domingo, 25 de mayo de 2008

Mi fracaso

No iba a contarlo, pero si aqu� lo digo casi todo, convirtiendo el blog en un monumento a la impudicicia, que no a la impudicia, no es muy justificable que me calle algunas cosas que para otros pueden carecer de importancia, pero que para mi la tienen. As� que me toca confesarme...

Desde hace unos meses sufro bajadas de tensi�n m�s o menos fuertes, siempre bruscas, de las que me voy recuperando paulatinamente en unos d�as. Me sucedi� en diciembre pasado por primera vez y luego se ha repetido, en menor medida, en varias ocasiones. La �ltima fue a finales de abril y a partir de ah� decid� prescindir de la medicaci�n contra la hipertensi�n que me recetaron hace m�s de un a�o como tratamiento de enfermedad cr�nica. Lo llevo muy mal, no acepto lo de enfermo cr�nico y he buscado alguna soluci�n, una curaci�n. Me explicaron en su momento que el �nico remedio pasaba por perder mucho peso y estar incluso especialmente delgado. T�cnicamente, un menor volumen corporal significa menor necesidad de presi�n para bombear la sangre a todo el cuerpo y que en peque�a medida las arterias, muy endurecidas, ganen algo de flexibilidad.

Adelgac� mucho entre finales de febrero y mediados de junio de 2007, de 102 a 83 kilos. Dej� mi r�gimen espartano para incorporarme a Argel, donde, con altibajos, gan� algunos kilos. En noviembre consegu� vencer mi falta de fuerza de voluntad buscando el competir contra una tripa amiga y adelgac� bastante, de 84 a 78, hasta esa primera bajada de tensi�n que comentaba anteriormente. Desde entonces el tratamiento se redujo a la mitad.

Tras las Navidades me qued� sin competidor y no fui capaz de seguir mi dieta durante un par de meses, en los que engord� de nuevo cinco kilos. Un amigo se motiv� a competir en la distancia, nos lo tomamos muy en serio y perd� siete kilos, hasta 76. Recientemente intent� mantener la apuesta para bajar hasta la franja 69-72, pero ninguno de los dos supimos motivarnos y ha resultado un fracaso, del que s�lo en mayo he conseguido salir sin ayuda y por lo menos mantenerme en un peso estable.

El otro d�a acud� al m�dico en Bilbao. Pesaba, vestido, 78 kilos. Estaba bien. Sin embargo, en los �ltimos d�as me hab�a ido subiendo la tensi�n y me ha vuelto a imponer la medicaci�n. Me ha marcado como objetivo perder seis kilos como primera obligaci�n si quiero que se me reduzca la presi�n sangu�nea. Tengo que beber adem�s mucha agua, evitar el calor y hacer deporte.

El diagn�stico me ha afectado moralmente. Son muchos los esfuerzos que diariamente tengo que hacer para adelgazar y no veo el resutado. As�, derrumbado, he estado unos d�as en Galicia y no me he limitado en absoluto para comer lo que en cada momento me apetec�a y sin reparar en las cantidades, sabiendo las consecuencias que me acarrear�. He tenido que dejar de vestir prendas que hace diez d�as me quedaban bien y ahora resultan estrechas.

No s�, estoy escribiendo sobre algo que me est� afectando en estos momentos. Supongo que har� un intento de perder los ocho o nueve kilos que ahora me sobran a partir de la semana que viene, prescindiendo de los ricos helados de Dolce Cabanna, los cr�pes y algunas cenas con amigos, que es lo que m�s me cuesta. O quiz�s me olvidar� de todo hasta octubre, porque motivarme y encontrar competidor est� ahora muy dif�cil. Ya veremos.

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