miércoles, 10 de diciembre de 2008

Difama, que algo queda

El que da título al comentario es un refrán que me enseñaron en mi casa desde que era bien pequeño. Hay otro similar, más largo y en forma de pareado, que dice “cría buena fama y échate a dormir, que como la cojas mala ya te puedes morir”. Y en eso pensaba al ponerme a escribir el comentario de hoy.

No me voy a referir a quienes se han llegado a creer en mi entorno que he actuado de chivato, porque quien conociéndome se haya creído tamaña falsedad no merece ser considerado un amigo. El comentario de hoy guarda relación con lo que me sucedió en los últimos días de estancia en mi anterior vivienda, en el barrio de Ben Aknún.

Según me han explicado, el guardián del parking de mi residencia propagó el rumor de que yo trabajo en la Embajada de España y tengo acceso a conceder visados denominados Schengen, de entrada al espacio común europeo. Más aún, el rumor continuaba asegurando que tenía establecido el cobro ilegal de 5.000 euros por cada visado que concedía de manera ilegal. Y finalizaba explicando que hice una excepción con una argelina que ahora residía ya en España, que me pagó con favores sexuales.

Yo supe de ello cuando me vino una persona preguntando por una rebaja en su visado. Lógicamente, yo no entendía nada. Y no podía dar crédito a lo que estaba oyendo. Cuando acudí al guardián me negó todo. Sin embargo, otros conocidos suyos me vinieron posteriormente con el mismo cuento e incluso me temo que ni se creyeron que no trabajo en el Consulado de España.

Para quien esté muy alejado de este mundo de visados y embajadas, debo explicar que la oficina en la que yo trabajo nada tiene que ver con Asuntos Exteriores, sino con Industria. Es como si cuando esos niveles de corrupción ocurrían en España se acudiese a un amigo que trabaja en el Ministerio de Educación para que le quiten una multa de tráfico del Ministerio de Interior. Ni siquiera estoy en la misma zona de la ciudad, ni conozco al personal del Consulado, salvo excepciones, ni el mecanismo de trabajo que tienen. Y ningún español en su sano juicio se presta a falsificar un dossier para emitir un visado.

A raíz de mi experiencia tengo más razones para no creerme las historias de compra de visados. Hay espabilados que hacen creer a algunos incautos que les van a conseguir ilegalmente un visado y lo único que hacen es lo que en España sería la función de una gestoría. El pobre estafado paga así una suma exagerada a un intermediario por algo que se ha conseguido de forma legal.

El último caso que me han contado ha sido en los campamentos de refugiados de Tinduf, donde muchos de los saharauis que allí viven desean establecerse en España, además de muchos niños que han superado ya los trece años y desean seguir viendo cada verano a las familias españolas que les han albergado en años anteriores. Uno me contó cómo había entregado una gran suma de dinero a alguien que le aseguró que consigue introducir a algunas personas en los listados de visados a conceder por diferentes causas. Y que tras haber pagado se encontró con que le habían estafado y que su visado no había sido gestionado.

En toda mi larga estancia en Argel, entre 1998 y 2001 más el último año y media, sólo he solicitado dos veces que se le conceda un visado de entrada en España a un ciudadano argelino. Y en ambos casos fue por razones de trabajo. Gracias al blog, o por su culpa, he recibido varias peticiones de españoles que solicitaban mi intermediación para conseguir que un amigo, un novio, un pariente argelino obtuviera un visado. Siempre respondo lo mismo, que puedo hacer menos que ellos, porque ni siquiera puedo invitarles, al no ser residente en España sino en Argelia. Y que sólo conozco el procedimiento de oídas.

Supongo que, aunque he cambiado de vivienda en Argelia y las personas a las que hicieron llegar la falsedad sobre mi actividad no saben dónde vivo ahora, de vez en cuando me encontraré con alguien solicitando un descuento para su visado. Es el precio de la calumnia ajena. Y sé que alguien siempre se quedará con la duda sobre si es o no cierto. Claro que cuando me pregunto cómo podría demostrar la falsedad de la difamación de tener realmente algún acceso a la concesión de visados, también caigo en la cuenta de la otra difamación que comentaba al principio, que más de uno se ha creído.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola,

Me ha parecido muy interesante tu artículo, la verdad es que he caido en tu blog por casualidad ya que andaba buscando informacion sobre los visados que expide Argelia, ya que tengo un amigo que vive allí y querría venir aqui. Aunque sé que solo conoces el proceso "de oidas" me gustaría que si tienes dos minutos me expliques lo que sabes acerca de esto.
Te lo agradecería enormemente.
Mi e-mail es lescheminsdelavie@yahoo.com

Un saludo

Ana