viernes, 19 de diciembre de 2008

A pedir de boca

Hay días en los que casi todo sale bien. Y este jueves lo podría enmarcar.

La primera buena noticia fue la reparación del ascensor. Ya me había acostumbrado a subir los ocho pisos, 158 escalones, andando. Pero proporciona una gran alegría llegar al portal cargado de compras y comprobar que, como en Europa, como en las películas americanas, basta con apretar un simple botón y aparece una caja enorme que te eleva hasta tu planta. Lo que es la modernidad. En mi caso, que tengo tan mala cabeza que rara es la mañana que no me toca subir de nuevo a mi casa porque me he olvidado algo importante, representa el no va más de un inmueble argelino: tener ascensor y que funcione.

Estoy escribiendo en clave de humor, pero lo cierto es que he tenido mucha suerte con mi edificio. Somos unos cincuenta vecinos, porque mi vivienda es grande pero en pisos inferiores equivale a dos y hasta tres viviendas diferentes. Mientras que las comunidades de vecinos rara vez funcionan en Argel, en mi vecindario se ha constituido una asociación de conservación del edificio, denominada El Amel, a la que algunos vecinos dedican parte de su tiempo libre. Y lo mejor de todo es que funciona.

El segundo notición es que ha dejado de llover. Recupero así mis vistas sobre la bahía de Argel. También ahora se puede pisar en el suelo sin medio a que de entre las baldosas surja un chorro de barro que lo salpique todo. Y la falta de lluvia significa el fin de mi gotera, porque mi casa sí que es tan particular que cuando llueve se moja como el patio de las demás (quien no entienda la última frase es que no conoce la canción; lo digo sobre todo para los lectores no españoles).

Tercer motivo de alegría: tengo teléfono en casa. Después de casi un mes y cuando menos me lo esperaba. Yo no me creía que fueron a reparármelo un jueves y que además funcionara. Pero así ha sido. Igual es que estaban esperando que funcionara el ascensor para no tener que subir unas cuantas veces a pie los ocho pisos.

Con todo, la mayor alegría fue tener en mis manos el billete de avión a Madrid para irme a pasar las vacaciones en casa. Desde Madrid proseguiré viaje en autobús a Bilbao, porque no me fío de los retrasos que pudieran darse y es mejor no llevar la continuación cerrada. Van a ser unas Navidades diferentes, pero tan entrañables como siempre.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo José Antonio, que el hecho de que ya funciones el ascensor de tu edificio, le hace perder su encanto a tu ciudad. Ya se que pensarás que soy un poco cabroncete, pero si dentro de unos dias no te deja colgado con las bolsas de la compra, pensaré que te has quedado a vivir en Bilbao.

Explica un poco cuál es tu idea sobre la encuesta, yo ya estoy ligado a una iniciativa con respecto a los antiguos territorios españoles y por tanto me preocupa todo lo que se haga en su beneficio.

FELIZ NAVIDAD PARA TI, TU FAMILIA Y TODOS LOS QUE TE SIGUEN, QUE EL NIÑO QUE VA A NACER OS BENDIGA A TODOS.

José Luis.

Anónimo dijo...

Te equivocas, mi edificio tiene una asociación que se encarga de conservarlo en buen estado. Y es uno de los mejores asecensores de la ciudad, aunque sólo para dos personas a la vez.

Lo que propongo es contar un poco la situación, lo que he visto, lo que s epuede hacer. Y movilizar a personas para mejorar el tema del cuidado de la dentadura, onseguir sillones de dentista,material para extracciones y cosas similares. Pero no es Argelia y no sé si puede molestar que utilice esteblog para ello. Si hay un número importante de rechazos, no traté el tema en el blog. Si hay casi unanimidad, intentaré crear una red de recogida y tansporte de todo lo imprescindible.
Feliz Navidad a ti y a los tuyos, también. Y gracias por el mensaje.