en el que lo de menos es si el gobierno ha sido elegido democráticamente.

Yo en realidad sólo quería contestar a una pregunta que me hacían sobre Mauritania, donde se ha producido un golpe de Estado. Desde que escribo un comentario hasta que lo cuelgo en el blog suelen pasar unos días, pero estoy escribiendo a las pocas horas de que un golpe militar se haya hecho con el poder en Mauritania. Se trata de un país limítrofe con Argelia, perteneciente a su misma región geográfica, participante en los mismos foros internacionales de desarrollo. Conviene recordar qe los terroristas de Al Qaeda del Maghreb, antiguos miembros del Grupo Salafista para la Predicación y el Combate, son argelinos, mantienen sus reuniones entre las localidades de Tizi Ouzou y Buira en la Cabilia argelina y han actuado en Mauritania. De alguna forma, su acción terrorista, que se cargó la última edición del rally de Dakar, ha sido decisiva en la desestabilización mauritana y puede entenderse que hay una cierta culpa de ciudadanos argelinos en lo ocurrido estos últimos meses. Pero ni el Gobierno argelino tiene nada que ver ni existe un riesgo de desestabilización adicional de la región. La deriva del régimen era evidente en los últimos meses y el Gobierno lo que hizo fue sustituir a la cúpula militar que aparentemente había realizado movimientos para evaluar el apoyo popular a un golpe de Estado. Creo que el Gobierno era consciente de ello e intentó inyectar ayuda exterior, más necesaria que nunca para uno de los países más pobres del plantea y que más sufre el incremento del precio internacional de los alimentos básicos. Todo esto lo cuento como observador ajeno al asunto, sin ninguna información de carácter privilegiado y sin ningún vínculo con quienes estarán investigando ese posible efecto contagio.

No son muchos los mauritanos residentes en Argelia. No dispongo de cifras, pero probablemente son más los que residen en las Islas Canarias. Se trata de un país muy poco poblado, que en buena parte vive de la acción de organizaciones internacionales de ayuda al desarrollo, que para España ofrece un enorme potencial de pesca y cuyos recursos mineros no han sido aún explotados. Si no recuerdo mal, el Gobierno español condonó la deuda pública que mantenía con España y en el último viaje a Argel del Ministro de Asuntos Exteriores español creo recordar que procedía de Mauritania, donde se había firmado un acuerdo recíproco para protección de inversiones, que conseguirá que algunas empresas españolas se decidan a invertir y realizar algunas labores de tratamiento del pescado en suelo mauritano. Sus habitantes eran hasta época reciente nómadas y sólo en la segunda mitad del siglo XX se asentaron en una capital, Nuakchot, creada de forma artificial. Me contaba hace unos días un mauritano cómo ellos viven de espaldas al mar y que una casa en Nuakchot es menos valiosa si está al lado del mar que si se sitúa unos kilómetros hacia el interior.

Mauritania fue firmante de los acuerdos de Madrid por los que España se desentendió del futuro de los saharauis. Posteriormente, por la presión armada del Frente Polisario, cedió a Marruecos la tutela sobre la provincia del sur, que los marroquíes no dudaron en incorporar como provincia propia. Desde los campamentos de los refugiados saharauis hasta la frontera con Mauritania la distancia no es muy importante.

Los mauritanos ofrecen una gran variedad étnica. En el norte y centro son magrebíes, de etnia bereber, de piel algo más oscura que los marroquíes, fácilmente confundibles con los saharauis. En cambio, en el sur son de raza negra. Se

El golpe de Estado en Mauritania puede afectar a los acuerdos regionales de la Unión Europea de los que participa Argelia. A corto plazo es posible que suponga un retraso en la ejecución de algunas medidas.

Pero yo soy positivo con todo esto. Apoyar la democratización de un país pasa por apoyar primero el desarrollo económico. Lo he comentado unas líneas antes, a propósito de la confusión de los políticos entre democracia y derechos humanos. A la gente le importa muy poco el nombre de la persona que manda si no tiene una vivienda justa, un trabajo con un salario digno y un acceso a la sanidad y a la educación. Si no se tiene educación cualquier cacique puede alcanzar el poder bajo la apariencia democrática, como ha pasado en otros países del África negra. Tenemos una buena ocasión para darnos cuenta de que el sistema americano de sometimiento de gobiernos extranjeros no funciona. Si la Unión Europea representa el desarrollo de la economía del bienestar y queremos exportar nuestra filosofía, no se hace con acuerdos económicos con los gobiernos, sino con apoyo real al desarrollo de la población.

Recientemente se presentó ante el Consejo de Seguridad de la ONU una propuesta para tomar medidas en contra del gobierno de Zimbaue. El presidente es el mismo que en el pasado propugnaba teóricamente como armas de lucha política el asesinato y la violencia. También el mismo que la aplicó contra los habitantes de raza blanca a los que despojó de sus tierras bien cultivadas para dárselas a sus amigos de tribu y así descubrir en el hambre del pueblo que el marxismo se basa en unas enormes mentiras. Es el mismo que en las anteriores elecciones ya eliminó a sus adversarios políticos. Pero esta vez se prefería como Presidente a su opositor y por eso se presentó la propuesta de sanción. El ridículo sistema de vetos, que en general sirve para que Estados Unidos bloquee las propuestas para sancionar los desmanes de un gobierno asesino israelí que se cree propietario de las tierras palestinas, fue utilizado en esta ocasión por China y Rusia. Lo de China se entiende de sobra, son tal para cual.

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