miércoles, 3 de diciembre de 2008

El tamaño no importa

Me contaba hace poco un periodista que en el mundo occidental se está imponiendo una forma de hacer periodismo escrito que copia el formato televisivo de despertar el morbo del público. Y que el mejor recurso es siempre recurrir al erotismo, real o fingido. Este último consiste en jugar con el equívoco y el doble sentido. En la prensa por Internet se ha comprobado que en esos casos el artículo es leído con más interés e incluso impreso más veces para su lectura sosegada.

En Argelia existe un modelo muy antiguo de jugar al titular ingenioso e inteligente, al estilo de los tabloides británicos. El periódico del régimen, El Moudjahid, vivero de casi todos los periodistas en activo, es maestro en este arte.

Mi título de hoy procede de mi reflexión antes de ponerme a escribir. No puedo contar novedades, porque tengo que escribir el texto un par de días antes de su publicación, pero basta con unas pocas líneas para que ningún amigo piense que he vuelto a las andadas y me comienzo a flaquear. Nada de eso. Y para demostrarlo basta con un texto cortito, no hace falta aburrir.

Claro que ahora he dejado a alguna persona con la miel en los labios, dicho sin segundo ni tercer sentido. Bueno, a ver si mañana escribo de penes y cumplo con las expectativas despertadas entre las lectoras.

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