He conseguido descargar las fotos que se acumulaban en la memoria de mi cámara y las que ya estaban en el pendrive (aquí le llaman flash-disk) que me robaron. Ahora me falta darles el formato y tamaño adecuado para enviar.
Y aprovecho para rescatar las fotos de una gamberrada chiquitina. La protagonizamos Elisabet y yo. Ambos disfrutamos haciendo lo que nos da la gana y buscando la pequeña provocación allá donde podemos permitírnoslo. O cantando a duo en un karaoke. Y como está de paso en Argelia, se puede permitir infinidad de cosas.
Hace mes y medio fuimos cuatro personas a pasar el día a un balneario. Hasta hace poco, lo que nuestros abuelos llamaban tomar las aguas era un balneario urbano, pero ahora en España sería un Spa y aquí, que toda la vida hubiese sido un hammam, ahora se llama centro de talasoterapia. Pero estamos hablando de lo mismo.
Otro día contaré la aventura de pasar un día completo en un centro de estos, que merece la pena. El caso es que al salir nos enseñaron otro balneario más sencillo, desprovisto de tratamientos médicos. Y cuando nos enseñaron las duchas, a Elisabet se le ocurrió inmortalizar el momento con las fotos de una pillada. Es decir, como en una fotonovela, inventamos la película de una pareja que, duchándose juntos, son pillados por una cámara fotográfica. Adjunto dos secuencias.
Como se puede ver, el día a día de Argel está lleno de buenos momentos y de buen humor.
sábado, 16 de agosto de 2008
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