Me decía hace unos años un conocido que lo tercero peor que se podía ser en Argelia después de judío y de cerdo era perro. La afirmación me parece injusta, aunque representativa de muchas cosas.
Las costumbres están cambiando y las familias pudientes empiezan a considerar el tener un perro como signo de distinción. No obstante, son aún muy pocos los que tienen perro en su casa y los pobres canes están en clara desventaja respecto a sus tradicionales oponentes, los gatos. El gato es un animal querido y apreciado, al que incluso se deja entrar libremente en muchas mezquitas, algo que jamás he visto hacer con un perro. Los gatos argelinos son curiosamente conscientes de su situación y desde que son cachorros se acercan sin miedo a los humanos. En las ciudades esquivan los coches con la misma destreza que en nuestras calles aplican las palomas. Suele sorprender además encontrarse con ejemplares robustos y hermosos, con un pelaje brillante, muchos de ellos de raza. Yo no he visto nunca un gato persa o de angora callejero en Bilbao, por ejemplo, pero sí en Argel.
He leído últimamente en la prensa dos noticias un tanto sorprendentes. La primera ha sido un reportaje sobre el problema de los perros abandonados en Argel y cómo se dispone de una cuadrilla de laceros cuya función es recoger los perros y luego eliminarlos mediante la aplicación de corrientes eléctricas. Cuando lo leí pensó que al menos no aplican el método de segar la yugular de un solo tajo y mirando hacia La Meca, como se sacrifican los animales que luego van a ser comidos o los terroristas islámicos hacen con sus víctimas.
La segunda noticia se refería a lo ocurrido con un grupo de cuatro personas que fueron en coche al monte, acompañados de un perro, para preparar un asado de cordero. Al parecer, prepararon el fuego, comenzaron a asar la comida y se fueron a dar una vuelta dejando al perro dentro del coche. El animal consiguió salir del vehículo y lo que hizo fue dar buena cuenta del festín que sus acompañantes se pensaban dar. Cuando los cuatro llegaron al lugar descubrieron que el perro estaba mordiendo el asado y se enojaron. De manera absolutamente salvaje, su reacción fue de una crueldad extrema: utilizaron la gasolina con la que habían encendido la fogata para verterla sobre el perro y le prendieron fuego. Se divirtieron viendo al pobre animal aullar de dolor y morir quemado vivo. Casi al final, el perro logró moverse hasta agazaparse, en llamas, debajo del coche, Esto provocó que el depósito de gasolina se incendiara y con él seguidamente el vehículo completo. De esa forma, los crueles asesinos se quedaron sin medio de transporte, que además tuvieron que pagar, porque el vehículo era de alquiler.
jueves, 21 de agosto de 2008
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3 comentarios:
Ya sabes que esa barbaridad que cuentas tiene que ver con los animales favoritos o detestados por el Profeta. En Espa�a (no s� si te has fijado) pasa al rev�s. Los gatos callejeros casi ya no existen porque est�n siendo sistematicamente atacados y exterminados por gat�bobos en algunos casos due�os de perros que los utilizan para matarlos y aqu� no tiene que ver con las preferencias de nuestro profeta, que yo sepa.
Son atrocidades (unas y otras) condenables que dicen mucho de la inhumanidad de los seres "humanos". �Nunca aprenderemos!
Un saludo.
Hola. Gracias pro el comentario.
S�, las ara�as y los gatos gozan de ciertas ventajas en Argelia. Aunque tampoco demasiadas.
Los laceros act�en te�ricamente en el centro de Argel, aunque donde m�s perros abandonados acaban capturando es en la zona de Zeralda, Staoueli y Club de Pins. En el primer semestre de este a�o han capturado 4.000 perros y 7.000 gatos, algo �s� como ochenta animales cada d�a. Los animales capturados con conducidos a la perrera de El Harrach, donde al tercer d�a los matan mediante una descarga el�ctrica.
La verdad es que condenar a la silla el�ctrica a un pobre animal tampoco resulta agradable, aunque entiendo que no queda otra soluci�n.
De acuerdo en que tienen otras prioridades, pero tambien hay que empezar a decirles lo que pensamos que hacen mal y t� eres valiente.
Ah, donde he puesto "gat�bobos", quer�a decir "gat�fobos", naturalmente.
Un saludo.
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