El otro día mi amigo Bogdan comentaba que había descubierto en Barcelona una tableta de chocolate de marca Milka relleno de caramelo y avellanas enteras. Tocaba ahí una de mis debilidades, porque estoy compatibilizando mi régimen de adelgazamiento con un mínimo de cien gramos diarios de chocolate. Sé que es una locura y que difícilmente alcanzaré el objetivo mientras no retire el chocolate de mi dieta, pero en esas estoy en estos momentos, que sólo quiero dejar de estar gordo, no hacerme monje asceta (aunque los monjes de la Trapa, en Palencia, consiguieron incluso compatibilizar ambas cosas, mejorando la máxima de San Benito, que no llegó a conocer la existencia del chocolate). Mientras tanto, me he hecho un pequeño experto en las diferentes modalidades de chocolate nacional y de importación existentes en el mercado y pude responderle a Bogdan que esa misma chocolatina de cien gramos, fabricada en Alemania por la marca suiza, se encuentra también en este mercado, como tantos otros tipos de chocolate que Milka ha sacado últimamente al mercado, entre ellos uno muy curioso de guindillas picantes.
Dicen que una imagen vale más que mil palabras y cámara al hombro me acerqué a mi supermercado favorito y saqué una fotografía de parte del expositor de esa bebida india traída por los españoles de América y que la necesidad de alimentación de los soldados convirtió en las tabletas que conocemos hoy en día:
Para cumplir con la curiosidad de Bogdan y otros fanáticos chocolateros, decir que en Argel se comercializa casi en exclusiva la tableta de 100 gramos fabricada en Alemania por Milka, que pertenece al grupo multinacional Kraft Foods, el rival de Unilever, que si miramos bien las etiquetas están presentes en buena parte de los productos que adquirimos. El chocolate que llega a Argelia es el destinado en principio al mercado de Europa del este, de Letonia a Hungría. Por cierto, la Embajadora polaca en Argelia, que se apellida Milka, se llama Lidia, casi “lila”, como el color que identifica esta marca. Las tabletas habituales se venden en el lugar más barato a entre 90 céntimos y 1,20 euros. Los chocolates de “edición limitada” se sitúan en el margen superior de la franja de precios. Además, dependiendo del punto de venta pueden ser hasta 40 ó 50 céntimos más caros.
Me estaba emocionando escribiendo e iba a facilitar los datos del importador, que figuran serigrafiados en árabe en cada envoltorio. Y es que estaba sintiendo el analista de mercado que me gustaría poder desarrollar en mi trabajo, explicando por ejemplo cómo el empleo de palmito en lugar de palma, por razones de precio, hace que la calidad del chocolate que se elabora en Argelia se resienta. Pero aquí sólo quería endulzar el día a los amigos “chocolatófilos” y que no utilicen la ausencia de su vicio favorito como excusa para no visitar Argelia.
miércoles, 18 de febrero de 2009
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1 comentario:
Hola Jose Antonio1
Somos dos estudiantes universitarias que estamos realizando un estudio de mercado sobre el sector del chocolate en los paises africanos (entre ellos Argelia) y nos interesaría tener todo tipo de información acerca de competidores, precios, tipo de productos como tabletas, barritas, spreads,.. así como cadenas de distribución...) y fotos de la sección de chocolates en distintos supermercados sería todo un éxito para nosotras.
En caso de que puedas ayudarnos te podrías poner en contacto a la siguiente dirección de email?
joslei09@hotmail.com
Muchisimas gracias de antemano!
Un saludo
Laura Martinez
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