lunes, 12 de mayo de 2008

What a wonderful day

S�lo ha faltado que el Athletic ganara (empate en casa con el Racing y, con la pifia del Bar�a, adi�s a la posibilidad de la Intertoto) para poder hablar de un domingo perfecto. Fue �ste uno de esos d�as que cuando se acaba echas la vista atr�s y te das cuenta de que has conseguido hacer infinidad de cosas, alguna de las cuales llevaba esperando meses.

Ayer tuve mi primera clase de �rabe desde febrero. Me sirvi� para darme cuenta de que se me ha olvidado leer, analfabeto de m�, pero que podr� recuperar el nivel que ten�a hace cinco meses si le dedico un poco de tiempo. El problema va a ser precisamente encontrar ese hueco en mi agenda. Mi primera impresi�n sobre el nuevo profesor de �rabe no es muy positiva, pero es mejor darle unas semanas antes de juzgarle. Lo mejor de la clase es que me ha prometido localizarme un club de ajedrez. Me encanta jugar al ajedrez, hace a�os que no juego ni una partida y me gustar�a poder inscribirme en un club local y enfrentarme en el tablero con ajedrecistas locales. Nunca en mi vida he pertenecido a un club de ajedrez y mi nivel es el de simple aficionado, pero tengo muchas ganas de practicar en Argelia. Estuve una temporada buscando gente que jugara, localic� un club en una transversal de la calle Didouche Mourad, pero siempre lo encontr� cerrado. Ahora voy a tener la oportunidad.

Por fin he ido al gimnasio y he aguantado media hora de carrera sin resentirme del muslo. Eso quiere decir que ya se pas� la sobrecarga. Y puedo quemar algunas calor�as m�s cada d�a, que buena falta me hace.

Me van a arreglar los pantalones que me compr� en Argel hace unos meses. Lo cuento. Aqu� casi todo lo que se vende como ropa de calidad es importado de China bajo marcas falsificadas o tra�do de restos de temporadas pasadas de marcas europeas tipo Zara, tambi�n en su mayor�a de fabricaci�n asi�tica, aunque de mejor calidad. Yo me compr� dos pares de pantalones de la primera de las dos categor�as que he mencionado, aparentemente perfectos. Sin embargo, la cremallera se abre con suma facilidad y adem�s en los momentos m�s inoportunos, como no pod�a ser de otra manera. He tenido que comprar dos cremalleras nuevas y me las van a cambiar por el m�dico precio de 400 dinares, unos 4 euros. Y eso lo logr� ayer, tras un par de meses de espera y de miradas constantes a la bragueta para evitar sorpresas desagradables.

Por la noche, tras una excursi�n nocturna con una de las tres personas con las que he estado estos d�as tras habernos conocidos por el blog, tom� con mis vecinos el ya tradicional t� a la menta con cacahuetes y un helado. Es curioso c�mo conocen ya en mi barrio mis costumbres, hasta el punto de que el responsable del chiringuito popular, el puesto de comidas, me hace se�as cuando le quedan sardinas en salsa, el vendedor de cacahuetes me prepara el paquete doble sin yo decirle nada y el due�o de la helader�a-creper�a, llamada nada menos que ?Le Palais des Glaces?, escoge directamente mi helado favorito, el de tres chocolates, cuando entro por la puerta.

Tengo much�simo trabajo pendiente y no resultar� f�cil acabarlo antes de marchar unos d�as a Galicia. A ver hasta d�nde soy capaz de llegar. La climatolog�a se ha aliado conmigo y llevamos unos d�as asquerosos, de lluvias intermitentes, que cualquiera dir�a pensados para que no me d� pena dedicarle poco tiempo al ocio y a salir a disfrutar del habitual buen mes de mayo argelino. Hay asuntos personales que estoy dejando sin resolver y que tengo que solucionar esta semana. Si no, por ejemplo, me encontrar� sin luz ni gas a mi regreso. Tengo que visitar adem�s una vivienda, un chalet en El Biar, que me han ofrecido para vivir a partir de septiembre. Me dar� pena dejar mi barrio si me mudo, pero es que mi propietario no ha cumplido desde noviembre con su compromiso de realizar mejoras. S� que se pondr� las pilas en agosto, cuando vea que necesita que le pague el segundo a�o (en Argelia los alquileres de vivienda se pagan mayoritariamente por a�os enteros por anticipado), pero no tengo ganas de estar pel�ndome cada detalle del piso y yo voy a seguir mis ritmos para garantizarme vivienda despu�s del verano. Ahora me acaba de surgir la oportunidad de irme a vivir a un sitio muy bueno y a un precio relativamente econ�mico y es algo que tengo que valorar.

Cuando todo sale bien hasta los errores quedan disimulados. No puedo decir que est� siguiendo bien el r�gimen, pero he adelgazado bastante estos d�as. Lo de esta ma�ana, 76,700, es toda una haza�a. Me ha sobrado una jornada para superar mi reto.

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